Queridos mamá y papá, estoy muy emocionado por nacer porque ya pronto podré jugar con ustedes, ver el mundo y conocer dónde he nacido.
No pude evitar escuchar muchas de sus conversaciones por meses y sé que están preocupados por mi futuro, que la situación que vive Colombia, ese bello país donde quiero nacer, no es la mejor si la comparamos con muchos lugares del mundo.
Sería maravilloso poder viajar en el tiempo e ir a un futuro sin guerras o a un pasado más ambiental y calmado, pero este tipo de viajes solo son posibles en la imaginación, gracias a los textos de historia y lo que deseamos que sea nuestro mundo.
No me eduquen para sobrevivir en Colombia, sino para ser el mejor ciudadano de mi país.
Claro que quiero vivir en un país lleno de oportunidades, donde no haya violencia, en el que la gente se respete sin importar lo que piense y se pueda caminar por la noche en el centro de la ciudad, con el único temor de agriparse.
Pero para que esto pase no deben sacarme de Colombia, sino educarme para el país que desean que sea. Los he oído hablar sobre si es correcto educar a los niños para adaptarse a las reglas de juego, soportando la burla, las trampas, la intolerancia y el temor; y por eso les quiero pedir algo antes de nacer: No me eduquen para sobrevivir en Colombia, sino para ser el mejor ciudadano de mi país.
Si todos los papás hacen esto, nuestro país tendrá una enorme esperanza: una gran cantidad de niños que lentamente cambiarán las reglas de juego que tenemos por esas que queremos tener, para que todos podamos jugar y no jueguen solo unos pocos.
Así, yo no me colaré en la fila, pondré las direccionales al manejar, pagaré mis impuestos, respetaré a la Policía, votaré a conciencia y no por pasión y, sobre todo, saldré todos los días con las ganas de mejorar la calidad de vida de los que me rodean, porque sé que si muchos están bien, cada uno de nosotros estará mejor.
No me eduquen para adaptarme a un pasado que no es mío, prepárenme para el futuro que vamos a construir.
He escuchado a mi mamá decir que esto ya no es una pelea de derechas y de izquierdas, sino que todos venimos de atrás y vamos para adelante; y he escuchado a mi papá decir que él no se fue del país, porque tenía un deber, y que no es patriotismo ni una deuda, sino una responsabilidad que tenemos todos, porque no podemos dejar atrás la nación que nos dio todo, pese a que tenía muy poco.
Denme la oportunidad de ayudar, pero para eso necesito de ustedes. Necesito que me formen como ciudadano del mundo, como si no fuera a vivir acá mañana, porque al prepararme para vivir en el mejor lugar del mundo, haré de mi país ese lugar el día de mañana.
Yo sé que hay problemas, pero también que ambos me han dicho que las cosas han mejorado mucho, lo que muestra que sí se puede y eso que yo aún no estoy ayudando.
He escuchado su grito de gol por Falcao, su emoción al oír canciones de Carlos Vives, su calma al recitarme poemas de Rafael Pombo y su orgullo al ver a una colombiana en la Nasa.
No me preparen para ver la trampa que me conviene, sino para mostrarle a los demás que si nadie hace trampa, el juego es más divertido y justo para todos; tú lo decías mamá, fuimos los niños los que ayudamos a los adultos a dejar de fumar, a respetar los semáforos y a ponernos el cinturón de seguridad, y recuerda papá que me contaste que los mimos enseñaron a la gente a cruzar la calle mejor y a los conductores a respetar las cebras, que son unos bellos animales que nos ayudan en las ciudades.
Si desde niño me enseñas a hacer las cosas bien, las haré mejor; si de joven me muestras que las normas no atrapan sino que nos protegen y ayudan a todos, podré ayudar a muchos; y si de adulto, con tu ejemplo, me muestras que más vale ser honesto y poder dormir tranquilo, te juro que tus nietos dormirán plácidos cada noche de su vida en un país mejor que el has imaginado para mí.
No me preparen para ver la trampa que me conviene, sino para mostrarle a los demás que si nadie hace trampa, el juego es más divertido y justo para todos
Mamá, papá: no me eduquen para adaptarme a un pasado que no es mío, prepárenme para el futuro que vamos a construir.
Atentamente, su hijo
Escrita por Camilo Herrera
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Regalame la opcion para compartir en whappsap, el articulo; carta de un colombiano que acaba de nacer a sus padres
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Las buenas intenciones son aburridas de tanto repetirlas. Hay que hacer un esfuerzo para llegar al final
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