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Se dio una sanción ejemplarizante por miles de millones de pesos a varias empresas por el acuerdo de precios en papel higiénico, asegurando que esta industria no vuelva a caer en la tentación de hacer una cosa de esas, pero queda la duda, ¿de toda esa plata cuánto va a llegar al bolsillo de los hogares?

La respuesta es simple: cero, nada, no nos toca nada. La multas de la Superintendencia de Industria y Comercio no llegan a la gente, o solo llegan en forma de un mejor y más amplio servicio, que no se puede fundamentar en este tipo de ingresos extraordinarios, o de lo contrario, el año siguiente no podrán financiar ese funcionamiento.

El dinero llegará algún día a las arcas del Estado, y al consumidor no se le hará ninguna reparación por el tema, más allá de un pedido de perdón de las papeleras y de un control subsecuente de los precios.

Lo que esto deja ver es que estas multas no protegen al consumidor ni reparan el daño, a menos que un grupo colectivo de consumidores demanden a las empresas por el mayor valor pagado, y logren una reparación entre los agrupados; sin embargo, evidentemente es imposible que todos los consumidores se metan en la demanda, y entre más se metan, menos recibirán.

Así, la sanción es ejemplarizante y hará que muchos teman en volver a hacer carteles, lo que es el único triunfo real de la sanción, porque la plata no la podrá tener la SIC, y si la tiene deberá usarla en gastos extraordinarios, y el gran ganador serán las arcas del Estado, que recibe como mínimo 208 millones de pesos por las multas al mercado. El consumidor se queda con el fallo y la sensación de que ganó, pero que al final nadie le reparó el daño.

@consumiendo

www.camiloherreramora.com

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