Hubo una casa en Bucaramanga de la que debo haberte hablado alguna vez. Estaba sobre una avenida. Era grande, vieja y lúgubre (como la mayoría de las casas en las que reparo). Decían (o eso recuerdo haber oído) que fue propiedad de algún refugiado de guerra en los 40 y que debajo había unos sótanos listos para emprender la fuga súbita en paranoico caso de emergencia.
La vi una sola vez, por un solo instante, en una sola noche de julio de 1990. Nunca más regresé porque desde entonces, con la excepción de una escala de prisa en medio de alguna excursión de colegio en 1993, tampoco he vuelto por Bucaramanga. Por eso, sin poderlo asegurar, es que te hablo de ella en pasado.
Aún en ese yo de 1990; en ese yo que evitaba salir del lugar en donde estaba resguardado por temor a encontrarme de camino a la piscina o a la portería con alguna adolescente que me hiciera temblar, cometer alguna torpeza motriz o sonrojarme; en ese yo perdido entre mis cassettes y mis pánicos de adolescente, había un lugar para la contemplación de casas abandonadas.
Aquel julio fue hace 18 años, si el ábaco no me falla. La casona se desdibuja borrosa en mis pesadillas. No obstante desde ese momento he crecido y envejecido con el temor a que cierto infame haya decidido demolerla, o que aún peor, la edificación esa sea producto de cierta ensoñación idiota o de alguna imaginería demencial de pubertad. Si alguien supiera de ella y se tomara el trabajo de decírmelo, haría de mi muerte un proceso menos tormentoso. ¿Existe aún la casa o no?
Aunque se me ha ido la vida preguntándolo por ahí, nadie ha podido responderme hasta hoy qué es aquello que nos hace recordar algunas cosas y desechar otras. Qué es lo que me hace recordar la casa de Bucaramanga, y haber olvidado las funciones trigonométricas.
La explicación más racional y satisfactoria está en que la memoria privilegia aquellos detalles a los que encuentra indispensables e importantes, mientras que desdeña a los que le parecen insignificantes. Que con el tiempo nuestra memoria se va haciendo más selectiva, por lo que decide desechar aquella información a la que encuentra inútil Esa es la que más le gusta a mi yo sensato. Pero ya siendo sinceros, sé que no encierra mayor verdad. Porque la memoria, caprichosa como casi todo lo humano, suele quedarse prendida de irrelevancias, y acostumbra a vivir en rincones ocultos, abasteciéndose de soledades y abstrayéndose en su narcisismo ocioso. Nadie conoce sus reglas.
El caso es que no me alcanzaría el resto de días para recordar las casas de mis ciudades cuya demolición he llorado. Las más, son de Bogotá. Precisamente hace una semana, invadido por una tristeza rabiosa, vi venirse al suelo una misteriosa construcción de la calle 62 con Cuarta en donde alguna vez, hace 27 años, funcionó mi jardín infantil, el Federico Froebel, y en donde había una pileta en donde los niños flotábamos sobre una balsita inflable. También era una residencia antigua y también era sombría, y estaba abandonada. Todos los días, al caminar por ahí, me quedaba viendo su altillo en ruinas, preguntándome quién habrá podido vivir ahí hace más de medi siglo. Sé que, aunque nadie parezca haberse dado cuenta, en mi caso ese hecho habrá de marcar el inicio de un largo periodo de divorcio entre mi ciudad y yo. Por eso llevo algunos días odiando a Bogotá y espero curarme del mal sabor. Pero de ello hablaré en otra oportunidad, con más tiempo y menos frustración de ciudadano.
Ahora quiero que mis memorias sean alegres.
Mi barrio -aquel en el que crecí y en donde debí haber soñado con mayor intensidad- no es el mismo en el que nací, ni en el que he vivido por más tiempo. Se extiende en un rango de 27 cuadras de sur a norte, y de unas 30, de oriente a occidente.
Eso debió ser antes de que algún impertinente quisiera cambiar sus direcciones con el pretexto del ordenamiento territorial. Tal vez la de tu casa tampoco sea la misma nomenclatura de siempre. Ese hecho, que parece idiota y despojado de significados considerables, es la más clara manifestación de nuestra tendencia a pisotear nuestro pasado.
Pero continúo… Mi barrio no era un lugar lujoso ni nada que se le parezca, ni tampoco creo que hoy sea un espacio del que deba hablarte en demasía, porque mi barrio debe tener poco de interesante para quien lo desconozca, y porque los monólogos son germen de vanidades y de bostezos ajenos.
Mi barrio, que no es el que escogí, sino aquel al que mi madre debió haber seleccionado para vivir, de acuerdo con lo que el azar y el fluctuante poder adquisitivo de entonces quisieron dictaminar por nosotros, no ha sido mencionado en muchas canciones ni en muchos libros, aunque creo que el imaginario de mi generación tuvo que verlo, al menos durante algunos años, como un lugar codiciable.
A mi barrio, siendo muy sincero, no merezco llamarlo mi barrio, porque le soy ingrato.
Mi barrio, al que evito ir, porque desde que dejé de habitar ahí abandoné la costumbre de frecuentarlo, a tal grado que hoy me parece demasiado lejos, no es tampoco el que más quiero, pero sí al que recuerdo con mayor claridad. Mi barrio (uno de mis muchos barrios) se llama Santa Bárbara Central, y lo que evoco hoy es una de sus calles. La recuerdo, no como lo que es, sino como aquello que fue, y que jamás será de nueva.
En la 116 con Séptima que se me quedó en el recuerdo no había puente. Y a mí me gustaba más así. Por eso cuando voy por allá y veo el Raddison o el Amro Bank , y sin importar cuantas veces regrese, algo del entorno me sigue resultando ajeno, y mi mente terca me repite que ese no es el barrio al que dejé, en 1996.
Es que, quiero que lo sepas, me gustan más las antigüedades que las novedades, y más los arcaísmos que los lanzamientos de primera mano. Durante casi todos los 80, tampoco hubo Hacienda Santa Bárbara, aunque mis últimos recuerdos del sector, cuando estaba terminando de ser un adolescente se remiten a ese lugar y a su minúscula pista circular de patinaje en cuyo derredor había algo a lo que llamábamos «rotonda de comidas», y a donde me iba todos los viernes con el fin de observar a las jóvenes mercantes.
Cuando tenía dinero y ánimo solía ir a una tienda en la que vendían ejemplares de discos compactos. Se llamaba Karamba. Luego fundaron otra denominada Hi-Fi. Eso fue en 1991. Llevo mucho tiempo sin ir allá prestando la suficiente atención como para poder decir, sin ser mentiroso, que no tengo idea de si este último local existe o no.
Usaquén era un vecindario pintoresco, algo provinciano y distante al que solía dirigirme cuando estaba triste. O alguna vez lejana en que tuve que tramitar la tarjeta de identidad en 1984, o la cédula de ciudadanía, 10 años después. También fui a fascinarme con su iglesia o a hacer un par de fotocopias en Gráficas San Martín. Sin ser de los más antiguos, mi documento de identidad sigue acreditándome como ciudadano de Usaquén, y me lleno de orgullo al pensarlo. Todo el vecindario fue alguna vez propiedad de don José Sierra, razón por la que aún la avenida (por lo menos entre quienes tenemos la decencia de recordarlo) conserva su nombre. Su hija, doña Mercedes, era a su vez dueña de los predios aledaños, en la Hacienda El Chicó, por ahí, por la 100.
En alguna parte que ahora no puedo precisar vendían obleas con crema y salsa de mora. Si venías en alguno de los buses naranja o verdes de la Flota Usaquén debías bajarte justo en la esquina, frente a la clínica Santa Fe, e ir caminando desde donde comenzaba la Fundación Santa Fe como quien iba hacia la carrilera. Ahí, mi amigo Andrés Vargas y yo, solíamos dejar monedas de un peso esperando a que el tren viniera imponente a dejar testimonio indeleble de su paso sobre ellas. Luego las guardábamos como tesoros en nuestras billeteras de lona.
Si seguías caminando hacia abajo, a tu derecha verías la Charcutería Rois, y un lote al que se demoraron mucho en construir. Al frente estaba una papelería llamada Artes. Sobre la calle y cerca de ella había un buen número de edificios a los que recuerdo por nombre, y a los que, si tienes tiempo, algún día habré de llevarte, aunque dudo que nos dejen entrar. Barú. Aquarius. Confagla. Logos. Galeón I, II y III. Imoval. RT I y RT 2, y el mejor de todos, Edificio Liverpool, lugar que además de evocarme a mis adorados cuatro contaba con la enorme ventaja de que su portero expendía bebidas gaseosas. Yo vivía en el apartamento 107 del edificio Alpadi 1, en el número 118-31 de la carrera 11. Allá estuve entre 1983 y 1996. El conjunto de vivienda fue edificado por la Constructora Rodríguez, afamado grupo de urbanizadores Si fueras caminando y aunque ya las calles no se llamen así, estoy seguro de que sabías cómo llegar.
Justo en la esquina, hacia el norte, antes de doblar para el Alpadi I, en donde vivía en compañía de mi mamá y la nana, estaba el Banco Anglocolombiano. Fue el primer cajero automático con servicio ‘drive thru’ del vecindario. Si continuabas tu rumbo te habrías de encontrar con una buena cantidad de edificios de vidrios negros, cuyo interior, además de la de familias trabajadoras y de clase media alta, fue la vivienda de muchos narcotraficantes emergentes. Los pocos reductos vacíos se iban llenando de nuevas edificaciones erigidos con tanta velocidad que apenas se notaba. Después vinieron los Era 2000 y los Buganvilla y otros más.
Ya llegando a la 15 estaba el centro comercial StarCo, y al frente, en la otra esquina, justo donde hoy hay un Carulla, se levantaba Car Mattos, concesionario de automóviles de lujo. La parroquia del barrio se llamaba, cosa curiosa, Santa Beatriz, y no Santa Bárbara. Es porque la de Santa Bárbara era en realidad la de Usaquén, que a mi gusto debería haberse llamado tan sólo Iglesia de Usaquén.
Mi barrio estaba rodeado mayoritariamente por edificios, conjuntos residenciales, casas sin mucha personalidad y un par de centros comerciales, uno de ellos el más importante de la ciudad por entonces. Allá iba a la Pizza Nostra y a comprar discos de vinilo en Bambuco y Prodiscos. A su Jeans & Jackets mi mamá me llevaba a comprar ropa, dos veces al año. Allá transcurrió la mitad de ese tercio de mi vida.
Al frente, por la 15, había un edificio llamado Hexágonos en donde había una oficina de Conavi y un expendio en el que vendían buenos helados. De haberte conocido entonces te habría invitado al de limón. Un tiempo después Jorge Barón habría de construir su par de torres y su bulevar criollo de las estrellas, en donde Lucho Bermúdez, Claudia de Colombia y Andrés Pastrana estamparon sus huellas. El cemento se resquebrajó, se nos olvidó y, como casi todo lo que una vez fue nuestro, dejó de existir.
Más hacia el occidente, sobre la 116, se levantaba una triada de discotecas que debieron ser esplendorosas, pero que para mi entonces ya destilaban cierto aire de venidas a menos. Unicornio, Cabaret y Topsi eran sus nombres. Aunque supongo que por dentro debían ser idénticas, desde fuera cada una lucía, muy a su manera, su propio carácter único, decadente e indivisible. El emblema de Topsi era una especie de marciano macrocefálico, similar al Gazú de Los Picapiedra. El de Cabaret era un aviso Suntuoso. El de Unicornio. Bueno… El de Unicornio era un Unicornio. La Avenida 19 no era, o al menos no me lo parecía dentro de la simpleza encerrada por mi imaginario infantil el expendio de drogas que hoy es.
Esa fue mi Santa Bárbara, perdida entre malos recuerdos de colegio, entre colibríes con sus picos metidos en cartuchos y astromelias, con su carrilera de tren y sus calles y lotes sin urbanizar. Con su jauría de biyis tropeleros y vecinos calzando sus Reebok de velcro. A ti te habrían quedado bien. Con sus vigilantes amables de edificio y sus separadores verdes entre calle y calle. Esa fue mi carrera 15 con 119. Con su Sánduchón y Dulcinea y su Peluquería Jet Set. Con sus ángulos de identificación de calles en concreto, su Pizza Hut, su Librería del Ingeniero, su 2 x 3, su Olímpica, sus alquileres de películas en betamax, y sus almacenes de bicicletas, helados y productos fotográficos de la 15. Con su expendio de antenas parabólicas denominado ‘Casa del Satélite’, lugar en donde también, por alguna razón se conseguían unidades de goma de mascar con sus Garbage Pail Kids. Con su Coca-Cola gigante y luminosa de la 19 con 116, y con una cantidad de símbolos vulgares del capitalismo y lo foráneo a los que con todo y eso mi corazón sigue amando, porque fueron mis fetiches de infancia.
Voy a volver un día a caminar por esa 116. A sentarme frente a la carrilera y a ver a una moneda de 100 resultando aplanada por la locomotora diesel. A comprar un sándwich de queso con pan duro y una Cerveza Águila en la Charcutería Roís. A pensar que soy joven y esperar por el bus de colegio en la 119 con 15. A subir a Usaquén sin tener que ver el complejo mercantilista de restaurantes en el que se ha convertido. A pensar que aún necesitamos antenas receptoras de televisión satelital y que el servicio de cable es cosa primitiva, de cuatro o cinco canales. A reservar mi lugar en el palco de la Pizza Nostra, frente a la bolera, y a pedir una malteada de fresa o un brownie molido de la Cigarrería Multicentro. A visitar el Whopper King y sin traicionar mi vegetarianismo pedir una porción de papas fritas con alguna salsa fuerte. Voy a volver un día a Santa Bárbara, de donde quizá no debí salir.. ¿Vendrías conmigo?
andres@elblogotazo.com
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Don Andrés entiendo el porque no lo hizo, pero vale la pena mencionar la calidad de la carne su bajo costo y la atención de los lugares donde la venden sin importar el estatus de los mismos, que si se tratara de comparar con la oferta local saldríamos muy mal librados por que aquí cuando queremos comer fuera de casa si no se conoce el lugar generalmente se te atiende como si no fueras a pagar.
Mi impresión del lugar es que en Buenos Aires encuentras un parque cada dos cuadras generalmente con una muestra artística, su arquitectura es nostálgicamente encantadora, choripan, vino, transporte, hostales a precios muy cómodos, curiosidades, antigüedades y por supuesto buen rock.
«los cartoneros (recicladores) son muy pinchados usan carrito de supermercado tenis de marca y toman vino en cajita de dos pesos argentinos (apróximadamente $2000) que aquí venden en $10000»
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Don Andrés entiendo el porque no lo hizo, pero vale la pena mencionar la calidad de la carne su bajo costo y la atención de los lugares donde la venden sin importar el estatus de los mismos, que si se tratara de comparar con la oferta local saldríamos muy mal librados por que aquí cuando queremos comer fuera de casa si no se conoce el lugar generalmente se te atiende como si no fueras a pagar.
Mi impresión del lugar es que en Buenos Aires encuentras un parque cada dos cuadras generalmente con una muestra artística, su arquitectura es nostálgicamente encantadora, choripan, vino, transporte, hostales a precios muy cómodos, curiosidades, antigüedades y por supuesto buen rock.
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Don Andrés entiendo el porque no lo hizo, pero vale la pena mencionar la calidad de la carne su bajo costo y la atención de los lugares donde la venden sin importar el estatus de los mismos, que si se tratara de comparar con la oferta local saldríamos muy mal librados por que aquí cuando queremos comer fuera de casa si no se conoce el lugar generalmente se te atiende como si no fueras a pagar.
Mi impresión del lugar es que en Buenos Aires encuentras un parque cada dos cuadras generalmente con una muestra artística, su arquitectura es nostálgicamente encantadora, choripan, vino, transporte, hostales a precios muy cómodos, curiosidades, antigüedades y por supuesto buen rock.
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Don Andrés entiendo el porque no lo hizo, pero vale la pena mencionar la calidad de la carne su bajo costo y la atención de los lugares donde la venden sin importar el estatus de los mismos, que si se tratara de comparar con la oferta local saldríamos muy mal librados por que aquí cuando queremos comer fuera de casa si no se conoce el lugar generalmente se te atiende como si no fueras a pagar.
Mi impresión del lugar es que en Buenos Aires encuentras un parque cada dos cuadras generalmente con una muestra artística, su arquitectura es nostálgicamente encantadora, choripan, vino, transporte, hostales a precios muy cómodos, curiosidades, antigüedades y por supuesto buen rock.
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¡Lindo recorrido por la cultura porteña!
Hace dos años vivo en Buenos Aires y comparto muchas de las impresiones aquí expuestas, aunque es completamente natural que se escapen algunas situaciones y personas al paquete descriptivo. Lo sé porque también he reflexionado sobre el tema, proponiendome las mismas cuestiones y he visto que mis compañeros colombianos también lo hacen, con diferentes métodos que al final nos llevan a todos a poner los resultados en la misma maleta.
