Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
Además de descansar y compartir tiempo con nuestros seres queridos, esta es una época del año en la que usualmente nos damos la oportunidad de reflexionar y trazar metas para el siguiente periodo. Aunque muchas veces nuestras obligaciones diarias aplacen indefinidamente la realización de esos proyectos y sueños ¿Cómo asegurarnos de poder cumplir con nuestros objetivos?
Algunos se acercan al final de año con algo de frustración al encontrar que sus propósitos no se cumplieron; muchos quedan pendientes y algunos ni siquiera los comenzamos, no hay nada más triste que revisar y encontrar un listado de proyectos sin cumplir. Pero, aun así, la ilusión de un nuevo comienzo nos da la esperanza para comprometernos nuevamente con unas tareas que a pesar de no haber cumplido siguen siendo parte importante de los sueños sin realizar.
Una de las razones por las cuales estos objetivos no se alcanzan a materializar es porque no estamos acostumbrados a hacer una planeación personal responsable y detallada. Al revisar, es muy probable que nos hayamos planteado metas irreales, difíciles de cumplir, pero en especial que seguramente no se pueden realizar solamente en un nuevo año que nos traza una meta temporal de tan sólo doce meses.
Por mi experiencia, considero mucho más útil adoptar un lente empresarial cuando se trata de proyectos personales. Por supuesto, hay amplias diferencias entre un individuo y una empresa, pero en ambos casos se busca llegar lo más cerca posible a un estado ideal a través de una serie de objetivos. El problema es que, como se trata de nosotros mismos, no tomamos en serio estos procesos.
Así como lo hace una empresa, si lo que queremos es cumplir con una meta, es necesario tener clara una visión y una misión, que usualmente se proyecta a cinco años o más. Al hacerlo, las organizaciones pueden identificar fácilmente sus objetivos, y concentrarse en cumplirlos desde diferentes frentes.
Una planeación personal juiciosa nos permitiría identificar procesos que estén fallando y abordarlos con premura para tomar las medidas necesarias; algo muy difícil de hacer en tan solo doce meses. Sin planeación, nos encontraremos al final del camino, con un inconveniente difícil de solucionar que nos bloquea y acaba por frustrarnos. Si pensamos en nuestros objetivos como una empresa, es más fácil identificar fortalezas, debilidades y corregir las fallas de acuerdo a nuestros planes.
Entiendo que es mucho pedir que nos dediquemos con rigor empresarial a medir y graficar estos procesos, pero en muchas ocasiones basta con unos minutos de reflexión y de poner en el papel estas ideas para ponerlas en marcha y de manera muy sencilla fijar proyecciones reales.
Por pequeñas que parezcan, estas metas son importantes: desde ir al gimnasio, hasta seguir una dieta, dejar de fumar, aprender un idioma, tomar un curso o viajar, es con un poco de disciplina y con la habilidad de proyectarnos como garantizaremos el éxito de nuestros planes.
Fernando Dávila Ladrón de Guevara
Rector Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano