Cada ciertos días la muerte decide venir a visitarnos. Entra por la ventana, o por las pocas chimeneas que hay en esta ciudad tan fría; o se cuela por las hendijas de una puerta, y comienza a cometer sus travesuras perversas, inexorables y cotidianas. Hasta el día de hoy no se tiene noticia de nadie a quien haya perdonado.
No tiene la costumbre de anticiparnos su llegada para esperarla como se merece, y por eso, sin importar lo seguros que estemos de aquella visita inoportuna, siempre terminará por sorprendernos. Aunque inundemos al mundo de mentiras complacientes diciendo que ya estábamos listos.
Ayer, después de haber asistido a unas honras fúnebres más, después de haberme dado cuenta otra vez de que la muerte nunca evade su sagrado compromiso con cada uno sus súbditos, comencé a hacer un inventario de los muchos conocidos y desconocidos a los que he visto morir. La lista, a fuerza de tantas bajas, ya no puede ser exacta. La muerte a veces llega temprano, a veces a tiempo, y a veces tarde. Pero siempre viene.
Entre olvidos y recuerdos aún tengo clara la imagen de Deborita, que era según creo, una hermana de mi bisabuelo, que debía tener 100 años, y que debió irse en 1982. En la mitad está Fabián, que se fue hace 10, cuando estaba por cumplir 22. Este viernes se fue Alfonso, el abuelo de Andrés, tal vez para acompañar a Leonor, su esposa, quien se le adelantó unos 17 años a la cita final. Tenía 89.
El asunto me dolió, no tanto por los muchos nexos que me adhieren a Andrés y a su familia, desde aquel 1980 cuando jugábamos en la casa de Sears con la Plaza Sésamo y la granja de Fischer Price, sino porque se trata de la muerte de un cachaco genuino, de aquellos que desde hace años han comenzado a escasear.
De aquellos que arrastraban la RR y pretendían lucir como ingleses. De los que no perdonaban atardecer sin chocolate y onces santafereñas. Jugadores de cartas y ajedrez, nacidos en el centro de la ciudad. De esos aficionados a gabardinas, sobretodos, bastones, gorras ajedrezadas, para quienes Bogotá terminaba donde comenzaba Chapinero. De los que se ‘colincharon’ en el tranvía y se hartaron de comer sardinas enlatadas Margarita durante el 9 de abril.
Me duele porque, en la misma forma en que ocurre con casi todo lo que Bogotá algún día fue, los cachacos son una especie en inminente e inevitable peligro de extinción. Ya nadie se viste, ni sueña, ni piensa, ni vive, ni recuerda, ni habla como ellos. Ninguno –ni yo mismo– podría declararme como un genuino cachaco.
Cada vez conozco a menos personajes que merezcan ser denominados como bogotanos en el sentido completo de la expresión, por un lado por que no lo son, y por el otro porque no están interesados en serlo. Ya se va haciendo difícil encontrar especímenes de esa rara y entrañable clase, a la que alguna vez tipificaría Nicolás Bayona Posada en ese clásico de nuestras letras que es ‘El alma de Bogotá’.
Lamentable asunto, porque en Medellín, Cali, o Villavicencio todavía resulta fácil encontrarse con paisas, ‘vallunos’ o llaneros, no muy distintos de los que poblaron sus respectivas regiones hace 50 o 100 años. Pero aquí el desarraigo es nuestra más arraigada característica.
Se va un cachaco más, y con él las muchas palabras y costumbre en desuso. Ala, cachifo, chinita, reinita, ya nos dicen poco, o nos suenan a destiempo. Porque las palabras y los hábitos, como los hombres, comienzan a morir no el día en que se marchan, sino cuando dejan de parecernos indispensables, cuando se empiezan a volver invisibles o inaudibles, porque dejamos de mirarlos o nos tapamos los oídos para no escucharlos.
Hijos, nietos y bisnietos cada vez se parecen menos a esa estirpe de cachacos, hoy reemplazadas por yuppies, emos, o por toda una suerte de tipificaciones importadas que nada tienen de propias.
Termino por dar un adiós a Alfonso, quien de seguro debe estar engrosando el cielo de cachacos, porque bien claro está que en la tierra ya no hay muchos. Ahora comienzo a temer que en 200 años el término ‘cachaco’ se convierta en un arcaísmo, como lo es aquella Bogotá del pasado que todos los días muere ante nuestra mirada indiferente.
Andrés Ospina nace en 1976. Durante 1980 cursa preescolar en las guarderías La Frasadita y Juan Salvador Gaviota. Recibe su grado de kínder en el Jardín Infantil Piloto Federico Froebel. Desde 1982 hace parte del Gimnasio del Norte, entidad de la que cancelan su matricula en 1991. En 1992 ingresa al Gimnasio Los Robles, de donde se titula en 1994, tras repetir Décimo Grado. Trata de aprender Música y Literatura en la Universidad de Los Andes. Durante 1998 y 2000 co-redacta y funda el desaparecido sitio El Utensilio. Desde 2002 ha sido colaborador con revistas como Cambio, Rolling Stone o CARAS; realizador 99.1, hoy Radiónica (emisora en la que trabaja para los espacios 'La Silla Eléctrica' y 'Rockuerdos'), y libretista e investigador para el magazín de televisión Culturama. Entre los proyectos en los que comparte las culpas están www.museovintage.com y www.elblogotazo.com. De momento prepara una novela sobre un psiquiatra forense demente, y la exposición Bogotá Retroactiva.
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A pesar de ser amarillista el título del artículo, su contenido es interesante. Me encantan los Doors… y sí, por Manzarek… sin embargo… Morrison fue el que los hizo sobresalir, en una época y una ciudad convulsionada, así que no hay que darle tan duro al orate este jejejeje
Al leer este artículo me acordé de mi abuelo, un cachaco cachaquísimo ala, que se nos fue ya hace un año. Un viejo con sombrero, sobretodo y sus palabras cachacas que transmitió a sus hijos y nietos. Afortunadamente, en mi familia todavía se utilizan palabras como cachifo, chino/a y el ala, que da la esperanza de que los cachacos y sus dialectos no se mueran todavía. Buen artículo, que seguro a mas de un nieto o hijo de cachacos, recuerda a la familia y a las historias de la Bogotá del centro.
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Al leer este artículo me acordé de mi abuelo, un cachaco cachaquísimo ala, que se nos fue ya hace un año. Un viejo con sombrero, sobretodo y sus palabras cachacas que transmitió a sus hijos y nietos. Afortunadamente, en mi familia todavía se utilizan palabras como cachifo, chino/a y el ala, que da la esperanza de que los cachacos y sus dialectos no se mueran todavía. Buen artículo, que seguro a mas de un nieto o hijo de cachacos, recuerda a la familia y a las historias de la Bogotá del centro.
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Al leer este artículo me acordé de mi abuelo, un cachaco cachaquísimo ala, que se nos fue ya hace un año. Un viejo con sombrero, sobretodo y sus palabras cachacas que transmitió a sus hijos y nietos. Afortunadamente, en mi familia todavía se utilizan palabras como cachifo, chino/a y el ala, que da la esperanza de que los cachacos y sus dialectos no se mueran todavía. Buen artículo, que seguro a mas de un nieto o hijo de cachacos, recuerda a la familia y a las historias de la Bogotá del centro.
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Muy interesante el articulo sobre los cachacos. Yo sin serlo digo con nostalgia que los habitantes de Bogota eran mejores en muchos aspectos. Eran personas mas educadas, se bestian elegantemente tenian un asento muy particular y tenian don de gente. Los de hoy que dicen llamarsen rolos no les llega a los anteriores ni a las rodillas. La ciudad se ha llenado de gente que pareciera que fueran de otro planeta. Estos son sucios mal hablados y pocos de dones de personas agradables. Bueno no quiero generalizar porque toda regla tiene su excepcion, pero es una pena ver como la ciudadania de Bogota ha cambiado de tal manera que pareciera que fuera una jungla.
Muy interesante el articulo sobre los cachacos. Yo sin serlo digo con nostalgia que los habitantes de Bogota eran mejores en muchos aspectos. Eran personas mas educadas, se bestian elegantemente tenian un asento muy particular y tenian don de gente. Los de hoy que dicen llamarsen rolos no les llega a los anteriores ni a las rodillas. La ciudad se ha llenado de gente que pareciera que fueran de otro planeta. Estos son sucios mal hablados y pocos de dones de personas agradables. Bueno no quiero generalizar porque toda regla tiene su excepcion, pero es una pena ver como la ciudadania de Bogota ha cambiado de tal manera que pareciera que fuera una jungla.
Muy interesante el articulo sobre los cachacos. Yo sin serlo digo con nostalgia que los habitantes de Bogota eran mejores en muchos aspectos. Eran personas mas educadas, se bestian elegantemente tenian un asento muy particular y tenian don de gente. Los de hoy que dicen llamarsen rolos no les llega a los anteriores ni a las rodillas. La ciudad se ha llenado de gente que pareciera que fueran de otro planeta. Estos son sucios mal hablados y pocos de dones de personas agradables. Bueno no quiero generalizar porque toda regla tiene su excepcion, pero es una pena ver como la ciudadania de Bogota ha cambiado de tal manera que pareciera que fuera una jungla.
Querido Amigo: Este es un muy buen homenaje al Abuelo, quien siempre mantuvo su postura cahacha y aprecio por la Ciudad, quien lamentó como en estos últimos 5 años se tiraron la ciudad. Algo que sabes es que el vivía en la Calle 122 y cuando iba al centro (últimamente poco) decía: Voy a ir a Bogotá, nos suena raro a nosotros pero para él y para todos los cachacos Bogotá siempre será de chapinero para allá. Muchas gracias por esto fue muy bonito y conmovedor. Siempre hay mucho que recordar de las anecdotas del abuelo. Un abrazo.
Querido Amigo: Este es un muy buen homenaje al Abuelo, quien siempre mantuvo su postura cahacha y aprecio por la Ciudad, quien lamentó como en estos últimos 5 años se tiraron la ciudad. Algo que sabes es que el vivía en la Calle 122 y cuando iba al centro (últimamente poco) decía: Voy a ir a Bogotá, nos suena raro a nosotros pero para él y para todos los cachacos Bogotá siempre será de chapinero para allá. Muchas gracias por esto fue muy bonito y conmovedor. Siempre hay mucho que recordar de las anecdotas del abuelo. Un abrazo.
Querido Amigo: Este es un muy buen homenaje al Abuelo, quien siempre mantuvo su postura cahacha y aprecio por la Ciudad, quien lamentó como en estos últimos 5 años se tiraron la ciudad. Algo que sabes es que el vivía en la Calle 122 y cuando iba al centro (últimamente poco) decía: Voy a ir a Bogotá, nos suena raro a nosotros pero para él y para todos los cachacos Bogotá siempre será de chapinero para allá. Muchas gracias por esto fue muy bonito y conmovedor. Siempre hay mucho que recordar de las anecdotas del abuelo. Un abrazo.
Hay dos temas que me tocan: Bogotá y la muerte. Esta última, por mi papá, pensar que algún día se irá y, yo nada podré hacer. Análogamente eso ocurre con Bogotá, entra en una danza donde su corporeidad se confunde con la muerte y se tiñe de gris, escuchamos su mudo fragor y la dejamos morir. No se trata solo de los cachacos, es la mirada indiferende por la ciudad; por su cuerpo, por su aroma, por sus sabores. Finalmente la ciudad cambia pero en el inconsciente colectivo no queda espacio para la nostalgia. En alguien quedará el recuerdo y jugará con su elongación a través del tiempo. Recuerdo cuando la felicidad era un chocolate.
Hay dos temas que me tocan: Bogotá y la muerte. Esta última, por mi papá, pensar que algún día se irá y, yo nada podré hacer. Análogamente eso ocurre con Bogotá, entra en una danza donde su corporeidad se confunde con la muerte y se tiñe de gris, escuchamos su mudo fragor y la dejamos morir. No se trata solo de los cachacos, es la mirada indiferende por la ciudad; por su cuerpo, por su aroma, por sus sabores. Finalmente la ciudad cambia pero en el inconsciente colectivo no queda espacio para la nostalgia. En alguien quedará el recuerdo y jugará con su elongación a través del tiempo. Recuerdo cuando la felicidad era un chocolate.
Hay dos temas que me tocan: Bogotá y la muerte. Esta última, por mi papá, pensar que algún día se irá y, yo nada podré hacer. Análogamente eso ocurre con Bogotá, entra en una danza donde su corporeidad se confunde con la muerte y se tiñe de gris, escuchamos su mudo fragor y la dejamos morir. No se trata solo de los cachacos, es la mirada indiferende por la ciudad; por su cuerpo, por su aroma, por sus sabores. Finalmente la ciudad cambia pero en el inconsciente colectivo no queda espacio para la nostalgia. En alguien quedará el recuerdo y jugará con su elongación a través del tiempo. Recuerdo cuando la felicidad era un chocolate.
Andres, una vez mas, excelente!!!… mi abuelo que aun vive alla en Bogota tambien es un cachaco de esos que hablado sabroson que todos los domingos sagradamente me llevaba a monserrate, luego a caminar por el centro y por ultimo al campin… de los pocos cachacos que quedan…. esperemos que la nueva generacion de bogotanos sepamos vivir su legado y volver a ser conocidos como los mas cultos, respetuosos y elegantes del pais…
Andres, una vez mas, excelente!!!… mi abuelo que aun vive alla en Bogota tambien es un cachaco de esos que hablado sabroson que todos los domingos sagradamente me llevaba a monserrate, luego a caminar por el centro y por ultimo al campin… de los pocos cachacos que quedan…. esperemos que la nueva generacion de bogotanos sepamos vivir su legado y volver a ser conocidos como los mas cultos, respetuosos y elegantes del pais…
Andres, una vez mas, excelente!!!… mi abuelo que aun vive alla en Bogota tambien es un cachaco de esos que hablado sabroson que todos los domingos sagradamente me llevaba a monserrate, luego a caminar por el centro y por ultimo al campin… de los pocos cachacos que quedan…. esperemos que la nueva generacion de bogotanos sepamos vivir su legado y volver a ser conocidos como los mas cultos, respetuosos y elegantes del pais…
Acabo de despedir a mi padrino de bautismo, otro cachaco que acababa de cumplir 89 años. Eterno suscriptor de El Tiempo, amante de la buena mesa y de los cuentos cachacos. Siempre culto, siempre elegante, y por supuesto, siempre decente. Quizás esas sean algunas características de los buenos cachacos pero como se están perdiendo, tambien los estamos perdiendo a todos. RIP Rafael.
