«Hemos suspendido tu cuenta el 31 de octubre de 2022. Tienes 30 días para reclamar esta decisión».
Esta fue la frase que muchas personas y empresas encontraron en Instagram en pasados días, debido a un problema interno que la red social tenía.
Esto generó sudores, fríos, impaciencia… una sensación de que todo se va a la basura… Sobre todo, si tu negocio se sustenta en esa cuenta de Instagram. O en una fanpage de Facebook. O en un grupo de WhatsApp (que hace poco también tuvo algún problema).
Al final, han dado respuesta y arreglaron esas cuentas. Pero eso no es lo relevante ahora. Lo que realmente importa es que esto que ha pasado puede volver a pasar, en cualquier momento. Y lo más complicado es que así se genera la vulnerabilidad de tu negocio, si tus ingresos dependen de las redes sociales. Esto me permite generar una reflexión sobre el verdadero protagonismo que le debemos dar a estas herramientas porque:
- Un hacker puede robar tu cuenta, conozco colegas que han sido afectados por este tema.
- Facebook puede creer que incumples las normas de la comunidad, y te cierran la página de seguidores.
- Elon Musk compra Twitter y cambia las reglas del juego, ahora cobran en algunos casos…
Y con todo esto, se va todo el trabajo que estabas construyendo para tu negocio, ¡es casi como ver el mensaje en la pantalla de Game Over!.
Con esto quiero decir que no podemos ni debemos apostar todo a las redes sociales, porque el perfil no es nuestro, la fanpage no es nuestra, todo esto es de Zuckerberg, o de quien en el momento tenga el dinero y compre alguna red y por consiguiente nuestros datos. No quiere decir que esté en contra de estos mecanismos, simplemente quiero que analicemos qué tanta relevancia debemos darle para el manejo de nuestros negocios sabiendo que estas herramientas no son propias…
La buena noticia es que tu marca, tu autoridad, tu imagen… Eso sí es tuyo… Y por eso soy una fiel convencida de que hacer relaciones públicas cobra más valor, genera credibilidad, confianza y ventas, entre otros beneficios. Cuando una marca, sin importar su tamaño, es referenciada por un medio de comunicación de forma positiva, genera notoriedad y queda para siempre… Sí o sí. ¡Con las relaciones públicas vas a la fija!
Entonces la decisión es tuya, puedes dedicar tiempo para hacerte un vídeo bailando mientras señalas cartelitos. A seguir gente conocida o desconocida y comentar sus mensajes; o puedes dedicar tiempo a crear una marca fuerte y sostenible en el tiempo con técnicas de relaciones públicas, periodismo de marca, free press que te permiten llegar a la audiencia objetivo, siempre que hagas un plan integral y definas una estrategia.
Como lo menciona Andrea Liévano, no vende el mejor sino el más visible. “El que ejerce legítimamente su derecho a presumir, derecho que se ha ganado con mucho esfuerzo y trabajo, derecho basado en logros, no en pura carreta o carteles en diferentes redes sociales”.
El networking digital se ha convertido en uno de los actuales canales de ventas ¡es verdad!. Aunque, para que funcione en el tiempo lo más importante es generar relaciones de valor para convertirte en toda una autoridad en tu especialidad de tal forma que tu audiencia confíe en tu trabajo y tus recomendaciones. Entonces te invito a darle un vistazo a las relaciones públicas y analizar hasta dónde llegar con las redes sociales. Todo agrega valor, pero hay que conocer los límites.
Los leo.
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