Debo confesar que en principio iba con algo de reserva a ver este documental. Principalmente, porque algunos nombres de los cuales se valen para promocionar la película, como “Julito” o Juanes, me remiten a un concepto patriotero muy pop, insulso, de esos de sombrero vueltiao’ y camiseta de la selección Colombia, con mucho de pose y más bien poco contenido.
Y en cierta medida esto es así por momentos. Sentí algunos fragmentos de la narración en Magia Salvaje con esa nociva e inútil tendencia a medir todo con esos rankings que tanto nos gustan por acá, como si todo se tratara de un reinado de belleza en el cual somos “miss universo” en felicidad, y así en especies de mariposas, fuentes de agua, etc., etc., etc., sin una reflexión mayor a la que puede tener el que saca pecho por ser “primero” en cualquier cosa por el simple hecho de “ganar” en lo que sea, pero sin comprender causas, procesos y efectos.
Por fortuna al avanzar la película la contundencia de las imágenes, la verdadera magia que se exhibe naturalmente ante las cámaras, esas especies como salidas de una nueva película de fantasía de James Cameron, en mi opinión derrumban cualquier idea preconcebida, pues lo grandioso de la naturaleza apabulla y simplemente entrega al espectador al disfrute de lo maravilloso que tiene este planeta, especialmente este espacio de tierra que se conoce como Colombia y que, por cuestiones de azar, se convirtió en nuestra “casa”.
Pero que esas bellas y asombrosas imágenes sean de nuestro país, no es precisamente un motivo de orgullo; todos esos ecosistemas no están allí porque hayamos hecho algo en particular, eso no se debe a los humanos que nos identificamos como colombianos lo hayamos generado y más bien perduran a pesar de nosotros. Por el contrario, lo que sí depende directamente de los que habitamos este territorio es que la maravilla natural se conserve, que esas imágenes que muestra la película sigan siendo una realidad y no un catastrófico documento histórico que dio cuenta de lo que alguna vez existió.
Y tristemente, más allá de llenarnos la boca cacareando que “tenemos” dos mares, muchas frutas, cantidades de flores, muchas mariposas, muchos pájaros y anfibios, no hemos sido del todo responsables con la misión de conservar esta maravilla natural y para la muestra lo que el gobierno mismo permite con licencias, a través del ministro de Ambiente (también conocido como minlicencias), antes reconocido escritor de temas del ambiente… del mercadeo y ventas.
No se trata de que el hombre sea siempre un depredador de la naturaleza, se trata de encontrar la forma ambientalmente responsable y sostenible de que nosotros, que no somos ni más ni menos que una especie más, habitemos el mundo garantizando que las otras especies puedan sobrevivir. Se trata de que recordemos siempre que el mundo es una máquina llena de engranajes y si uno de esos falla o desaparece tal vez la máquina pueda seguir su funcionamiento, pero va a ser distinta, va a ser otra máquina ya sin una de sus partes y eso, irremediablemente, afectará otras cosas unas veces más evidentes que otras, pero al fin y al cabo siempre irreparables.
Magia Salvaje, más que ser únicamente un documento de “lo colombiano”, nos lleva a pensar que como raza que habita este planeta tenemos la obligación de preservar esas maravillas, no por el “orgullo” de ser colombianos, sino por el simple hecho de que de eso depende nuestra supervivencia como especie, de que las nuevas generaciones puedan disfrutar de lo que hay ahora, aunque ya mucho se haya extinguido. Ojalá este documental sea un inicio de una conciencia más profunda de nuestro papel como especie en el planeta, no simplemente una medallita que nos colgamos con la bandera de Colombia para ir pregonando «pertenencias» que de nada sirven si no las protegemos, incluyendo por supuesto a los gobiernos y autoridades.
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Señor A. Moñino.
He leído 4 de sus artículos en este diario y me parecen fabulosos. Destaco su congruencia y buena redacción y excelente contenido. Hacia mucho no leía en EL Tiempo buenos artículos. Keep it up!
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Muchas gracias, Jose Francisco. Saludos,
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Mantener los ecosistemas esta muy lejos de lo que podemos hacer quienes nos civilizamos, el vivir en la ciudad nos aleja de las bondades del campo, es en las regiones donde por necesidad el que habita este paraiso debe a toda costa justificar su supervivencia, vean como se deforesta la amazonia cada minuto el tiempo esta contado.