Acabo de despedir a mi padrino de bautismo, otro cachaco que acababa de cumplir 89 años. Eterno suscriptor de El Tiempo, amante de la buena mesa y de los cuentos cachacos. Siempre culto, siempre elegante, y por supuesto, siempre decente. Quizás esas sean algunas características de los buenos cachacos pero como se están perdiendo, tambien los estamos perdiendo a todos. RIP Rafael.
Acabo de despedir a mi padrino de bautismo, otro cachaco que acababa de cumplir 89 años. Eterno suscriptor de El Tiempo, amante de la buena mesa y de los cuentos cachacos. Siempre culto, siempre elegante, y por supuesto, siempre decente. Quizás esas sean algunas características de los buenos cachacos pero como se están perdiendo, tambien los estamos perdiendo a todos. RIP Rafael.
Respeto pero difiero de su forma de pensar. Las ciudades y su imaginario cambian. Una cosa es la imagen del cachaco de hace años y otra cosa ser bogotano. Soy bogotano y no porque hable o me vista de determinada forma. Amo mi ciudad, creci por la jimenez, la 26, la septima, la circunvalar, fui a rock al parque, estudié con gente de todas las regiones, me encanta el simon bolivar y las ciclorutas, no cambio por nada salir a un bar en bogota, fui a la luis angel, estudie en los andes todo eso queda en mi bogota y no en la de hace 80 años. Por el contrario de usted, creo que ahora es mas facil encontrar una identidad de un bogotano que hace un tiempo, hace unos años, nuestros padres (la mayoria) llegaron de antioquia, la costa, el valle, santander, boyaca, a construir esta ciudad que nos vio nacer y de la cual me siento muy orgulloso. Mis papas me decian cuando niño rolito y hoy me siento mas orgulloso que nunca de serlo. Bogotano hasta las cachas.
Respeto pero difiero de su forma de pensar. Las ciudades y su imaginario cambian. Una cosa es la imagen del cachaco de hace años y otra cosa ser bogotano. Soy bogotano y no porque hable o me vista de determinada forma. Amo mi ciudad, creci por la jimenez, la 26, la septima, la circunvalar, fui a rock al parque, estudié con gente de todas las regiones, me encanta el simon bolivar y las ciclorutas, no cambio por nada salir a un bar en bogota, fui a la luis angel, estudie en los andes todo eso queda en mi bogota y no en la de hace 80 años. Por el contrario de usted, creo que ahora es mas facil encontrar una identidad de un bogotano que hace un tiempo, hace unos años, nuestros padres (la mayoria) llegaron de antioquia, la costa, el valle, santander, boyaca, a construir esta ciudad que nos vio nacer y de la cual me siento muy orgulloso. Mis papas me decian cuando niño rolito y hoy me siento mas orgulloso que nunca de serlo. Bogotano hasta las cachas.
Respeto pero difiero de su forma de pensar. Las ciudades y su imaginario cambian. Una cosa es la imagen del cachaco de hace años y otra cosa ser bogotano. Soy bogotano y no porque hable o me vista de determinada forma. Amo mi ciudad, creci por la jimenez, la 26, la septima, la circunvalar, fui a rock al parque, estudié con gente de todas las regiones, me encanta el simon bolivar y las ciclorutas, no cambio por nada salir a un bar en bogota, fui a la luis angel, estudie en los andes todo eso queda en mi bogota y no en la de hace 80 años. Por el contrario de usted, creo que ahora es mas facil encontrar una identidad de un bogotano que hace un tiempo, hace unos años, nuestros padres (la mayoria) llegaron de antioquia, la costa, el valle, santander, boyaca, a construir esta ciudad que nos vio nacer y de la cual me siento muy orgulloso. Mis papas me decian cuando niño rolito y hoy me siento mas orgulloso que nunca de serlo. Bogotano hasta las cachas.
Despues de leer esto no pude dejar de recordar a mi abuelo, que tambien era un cachaco de verdad.
Los tiempos cambiaron y las ciudades crecieron en toda latinoamerica; Bogota se convirtio en un gigante al igual que Santiago, Mexico DF o Sao Paulo. Los habitantes son ya una mezcla de regiones de todo el pais. Sin embargo, mis amigos (sobretodo los costeños) me dicen que soy el ultimo cachaco. Y me siento orgulloso de ser diferente en esta generacion en la cual los bogotanos han perdido su caracter ancestral.
Despues de leer esto no pude dejar de recordar a mi abuelo, que tambien era un cachaco de verdad.
Los tiempos cambiaron y las ciudades crecieron en toda latinoamerica; Bogota se convirtio en un gigante al igual que Santiago, Mexico DF o Sao Paulo. Los habitantes son ya una mezcla de regiones de todo el pais. Sin embargo, mis amigos (sobretodo los costeños) me dicen que soy el ultimo cachaco. Y me siento orgulloso de ser diferente en esta generacion en la cual los bogotanos han perdido su caracter ancestral.
Despues de leer esto no pude dejar de recordar a mi abuelo, que tambien era un cachaco de verdad.
Los tiempos cambiaron y las ciudades crecieron en toda latinoamerica; Bogota se convirtio en un gigante al igual que Santiago, Mexico DF o Sao Paulo. Los habitantes son ya una mezcla de regiones de todo el pais. Sin embargo, mis amigos (sobretodo los costeños) me dicen que soy el ultimo cachaco. Y me siento orgulloso de ser diferente en esta generacion en la cual los bogotanos han perdido su caracter ancestral.
Hasta que Dios me preste la vida sere CACHACO, ROLO o como me quieran llamar y no me molesta por que me considero más bogotano que el ajiaco y adoro mi condición de Bogotano, mi ciudad y todos sus encantos, así que para mi no hay extinción
Hasta que Dios me preste la vida sere CACHACO, ROLO o como me quieran llamar y no me molesta por que me considero más bogotano que el ajiaco y adoro mi condición de Bogotano, mi ciudad y todos sus encantos, así que para mi no hay extinción
Hasta que Dios me preste la vida sere CACHACO, ROLO o como me quieran llamar y no me molesta por que me considero más bogotano que el ajiaco y adoro mi condición de Bogotano, mi ciudad y todos sus encantos, así que para mi no hay extinción
me gustó su artículo. es una pena que no tengamos identidad por nuestra patria chica. Pero es lógico, porque ni siquiera la tenemos por nuestro país.gracias
me gustó su artículo. es una pena que no tengamos identidad por nuestra patria chica. Pero es lógico, porque ni siquiera la tenemos por nuestro país.gracias
me gustó su artículo. es una pena que no tengamos identidad por nuestra patria chica. Pero es lógico, porque ni siquiera la tenemos por nuestro país.gracias
aun me acuerdo de niño, pasar cerca de mi casa todas las mañanas a un autentico cachaco a saul, el de saul en la olla… uno de mis recuerdos mas primitivos de mi vida, fue el ver a ese señor con su pinta de gentleman ingles ir a tomarse su tinto diario. ese hace rato paso a la eternidad, con esa generacion esplendida que en nuestra bogota se dio.
aun me acuerdo de niño, pasar cerca de mi casa todas las mañanas a un autentico cachaco a saul, el de saul en la olla… uno de mis recuerdos mas primitivos de mi vida, fue el ver a ese señor con su pinta de gentleman ingles ir a tomarse su tinto diario. ese hace rato paso a la eternidad, con esa generacion esplendida que en nuestra bogota se dio.
aun me acuerdo de niño, pasar cerca de mi casa todas las mañanas a un autentico cachaco a saul, el de saul en la olla… uno de mis recuerdos mas primitivos de mi vida, fue el ver a ese señor con su pinta de gentleman ingles ir a tomarse su tinto diario. ese hace rato paso a la eternidad, con esa generacion esplendida que en nuestra bogota se dio.
2° parte
Tal vez si encontráramos nuevamente el verdadero significado del amor por la tierra que nutre la semilla, y el arado que ayudó a cultivarla, tal vez si nos reencontramos con la herencia cultural de nuestra Bogotá y dejáramos de hacer mofa a la RR arrastrada y los términos cachaquísimos que aún se susurran, y sintiéramos orgullo y no verguenza; tal vez se pueda rescatar para los que vienen, el «arraigo» que debemos hacia nuestra ciudad.
Gracias por tu artículo
2° parte
Tal vez si encontráramos nuevamente el verdadero significado del amor por la tierra que nutre la semilla, y el arado que ayudó a cultivarla, tal vez si nos reencontramos con la herencia cultural de nuestra Bogotá y dejáramos de hacer mofa a la RR arrastrada y los términos cachaquísimos que aún se susurran, y sintiéramos orgullo y no verguenza; tal vez se pueda rescatar para los que vienen, el «arraigo» que debemos hacia nuestra ciudad.
Gracias por tu artículo
2° parte
Tal vez si encontráramos nuevamente el verdadero significado del amor por la tierra que nutre la semilla, y el arado que ayudó a cultivarla, tal vez si nos reencontramos con la herencia cultural de nuestra Bogotá y dejáramos de hacer mofa a la RR arrastrada y los términos cachaquísimos que aún se susurran, y sintiéramos orgullo y no verguenza; tal vez se pueda rescatar para los que vienen, el «arraigo» que debemos hacia nuestra ciudad.
Gracias por tu artículo
Ala mi querido Andrés, chirriadísimo tu artículo. Lamentablemente al convertirse nuestra Bogotá en una metrópolis, poco a poco se fueron incrustando costumbres foráneas regionales y extranjeras que por supuesto no desmerecen, pero que sin darnos cuenta fueron apabullando las nuestras, las de nuestros coterráneos. Claro sin hablar muy duro pues soy hija de santandereanos y por supuesto quiero esa bella tierra, pero mis padres me enseñaron a amar esta ciudad donde nací y que los acogió en otras épocas donde años «A» también había desplazados por la violencia.
Ala mi querido Andrés, chirriadísimo tu artículo. Lamentablemente al convertirse nuestra Bogotá en una metrópolis, poco a poco se fueron incrustando costumbres foráneas regionales y extranjeras que por supuesto no desmerecen, pero que sin darnos cuenta fueron apabullando las nuestras, las de nuestros coterráneos. Claro sin hablar muy duro pues soy hija de santandereanos y por supuesto quiero esa bella tierra, pero mis padres me enseñaron a amar esta ciudad donde nací y que los acogió en otras épocas donde años «A» también había desplazados por la violencia.
Ala mi querido Andrés, chirriadísimo tu artículo. Lamentablemente al convertirse nuestra Bogotá en una metrópolis, poco a poco se fueron incrustando costumbres foráneas regionales y extranjeras que por supuesto no desmerecen, pero que sin darnos cuenta fueron apabullando las nuestras, las de nuestros coterráneos. Claro sin hablar muy duro pues soy hija de santandereanos y por supuesto quiero esa bella tierra, pero mis padres me enseñaron a amar esta ciudad donde nací y que los acogió en otras épocas donde años «A» también había desplazados por la violencia.
Si lamentablemente es una pena, que los personajes más caracteristicos de nuestra querida Bogotá esten destinados a la desaparción y que lástima que Jose Gabriel sea uno de esos últimos especimenes. Y digo lástima por que el verdadero cachaco era muy superior a este. Y aquellos a los cuales los costeños le endilgan el titulo de cachaco, no son y nunca lo serán. Del cachaco solo queda su vastago, el rolo, él cual como suele suceder con mucha frecuencia por esta epoca, guarda muchas diferencias con su progenitor.
Esta sería una ciudad muy diferente si tuvieramos más Jose Asunción Silva o Rafel Pombo y menos Francisco Santos.
Si lamentablemente es una pena, que los personajes más caracteristicos de nuestra querida Bogotá esten destinados a la desaparción y que lástima que Jose Gabriel sea uno de esos últimos especimenes. Y digo lástima por que el verdadero cachaco era muy superior a este. Y aquellos a los cuales los costeños le endilgan el titulo de cachaco, no son y nunca lo serán. Del cachaco solo queda su vastago, el rolo, él cual como suele suceder con mucha frecuencia por esta epoca, guarda muchas diferencias con su progenitor.
Esta sería una ciudad muy diferente si tuvieramos más Jose Asunción Silva o Rafel Pombo y menos Francisco Santos.
Si lamentablemente es una pena, que los personajes más caracteristicos de nuestra querida Bogotá esten destinados a la desaparción y que lástima que Jose Gabriel sea uno de esos últimos especimenes. Y digo lástima por que el verdadero cachaco era muy superior a este. Y aquellos a los cuales los costeños le endilgan el titulo de cachaco, no son y nunca lo serán. Del cachaco solo queda su vastago, el rolo, él cual como suele suceder con mucha frecuencia por esta epoca, guarda muchas diferencias con su progenitor.
Esta sería una ciudad muy diferente si tuvieramos más Jose Asunción Silva o Rafel Pombo y menos Francisco Santos.
es una oleada toda extraña esto, primero una fanaticada impresionante de la gente por ver restos de una banda (hasta yo alcance a experimentar un segundo de ese dizque sentimiento), despues empiezan las criticas sobre la dudosa calidad musical del grupo y ya todos parecen ser objetivos en su insano juico a The Doors. del losdoorsysumisticismometocaelalmaylodemas al jimmorrisonesunfigurindeafiche. como dice el articulo, todos nos creemos expertos.. lo que se creyeron expertos de the doors con oliver stone, ahora se crearan expertos en desprestigiar la banda.___lo del comentario a GAPO777, que pena, confusion de la confusion, ese comentario no iba :p
Esta oleada es extraña, primero euforia fanatica por la venida de los restos de la banda, despues empiezan comentarios de por que The Doors no son tan grandes como proclaman y en un segundo el sabelotododelosdoors, se convierte en un jimmorrisolofueunfigurin… me da la impresion que no es la imagen del artista lo que supera al grupo sino la habladuria de la gente sobre lo que fue… como dice el artista.. todos se creen expertos
Morrison creador de una filosofía de autodestrucción, el único aporte que tuvo, como cantante: ahí, como poeta…. ja! entonces todos somos poetas, muy sobredimensionado, demasiado diría yo, los únicos más sobredimensionados los cucarrones (beatles), supo (para provecho propio) manejar la época de la explosión de la música rock, no tuvo escrúpulos en llevar a la perdición a su banda.
Es el ícono por excelencia de todos aquellos seudointelectuales que se frustran fácilmente, que no enfrentan la vida, que tienen miedo de luchar y que sobre todo piensan en autodestruirse y arrastrar consigo a otros.