También he sido testigo del exodo migratorio de colombianos a Buenos Aires, tanto así, que ya no es extraño nuestro acento. Con tanta suerte que siempre que salgo a caminar me encuentro colombianos intentando conservar, trasladar, esas vivencias de nuestro país a las calles bonarenses. Lo digo sin animo de juzgar porque es normal que se extrañe la patria, pero es un sacrilegio cerrarse a lo que ofrece una nueva cultura.
Entre las curiosidades me he topado al colombiano simpatico enseñando cómo es que baila salsa con la caja de aguardiente en la mano, también a las chicas que se enaltecen de escuchar a shakira en los pubs y no temen tararear sus canciones para reafirmar su colombianidad, entre otras tantas escenas que probablemente también harán pensar al porteño que colombianos estamos todos metidos en la misma maleta.
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Creo que la casa de Bucaramanga a la que se refiere es la de los Streihorst en la 27. Creo que todavia sigue ahi como dependencia de una universidad.
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Creo que la casa de Bucaramanga a la que se refiere es la de los Streihorst en la 27. Creo que todavia sigue ahi como dependencia de una universidad.
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Creo que la casa de Bucaramanga a la que se refiere es la de los Streihorst en la 27. Creo que todavia sigue ahi como dependencia de una universidad.
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Buenas cosas las que describes, pero otras como lo que comentas que nos confunden con otras nacionalidades, que nos ven como «pueblo tropical» o cosas asi, no es cierto. El acento colombiano lo distinguen, no nos confunden con otros, y saben muy bien como es (en general) Bogota. De cultura, bueno, discutible y cierto, se lee mas, se discute mas temas como política y otros. Pero igual Colombia tiene su encanto y los veinte dias que estuve en Baires, ni uno deje de acordarme de mi tierra.
En general son buena gente y si, tienen un sentido de mas conocimiento y crítica de su historia, que nosotros deberíamos tener más.
Lo que más harto me pareció.. es la crisis de monedas que tienen, que problema!.. je!
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ufff me transporté al lugar y recordé muchos sitios que tenía como olvidados y muchas anécdotas……yo vivía en el batán,(barrio aburrido) y mi mejor amiga vivía en santa bárbara oriental,(barrio divertido) siempre íbamos a su casa a hacer los trabajos en grupo porque ….después salíamos y recorríamos los alrededores, alrededores que usted acaba de hacerme recordar….en varias ocasiones fuimos a Unicornio a escondidas de mis padres…( con el permiso de los de mi amiga….que eran más modernos)…se suponía que nos quedabamos donde mi amiga para hacer un trabajo largo….que momentos….tiene razón andrés hay que volver a recorrer esos sitios…..
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ufff me transporté al lugar y recordé muchos sitios que tenía como olvidados y muchas anécdotas……yo vivía en el batán,(barrio aburrido) y mi mejor amiga vivía en santa bárbara oriental,(barrio divertido) siempre íbamos a su casa a hacer los trabajos en grupo porque ….después salíamos y recorríamos los alrededores, alrededores que usted acaba de hacerme recordar….en varias ocasiones fuimos a Unicornio a escondidas de mis padres…( con el permiso de los de mi amiga….que eran más modernos)…se suponía que nos quedabamos donde mi amiga para hacer un trabajo largo….que momentos….tiene razón andrés hay que volver a recorrer esos sitios…..
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ufff me transporté al lugar y recordé muchos sitios que tenía como olvidados y muchas anécdotas……yo vivía en el batán,(barrio aburrido) y mi mejor amiga vivía en santa bárbara oriental,(barrio divertido) siempre íbamos a su casa a hacer los trabajos en grupo porque ….después salíamos y recorríamos los alrededores, alrededores que usted acaba de hacerme recordar….en varias ocasiones fuimos a Unicornio a escondidas de mis padres…( con el permiso de los de mi amiga….que eran más modernos)…se suponía que nos quedabamos donde mi amiga para hacer un trabajo largo….que momentos….tiene razón andrés hay que volver a recorrer esos sitios…..
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Corrijo Y lo que es peor : todos seríamos iguales.
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El autor, como todos, tiene una mirada en parte objetiva y en parte subjetiva de la ciudad y sus habitantes. Y es una suerte que sea así porque si nuestras miradas fueran todas objetivas, serían todas iguales; no existiría ni el arte ni la literatura. Ni siquiera la ciencia ya que para investigar se parte de hipótesis que son en parte producto de la realidad y en parte productos de la imaginación. Y lo que es peor todos
Me alegra que Andrés Ospina nos cuenta lo que él vio en Buenos Aires que es diferente de lo que vio cada uno de nosotros.
Muchas gracias
http://emmaflood.wordpress.com/
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El autor, como todos, tiene una mirada en parte objetiva y en parte subjetiva de la ciudad y sus habitantes. Y es una suerte que sea así porque si nuestras miradas fueran todas objetivas, serían todas iguales; no existiría ni el arte ni la literatura. Ni siquiera la ciencia ya que para investigar se parte de hipótesis que son en parte producto de la realidad y en parte productos de la imaginación. Y lo que es peor todos
Me alegra que Andrés Ospina nos cuenta lo que él vio en Buenos Aires que es diferente de lo que vio cada uno de nosotros.
