Molén: ¡Hola! el día de hoy la psicóloga Norma Luján nos hablará de las madres sobreprotectoras.
Norma: ¡Hola! gracias por la invitación y muchas mamás me preguntan hasta qué grado es sano sobreproteger a sus hijos, y es que, es verdad, que hay una ligera linea entre lo normal y lo patológico.
Las madres demasiado complacientes y las dominantes y posesivas no preparan a sus hijos para su adultez, sino prolongan su mentalidad infantil, y es por eso, que vemos por la vida a millones de personas con cara y cuerpo de adulto, pero con un inconsciente infantil.
El niño mimado en exceso se muestra relativamente indisciplinado, pues se le ha permitido seguir utilizando formas infantiles de exigencia y agresión mucho después de que éstas han dejado de ser las adecuadas.
Entonces lo que pasa, es que cuando el niño ingresa a la escuela, dicho niño espera que se le complazca en todo, y como esto no ocurre intenta obtenerlo provocando a la gente, peleando, haciendo berrinches y obstaculizando todo, y como estas actitudes no funcionan como es con la madre, entonces, el niño mimado en exceso evita a la gente de su edad y juega con niños menores, a los que puede dominar.
En contraste, el hijo de una madre dominante y posesiva es dependiente y sumiso, pues se le ha sobreentrenado para que no tome la iniciativa o se rebele.
Los niños llevan al ambiente circundante el tipo de relación reciproca aprendido en el hogar, y sin ayuda profesional llevará a cabo esas mismas relaciones en la fase adulta.
La conducta sobreprotectora de la madre, ella misma presa de necesidades de sobreprotección fuertes, provoca en el niño necesidades recíprocas, a las que sólo puede dar satisfacción la madre o una réplica de ésta.
Evitar la sobreprotección es complicado, pues se puede llegar a ella en el momento menos pensado y sin que los padres lo noten. Es necesario tener en cuenta tres principios fundamentales en la crianza de los niños: amor, disciplina y respeto.
Con estos se puede brindar al niño una crianza equilibrada en la cual hay afecto, educación, y se le enseña el respeto por lo que hace y lo que hacen los demás.
Molén: gracias Norma y los invito a que sigan mandando sus sugerencias, dudas, temas a mi twitter @mousii o al de la Psicóloga Norma.
Por Molén Antolin @mousi
Foto cortesía de Norma Luján
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