La madrugada del día valió la pena. Una de las películas de Latinoamérica que compite, la guatemalteca Ixcanul (Volcán), fue presentada a las 9.00 am en un Berlinale Palast que no estaba tan lleno como ayer. Me ubiqué en el centro al lado de Bruno Carmelo, un paulista con el que me lo pasé el resto de día. Él viene a cubrir el evento para la revista online Adorocinema para la que trabaja.
—Parece que no le interesa mucho a nadie —dijo— pero yo me siento representado y si está acá debe ser por algo.
—Yo también me siento representado y espero verme todas las pelis de allá que pueda.
¿Ya les había dicho algo del sonido? Bueno, es remarcable y desde la introducción a cada filme impresiona. Al comenzar Ixcanul creí que esta se basaba en el cliché —del que adolecen varias películas de nuestras latitudes— de vender lástima. Menos mal me equivoqué. Por el
contrario, Jayro Bustamante nos entrega honor, bravura y orgullo de ser lo que se és. La vida difícil de las mujeres sometidas por el patriarcado que se apoya, entre otras, en las costumbres sociales y la religión para reproducirse y mantener a las mujeres bajo su báculo. La cinta también roza la discriminación debida al etnocentrismo y al clasismo que domina nuestras sociedades: «Perdóneme señora, yo no hablo su lengua». Le dice una doctora, blanca, a Juana (María Telón) en una escena.
Juana es una mujer imponente, grande, fuerte y madre amorosa de María (María Mercedes Coroy). Y es Juana la verdadera protagonista del trabajo de Bustamante. La señora Telón, con muchísimos menos años de experiencia que un par de sus competidoras —Juliette Binoche, Nicole Kidman—, nos muestra eso que estas en sus pelis no pudieron: lo que supone para una mujer vivir en el desierto de una sociedad patriarcal y la dignidad de ser mujer e indígena.
Casi apenas 30 minutos después comenzó Journal d´une femme de chambre —de Benoit Jacquot—. Película belgofrancesa ambientada a principios del siglo pasado. Celestine (Lea Seydoux) es en varios sentidos una delicatessen que trabaja en el servicio doméstico y que encuentra un nuevo trabajo en la provincia francesa. La manera de vivir como la conocemos nació en ese período y el director está fascinado con él, en tanto que lo considera un punto de inflexión en nuestra historia. Uno que definió las relaciones patronales, de género, políticas de hoy en día. Se ve que hay pasión en el filme y que ya se ven las luces de mujeres fuertes, pero en general la película no cuaja.
Almuerzo multiétnico con cuatro colegas: un brasileño, un español y un alemán, en el que hablamos de… cine. Sobre todo de las películas malas que nos ha tocado ver. Las campeonas del debate fueron los bodrios como Queen of the Desert y Nadie quiere la noche.
Victoria, película alemana dirigida por Sebastian Schipper en la que el plano secuencia es esencial, tanto que a veces marea. Con cierto aire a Dogma 95, uno se siente siendo parte de esta pandilla de fiesteros con los que se junta
Acá podés encontrar lo de ayer.
Ve, y hoy es la esperada Knight of cups de Malick.
Relatos en: El Galeón Fracaso
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