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La película es exelente y creo que como yo, muchos colombianos nos sentimos orgullosos de lo nuestro y me siento orgulloso de ser colombiano y de haber nacido aquí y si, yo también he viajado y no hay nada más lindo que regresar a este lindo país donde nací.
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me molesta alguien que ve con esa lupa, no me nació seguir leyendolo.
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Me alegra que le haya nacido comentar. Saludos
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ESO! ASÍ ES!
A ser mas duros con la indiferencia! en serio! yo ya done, y aunque a veces no sabemos que destino tenga nuestra inversión tomémonos el tiempo de hacerlo! que el mundo cuente con nosotros! de por dios!
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Por mi trabajo he podido conocer muchos lugares del mundo y aprendi que no por nacer en un país, este es el mejor del mundo. Estoy de acuerdo con Ud. Y pienso que La belleza natural existe en cada rincon del planeta. No existen fronteras esto. Al ser humano le quedo grande vivir en este planeta. Algun dia aprenderemos qe el dinero no se come, el petroleo no quita la sed y el poder no nos llena los pulmones.
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Tiene toda la razón, Julián. Nacer aquí o allá es puro azar, lo único que implica es la responsabilidad de cuidar lo que nos toca, porque, como usted bien dice: el petroleo no quita la sed ni el dinero es comida. Gracias por leer. Saludos
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Cuando se hacía la campaña de expectativa respecto a un documental colombiano llamado Magia Salvaje, pensaba entonces que se trataba de trucos de magia. Me imaginé como un uribista llamado Juan Manuel, por arte de magia se convertía en su más acérrimo rival. Y cómo un ejemplar abogado, otrora defensor de buenas causas, por arte de magia se convertía en el más corrupto Fiscal General de la Nación. Y así, cientos -quizás miles- de ejemplos. Por fortuna, es un homenaje a la madre tierra.
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Gracias por leer, por fortuna no todo en la vida es «uribismo» / «antiuribismo», como muchos quieren hacer creer. Saludos
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Triste que la mayoría de los opinadores no hagan nada para la conservación, como lo reconoce el autor de este blog, pero dejen de lamentarse y hagan algo. El hecho es que si, me siento orgulloso
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Gracias por leer y que bueno que se sienta orgulloso. saludos
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La película en lo técnico está muy bien lograda, en lo espiritual es una oda diabólica, pues endilgarle esa perfecta creación a la «sabia naturaleza» o la maternidad del hombre y todo ser a «la madre tierra» y algunas otras estupideces mas, es desconocer la omnipotencia de Dios. A muchos esto les parecerá una locura, pero pronto lo entenderán. Romanos 1:18 «Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.»
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Probablemente los realizadores de la película terminarán en el infierno, junto al demonio de Tasmania. Saludos
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solo con decir que es bello el documental, basta.!l
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Yo, por el contrario, creo que eso no basta, hay que hacer de ese documental acciones concretas en la cotidianidad. Gracias por leer, Miguel. Saludos
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bello documental que nos invita -sobre todo a los niños futuras generaciones- a reflexionar muy seriamente sobre el daño inmenso que le estamos causando a la naturaleza .un punto en contra es el de algunos teatros donde se exhibe ,que tal vez con el propósito de impactar más al espectador que asiste a sus funciones , le suben todo el volumen a sus parlantes lo cual desespera hasta el más sordo .
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Gracias por leer y comentar. Saludos
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y ud se si divierte en cine? saludos.
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Sí, Yeny, me divierto mucho en cine. Gracias por leer. Saludos
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Me impacto positivamente la película, pero me atrevo a recomendar otros parajes igualmente bellos: la chorrera, el encanto en el Amazonas, los cerros de mavicure y los raudales de la mapiripana en Guainia, la laguna azufrada en Nariño. Bendito Dios que nos ha dado tanto. Pero, si no hacemos conciencia se perderá especialmente por un delito tan atroz como lo es la minería criminal.
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Es cierto, Javier. Hay varios lugares más igualmente alucinantes que hay que proteger igualmente. Saludos
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Excelente artículo. Nos recuerda que la naturaleza está ahí a pesar de nosotros.
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Gracias por leer y comentar, Irma. Saludos
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Me identificó con este artículo, algunos dizque se sienten orgullosos de ser colombianos por tanta belleza que hay en el pais aunque no hemos hecho nada para que sea así, dio en el punto, bravo!!
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Gracias por leer y comentar, Darío. Saludos
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Soy cercanos a algún promotor de el Exito, y ellos aseguran que no es un documental, es una película…
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Un documental, Soila, es una película. Gracias por leer. Saludos
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