Muchas gracias
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Que buen blog, yo no he cambiado de barrio, desde siempre he vivido en el mismo. Pero definitivamente es otro, ya no es el de mi infancia, y aunque se podrá decir que ha progresado, la verdad me es más grato el sentimiento de aquel en el que crecí. Esta entrada me hizo acordar de salir de clases en primaria a comprar conos de 100 pesos (o 10?, no recuerdo), a jugar frente a la casa piquis, ponchados y Yermis, ahora con tanto carro, con Cartoon Network, Jetix y demás, a los niños de ahora les hace falta calle. Y yo yambien saqué mi tarjeta de identidad y cédula en Usaquén, en una casa que quedaba por la carrera que va hacia el sur en la esquina sur oriental del parque. También me acuerdo de algunos amigos que estudiaron en el Colegio General Santander, el cual queda en el marco del parque.
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Que buen blog, yo no he cambiado de barrio, desde siempre he vivido en el mismo. Pero definitivamente es otro, ya no es el de mi infancia, y aunque se podrá decir que ha progresado, la verdad me es más grato el sentimiento de aquel en el que crecí. Esta entrada me hizo acordar de salir de clases en primaria a comprar conos de 100 pesos (o 10?, no recuerdo), a jugar frente a la casa piquis, ponchados y Yermis, ahora con tanto carro, con Cartoon Network, Jetix y demás, a los niños de ahora les hace falta calle. Y yo yambien saqué mi tarjeta de identidad y cédula en Usaquén, en una casa que quedaba por la carrera que va hacia el sur en la esquina sur oriental del parque. También me acuerdo de algunos amigos que estudiaron en el Colegio General Santander, el cual queda en el marco del parque.
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Que buen blog, yo no he cambiado de barrio, desde siempre he vivido en el mismo. Pero definitivamente es otro, ya no es el de mi infancia, y aunque se podrá decir que ha progresado, la verdad me es más grato el sentimiento de aquel en el que crecí. Esta entrada me hizo acordar de salir de clases en primaria a comprar conos de 100 pesos (o 10?, no recuerdo), a jugar frente a la casa piquis, ponchados y Yermis, ahora con tanto carro, con Cartoon Network, Jetix y demás, a los niños de ahora les hace falta calle. Y yo yambien saqué mi tarjeta de identidad y cédula en Usaquén, en una casa que quedaba por la carrera que va hacia el sur en la esquina sur oriental del parque. También me acuerdo de algunos amigos que estudiaron en el Colegio General Santander, el cual queda en el marco del parque.
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Un nuevo problema que estamos experimentando a partir del 2001 cuando se desato una crisis es el fenomeno de la inmigracion en grandes cantidades de personas principalmente de Bolivia y Peru en ese orden. Sentimos que estamos siendo invadidos por los bolivianos. Tuve la oportunidad de ir a pasear por unos pueblitos de la patagonia y fue grande mi sorpresa cuando vi gran cantidad de bolivianos. Tambien estamos recibiendo muchas personas de Colombia y algunos de Mexico. Los uruguayos y chilenos, bueno, esos son historicos ya en mi pais. Siempre estuvieron, ja, ja. El problema es que mi pais no esta preparado para recibir a tanta gente que para colmo no tiene educacion, son muy pobres. Es por eso que en Bs As se estan agrandando cada vez mas las villas miserias. Si esto sigue asi, pronto Bs As sera como Rio de Janeiro, muy linda pero con favelas. Los colombianos vienen mas que todo porque tienen la oportunidad de ir a la universidad a muy bajo precio. Yo cobraria mas a los estudiantes extranjeros que vienen, estudian y se van.
Es por eso que queremos que la inmigracion de paises latinoamericanos se frene, porque no contribuyen demasiado. En cambio de los pocos inmigrantes que vienen de Europa en estos dias, son rusos, ucranianos, y los de siempre, italianos. Pero esos no vienen a usurpar terrenos y a poner casas de carton y madera. Ademas los rusos siempre vienen con algun conocimiento tecnico.
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Buenas épocas donde Santa Barbara era un buen sitio para vivir. Hoy en día a cambiado bastante. Muy buenos recuerdos y que interesante invitación. Podríamos encontrarnos en la Frontera??. Saludos.
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Buenas épocas donde Santa Barbara era un buen sitio para vivir. Hoy en día a cambiado bastante. Muy buenos recuerdos y que interesante invitación. Podríamos encontrarnos en la Frontera??. Saludos.
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Buenas épocas donde Santa Barbara era un buen sitio para vivir. Hoy en día a cambiado bastante. Muy buenos recuerdos y que interesante invitación. Podríamos encontrarnos en la Frontera??. Saludos.
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como ciudadano argentino e hijo de madre colombiana me pareció muy acertado el comentario de antis3 en sus pro y en sus contras, sólo que discrepo en lo de la discriminación, actualmente el gobierno de la ciudad esta haciendo una campaña muy fuerte para que no se discrimine a nadie, y existe el INADI
Y bueno el articulo de Andrés es bastante generoso en muchos aspectos con la ciudad pero realmente su visión es más como turista. Yo sólo he tenido la ocasión de ir a Colombia en dos ocasiones a visitar a mi familia materna, y entonces Colombia me parece muy hermosa y me queda muy difícil verle sus verdaderos problemas; es decir yo no sufro Bogota ni Cartagena yo sólo la disfruto en los pocos días en que he podido estar. por eso podría resaltar muchas cualidades. Yo estudio filosofía y el posicionamiento que tengo es un poco diferente, pero claro si se trata de promocionar a Buenos Aires como centro turístico sólo queda decirle a Andres: muchas gracias por tus comentarios sobre la city porteña.