La pelicula fué la que ayudo a que muchos conocieramos a The Doors, Morrison era un tipo pinta, que le gustaba a las mujeres, voz…..normalita, pero como frontman no se puede negar que tuvo las cualidades necesarias. No me mata el grupo…tres canciones y nada mas!!!
Creo que su visión de Morrison se aleja sustancialmente de lo que plasmó en «American Prayer» y el resto de su obra. Estoy de acuerdo en que no se puede equiparar el porte literario del Rey Lagarto al de Rimbaud, pero Morrison ha sido uno de los grandes poetas de ésta era contemporánea y decadente. La mayoría de los pensamientos aquí expuestos dan la impresión de una diva sin talento que se aprovechó del potencial de su banda. Con todo el respeto, creo que esta serie de posiciones seudointelectualoides son muy superficiales, en la medida en que solo se quedan con el figurín creado en el retrato distorsionado que hizo el siempre sensacionalista Oliver Stone. Pretenden ser opiniones iconoclastas sobre un gran iconoclasta. Pero es un hecho que la expresión artística de Jim Morrison junto con todo el misticismo y carisma que generó su persona inmortalizó a The Doors, forjó la esencia del grupo y eso determinó su posición en la historia del rock.
Para mi gusto es un mito creado al rededor de un tipo que se creía muy corrido, su voz no fue nada del otro mundo y que como buen mito trasciende por generaciones, pero realmente es más por un manejo de imagen que se sigue vendiendo como Marylin Monroe… a pesar de todo siguen vivos. Poco y nada me gusta The Doors y el culto que muchos profesan.
Morrison no cambió la historia, pero era un frontman magnífico, supo vivir sus sueños de adolescente hasta la adultez y darles mística. Ese es su mérito, porque mientras todos archivan en un mueble sus sueños, él trataba de cumplirlos (con excesos, pero igual se le medía). Quizás por eso lo recordamos con una sonrisa.
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A pesar de ser amarillista el título del artículo, su contenido es interesante. Me encantan los Doors… y sí, por Manzarek… sin embargo… Morrison fue el que los hizo sobresalir, en una época y una ciudad convulsionada, así que no hay que darle tan duro al orate este jejejeje
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Al leer este artículo me acordé de mi abuelo, un cachaco cachaquísimo ala, que se nos fue ya hace un año. Un viejo con sombrero, sobretodo y sus palabras cachacas que transmitió a sus hijos y nietos. Afortunadamente, en mi familia todavía se utilizan palabras como cachifo, chino/a y el ala, que da la esperanza de que los cachacos y sus dialectos no se mueran todavía. Buen artículo, que seguro a mas de un nieto o hijo de cachacos, recuerda a la familia y a las historias de la Bogotá del centro.
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Al leer este artículo me acordé de mi abuelo, un cachaco cachaquísimo ala, que se nos fue ya hace un año. Un viejo con sombrero, sobretodo y sus palabras cachacas que transmitió a sus hijos y nietos. Afortunadamente, en mi familia todavía se utilizan palabras como cachifo, chino/a y el ala, que da la esperanza de que los cachacos y sus dialectos no se mueran todavía. Buen artículo, que seguro a mas de un nieto o hijo de cachacos, recuerda a la familia y a las historias de la Bogotá del centro.
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Al leer este artículo me acordé de mi abuelo, un cachaco cachaquísimo ala, que se nos fue ya hace un año. Un viejo con sombrero, sobretodo y sus palabras cachacas que transmitió a sus hijos y nietos. Afortunadamente, en mi familia todavía se utilizan palabras como cachifo, chino/a y el ala, que da la esperanza de que los cachacos y sus dialectos no se mueran todavía. Buen artículo, que seguro a mas de un nieto o hijo de cachacos, recuerda a la familia y a las historias de la Bogotá del centro.
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Muy interesante el articulo sobre los cachacos. Yo sin serlo digo con nostalgia que los habitantes de Bogota eran mejores en muchos aspectos. Eran personas mas educadas, se bestian elegantemente tenian un asento muy particular y tenian don de gente. Los de hoy que dicen llamarsen rolos no les llega a los anteriores ni a las rodillas. La ciudad se ha llenado de gente que pareciera que fueran de otro planeta. Estos son sucios mal hablados y pocos de dones de personas agradables. Bueno no quiero generalizar porque toda regla tiene su excepcion, pero es una pena ver como la ciudadania de Bogota ha cambiado de tal manera que pareciera que fuera una jungla.
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Muy interesante el articulo sobre los cachacos. Yo sin serlo digo con nostalgia que los habitantes de Bogota eran mejores en muchos aspectos. Eran personas mas educadas, se bestian elegantemente tenian un asento muy particular y tenian don de gente. Los de hoy que dicen llamarsen rolos no les llega a los anteriores ni a las rodillas. La ciudad se ha llenado de gente que pareciera que fueran de otro planeta. Estos son sucios mal hablados y pocos de dones de personas agradables. Bueno no quiero generalizar porque toda regla tiene su excepcion, pero es una pena ver como la ciudadania de Bogota ha cambiado de tal manera que pareciera que fuera una jungla.
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Muy interesante el articulo sobre los cachacos. Yo sin serlo digo con nostalgia que los habitantes de Bogota eran mejores en muchos aspectos. Eran personas mas educadas, se bestian elegantemente tenian un asento muy particular y tenian don de gente. Los de hoy que dicen llamarsen rolos no les llega a los anteriores ni a las rodillas. La ciudad se ha llenado de gente que pareciera que fueran de otro planeta. Estos son sucios mal hablados y pocos de dones de personas agradables. Bueno no quiero generalizar porque toda regla tiene su excepcion, pero es una pena ver como la ciudadania de Bogota ha cambiado de tal manera que pareciera que fuera una jungla.
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Querido Amigo: Este es un muy buen homenaje al Abuelo, quien siempre mantuvo su postura cahacha y aprecio por la Ciudad, quien lamentó como en estos últimos 5 años se tiraron la ciudad. Algo que sabes es que el vivía en la Calle 122 y cuando iba al centro (últimamente poco) decía: Voy a ir a Bogotá, nos suena raro a nosotros pero para él y para todos los cachacos Bogotá siempre será de chapinero para allá. Muchas gracias por esto fue muy bonito y conmovedor. Siempre hay mucho que recordar de las anecdotas del abuelo. Un abrazo.
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Querido Amigo: Este es un muy buen homenaje al Abuelo, quien siempre mantuvo su postura cahacha y aprecio por la Ciudad, quien lamentó como en estos últimos 5 años se tiraron la ciudad. Algo que sabes es que el vivía en la Calle 122 y cuando iba al centro (últimamente poco) decía: Voy a ir a Bogotá, nos suena raro a nosotros pero para él y para todos los cachacos Bogotá siempre será de chapinero para allá. Muchas gracias por esto fue muy bonito y conmovedor. Siempre hay mucho que recordar de las anecdotas del abuelo. Un abrazo.
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Querido Amigo: Este es un muy buen homenaje al Abuelo, quien siempre mantuvo su postura cahacha y aprecio por la Ciudad, quien lamentó como en estos últimos 5 años se tiraron la ciudad. Algo que sabes es que el vivía en la Calle 122 y cuando iba al centro (últimamente poco) decía: Voy a ir a Bogotá, nos suena raro a nosotros pero para él y para todos los cachacos Bogotá siempre será de chapinero para allá. Muchas gracias por esto fue muy bonito y conmovedor. Siempre hay mucho que recordar de las anecdotas del abuelo. Un abrazo.
