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«La interconexión es la clave para comprender la complejidad del mundo y encontrar soluciones integrales a los desafíos que enfrentemos”.
Fritjof Capra.

La agricultura es mucho más que producir alimentos: es un sistema interconectado en el que cada decisión impacta la seguridad alimentaria, la estabilidad económica, el medio ambiente y el bienestar social. No podemos abordar sus desafíos de manera aislada. La productividad, la sostenibilidad y el progreso social deben avanzar juntos para garantizar el futuro del agro colombiano.

Un estudio de GlobalMind, que analizó 16 cultivos estratégicos, confirma lo que ya intuíamos: sin herramientas adecuadas ni respaldo técnico, la oferta de alimentos está en riesgo. Las plagas, enfermedades y malezas amenazan la producción, afectando a productores, consumidores y a toda Colombia.

Tomemos dos ejemplos del estudio:

Arroz: Las malezas pueden reducir su producción en 50 %, los hongos en 40 % y los insectos en 35 %. En un escenario crítico, la escasez dispararía su precio en 136 %, afectando el acceso a este alimento básico. Además, se perderían entre 11.000 y 12.000 empleos rurales.

Papa: Su producción podría caer en 44 % si no se protege adecuadamente. En un contexto de escasez, su precio aumentaría drásticamente, reduciendo el consumo y generando pérdida masiva de empleos rurales y urbanos.

La tecnología y la sostenibilidad no son opciones, son imperativos. La adopción de prácticas agrícolas innovadoras ha demostrado mejorar la productividad y reducir el impacto ambiental, garantizando una agricultura más resiliente. Entonces no aplicaría una disonancia en la toma de decisiones, como restricciones al acceso de herramientas para proteger los cultivos sin ofrecer alternativas viables, debilitando la capacidad de respuesta del agricultor.

El agro no puede depender de decisiones fragmentadas. Se requiere un plan integral, donde políticas públicas, academia y sector privado alineen esfuerzos para garantizar una producción eficiente y sostenible. La sincronía entre productividad, rentabilidad y sostenibilidad no es un lujo, es una necesidad urgente.

Procultivos ANDI ha demostrado que sí es posible. Con pilotos de investigación participativa escalables, la cámara ha trabajado con agricultores para integrar producción, sostenibilidad y comunidad, construyendo soluciones que protegen los cultivos y el medio ambiente.

Si Colombia aspira estar entre los cinco principales proveedores de alimentos del mundo en 2030, debemos actuar ahora. No podemos esperar a que las crisis de abastecimiento nos obliguen a reaccionar.

La agricultura es un sistema, no un fragmento. ¡Cultivemos el cambio hoy!

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