El pasado fin de semana me vi Narcos y me impactó más de lo que esperaba. No fue por la flexible dramatización de la leyenda, ni tampoco por el acento raro de los actores. Me impactó por lo sorprendido que quedé con la historia de mi propio país, una que pensé conocer bien, pues mi generación la vivió en carne propia. Pero por alguna razón, con cada nuevo capitulo, lo que veía en la pantalla me parecía más y más increíble. Puro realismo trágico.
Tenía seis años cuando escuché en la radio que habían matado a Galán. Nunca lo había visto pero su silueta desvanecida quedó marcada en el fondo de mi memoria, tal como salía en las vallas de Gaviria. En esos años, en mi colegio hubo más simulacros de bombas que de incendios o de terremotos y nunca olvidaré la punzada que sentí en la barriga cuando Escobar voló el Centro 93, en dónde mi tía tenía un almacén. También recuerdo que al ver los comerciales de “se busca” antes de las novelas, algunas veces soñaba con delatar a algún narco para ganarme la recompensa, como quien sueña con ganarse la lotería. Plata fácil.
El fenómeno de la violencia en Colombia es algo que he estudiado toda mi vida, desde que las Farc le arrebataron la libertad a mi padre, separando a nuestra familia y desterrándome de mi país (irónicamente la peor pesadilla de los narcos). Leí los libros que pude, me vi los documentales que encontré y siempre procuré tomar los cursos que me sirvieran. Cuando estudié economía, incluso tomé una clase del mercado subterráneo que ofrecía un premio titulado “Pablo Escobar Award” al mejor trabajo final. En mi posgrado de Derecho, investigué el origen y los resultados de la lucha mundial contra las drogas, y entendí que su errado enfoque económico es lo que empodera al crimen, que hoy sigue imponiendo su corrupción como ley y su violencia como justicia. Plata o plomo.
Nada de lo que me contaba Netflix debía ser nuevo para mi, pero por alguna razón, así se sentía. Y aunque conocía el desenlace de la historia, al finalizar cada episodio quería ver que sucedía después. Pero rápidamente lo que comenzó como el recuento de un pasado distante cobró una gran relevancia. Cuando Escobar se entrega para pagar su pena en la Catedral pensé, “treinta años después y ¿aun seguimos negociando con bandidos, narco-traficantes y terroristas? ¿Será que no hemos aprendido nada…?”.
La temporada termina con la fuga de Escobar de la Catedral y aunque entiendo que debían dejar algo para una segunda temporada, me sentí decepcionado. Fue como si los años buenos, el triunfo del Estado colombiano, la redención de sus instituciones, nunca hubieran pasado. Y durante los próximos días, me quedó la duda. ¿Será que no hemos aprendido nada? Fue ahí cuando caí en cuenta que el valor de la serie está en mostrarnos que, en un mundo cada vez más binario, a veces la realidad es tan gris que puede parecer mágica.
Nadie puede negar que Escobar fue un verdadero monstruo, un megalómano que le declaró la guerra a una sociedad que lo rechazó y luego decidió buscar una salida negociada a punta de terrorismo. “El propósito de la guerra es la paz”, decía. Ahora, treinta años después, vemos a rebeldes comunistas, que durante cincuenta años intentaron derrocar la democracia, pactando una salida negociada con el Gobierno, procurada también con una gran dosis de narcotráfico y terrorismo. A primera vista, es fácil comparar ambos episodios y concluir que no hemos aprendido nada.
Pero la memoria del colombiano es corta y nuestra perspectiva mezquina. Tendemos a recordar lo malo más que lo bueno y a interpretar la realidad a través de una pasión partidista, en la que no vemos el progreso gradual, sino un péndulo que oscila entre bueno y malo, liberal o conservador, mamerto o facho. Pero si subimos más alto y nos desprendemos de la pasión, podemos ver que es mucho lo que hemos aprendido, aunque aun nos falte.