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Hay dos temas que me tocan: Bogotá y la muerte. Esta última, por mi papá, pensar que algún día se irá y, yo nada podré hacer. Análogamente eso ocurre con Bogotá, entra en una danza donde su corporeidad se confunde con la muerte y se tiñe de gris, escuchamos su mudo fragor y la dejamos morir. No se trata solo de los cachacos, es la mirada indiferende por la ciudad; por su cuerpo, por su aroma, por sus sabores. Finalmente la ciudad cambia pero en el inconsciente colectivo no queda espacio para la nostalgia. En alguien quedará el recuerdo y jugará con su elongación a través del tiempo. Recuerdo cuando la felicidad era un chocolate.
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Hay dos temas que me tocan: Bogotá y la muerte. Esta última, por mi papá, pensar que algún día se irá y, yo nada podré hacer. Análogamente eso ocurre con Bogotá, entra en una danza donde su corporeidad se confunde con la muerte y se tiñe de gris, escuchamos su mudo fragor y la dejamos morir. No se trata solo de los cachacos, es la mirada indiferende por la ciudad; por su cuerpo, por su aroma, por sus sabores. Finalmente la ciudad cambia pero en el inconsciente colectivo no queda espacio para la nostalgia. En alguien quedará el recuerdo y jugará con su elongación a través del tiempo. Recuerdo cuando la felicidad era un chocolate.
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Hay dos temas que me tocan: Bogotá y la muerte. Esta última, por mi papá, pensar que algún día se irá y, yo nada podré hacer. Análogamente eso ocurre con Bogotá, entra en una danza donde su corporeidad se confunde con la muerte y se tiñe de gris, escuchamos su mudo fragor y la dejamos morir. No se trata solo de los cachacos, es la mirada indiferende por la ciudad; por su cuerpo, por su aroma, por sus sabores. Finalmente la ciudad cambia pero en el inconsciente colectivo no queda espacio para la nostalgia. En alguien quedará el recuerdo y jugará con su elongación a través del tiempo. Recuerdo cuando la felicidad era un chocolate.
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Andres, una vez mas, excelente!!!… mi abuelo que aun vive alla en Bogota tambien es un cachaco de esos que hablado sabroson que todos los domingos sagradamente me llevaba a monserrate, luego a caminar por el centro y por ultimo al campin… de los pocos cachacos que quedan…. esperemos que la nueva generacion de bogotanos sepamos vivir su legado y volver a ser conocidos como los mas cultos, respetuosos y elegantes del pais…
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Andres, una vez mas, excelente!!!… mi abuelo que aun vive alla en Bogota tambien es un cachaco de esos que hablado sabroson que todos los domingos sagradamente me llevaba a monserrate, luego a caminar por el centro y por ultimo al campin… de los pocos cachacos que quedan…. esperemos que la nueva generacion de bogotanos sepamos vivir su legado y volver a ser conocidos como los mas cultos, respetuosos y elegantes del pais…
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Andres, una vez mas, excelente!!!… mi abuelo que aun vive alla en Bogota tambien es un cachaco de esos que hablado sabroson que todos los domingos sagradamente me llevaba a monserrate, luego a caminar por el centro y por ultimo al campin… de los pocos cachacos que quedan…. esperemos que la nueva generacion de bogotanos sepamos vivir su legado y volver a ser conocidos como los mas cultos, respetuosos y elegantes del pais…
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Acabo de despedir a mi padrino de bautismo, otro cachaco que acababa de cumplir 89 años. Eterno suscriptor de El Tiempo, amante de la buena mesa y de los cuentos cachacos. Siempre culto, siempre elegante, y por supuesto, siempre decente. Quizás esas sean algunas características de los buenos cachacos pero como se están perdiendo, tambien los estamos perdiendo a todos. RIP Rafael.
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Acabo de despedir a mi padrino de bautismo, otro cachaco que acababa de cumplir 89 años. Eterno suscriptor de El Tiempo, amante de la buena mesa y de los cuentos cachacos. Siempre culto, siempre elegante, y por supuesto, siempre decente. Quizás esas sean algunas características de los buenos cachacos pero como se están perdiendo, tambien los estamos perdiendo a todos. RIP Rafael.
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Acabo de despedir a mi padrino de bautismo, otro cachaco que acababa de cumplir 89 años. Eterno suscriptor de El Tiempo, amante de la buena mesa y de los cuentos cachacos. Siempre culto, siempre elegante, y por supuesto, siempre decente. Quizás esas sean algunas características de los buenos cachacos pero como se están perdiendo, tambien los estamos perdiendo a todos. RIP Rafael.
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Respeto pero difiero de su forma de pensar. Las ciudades y su imaginario cambian. Una cosa es la imagen del cachaco de hace años y otra cosa ser bogotano. Soy bogotano y no porque hable o me vista de determinada forma. Amo mi ciudad, creci por la jimenez, la 26, la septima, la circunvalar, fui a rock al parque, estudié con gente de todas las regiones, me encanta el simon bolivar y las ciclorutas, no cambio por nada salir a un bar en bogota, fui a la luis angel, estudie en los andes todo eso queda en mi bogota y no en la de hace 80 años. Por el contrario de usted, creo que ahora es mas facil encontrar una identidad de un bogotano que hace un tiempo, hace unos años, nuestros padres (la mayoria) llegaron de antioquia, la costa, el valle, santander, boyaca, a construir esta ciudad que nos vio nacer y de la cual me siento muy orgulloso. Mis papas me decian cuando niño rolito y hoy me siento mas orgulloso que nunca de serlo. Bogotano hasta las cachas.
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Respeto pero difiero de su forma de pensar. Las ciudades y su imaginario cambian. Una cosa es la imagen del cachaco de hace años y otra cosa ser bogotano. Soy bogotano y no porque hable o me vista de determinada forma. Amo mi ciudad, creci por la jimenez, la 26, la septima, la circunvalar, fui a rock al parque, estudié con gente de todas las regiones, me encanta el simon bolivar y las ciclorutas, no cambio por nada salir a un bar en bogota, fui a la luis angel, estudie en los andes todo eso queda en mi bogota y no en la de hace 80 años. Por el contrario de usted, creo que ahora es mas facil encontrar una identidad de un bogotano que hace un tiempo, hace unos años, nuestros padres (la mayoria) llegaron de antioquia, la costa, el valle, santander, boyaca, a construir esta ciudad que nos vio nacer y de la cual me siento muy orgulloso. Mis papas me decian cuando niño rolito y hoy me siento mas orgulloso que nunca de serlo. Bogotano hasta las cachas.
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Respeto pero difiero de su forma de pensar. Las ciudades y su imaginario cambian. Una cosa es la imagen del cachaco de hace años y otra cosa ser bogotano. Soy bogotano y no porque hable o me vista de determinada forma. Amo mi ciudad, creci por la jimenez, la 26, la septima, la circunvalar, fui a rock al parque, estudié con gente de todas las regiones, me encanta el simon bolivar y las ciclorutas, no cambio por nada salir a un bar en bogota, fui a la luis angel, estudie en los andes todo eso queda en mi bogota y no en la de hace 80 años. Por el contrario de usted, creo que ahora es mas facil encontrar una identidad de un bogotano que hace un tiempo, hace unos años, nuestros padres (la mayoria) llegaron de antioquia, la costa, el valle, santander, boyaca, a construir esta ciudad que nos vio nacer y de la cual me siento muy orgulloso. Mis papas me decian cuando niño rolito y hoy me siento mas orgulloso que nunca de serlo. Bogotano hasta las cachas.