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Pido disculpas de ante mano por lo extenso de mi comentario, pero igual el que lo quiera leer completo lo hace y el que no, no lo hace. Coincido en opinion con Lucarelis, monalisa e imparcial, al igual que ellos tambien tuve la oportunidad de vivir en bs as algun tiempo y considero que bs as es una muy bella ciudad que tiene mil cosas descatables y otras que es mejor olvidar (como culquier ciudad en el mundo) lastimosamente y no juzgo al blogger, se deja llevar por una primera impresion que lo hace exagerar todo un poco pero igualmente no deja ser la percepcion de una persona en unos pocos dias y eso es valido para el, lo importante es no generalizar, independientemente de eso yo hablo de mi experiencia y aunque soy un enamorado de Bogota a la adordo con sus defectos y virtudes confieso que añoro varias cosas de bs as, asi como cuando vivia de bs as añoraba otras tantas de bogota. En mi caso mi acento lo solian confundir con el de mexico varias veces, pero con la cantidad de colombianos han aprendido algo a distinguir el acento, pero ojo acento colombiano per se no existe por la gran variedad de acentos que existen, por eso algunas veces no creian que yo era colombiano por no hablar como paisa que es el acento con el cual mas relacionan a colombia. por otro lado no es raro ver en los kioskos de periodicos donde cuelgan pines de equipos de futbol del mundo, ver los pines de millonarios o del deportivo cali, una vez pude ver la camiseta de santafe y del nacional a la venta en los locales deportivos de lavalle, incluso alguna vez en un entrenamiento de River Plate estaba yo al lado de un periodista que cubria el entrenamiento y entable una conversacion con el, por mi acento inmediatamente se dio cuenta que yo era bogotano, y seguidamente me dijo de que equipo era hincha en colombia «millos o santa fe» me dijo, asombrado respondi millos y el seguidamente saco un llavero con el escudo del ballet azul, me comento que se lo regalo su mejor amigo que es bogotano y añadio que el era un admirador del futbol colombiano y terminamos en una larga charla de futbol, asi que terminando pues cabe destacar que la perspectiva de cualquier ciudad es algo meramente subjetivo y depende de cada experiencia solo digo que para poder conocer mejor un lugar y una cultura es necesario mas que 10 dias o podriamos caer en estereotipos superficiales.
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cuando un extranjero viene a nuestra ciudad tambien queda enamorado de ella porque muchos de nosotros damos mucho para eso .ademas se nota que usted no la disfruta deberia quedarse por alla ya que no valora lo propio
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Este…bueno, yo también vivi allá 2 años y medio, y puedo decirles algunos pros y contras, más con el ánimo de crear opinión y no simple controversia, aunque vano puede ser advertirlo, porque si que nos gusta controvertir!:
Pros:
1. BsAs es una ciudad muy bella y un buen sitio para vivir. La vida nocturna es amplia y diversa (teatro, conciertos, rumba, restaurantes, etc).
2. La infraestructura de servicios, aeropuertos, telecomunicaciones, etc. tiene un nivel de desarrollo alto, aunque algunos servicios privatizados fueron mal negociados y regulados, y es usual que se presentan abusos por parte de las compañías que los prestan. Sobresale la educación en todos los niveles, con ofertas tanto gratuitas como económicas, con un alto nivel de calidad.
3. Como en todas partes del mundo, hay de todo en BsAs. Hay gente bella, culta, preparada y con ánimo hacia los demás, y hay embaucadores, charlatanes y vividores también. Que sean elocuentes hace parte de su naturaleza y de como se sobrevive en BsAs. Coincido con el autor que por más que una acción vaya en detrimento del propio ego, los argentinos son inmunes a esa sensación. Esto es bueno para superarse, pero malo para resarcir a los demás.
4. El marketing es el arma fuerte de los argentinos. Ellos saben vender y ofrecer sus productos y servicios, y aprenden rápidamente de sus clientes. En la parte de servicios, por lo general cumplen con un nivel aceptable de atención, pero sin duda en ese aspecto, los colombianos hemos desarrollado una cultura notable.
Contras:
1. Por la grave situación económica generada a partir del 2002, los índices de seguridad bajaron y no es raro encontrar mendigos escarbando en los depósitos de basura. A pesar de ser el país más rico per capita de Suramérica en la primera mitad del siglo XX, los malos gobiernos y el pensamiento burgués han llevado lentamente a la Argentina a perder su competitividad. Esta crisis se ha resuelto parcialmente con la reducción del poder adquisitivo de los salarios, cuyo valor quedo apenas en la tercera parte de lo que era antes del 2002.
2. La corrupción del gobierno y sus instituciones es monumental. No es extraño que para cualquier simple trámite ante ellos, se tenga que recurrir a «la coima» o soborno, triste cultura muy presente en todos los niveles del estado.
3. La inmigración de peruanos y bolivianos pobres ayudó a afianzar un tono discriminatorio y desobligante con personas que compartan sus características. El que alguien se parezca a un «bolita» es suficiente para ser tratado de «otro modo». Parte de esta cultura se aplica en BsAs incluso hacia sus propios conciudadanos del «Interior», es decir, a aquellos nacidos en las Provincias, así estas no estén propiamente en el interior.
4. El desarollo desigual entre la Capital «Federal» y las Provincias es mucho más acentuado que en Colombia. El favoritismo hacia el centralismo es abrumador.
5. A veces su grata virtud de la elocuencia puede pasarse de la raya y caer en los chismes más banales. Yo lo pensaría dos veces antes de confiarles un secreto, así no más.
Bueno, se que este tema cultural es bastante complejo para solo tratarlo en un post, pero sólo quise darles mi punto de vista, luego de vivir allá, tener novia argentina, trabajar con un socio argentino por varios años y mantener estrechas amistades con gente que me es muy querida de ese pais. Mi última sugerencia es que hagan caso omiso a todo lo que les he dicho. Generalizar, estereotipar y tratar de moldear, incluso tan sólo a una persona, es limitar nuestro entendimiento y nuestra capacidad de dejarnos sorprender por los demás. Aprender es abandonarse, en este caso, en un lugar.
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Estoy totalmente de acuerdo con lucarelly….estos si son comentarios de alguien que no solo paso por la capital porteña, sino que vivio alli.