Sin Gaviria no hubiéramos aprendido que somos capaces de enfrentarnos al terror o que es posible llegar a acuerdo para cambiar las balas por votos. Sin Samper no hubiéramos aprendido que el poder corruptor del narcotráfico no conoce límites. Sin Pastrana no hubiéramos aprendido las lecciones del fracaso en el Caguán o la importancia de negociar desde la fortaleza. Sin Uribe no hubiéramos recuperado nuestra confianza en que somos capaces de ganar cualquier guerra pero tampoco hubiéramos comprendido que por más cárcel que haya, sin justicia restaurativa, verdad y reparación, el crimen se reinventa y la paz no dura. Y sin Santos no hubiéramos podido construir sobre los cimientos de todas estas lecciones para aprovechar la ventana de oportunidad que se abrió para buscar la paz mediante un proceso que ha demostrado ser serio, realista, digno y eficaz.
Ayer, todos vimos la firma de la justicia transicional entre el Gobierno y las Farc, y la promesa de un acuerdo definitivo en seis meses. Habrá quienes lo interpretarán como una claudicación y querrán hacernos ver este paso como otro retroceso. Pero lo cierto es que, en gran parte gracias a sus aportes, por medio de la democracia logramos un quiebre estratégico que venció a las Farc militar y políticamente. El Estado ganó y con este pacto nuestra sociedad se ahorrará los costos humanos, sociales, económicos y ambientales de una victoria militar absoluta. Y aunque hoy sea difícil verlo, este es un triunfo. Buscar la paz cuando por fin íbamos ganando la guerra fue una decisión difícil, pero fue una decisión correcta y moral.
Ahora, tampoco podemos dejarnos cegar por el brillo de una paz que aun no existe. Lo que está cerca es el fin del conflicto. Alcanzar la paz requerirá de un esfuerzo nacional, que debe comenzar por definir que es «la paz», una tarea difícil en tiempos de polarización, y que lo será aun más después de una campaña que promete estar llena de falsos adalides.
Por otra parte, la confianza en la democracia está maltrecha, golpeada por los vicios de una institucionalidad que se degradó tanto para ganar la guerra como para buscar la paz. Debemos tener cuidado, pues esta desafección es terreno fértil para que populistas autoritarios destruyan los avances democráticos de las últimas décadas con falsas promesas, tal como en el país vecino.
Además, tras cincuenta años de la lucha mundial contra las drogas, debemos entender de una vez por todas que el enfoque coercitivo fracasó porque cuando lo prohibido es negocio, la corrupción es ley y la violencia es justicia. Las políticas públicas se deben juzgar por sus resultados y no por sus intenciones. El ambiente es propicio para buscar un nuevo enfoque, basado en reducir la demanda con inteligencia en lugar de suprimir la oferta con fuerza bruta. Colombia debe liderar esta campaña si quiere garantizar la viabilidad de su democracia y construir una paz estable y duradera.
Con el fin del conflicto a la vista, llegó la hora de unir esfuerzos para seguir construyendo sobre lo construido, pues la lección más valiosa que debemos aprender de esta paz que tanta sangre nos ha costado es que la pugna a muerte entre extremos suma cero.
Ayer, la actual generación de dirigentes parece haber logrado cerrar un conflicto armado que heredó. Ahora nos corresponde a los jóvenes, a una nueva generación, velar porque superemos los tiempos de plata o plomo para dar comienzo una nueva era de ley y justicia, en la que una democracia más perfecta sea nuestro faro, las batallas se den exclusivamente en el foro de las ideas y el uso de la violencia como instrumento político quede sepultado para siempre.
Que ha pasado con los delincuentes de cuello blanco,nada,y los que van a la cárcel,reuniones con licor y mujeres,los criminales van a la picota y salen a los 10 años a lo mismo,y ni se diga los de casa por cárcel,sigue su vida criminal peor,entonces que hacemos,Uds que se las saben por favor el consejo.
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Este Camilo debe creer que los colombianos somos todos maricas para tragarnos ese cuento de la paz con los narco-genocidas de las farc..Ni preciso enumerar todas las atrocidades de estos asesinos, que se merecen el paredón de fusilamiento en plaza pública..Los colombianos de bien no olvidaremos jamás a los millones de victimas inocentes masacrados cobarde-mente por estos genocidas, ni olvido, ni perdón..Si al paredón a estos traidores de la patria!!
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Que foto tan vergonzante: castro, dictador y asesino que ha manejado Cuba como si fuera su finca; Timochenko, asesino, narco, terrorista, secuestrador y Santos, el cobarde que entregò colombia a los hampones que no han hecho nada por ganarse a Colombia
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Ah huevones que escriben en el Tiempo. Si ibamos ganando la guerra -como llaman combatir delincuentes- la perdimos por la cobardia de Santos. Cuantos sapos se tragaron las Farc? Solo uno: santos
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DESDE LOS COMIENZOS DE LA HUMANIDAD SIEMPRE HA EXISTIDO LA GUERRA Y LA PAZ Y SEGUIRA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS . MIENTRAS EN COLOMBIA HAYA INJUSTICIA NUNCA VA A HABER PAZ Y SERA SEMILLA DE CULTIVO PARA QUE SIGAN HABIENDO CRIMENES, CHANTAJES, IMPUNIDAD, ETC.
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Es un exabrupto decir que íbamos ganando la guerra, a nadie le cabe en la cabeza que esto se pueda afirmar. Solo cuando se aniquila completamente al enemigo se puede decir que se gano la guerra, aquí se ha aniquilado a gente inerme, inocentes desarmados y parapléjicos, que fue lo que se gano ?
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La verdadera paz será cuando se hagan cambios que impidan que haya gente que se coman el cuento de los hampones como la guerrilla,o a cualquier Chavez en el futuro,de lo contrario todo serán mutaciones como pasó con los paras
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Camilo, muchacho, tiene toda la razón: no debió ser una decisión fácil iniciar una negociación cuando las condiciones nos favorecían. Pero decir que fue correcta es otra cosa. Cuando ud negocia coloca a la contraparte al mismo nivel suyo y en el caso de un Estado, es decirle a unos bandidos estamos de igual a igual y ponemos a su consideración nuestras políticas de gobierno. Entonces esos tipos que veían un futuro negro en sus vidas, de un día para otro se levantan en el mejor hotel de La Haban recibiendo trato de jefes de estado y la atención mediática de todo el mundo. Del infierno al cielo de un plumazo. Y enseguida se sienten con la autoridad moral para hablar sobre lo humano y lo divino y exigir. Sí, exigir. Nada de cárcel, nada de extradición, toda el peso de la ley para los militares, empresarios, políticos, etc, pero para ellos nada. Por eso, otro cantar hubiera sido someterlos a la justicia. La ley de justicia y paz aplicaba para todos los grupos armados, no sólo para las AUC. Hubiese sido para las mismas FARC más digno someterse a la justicia que negociar lo que hoy se negocia. El electorado las hubiese visto diferentes y ellos, después de haberse sometido a la justicia hubieran salido con la frente en alto y sus posibilidades electorales reales. Por eso no creo que haya sido la decisión correcta. Ahora asistiremos al circo de las rebajas de pena, de escuchar verdades a medias (o a la medida), de señalamientos y condenas a quienes, según las FARC, incendiaron a este país.
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este cree que los que leemos el periodico somos retrasados mentales para los narcos no es una pesadilla el destierro la pesadilla era la carcel en usa que no es lo mismo que el destierro