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Despues de leer esto no pude dejar de recordar a mi abuelo, que tambien era un cachaco de verdad.
Los tiempos cambiaron y las ciudades crecieron en toda latinoamerica; Bogota se convirtio en un gigante al igual que Santiago, Mexico DF o Sao Paulo. Los habitantes son ya una mezcla de regiones de todo el pais. Sin embargo, mis amigos (sobretodo los costeños) me dicen que soy el ultimo cachaco. Y me siento orgulloso de ser diferente en esta generacion en la cual los bogotanos han perdido su caracter ancestral.
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Despues de leer esto no pude dejar de recordar a mi abuelo, que tambien era un cachaco de verdad.
Los tiempos cambiaron y las ciudades crecieron en toda latinoamerica; Bogota se convirtio en un gigante al igual que Santiago, Mexico DF o Sao Paulo. Los habitantes son ya una mezcla de regiones de todo el pais. Sin embargo, mis amigos (sobretodo los costeños) me dicen que soy el ultimo cachaco. Y me siento orgulloso de ser diferente en esta generacion en la cual los bogotanos han perdido su caracter ancestral.
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Despues de leer esto no pude dejar de recordar a mi abuelo, que tambien era un cachaco de verdad.
Los tiempos cambiaron y las ciudades crecieron en toda latinoamerica; Bogota se convirtio en un gigante al igual que Santiago, Mexico DF o Sao Paulo. Los habitantes son ya una mezcla de regiones de todo el pais. Sin embargo, mis amigos (sobretodo los costeños) me dicen que soy el ultimo cachaco. Y me siento orgulloso de ser diferente en esta generacion en la cual los bogotanos han perdido su caracter ancestral.
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Hasta que Dios me preste la vida sere CACHACO, ROLO o como me quieran llamar y no me molesta por que me considero más bogotano que el ajiaco y adoro mi condición de Bogotano, mi ciudad y todos sus encantos, así que para mi no hay extinción
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Hasta que Dios me preste la vida sere CACHACO, ROLO o como me quieran llamar y no me molesta por que me considero más bogotano que el ajiaco y adoro mi condición de Bogotano, mi ciudad y todos sus encantos, así que para mi no hay extinción
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Hasta que Dios me preste la vida sere CACHACO, ROLO o como me quieran llamar y no me molesta por que me considero más bogotano que el ajiaco y adoro mi condición de Bogotano, mi ciudad y todos sus encantos, así que para mi no hay extinción
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me gustó su artículo. es una pena que no tengamos identidad por nuestra patria chica. Pero es lógico, porque ni siquiera la tenemos por nuestro país.gracias
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me gustó su artículo. es una pena que no tengamos identidad por nuestra patria chica. Pero es lógico, porque ni siquiera la tenemos por nuestro país.gracias
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me gustó su artículo. es una pena que no tengamos identidad por nuestra patria chica. Pero es lógico, porque ni siquiera la tenemos por nuestro país.gracias
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aun me acuerdo de niño, pasar cerca de mi casa todas las mañanas a un autentico cachaco a saul, el de saul en la olla… uno de mis recuerdos mas primitivos de mi vida, fue el ver a ese señor con su pinta de gentleman ingles ir a tomarse su tinto diario. ese hace rato paso a la eternidad, con esa generacion esplendida que en nuestra bogota se dio.
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aun me acuerdo de niño, pasar cerca de mi casa todas las mañanas a un autentico cachaco a saul, el de saul en la olla… uno de mis recuerdos mas primitivos de mi vida, fue el ver a ese señor con su pinta de gentleman ingles ir a tomarse su tinto diario. ese hace rato paso a la eternidad, con esa generacion esplendida que en nuestra bogota se dio.
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aun me acuerdo de niño, pasar cerca de mi casa todas las mañanas a un autentico cachaco a saul, el de saul en la olla… uno de mis recuerdos mas primitivos de mi vida, fue el ver a ese señor con su pinta de gentleman ingles ir a tomarse su tinto diario. ese hace rato paso a la eternidad, con esa generacion esplendida que en nuestra bogota se dio.
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2° parte
Tal vez si encontráramos nuevamente el verdadero significado del amor por la tierra que nutre la semilla, y el arado que ayudó a cultivarla, tal vez si nos reencontramos con la herencia cultural de nuestra Bogotá y dejáramos de hacer mofa a la RR arrastrada y los términos cachaquísimos que aún se susurran, y sintiéramos orgullo y no verguenza; tal vez se pueda rescatar para los que vienen, el «arraigo» que debemos hacia nuestra ciudad.
Gracias por tu artículo
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2° parte
Tal vez si encontráramos nuevamente el verdadero significado del amor por la tierra que nutre la semilla, y el arado que ayudó a cultivarla, tal vez si nos reencontramos con la herencia cultural de nuestra Bogotá y dejáramos de hacer mofa a la RR arrastrada y los términos cachaquísimos que aún se susurran, y sintiéramos orgullo y no verguenza; tal vez se pueda rescatar para los que vienen, el «arraigo» que debemos hacia nuestra ciudad.
Gracias por tu artículo
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Tal vez si encontráramos nuevamente el verdadero significado del amor por la tierra que nutre la semilla, y el arado que ayudó a cultivarla, tal vez si nos reencontramos con la herencia cultural de nuestra Bogotá y dejáramos de hacer mofa a la RR arrastrada y los términos cachaquísimos que aún se susurran, y sintiéramos orgullo y no verguenza; tal vez se pueda rescatar para los que vienen, el «arraigo» que debemos hacia nuestra ciudad.
Gracias por tu artículo
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Ala mi querido Andrés, chirriadísimo tu artículo. Lamentablemente al convertirse nuestra Bogotá en una metrópolis, poco a poco se fueron incrustando costumbres foráneas regionales y extranjeras que por supuesto no desmerecen, pero que sin darnos cuenta fueron apabullando las nuestras, las de nuestros coterráneos. Claro sin hablar muy duro pues soy hija de santandereanos y por supuesto quiero esa bella tierra, pero mis padres me enseñaron a amar esta ciudad donde nací y que los acogió en otras épocas donde años «A» también había desplazados por la violencia.
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Ala mi querido Andrés, chirriadísimo tu artículo. Lamentablemente al convertirse nuestra Bogotá en una metrópolis, poco a poco se fueron incrustando costumbres foráneas regionales y extranjeras que por supuesto no desmerecen, pero que sin darnos cuenta fueron apabullando las nuestras, las de nuestros coterráneos. Claro sin hablar muy duro pues soy hija de santandereanos y por supuesto quiero esa bella tierra, pero mis padres me enseñaron a amar esta ciudad donde nací y que los acogió en otras épocas donde años «A» también había desplazados por la violencia.
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Ala mi querido Andrés, chirriadísimo tu artículo. Lamentablemente al convertirse nuestra Bogotá en una metrópolis, poco a poco se fueron incrustando costumbres foráneas regionales y extranjeras que por supuesto no desmerecen, pero que sin darnos cuenta fueron apabullando las nuestras, las de nuestros coterráneos. Claro sin hablar muy duro pues soy hija de santandereanos y por supuesto quiero esa bella tierra, pero mis padres me enseñaron a amar esta ciudad donde nací y que los acogió en otras épocas donde años «A» también había desplazados por la violencia.