Pero insisto…adoro BsAs, la ciudad, provincia, la gente…los argentinos….pero adoro a mi pais, y siento que como colombianos, le debemos amor, sentido de pertenencia, de patria…no nos dejemos deslumbrar, hay miles, millones de ciudades mucho mas avanzadas en todo sentido con respecto a Bogota…pero es la nuestra, la que nos toco, y como dice Juanes, asi no le guste a muchos…ama la tierra en que naciste, amala es una y nada mas…
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Andrés …
No soy un nacionalista a ultranza, jamás lo he sido, pero noto cierto exceso de adulación en varias de sus apreciaciones y comentarios.
Para varios de los usuarios que creen que es falso que varios de los argentinos vean a Colombia como un país tropical en toda su geografía y que queda en America Central, les digo: Es totalmente cierto muchos lo piensan y no son pocos.
2. Andrés dice que confundieron cu acento con el de un ecuatoriano o venezolano con frecuencia, y que con facilidad olvidaron su procedencia, pues yo viví más de de 3 años e hice toda mi carrera allá y creo que puedo contar con los dedos de una mano las veces que se olvidaron de mi nacionalidad, o que confundieron mi acento con ecuatoriano o venezolano, es más, me confundieron en una mayor cantidad de oportunidades como ciudadano español que como de otro país sur o centroamericano. Esto se debe a la inmensa cantidad de colombianos que hay allá, que han hecho que los ciudadanos de Bs As puedan identificar nuestro acento con gran facilidad.
3. Es cierto a lo mejor un alto porcentaje de argentinos no conoce mucho o no sabe incluso de Millonarios o Santa Fé, pero de lo que si sabía más del 90% de las personas con las que toqué el tema de fútbol era del paso glorioso o que dejó huella del Palomo, Chicho,Ángel, el Patrón u Oscar Córdoba. No toca estar mucho tiempo en esa ciudad para darse cuenta que el fútbol allá es simplemente cultura popular de ricos, pobres, jóvenes, viejos, hombres o mujeres.
4. Es triste pero es cierto en los respecta tal vez única o principalmente a Bs As. es una ciudad que nos lleva mucho tiempo de distancia en lo que se refiere a arquitectura, urbanismo, transporte, cultura y vías de transporte a nuestra querida Bogotá. Esa inmensa metropoli de hoy en la que tambien abunda la pobreza y los barrios de invasión conocidos como «villas miseria», es la muestra de la bonanza económica y potencia mundial que fue la Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX.
5. Dice que lso argentinos tienen una autoestima bastante alta sin embargo es sobrevalorada, pongase hablar sinceramente con un argentino y le va a decir que es el peor país del mundo que es una mi-erda y que estan condenados al tercermundismo por culpa de su pensamiento como pueblo y sus dirigentes, tienen una capacidad autocritica que les sobra, tal vez demasiado, y que a nosotros como colombianos nos falta en grandes cantidades.
Y por último noto una contradicción en sus términos diciendo que son bastante cultos pero no saben donde murió Gardel y otros temás pero creo que allá hay tanta ignorancia como acá o en Europa, todo depende del punto de vista del que se le mire, porque el carnicero podrá saber de Freud, pero lo más probable es que no sepa cual es la capital de Venezuela o donde empieza centrooamerica.
Un saludo.
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Sin querer parecer nacionalista ni muhco menos y con el derecho que me da el haber viajado y conocido en varias oportunidades Buenos Aires, si, puedo decir que estoy de acuerdo con la mayoria de las cosas que escribe, pero no siento una gran nostalgia, nostalgia de colombiana, leer todo esto. Si, hay verdades, cosas muy ciertas, pero no se, quedo conla sensacion de que como Colombianos, no deberiamos escribir cosas asi nisiquirea para otros colombianos. He vivido en muchos paises por el trabajo de mi papa cuando era ninia y ahora porque adoro viajar, pero todavia, se me pone la piel de gallina cuando escucho el himno nacional por fuera y se me agua el ojo!!! eso es porque a pesar de todo, soy colombiana, orgullosa!!! con todo y lo ignorantes que somos, basicos normales, escandalosos, corronchos y lo que quieran, llevo a mi pais muy dentro y eso lo vivo a diaro.
Solo algunas cositas Andres. No se si por ser mujer, el decir colombiana, despertaba miles de piropos, calificativos y habladurias, muy muy amables, enseguida me empezaban a nombrar a todos los jugadores del boca, a barranquilla, obvio shakira y Anotnio…si, no saben mucho, tal vez no todo lo que debieran, pero tampoco somo un cero a la izquierda y de nosotros depende que eso cambie…empezando por ejemplo, por ser mas amables con nosotros mismos.
Suerte la proxima vez que visite BsAs y ojala le vaya mejor…a mi me va de maravilla cada nueva vez!!…pero asi y todo flaco…colombaina hasta los hue….como dicen alla!!
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Por supueso que todo depende de con quien hables pero en general los argentinos si saben algo sobre Colombia. Pero lo que si quiero realmente comentar es que sobre la cultura y conocimiento de la propia no podemos comparar a los dos paises pues Argentina esta bastante centralizada en Buenos Aires y en cambio Colombia son unas 5 o 6 naciones que conviven juntas, es decir que alla hay mas concentracion de figuras pero no tienen la diversidad dispersa que tiene un pais como el nuestro.