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QUE FALTA DE RESPETO DECIR QUE AL TERMINAR LA GUERRA CONTRA EL NARCOTERRORISMO NOS AHORRAMOS COSTOS DE TODO TIPO CUANDO ES TODO LO CONTRARIO, SI HUBIESE SEGHUIDO CON LA SEGURIDAD DEMOCRATICA YA LAS FARC SERIAN HISTORIA ANTIGUA, TWERMINAR CON ESOS 4 CRIMINALES QUE QUEDABAN ESPERANDO QUE LES ABRIERAN LA FRONTERA NOS HUBIESE SALIDO POR CENTAVITOS COMPARADO A LO QUE LLEVAN GASTADO EN SOLDADOS MUERTOS QUE ESO YA NO SE VEIA, MASACRES , DANOS AMBIENTALES QUE TAMPOCO SE PRESENTABAN , Y ESO NO ES NADA, EL CARTEL DEL POST-CONFLICTO CON EL FISCALITO DE BOLSILLO ROBANDO A SACO LOS DINEROS DEL ESTADO CON CUENTOS CHIMBOS, LOS COSTOS DE MANTENER A CIENTOS DE TERRORISTAS EN EN HOTELES DE LUJO EN LA HABANA , VIAJES, SOBORNOS, PRE-PAGOS A CELEBRIDADES Y NO CELEBRIDADES Y AHORA VIENE LO MAS DURO, CUANDO EL IDIOTA COLOMBICHE DESPIERTE DEL TODO Y QUIERA HACER LA PAZ COMO DEBE SER , COMO TODOS LOS PAISES COMBATENJ EL CRIMEN Y EL TERRORISMO, TENDREMOS QUE EMPEZAR E CERO OPORQUE EL APATRIDA SANTOS DESINTEGRO UN EJERCITO QUE EL ORGULLO DE LOS COLOMBIANOS, PERO LOS QUE CREEN QUE LA JUSTICIA ES UN JUGUETE PARA HACER DINERO , QUE PENA!! ESE DINERO SALE MAS CARI EL XALDO QUE LOS HUEVOS, DIOS SI SABE TODO LO QUE PASA EN SU CREACION Y EL MISMO DICE YO EN CAMBIO BUSCARE LA MANERA DE MALTRATARLOS …. ISAIAS 66-4
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Y TODAVIA ES TAN DESCARADO QUE EL MISMO SE CONTTADICE CUANDO DICE QUE PARA UNA NUEVA ERA DE LEY Y JUSTICIA DONDE LA DEMOCRACIA SEA NUESTRO FARO, SI OBSERVAN LA FOTO DE ARRIBA DONDE APARECE RECIBIENDO LA BENDICION DE RAUL CASTRO Y APRETANDO LAS MANOS DE TIMOCHENKO ESE FARO SE QUEDA APAGADO, PORQUE NINGUNO DE ESOS ASESINOS QUE ACABARON CON LA DEMOCRACIA TIENEN LA MENOR INTENCION DE DEJAR IR A UN PAIS TAN RICO CON SUS BOVEDAS LLENAS DE DINERO CON MARES. TIERRAS Y SOBRE TODO COMIDA PARA CALMAR LAS HAMBRES ATRASADAS DE CUBANO,S, VENEZOLANOS , Y DEMAS PAISES DEL SUCIOLISMO DEL SIGLO 21.
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BIENVENIDO AL CLUB DE LOS VENDEPATRIAS, DE LOS TRAIDORES DE LO MAS MISERABLE QUE PUEDE HABER SOBRE LA TIERRA. NOS CREE TAN ESTUPIDOS PARA DECIR QUE FUE UNA TODA UNA GRAN HAZANA HABER PARADO LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO CUANDO YA EL EJERCITO DE COLOMBIA LOS TENIA ACABADOS Y SOLO ESPERABAMOS DE ESTE TRAIDOR PRESIDENTE QUE LES DIERA EL PUNTILLAZO FINAL ? NOS VIRO LOS CANONES CONTYRA NOSOTROS LOS COLOMBIANOS QUE YA NO ESTABAMOS PREOCUPADOS CON EL TEMA DE LA GUERRA, NO HABIA NINGUNA GUERRA, PERO DESENTERRO EL FANTASMA DE LA GUERRA , EMBULLO A LOS IDIOTAS UTILES CON EL CUENTO DE QUE EN 6 MESE YA TENDRIA LA PAZ EN LA MANO Y YA LLEVAMOS 5 ANOS Y TODAVIA SIGUE PROMETIENDO LO QUE NUNCA LLEGARA. PUSO COMO CARNADA POLITICA EL CUENTECITO DE DE LA GUERRA O LA PAZ, Y EL IDIOTA UTIL Y EL INUTIL VOLARON A VOTAR POR ESA IDIOTEZ CUANDO YA NO HABIA GUERRA.
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No estoy de acuerdo con el texto que acompaña la imagen inicial, creo que triunfo fue para las farc, mas que para el país, hasta el presidente se le vio segundos antes incomodo al darle la mano a semejante bandido, creo yo que por un momento se le paso por la cabeza que estaba haciendo algo mal. Ojala me equivoque. Yo empece ver El Capo, inicia con tremenda burla a las autoridades, y que con dinero como dice el, se puede comprar hasta la presidencia. Gracias por el articulo me gustan estos temas.
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Camilo de Guzmán. Qué gusto me da ver un joven escribiendo con tanta propiedad y buen uso de la lengua castellana!!
En cuanto al contenido, un análisis bastante objetivo. Pero en mi humilde opinión sé queda corto al calificar la guerrilla como grupo político de izquierda. Puede que ese haya sido su ideal al comienzo, pero al ver el dinero que produce el narcotráfico, se volvieron el brazo armado de la mafia nada más, y go ellos vino la peor época de corrupcion que haya vivido este país.
Con la ayuda de Dios es posible que este «proceso de paz» que dirige Santos llegue a buen fin, pero no quisiera estar en sus zapatos para dilucidar qué hacer con esos criminales con los que está tratando. Pido a los colombianos entrar en oración constante para que Él en su infinita bondad y sabiduría ayude a estos dirigentes a encontrar la salida más justa en este momento.
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Este columnista destila realismo mágico como cualquier enguayabado consetudinario bebedor de ron; una guerra como la colombiana contra las FARC la tiene perdida el gov por razones elementales que explican claramente los analistas de guerra. Colombia esta urgida de paz las FARC NO y puede tomarse el tiempo que quiera. El Ministro Pinzón dio de baja a 29 guerrilleros después de el asesinato de los 11 soldados que acampaban en una escuela y la guerrilla le respondio con matando 47 militares y desatando una serie de atentados terroristas. Pero parece que los colombianos como este columnista ven el conflicto como un partido de futbol en el que juega la selección Colombia; campeona mundial de toda la historia del futbol. Asi es muy fácil pero…
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o sera paz o impunidad a los delitos atroces violaciones de niños y niñas secuestros terrorismo asesinatos extorcion y legalizacion del narcotrafico y que pasara despues de la fiesta o el circo de la paz lo mismo que paso con primer teatro de paz que hubo hace mas de 20 años con la paz del m-19 impunidad de estos terroristas y la violencia siguio hasta peor mientras siga la injusticia, mientras no exista una justicia fuerte que condene a estos delicuentes asesinos ,la violencia seguira en colombia esto lo que hace con el circo de la paz es solo legalizar la impunidad de estos delicuentes y sus secuaces y motivar a futuro la violencia en colombia aca en colombia hay una violencia generada por el narcotrafico y la extorsion
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Paz nunca habrá en la República de Colombia mientras existan los partidos politiqueros corruptos: Conservador, Liberal, híbridos de la U, cambio radical, quienes tienen la sartén por el mango& toda la dirigencia de estos partidos son corruptos, mafiosos, están enquistados en todos los cargos de elección popular, desde la Presidencia y congreso de la República hacia abajo. Esos pícaros politiqueros son más peligrosos que las guerrillas, Bacrim y delincuencia común porque están amparados en la LEY, no tienen quien los juzgue.
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Casi de acuerdo con todo lo escrito excepto con la benevolencia con uribe cuyo mandato fue un engaño y un reforzamiento a grupos aun mas siniestros que la guerrilla como fueron los paramilitares de los que usted debe recordar los peores crímenes y asesinatos de grandes Colombianos con la sola excusa de pensar diferente.La guerra de guerrillas es interminable y cuando usted dice que ya casi la tenia el gobierno exterminada seguramente faltarían otros cincuenta años para entonces si hablar de diálogos.El poderoso e invencible ejercito Americano no fue capaz de ganarle la guerra a unos hambrientos vietnamitas,ni el poderío y la fuerza soviética,pudieron con los harapientos guerrilleros Afganos,que se puede esperar de un ejercito que dasafortunadamente tiene en sus filas suficiente corrupción para alargar una guerra.?
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En Utopía los comandantes de las Farc pagan cadena perpetua por los crímenes cometidos. En Colombia, si confiesan, reciben penas restrictivas de la libertad que van de 5 a 8 años. Si no confiesan, van a la cárcel por 20 años.
En Utopía, no se negocia con los terroristas y se los aplasta en corto tiempo. En Colombia, no se negocia con los terroristas y seguimos en esta guerra que ya lleva 50 años, siguen las emboscadas aleves, las minas quiebra patas, el secuestro y abuso sexual de menores y también los malditos falsos positivos y la persecución bárbara de opositores legítimos.
En Utopía los negociadores son unos entregados y Santos un payaso que regaló el país. En Colombia De La Calle y su equipo lograron un acuerdo POSIBLE luego de un arduo e ingrato trabajo que debe ser aplaudido. En Colombia, ojalá sea así, Santos será el presidente que finalmente logró la paz para nosotros y un mejor futuro para nuestros hijos.
En Utopía todos son felices, en Colombia tenemos la esperanza de un mejor país.
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Creo que la opcion no es Paz o Guerra, es : Paz con impunidad o Paz con justicia. Si entregamos nuestros principios no nos quedara sino la esclavitud.
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«No tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en el camino de la paz y reconciliación (Papa Francisco)
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La oposición se hace fuerte en las próximas elecciones a: alcaldes, gobernadores, asamblea y consejos…Saquen las conclusiones de lo que piensan los colombianos…Los pronunciamientos de paz van ligados a los propósitos electorales ya ya todo mundo lo descubrió…
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Discrepo en un punto: ni el Gobierno nacional, ni el Estado colombiano (conceptos que aquí aparecen entremezclados) ni las FARC estuvieron más o menos cerca de ganar la guerra. Es, a mi juicio, uno de muchos factores que incidieron para verlos sentados cara a cara como están hoy. De resto, coincido con el texto pero éste deja un implícito en el aire: ¿qué va a suceder si las FARC hacen partido político, dado el antecedente de la UP? ¿cuál es la posibilidad de que las FARC se vuelvan BACRIM? ¿Qué hay de los otros actores mediando en este conflicto, que un Gobierno y un Estado frágiles no han podido contener? Basta con interrogar por las «casas de pique», o por las brechas de desigualdad e inequidad sociales, o por la seguridad en nuestras calles. Respecto a la guerra contra las drogas, una propuesta inglesa contra el opio reencauchada por Nixon contra las demás, citaré a un campesino quien dijo hace mucho lo siguiente, basado en su propio saber y entender: «mientras los gringos quieran oler o meter cualquier porquería, siempre habrá proveedores para satisfacerlos».
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Muy bien, buen enfoque. Efectivamente el enfoque coercitivo y represor contra el consumo de drogas ha fracasado. No solamente porque no evita el consumo, sino porque ha creado un monstruo aun peor: las mafias criminales detrás del negocio, las estructuras mafiosas que matan, compran políticos, jueces y policías corruptos, que le dan combustión al tráfico de armas y de personas. Ya es hora que el consumo sea legalizado y el comercio de drogas sea controlado por el estado. No porque no sea malo, sino para acabar con las mafias y la degradación a que conduce a los consumidores.
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Cuando la guerra se vuelve un negocio es muy dificil de erradicar. Es negocio para los ‘legales’ pues con influencias o marruñeras adquieren grandes cantidades de tierras a precios ridiculos. Es negocio para los ‘ilegales’ pues precisamente la ilegalidad de su acto la hace lucrativa. Una de los pocos aportes positivos del nefasto Milton Friedman fue al referirse a las guerra contra las drogas como un elefante blanco pues de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda si hay rentabilidad en un negocio siempre habra un Escobar que quiera asumir el riesgo, y la famosa guerra contra la droga hacia mucho mas reducida la oferta por lo que la rentabilidad se disparaba al techo. Lo que no entienden los enemigos del actual proceso es que asi la guerrilla este contra las cuerdas costaria muchisimas mas vidas el aniquilarlas militarmente. En un proceso de esta embergadura siempre hay que comerse muchos sapos horribles como lo mostraron procesos similares en Rwanda, Kosovo, Nicaragua, etc. pero que desafortunadamente son necesarios si alguna vez nos queremos hacer llamar un pueblo decente. Mucha gente que esta en contra de lo que llaman hoy impunidad, apoyaron con vivas la misma actividad que hoy condenan cuando fue aplicada a los paras, uno ya no sabe si eso se debe a que tenemos tan corta memoria o una desfachatez y sinverguenzura tan grandes. Obviamente que no deja buen sabor en la boca y el estomago el imaginar que luego de una vida de atrocidades algunos de estos guerrilleros gozaran de garantias que nunca le dieron a sus victimas, pero una vez mas tenemos que tener el cuenta que el proposito es mas grande aqui. Ahora, este solo es un eslabon mas, aunque enormer, hacia la tan anhelada paz. Por lo menos ya no habra mas crimenes asquerosos en nombre de esta odiosa guerra. Los verdaderos actores violentos tendran que inventarsen otro marco, otra excusa … no lo duden que saldra, pero esta ya se agotara y eso es bueno para poder identificar esos elementos y traerlos ante la justicia. Existe una guerra mas grande, que amenaza la paz verdadera y quien sabe si exista un humano nacido es este territorio colombiano que pueda hacerle frente algun dia … es erradicar la corrupcion en las instituciones y sacudir a todas esas zanguijuelas que utilizan el erario para beneficio individual. Un aparato de gobierno trabajando honestamente para sus conciudadanos es lo que puede afianzar la paz y garantizar que aberraciones como esta que esta dando sus ultimos repiros no se repitan … de hecho, un poco osado pero no creo que desacertado es el pensamiento que si ese estado cuasi-utopico ya existiera no daria cabida a la existencia de una guerrilla o una banda para … porque la misma sociedad dentro de ese marco seria impermeable a ese tipo de manchas sociales.