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Andrés: Esto no tiene que ver con el artículo, y no se si ya lo sabe, pero le mando dos «links» acerca de los crímenes arquitectónicos contra nuestra ciudad: http://es.youtube.com/watch?v=xbp5NT2Gqws http://www.cambio.com.co/culturacambio/774/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-4134773.html De nuevo, felicitaciones por el blogotazo. Saludos
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Andrés: Esto no tiene que ver con el artículo, y no se si ya lo sabe, pero le mando dos «links» acerca de los crímenes arquitectónicos contra nuestra ciudad: http://es.youtube.com/watch?v=xbp5NT2Gqws http://www.cambio.com.co/culturacambio/774/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-4134773.html De nuevo, felicitaciones por el blogotazo. Saludos
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Andrés: Esto no tiene que ver con el artículo, y no se si ya lo sabe, pero le mando dos «links» acerca de los crímenes arquitectónicos contra nuestra ciudad: http://es.youtube.com/watch?v=xbp5NT2Gqws http://www.cambio.com.co/culturacambio/774/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-4134773.html De nuevo, felicitaciones por el blogotazo. Saludos
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Si lamentablemente es una pena, que los personajes más caracteristicos de nuestra querida Bogotá esten destinados a la desaparción y que lástima que Jose Gabriel sea uno de esos últimos especimenes. Y digo lástima por que el verdadero cachaco era muy superior a este. Y aquellos a los cuales los costeños le endilgan el titulo de cachaco, no son y nunca lo serán. Del cachaco solo queda su vastago, el rolo, él cual como suele suceder con mucha frecuencia por esta epoca, guarda muchas diferencias con su progenitor.
Esta sería una ciudad muy diferente si tuvieramos más Jose Asunción Silva o Rafel Pombo y menos Francisco Santos.
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Si lamentablemente es una pena, que los personajes más caracteristicos de nuestra querida Bogotá esten destinados a la desaparción y que lástima que Jose Gabriel sea uno de esos últimos especimenes. Y digo lástima por que el verdadero cachaco era muy superior a este. Y aquellos a los cuales los costeños le endilgan el titulo de cachaco, no son y nunca lo serán. Del cachaco solo queda su vastago, el rolo, él cual como suele suceder con mucha frecuencia por esta epoca, guarda muchas diferencias con su progenitor.
Esta sería una ciudad muy diferente si tuvieramos más Jose Asunción Silva o Rafel Pombo y menos Francisco Santos.
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Si lamentablemente es una pena, que los personajes más caracteristicos de nuestra querida Bogotá esten destinados a la desaparción y que lástima que Jose Gabriel sea uno de esos últimos especimenes. Y digo lástima por que el verdadero cachaco era muy superior a este. Y aquellos a los cuales los costeños le endilgan el titulo de cachaco, no son y nunca lo serán. Del cachaco solo queda su vastago, el rolo, él cual como suele suceder con mucha frecuencia por esta epoca, guarda muchas diferencias con su progenitor.
Esta sería una ciudad muy diferente si tuvieramos más Jose Asunción Silva o Rafel Pombo y menos Francisco Santos.
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Andrés:
Esto no tiene que ver con el artículo, y no se si ya lo sabe, pero le mando dos «links» acerca de los crímenes arquitectónicos contra nuestra ciudad:
http://es.youtube.com/watch?v=xbp5NT2Gqws
http://www.cambio.com.co/culturacambio/774/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-4134773.html
De nuevo, felicitaciones por el blogotazo.
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Si uno lo piensa con cuidado Morrison tenía algo de emo después de todo. Visionario el hombre.
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es una oleada toda extraña esto, primero una fanaticada impresionante de la gente por ver restos de una banda (hasta yo alcance a experimentar un segundo de ese dizque sentimiento), despues empiezan las criticas sobre la dudosa calidad musical del grupo y ya todos parecen ser objetivos en su insano juico a The Doors. del losdoorsysumisticismometocaelalmaylodemas al jimmorrisonesunfigurindeafiche. como dice el articulo, todos nos creemos expertos.. lo que se creyeron expertos de the doors con oliver stone, ahora se crearan expertos en desprestigiar la banda.___lo del comentario a GAPO777, que pena, confusion de la confusion, ese comentario no iba :p
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perdon, error de escritura, no como dice el artista, sino andres ospina
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Esta oleada es extraña, primero euforia fanatica por la venida de los restos de la banda, despues empiezan comentarios de por que The Doors no son tan grandes como proclaman y en un segundo el sabelotododelosdoors, se convierte en un jimmorrisolofueunfigurin… me da la impresion que no es la imagen del artista lo que supera al grupo sino la habladuria de la gente sobre lo que fue… como dice el artista.. todos se creen expertos
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Morrison creador de una filosofía de autodestrucción, el único aporte que tuvo, como cantante: ahí, como poeta…. ja! entonces todos somos poetas, muy sobredimensionado, demasiado diría yo, los únicos más sobredimensionados los cucarrones (beatles), supo (para provecho propio) manejar la época de la explosión de la música rock, no tuvo escrúpulos en llevar a la perdición a su banda.
Es el ícono por excelencia de todos aquellos seudointelectuales que se frustran fácilmente, que no enfrentan la vida, que tienen miedo de luchar y que sobre todo piensan en autodestruirse y arrastrar consigo a otros.
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La pelicula fué la que ayudo a que muchos conocieramos a The Doors, Morrison era un tipo pinta, que le gustaba a las mujeres, voz…..normalita, pero como frontman no se puede negar que tuvo las cualidades necesarias. No me mata el grupo…tres canciones y nada mas!!!
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Creo que su visión de Morrison se aleja sustancialmente de lo que plasmó en «American Prayer» y el resto de su obra. Estoy de acuerdo en que no se puede equiparar el porte literario del Rey Lagarto al de Rimbaud, pero Morrison ha sido uno de los grandes poetas de ésta era contemporánea y decadente. La mayoría de los pensamientos aquí expuestos dan la impresión de una diva sin talento que se aprovechó del potencial de su banda. Con todo el respeto, creo que esta serie de posiciones seudointelectualoides son muy superficiales, en la medida en que solo se quedan con el figurín creado en el retrato distorsionado que hizo el siempre sensacionalista Oliver Stone. Pretenden ser opiniones iconoclastas sobre un gran iconoclasta. Pero es un hecho que la expresión artística de Jim Morrison junto con todo el misticismo y carisma que generó su persona inmortalizó a The Doors, forjó la esencia del grupo y eso determinó su posición en la historia del rock.
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Para mi gusto es un mito creado al rededor de un tipo que se creía muy corrido, su voz no fue nada del otro mundo y que como buen mito trasciende por generaciones, pero realmente es más por un manejo de imagen que se sigue vendiendo como Marylin Monroe… a pesar de todo siguen vivos. Poco y nada me gusta The Doors y el culto que muchos profesan.
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Cierto. Sobredimensionado, pero con valor exhibicionista.
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Morrison no cambió la historia, pero era un frontman magnífico, supo vivir sus sueños de adolescente hasta la adultez y darles mística. Ese es su mérito, porque mientras todos archivan en un mueble sus sueños, él trataba de cumplirlos (con excesos, pero igual se le medía). Quizás por eso lo recordamos con una sonrisa.
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