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Querido Andres:
Me parece que tus impresiones son eso, simplemente impresiones y exageras al maximo para favorecer la cultura argentina que sin duda es facinante pero no es tampoco tan espectacular como la deseas hacer ver en tu articulo. Exageras y mucho, por ejemplo: yo he estado en Buenos Aires varias veces y no por unos diitas en plan de turista. Aseguro que los futbolistas colombianos siempre son muy recordados, los taxistas te hablan de los de Boca, del Palomo, de Angel y demas. Colombia, cultural y deportivamente hablando si esta en el imaginario argentino, no es una tierra lejana, aislada o ignorada. No creo que los argentinos ubiquen a Colombia en Centro America o que piensen que Bogota es una ciudad de palmeras, eso nunca me paso. Tampoco creo que los argentinos no sepan donde murio Gardel, por favor… Hablas de la intelectualidad del comun de los argentinos, eso puede llegar a ser cierto pero se te va la mano en las comparaciones. Simplemente veo que estas maravillado por un pais y una ciudad en particular que es muy interesante y que tiene mucho valores culturales pero seriamente veo en tus argumentos una debilidad notoria e injusta en tus apreciaciones. Suenas romantico y a la vez mentiroso en hacer este tipo de comparaciones tan parcializadas para engrandecer lo extranjero, esto muy propio de nuestra cultura colombiana. Te invito a que permanezcas mas tiempo en Argentina y que no hables como un turista superficial que emite comentarios simplistas de lo que verdaderamente no sabes… Nuestra «colombianidad» tiene mil defectos pero no te comas el cuento de que todo lo argentino es culto, refinado y «cool»… Hay tanta tela que cortar…
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Querido Andres:
Me parece que tus impresiones son eso, simplemente impresiones y exageras al maximo para favorecer la cultura argentina que sin duda es facinante pero no es tampoco tan espectacular como la deseas hacer ver en tu articulo. Exageras y mucho, por ejemplo: yo he estado en Buenos Aires varias veces y no por unos diitas en plan de turista. Aseguro que los futbolistas colombianos siempre son muy recordados, los taxistas te hablan de los de Boca, del Palomo, de Angel y demas. Colombia, cultural y deportivamente hablando si esta en el imaginario argentino, no es una tierra lejana, aislada o ignorada. No creo que los argentinos ubiquen a Colombia en Centro America o que piensen que Bogota es una ciudad de palmeras, eso nunca me paso. Tampoco creo que los argentinos no sepan donde murio Gardel, por favor… Hablas de la intelectualidad del comun de los argentinos, eso puede llegar a ser cierto pero se te va la mano en las comparaciones. Simplemente veo que estas maravillado por un pais y una ciudad en particular que es muy interesante y que tiene mucho valores culturales pero seriamente veo en tus argumentos una debilidad notoria e injusta en tus apreciaciones. Suenas romantico y a la vez mentiroso en hacer este tipo de comparaciones tan parcializadas para engrandecer lo extranjero, esto muy propio de nuestra cultura colombiana. Te invito a que permanezcas mas tiempo en Argentina y que no hables como un turista superficial que emite comentarios simplistas de lo que verdaderamente no sabes… Nuestra «colombianidad» tiene mil defectos pero no te comas el cuento de que todo lo argentino es culto, refinado y «cool»… Hay tanta tela que cortar…
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Muy bacano Andres!, es muy interesante leer cosas de este tipo y más de una ciudad que nos ha inspirado tanto(con su hermosura y con su gente). estamos de acuerdo en muchas cosas, y precisamente hablaba algo parecido con un amigo hace mucho; decíamos que era triste que Colombia hubiese generado tan pocos personajes representativos para el mundo.
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Que un Argentino no sepa que Colombia queda en suramerica, eso cuento solo se lo cree ud, por el solo echo del futbol y las eliminatorias, no tiene sentido comun. Yo trabajo con gente de muchas partes del mundo, los cuales la mayoria no habia escuchado a Colombia, pero un vez les digo de donde soy, al siguiente dia no me confunden con ser ecuatoriano o brasileño. La verdad creo que le vieron la cara …
Por cierto Argentina es un gran pais, y Buenos Aires una ciudad muy bella, pero de ahi a creer todo, eso es ser muy «gil».
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Pues yo me lei los 20.000 caracteres o casi 5 páginas y me encantó, cada día Andrés escribe mejor, y me permito compartir con el sus experiencias cercanas del tercer tipo en cuanto a rock e historia se refiere en la ciudad de la furia.
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Yo si lo lei completo!!! …. preguntar si conocian a Santa fe en argentina? jajajajja buen chiste
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Andrés:
Muy agradable tu pluma. Solo para comentar que tuve el privilegio de vivir durante dos años es Buenos Aires y desde que volví a Bogotá he regresado al Puerto en cuatro ocasiones, cada vez con más nostalgia. Comparto muchas de tus apreciaciones y puedo agregar que en plan de habitante permanente de la ciudad la sensación de bienestar, de cordialidad de la gente, de belleza de la ciudad etc es aún mayor. Como anécdota puedo contar que en una visita al supermercado resulte hablando de Freud con el carnicero. Me encanta Argentina, es un país generoso y amistoso de gente inteligente, solidaria, buena y respetuosa. Vas a ver como muy pronto te entran unas ganas locas de «Volver»…
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Andrés:
Muy agradable tu pluma. Solo para comentar que tuve el privilegio de vivir durante dos años es Buenos Aires y desde que volví a Bogotá he regresado al Puerto en cuatro ocasiones, cada vez con más nostalgia. Comparto muchas de tus apreciaciones y puedo agregar que en plan de habitante permanente de la ciudad la sensación de bienestar, de cordialidad de la gente, de belleza de la ciudad etc es aún mayor. Como anécdota puedo contar que en una visita al supermercado resulte hablando de Freud con el carnicero. Me encanta Argentina, es un país generoso y amistoso de gente inteligente, solidaria, buena y respetuosa. Vas a ver como muy pronto te entran unas ganas locas de «Volver»…
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ay andres, le daran varilla los nacionalistas, yo le agradezco por darnos una buena mirada al buenos aires que deseo conocer… a ese que por mas que queramos nos es oculto aun…
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