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Hace cerca de una semana tuve la oportunidad de conversar con un estudiante de literatura egresado de mi colegio. Aunque desde ese día he estado intentado recordar su nombre (su apellido es Cuesta), no he podido lograrlo. Le agradezco por ilustrarme acerca de lo que sigue, el tema de esta entrada.

Mark Danielewski es un escritor estadounidense nacido en 1966. Leo por ahí que ha publicado cuatro obras, siendo la primera y la última las más notables.

La primera fue House of leaves, novela publicada en el año dos mil. House significa casa, leaves significa hojas. Y no estaría hablando de ella o de su autor si no contuviera algo curioso o llamativo; algo que la diferencie de otras novelas. Pues bien, la siguiente es la foto de una de sus páginas. Se encuentran algunas más buscando en imágenes de Google. Click para ampliar, analizar y ver mejor.

Ese cuadro azul pertenece a la página. No es un montaje ni una añadidura. Extremadamente curioso me parece el texto que aparece invertido, dentro de él.

No sé ustedes, pero yo nunca había visto algo así. Cosas meeeeedio parecidas, pero nada así.

Raro, ¿no?. Pues resulta que la obra de este autor se caracteriza (visualmente  – no lo he leído) por esta particularidad; sus textos siempre están escritos de forma diferente, contraria a lo normal. Luego de pensarlo un poco, algunos teóricos han clasificado a la literatura como ésta según esa cualidad; la de exigir un esfuerzo adicional por parte del lector, si es que éste quiere descifrar el texto.
La llaman literatura ergódica.

Es entonces cuando uno se pone a pensar en lo convencional que llega a volverse la lectura. ¿Han intentado leer un párrafo con la página al revés? Es verdaderamente difícil. Parece que luego de varios años de lectura llegamos a acostumbrarnos a ver las letras como algo más que simples símbolos, y les hemos dado una orientación propia y un orden, unas reglas y características únicas y necesarias. Por eso existe la ortografía, por eso existe la gramática.

En fin.

La última novela de Danielewski se llama Only revolutions (algo así como ‘revoluciones únicamente’) y el joven Cuesta me comentaba que al concebirla, su autor se propuso crear una novela que fuera toda ella un giro, una completa revolución. Trescientos sesenta grados.

Entonces, el lector se encontrará con un libro que tiene no una sino dos portadas, y dos historias contadas por distintos narradores, ‘opuestas’ pero paralelas, y casi cíclicas, según tengo entendido. Páginas como ésta, perteneciente a una historia,

o la que sigue; su contraparte en la otra línea narrativa,



Leyendo en Wikipedia puede uno darse cuenta de la cantidad de particularidades que tiene el libro. Por nombrar sólo algunas, todas las letras O y los números cero de las dos historias están impresas en un color diferente del negro (dorado para una, verde para la otra) salvo contadas excepciones. Cada página contiene texto al revés en la parte inferior; este texto pertenece a la historia que no se está leyendo – algo como lo que sucede con los libros de la colección Cara y cruz, solo que más complicado. Cada página contiene noventa palabras (cuarenta y cinco ‘al derecho’ y las demás no) lo que significa que cada hoja contiene 180 palabras. La especie de barra que se ve a los lados contiene eventos supuestamente históricos, organizados cronológicamente.

Todo un cuento, en realidad.

Cuesta hablaba de traer el libro de Estados Unidos, pues sólo allá se consigue. Es decir, ¿ni modos de conseguirlo en español? Se me acaba de ocurrir lo siguiente:

Traducir una obra de estas debe ser prácticamente imposible.

Dirán que las palabras pueden reemplazarse por sus equivalentes. Seguro que se puede. Pero pienso que en una obra así, contemporánea, tan dinámica, única… las ideas del autor están tan ligadas al resultado final, que modificarlo sería tergiversar la obra.

Y, como es claro, la obra original está escrita en inglés. Lo que quiere decir que que traducir Only revolutions al español sería como colorear y seccionar el Guernica o algo por el estilo. Piensen en el cambio de páginas debido a la diferencia de longitud entre un párrafo escrito en inglés y uno en español (me parece que en promedio el párrafo en español es más largo).
Se estaría cortando la historia, se perdería el número de páginas por hoja, el libro no sería simétrico…

Así las cosas, llego a ver cada página de este libro como un cuadro, como una imagen – como una obra visual muy extensa, que está a su vez escrita en inglés. Entonces un libro deja de ser un libro y se convierte en algo más. Una obra muy completa, descifrable por completo en un único idioma. Los demás mortales, que tenemos una lengua materna diferente a la del autor, no podríamos ver a este libro como un verdadero libro, pues al fin y al cabo un libro se puede traducir.

Y este no.

Aunque claramente, esa es sólo mi opinión.

dancastell89@gmail.com

PD1: Ésta es la página oficial de Only revolutions. Sólo con verla puede uno imaginarse por qué Danielewski es considerado un escritor de culto.

PD2: Recordaba hoy algunos textos relativamente parecidos a los de Danielewsky, en la parte visual. En el colegio nos hablaban de los caligramas escritos por el chileno Vicente Huidobro. Recuerdo uno increíble con forma de molino, pero no pude encontrarlo en internet. Pero no sufra, querido lector; encontré éste, para que tenga una idea de lo que es un caligrama, si nunca había oído la palabra. Además, en la versión original de Alicia en el país de las maravillas (Alice’s adventures in Wonderland – Lewis Carroll, 1865) se puede ver este texto que decae y decae, llamado The mouse’s tale.

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