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El siguiente escrito es para presentar mi punto de vista, acerca de qué factores son influyentes, tanto positiva como negativamente para lograr la paz en Colombia.
No es la mala política, ni la guerra permanente, ni la usencia de paz la mayor desgracia nacional. El problema es la ignorancia, que crea la incapacidad de pensar y razonar a fondo sobre que es realmente la política, que es la guerra y que es la paz. Una vez seamos conscientes de lo que esto significa, nos daremos cuenta de que la política colombiana es solo un intercambio de favores, donde no se busca la transcendencia histórica en el pensamiento, sino la fragmentación de nuestros valores e intereses para privilegiar los intereses del más fuerte. Nuestra política es un vergonzoso escenario primitivo, donde el poder y la dominación se asignan mediante actos testamentarios o acuerdos bilaterales y no en la confrontación entre personas que propongan transformar esta sociedad cegada por la ignorancia.
Es en este punto donde la educación juega uno de los papeles más importantes, puesto que más que la inequidad, la violencia, la corrupción, la injusticia, es la falta de educación la que nos tiene así, pues la guerra se crea a partir de cada una de las familias que conforman esta nación, donde la inequidad y la injusticia que se crea por la corrupción de los miembros que dirigen el estado nacional, hacen de los seres humanos unas personas inconformes, llenas de necesidades y sin la educación necesaria para comprender que la solución a los problemas no es la guerra, sino por el contrario el dialogo. Sin embargo, cabe resaltar que estamos regidos por un gobierno, donde se invierte más en armamento para guerras, que en educación, y es aquí donde crece la ignorancia, pues no tenemos un gobierno que quiera brindar una educación de calidad y tampoco hay personas que quieran tener esta educación, puesto que a través del tiempo ha ido creciendo en el ser humano el facilismo, porque nadie quiere tener que esperar muchos años para ver los frutos de su esfuerzo, así que siempre toman el camino más fácil, en los cuales se muestra como se han fragmentado nuestros valores. Si, claramente la mayoría son seres sin valores y principios, donde todo se rige bajo la defensa de los intereses personales y no los colectivos, y es por esto que es muy difícil pensar que se pueda lograr la paz, pues nadie piensa como nación, solo se piensa en cómo puedo ser más poderoso que el otro.
Es difícil pensar que un gobierno como el nuestro realmente quiera realizar la paz, cuando aún prevalecen los intereses de ellos y no los de la nación que los eligió para el manejo de sus recursos. Evidentemente, si queremos la paz se tiene que acabar la inequidad, pues para esto será necesaria la existencia de igualdad de derechos y condiciones, donde la educación sea excelente para todos, donde no se hablen de ricos y pobres sino donde se hable de una Colombia equitativa en todo el sentido de la palabra, pero para que esta equidad se comience a dar, primero necesitamos empezar a razonar a fondo sobre quienes son realmente los que estamos poniendo a administrar nuestros recursos, pues necesitamos elegir bien, para que esos recursos sean bien administrados y que la educación de calidad prime sobre todas las cosas, para que todos estemos en igualdad de condiciones, y que la nación tenga la educación necesaria para saber elegir a sus gobernantes. Pero si dejamos a un lado las posibles soluciones a esta guerra y somos realistas, nos encontraremos con un gobierno que no va a fortalecer la educación puesto que si esta se fortalece, por consecuente la nación completa se quitara la venda de los ojos y dejara de elegir este tipo de gobernantes y se inclinara más por buscar quien realmente si puede defender sus derechos y administrar bien los recursos.
Escrito por: Natalia Herrada López
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