Tengo un amigo al que no le gusta insultar. Es tan correcto, que cuando tiene que desahogarse con otro conductor, baja la ventana y grita, literalmente: «¡groserías, vulgaridades!». Y la gente se queda más
asombrada que si hubiera escuchado una retahíla de palabrotas. Me gustaría tenerlo de visita en España, para que aprendiera lo cotidianos que son los insultos aquí.
Los españoles son malhablados. Tienen la fea costumbre de interponer palabras soeces en cada frase, y las usan a diario y sin pudor alguno. Boquisucios y deslenguados, suelen ser bastante directos a la hora de decir las cosas, y no tienen reparos en acudir a términos que para el resto de hispanoparlantes están reservados a momentos más… iracundos.
No es que en América Latina tengamos menos insultos. Cada país posee sus propias formas de agredir verbalmente al prójimo, o de expresar enfado, desagrado, sorpresa o rabia con un vocablo malsonante. La diferencia está en que el ciudadano español aprende desde pequeño a usar sin pudor en una conversación cotidiana lo que en nuestra cultura es simplemente insultante.
El abanico de insultos españoles está compuesto por una rica mezcla de referencias al sexo y las partes genitales. Parece ser una constante universal en todos los idiomas. Tal vez por eso la palabra soez más usada por los españoles es, sin duda alguna, una alusión directa al coito: joder.
Joder es una palabra que así, en infinitivo, representa como ninguna otra el espíritu español. Se sirve sola, sin hielo, entre unos buenos signos de admiración. En una típica conversación entre españoles se puede escuchar varias veces, sin sobresaltos. Es como el hueón chileno, el marica colombiano, el chinga mexicano, el cónchale venezolano o el fuck! anglosajón. Es prácticamente un signo de puntuación por sí misma.
Le sigue en importancia el coño, que se refiere a la entrepierna femenina, y que se utiliza de la misma forma que joder. Curiosamente, y pese a la importancia que se le da a tal parte de la anatomía, se suele identificar con algo de escasa valía: «es un coñazo«, indica que algo es aburrido o no interesa para nada.
El culo parece estar presente en todas partes. Aparte de ser utilizado sin ambages para referirse a los glúteos de una persona («qué culo tiene Salma Hayek«, «se cayó de culo«, «esos pantalones me hacen ver mal culo«), viene asociado a incordiar o hacer algo terriblemente fastidioso: «dar por culo» (aunque sea algo que a mucha gente le encanta, literal y metafóricamente). También, cuando algo está muy muy lejos, se dice que está «a tomar por culo«. Y a nadie se le ensucia la boca por decirlo.
No hay que olvidar la polla. La hembra del pollo no es una apuesta informal, como en algunos países latinoamericanos, sino el miembro sexual masculino. Contrario a lo que le sucede al coño, cuando algo es «la polla» es que es buenísimo, excelente. Pero si te «suda la polla» o «te la pela«, es que algo te importa poco. Realmente muy poco, creo yo.
Más abajo están los cojones: los testículos. A los gringos les encanta esa palabra, porque tener cojones es ser valiente, ser audaz, temerario, y siempre la ponen en castellano en sus películas y libros. Por eso hacer lo que «me sale de los cojones» es hacer lo que me da la gana. Pero está prohibido el contacto con los cojones de tus semejantes porque cuando le estás tocando los cojones a alguien es que lo estás enfureciendo seriamente.
Un gilipollas es un idiota, un pendejo. La palabra, que nos suena tan rara, parece venir del lenguaje de los gitanos, el caló, donde el jili es la víctima del engaño, el incauto, el poco avispado, el que piensa, hace y actúa con gilipolleces. Un gilipollas es también un capullo, que es la cabeza del pene pero también es alguien inocente y con poca experiencia, y por eso parece un poco tonto.
A los españoles también les gusta afirmar con rotundidad que hacen sus necesidades en aquello que les molesta. Y van por ahí cagándose en su trabajo, en el vehículo que estorba en la calle, en la policía, en el gobierno, en la salud pública, en la vida en general. Y si el que le molesta eres tú, se cagarán en la puta madre que te parió y en todos tus muertos, sin apenas despeinarse.
