Antes de firmar un contrato, en vez de preguntarnos de cuánto es el aumento salarial, deberíamos cuestionarnos sobre lo que estamos poniendo en juego a cambio de dinero.
El dinero no hace la felicidad. Sin embargo, muchos de nosotros (me incluyo) hemos caído en el nefasto error de aceptar ‘jugosas’ ofertas laborales, motivados por el dinero que va a ingresar cada mes en nuestra cuenta bancaria; en vez de pensar, en primer lugar, en el impacto que este nuevo trabajo va a tener en nuestras vidas. Y cuando hablo de esto me refiero a la manera en la que va a modificar aspectos aparentemente tan simples como las relaciones personales.
Lo invito a pensar en cuántas personas, a lo largo de su trayectoria laboral, ha conocido. Ahora, piense en aquellas que pasan más de ocho horas en la oficina ¿Cuántas de estas no han tenido que sacrificar su tiempo personal para invertirlo en el trabajo? O, mejor, pregúntese ¿cuántas han logrado encontrar un equilibrio entre su vida personal y su vida laboral? Sin ánimo de caer en estereotipos, me atrevería a decir que un porcentaje muy bajo.
Muchos aún piensan que permanecer más tiempo en la oficina es sinónimo de ser un buen trabajador; para mí, no. Salir a tiempo del trabajo es la diferencia entre estresarme menos con la ‘hora pico’ del tráfico en la ciudad, llegar puntual a una cena y dedicar el tiempo que merece ser empleado en mis pasatiempos.
Y a eso es a lo que voy. Cuando no existe un balance entre el trabajo y las relaciones personales, cuando lo urgente no deja tiempo para lo importante, cuando los demás pasan a un primer plano y uno mismo queda en el limbo, es cuando es momento de hacer un alto en el camino y preguntarnos qué pesa más: si el millón adicional que estamos facturando o la inexplicable sensación de tranquilidad, que ni el mejor sueldo puede comprar.
Uno debería levantarse todos los días con esa pasión en el alma, que solo se enciende por el amor de hacer lo que uno ama; mas no por una obligación motivada por el dinero.
Y tal vez sea muy fácil decirlo. No es tan simple conseguir el trabajo de los sueños. Pero cuando este le permite tener vida propia, desconectarse de las obligaciones de la oficina, para invertir tiempo en sí mismo y fortalecer sus relaciones interpersonales, en vez de debilitarlas, siéntase agradecido.
Tal vez, al no encontrar este equilibrio, es que muchos han decidido construir su castillo y no seguir trabajando por los sueños de otros. Quizás, por esto, hay quienes han renunciado a sus trabajos y se han ido a viajar por el mundo, así sea con solo una maleta en la espalda. A lo mejor, es por la misma razón que hoy escribo esto.
Y si usted, como yo, ha llegado a esta misma reflexión, lo invito a hacer un alto y a pensar en qué tiene más importancia: si decepcionar a su jefe o a su familia; si trabajar para pagar cuentas o porque ama lo que hace; si tan solo conocer el camino que hay de su casa al trabajo o ir más allá de lo que se pueda imaginar; si vivir una vida en frente de un escritorio o, por el contrario, decidir que pasar tiempo con quienes ama no tiene precio.
Estoy segura de que cada uno de nosotros tiene un propósito y, claramente, no es vivir para trabajar sin descanso.
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Así es !!!!!! quisiera hacerlo algún día….
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Si totalmente de acuerdo, sin embargo hay muchísimos matices y muchas ópticas al respecto. Obviamente aqui no hablas de los que no tienen opción. En países como Japón existe el mito que son eficientes porque trabajan mucho, lo cual es lo mas alejado de la realidad, la verdad es que no salen temprano porque temen ser estigmatizados como perezosos, aca existe algo parecido……hay mucho de que hablar al respecto…
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Buen Artículo
Lamentablemente vivimos en una sociedad de consumo eso nos vuelve esclavista.
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Hace un semestre renuncie un trabajo que tenia buenas condiciones laborales pero desgraciadamente el ambiente era hostil tenia que ir casi todos los días hasta algunos domingos. Decidí a buscar un trabajo no tan exigente y es de lunes a viernes pero la paga era un poco mas baja solo quiero disfrutar un poco de la vida con mi familia y hacer otros pasatiempos.
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Excelente blog, muchas veces creemos que no podremos disfrutar de nuestro tiempo y cumplir nuestros sueños, en realidad creemos esto por que fue lo que nuestros padres y abuelos nos enseñaron. Es entendible ellos vienen educados de la era industrial donde lo mas importante era tener un trabajo por 40 años en una sola compañía para tener una pensión pero la vida cambia y ya no es así podemos ser productivos y libres luchar por nuestro sueños y tener tiempo de calidad solo debemos estar abiertos a los cambios en la economía y no asustarnos por nuevas formas de generar ingresos.
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Buen post
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Buena reflexión. Solo un comentario: el hombre mas rico de china es quien es no gracias a que aplicó los consejos que da, sino a costa de las ganancias que le generan esos trabajadores que gastan toda su vida en el trabajo.
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Muy de acuerdo con encontrar el balance como dices. Considero que es claro que aún ves el trabajo como una obligación. En el momento en el que llegue la pasión por lo que haces laboralmente, el trabajo se vuelve parte integral de tu vida y todos los argumentos expuestos por tí pasan a segundo plano. Las horas vuelan e interactuas con personas que te hacen crecer profesionalmente.
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Si hija linda, totalmente de acuerdo contigo, pero cuando se tienen hijos, la película cambia. Entonces ya no piensas en tirarte una mochila al hombro y arrancar a recorrer el mundo. Ni mucho que queme al santo ni poco que lo alumbre , todo con moderación, los excesos son perjudiciales.
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¡Gracias por leer, Amet!
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Lugares comunes. Nada nuevo. Perdí poco tiempo . Sólo leí dos párrafos.
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Muy cierto Ana Lucia !!
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Sabes que rico sería viajar. Pero aveces hay responsabilidades y se deben asumir. Eso es madurar aunque es obvio que se debería viajar más o hacer lo que a uno lo hace más feliz
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Así es, gracias por leer.
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Buena Reflexión, Simplemente de acuerdo con lo que piensa.
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¡Gracias por leer, Jose! Saludos
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Esta queja es muy común en los jovenes, y es cierta, pero cuidado, en la vida hay un camino y este debe ser recorrido con sabiduría; cuando uno es joven debe hacer ciertos sacrificios, aprender y ubicarse, para que llegado el momento pueda dictar sus reglas; son diferentes nuestras reglas cuando no somos nadie a cuando somos alguien; yo rechace un muy buen cargo en una empresa precisamente por los sacrificios que implicaba, pero lo hice cuando ya estaba ubicado en la vida y estaba encaminado como quería, haberlo hecho algunos años antes habría sido un gran error.
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Muy buena reflexión la que plantea, Alberto. Gracias por compartirla.
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Gran reflexión ésta.
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A usted, gracias por leerla.
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Lo mejor es ser independiente…o no es así?
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Discutible, pero tiene muchos puntos a favor.
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