Pese a ser uno de los baluartes históricos del cristianismo en el mundo, no tienen reparos en cagarse en dios, en cristo, en la virgen, en la hostia y en todos los santos. Pero para suavizarlo un poco, a veces dicen simplemente «me cago en diez«. Y directamente pueden abarcan el universo entero para hacer sus necesidades en él, diciendo en una sola palabra: mecagüentó. Qué grandes.
En España cuando quieren decirte que te vayas al infierno, te dicen «que te follen«. Otros son más explícitos y te desearán «que te folle un pez«. Esto es porque están «de mala leche» o de «mala hostia«, o sea con muy mal genio. Porque a lo mejor eres un hijo de puta, o un hijo de mala madre, o un hijo de tu puta madre. Lo vocalizarán bien, con todas sus letras y alzando la voz, y con cara de cabrones malnacidos. ¿Cómo no quererlos?
Por supuesto, yo intento moderarme. Sobre todo porque (salvo alguna ex), no conozco a nadie que merezca tantos insultos. Aún así, al volver a mi país en algunas vacaciones no pude evitar que se me salieran algunos de estos comunes exabruptos frente a mi familia. Y mi mamá sentenció con certeza y ceño fruncido: «mijo, cómo vino de malhablado».
Pero es que, mamá, ¡ellos empezaron!
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[…] al tema tratado y el ambiente. La forma, además, es muy cuidada, puesto que puede conllevar a vulgaridades o […]
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Buenas tardes, Camilo,
la verdad es que tu artículo sobre lo boquisucios y malhablados que somos los españoles, entre otras bellezas que has expelido desde tu poca cultura o tu resentimiento indígena hijoeputa (palabra colombiana que se precie utilizada casi en cualquier situación) en contra de nosotros, no puedo perderme la ocasión de hablar sobre vuestro maravilloso gracejo popular lleno de vulgaridades y palabras soeces que soltáis a diario y de la que luego os jactáis diciendo que es que los colombianos sois cagada, pero menos mal que eso no es una vulgaridad llena e mierda ¿no?
Bueno, todo el día estáis con la arepa en la boca, pero la arepa también es la vulva de la mujer, eso incluiría la de tu madre, tu hermana y ¿quién más de tu familia? Qué buenas cocineras. Pero tranquilo que a fuego lento sabe mejor.
Lo primero que hay que señalar con respecto al atrevimiento que has tenido, o que te has tomado, al criticar a todo un país, en este caso, decir lo groseros que somos todos los españoles, yo tengo que responder MAMOLA, pero eso tampoco es una vulgaridad ¿verdad? Así que no tienes por qué ofenderte ni por esto ni por lo que viene después.
Quizá debería pensar que te den por el jopo, pero no puedo pasar por alto leer este artículo y sentirme indignado porque no entiendo que un culicagao e la mierda como tú pueda escribir un blog en El Tiempo. Espero que con lo que estoy diciendo no se te haya puesto care verga o care mondá porque lo que has escrito no es ninguna chimba que también es pene o polla, como quieras llamarlo.
Seguro que al terminar de soltar toda la churria que llevabas dentro te habrás quedado más patiancho que un indio patirrajao.
Las mujeres colombianas sobre todo utilizan mucho la palabra marica, marica por aquí, por allá pero eso para vosotros no es una vulgaridad, claro sois colombianos y no sois ni boquisucios ni malhablados, menos mal.
Además muchos de vosotros habláis mucha mierda, sobre todo para aparentar lo que no sois, por eso montáis una conferencia para daros golpecitos en el pecho y limpiaros el culo…ups perdón, olvidaba que eso para vosotros es una vulgaridad, debería haber dicho otra vez el jopo o las nachas— para finalmente acabar diciendo que «sois muy inteligentes pero que si os va como una boñiga es por falta e disciplina». A lo que yo tengo que decir «dime de qué presumes y te diré de qué careces». Holanda nunca se ha jactado de ser inteligente, ni Estados Unidos, ni Alemania, ni Francia, ni Inglaterra ni nosotros los españoles. Normalmente, el que habla demasiado de la inteligencia carece de ella porque sencillamente la anhela. Presumís de ser un país en vías de desarrollo pero con este tipo de cosas sólo demostráis que la única vía en la que estáis es en una vía muerta. Evidentemente, esa conferencia sólo se la traga el que tenga un serio problema de coprofagia.
Con respecto a la palabra culo viene del latín culus pero vosotros desvirtuáis la palabra modificándola a vuestro antojo para decir culiar que seguro tampoco es una grosería que además utilizáis muy a menudo.
Con tanta palabra colombiana a lo mejor se te ha secado la garganta, tómate un juguito de mípalo a ver si se te pasa la pendejada o la bobada.
Sois tan pajudos de verdad que para que una grosería no suene tanto a grosería le cambiáis una consonante, ¡hijoepucha!
Encima de todo esto criticáis a los españoles con sorna y a su forma de hablar sólo porque utilizamos las Ces y vosotros no, sin embargo, se os descorcha el ciezo para decir la c de Thank you, what do you Think y everyThing, al mismo tiempo que los americanos os soplan la nuca.
Antes de conocer in situ a la morralla indígena, que afortunadamente no son todos los latinos, yo era un ingenuo porque pensaba que los sudamericanos eran mis hermanos al otro lado del océano pero con gente como tú y demás de similar ralea, en este momento, me lo pienso y actúo con mucho recelo porque demostráis con vuestro comportamiento de puta ladilla que bajáis rodando de la puta cresta e la loma porque una culipronta o una sunga os hizo de un polvo e marrano.
Después os ponéis berraquitos porque a los colombianos en general se os trata con bastante desconfianza cuando no hay ni uno sólo que no conozca a un guerrillero o a un traqueto. Y para colmo le echáis la culpa de todo a los traquetos, que por ellos es que tenéis el sello de mafiosos y traficantes. Como ves me conozco la vaina al dedillo. ¡Pajudos!
Muchos colombianos, no todos, vais por la vida como si el mundo os debiera algo y sólo demostráis ser prepotentes, arrancayucas y comemierdas. Creéis que os merecéis más de lo que sois porque según vosotros sois los mejores, los más inteligentes porque sois muy vivos, muy abejitas, unos avioncitos, unas biblias y sólo por ser colombianos, cuando la mitad de los paisas se están muriendo de hambre en el puto cerro. Con esa forma de pensar no pasáis de ser unos simples analfabestias. Con esa forma de pensar, toda la gente que conozco deseo que esté prevenida en contra de gente como vosotros.
Como ves el respeto es muy importante y antes de poneros a criticar a los demás miraros la tonelada de mierda que tenéis en el ganapán o el ojalete y después hablamos.
Decís lo de «colombiano que se respete» tanta chulimariconada que tiene uno que escuchar. Yo lo voy a mejorar «el que quiere respeto, respeta y el que no respeta está pidiendo a gritos que le jodan la vida». Y si no respetas, regresa a tu adorada y querida Locombia.
Javier Martín
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Ja ja!! Vivi un tiempo en Madrid y de verdad que es dificil al comienzo acostumbrarse a la desfachatez en el habla de los espa~oles: son unos guarros!! De hecho, a mi me criticaban el tan colombiano-cachaco «si/no se~or» o «si/no se~ora». Me decian que esa vaina pertenecia a la epoca de la colonia, que denotaba sumision, servilismo… En fin, como lo dice Juan Camilo, independientemente de que hablemos el mismo idioma, cada pais, e incluso, cada region, le da un uso muy particular a este. Joder!!
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Se censuran los comentarios de acuerdo a línea de pensamiento de este medio de des-información.
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Pa mi gusto, es una inmundicia escuchar mas de 2 minutos a las personas a las que se refiere el columnista, aquí (Colombia), el gamín, el atracador ó el vicioso también rebusca términos vulgares y los expulsa vía oral complementándolo con cara de peligroso, es que eso parece ser el único patrimonio que poseé todo mal gestado; Coloquialmente: mal parido.
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Si usted intenta copiar y pegar cualquier párrafo de su texto en estos campos de comentarios, notará que hasta El Tiempo le censura tanta grosería. Me encanta el paternalismo de El Tiempo!.
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