Bogotá, sus calles y sus gentes sufren de una transitoria muerte cerebral todas las noches, de lunes a jueves. Resignados ante la inactividad que impera desde las 10, quienes la habitan se quedan dormidos o insomnes dentro de aquellas madrigueras de ladrillos y hacinamientos a las que llaman viviendas. Negándose a asistir a ese funeral aburrido de avenidas y andenes desolados. A la espera de despertarse para el día siguiente porque a esa hora «no hay nada qué hacer afuera».
En Bogotá la vida nocturna no es la vida lícita de cafés, restaurantes de 12 AM y calles por dónde caminar sin miedos. Es la de la clandestinidad. La de los lupanares, escondites y amanecederos atiborrados de humo, de culpabilidad y de tufo a cerveza, a lenocinio y a ensordecedores equipos de amplificación. La Bogotá de noche no se vive desde afuera. Se vive desde dentro. Aparte de ello hay poca oferta, y muy, muy poca demanda. Por eso lamento ver a mi ciudad agonizar cada noche, sin que nadie llore su letargo.
En la madrugada del viernes, sin embargo, me alegré de los pocos signos vitales mostrados aquí cuando era tan tarde. Esa noche salí de mi residencia hacia las 3:30 AM, un tanto temprano, sin tener nadie de quien despedirme.
Debía abordar el primer vuelo Lima-Bogotá del día, en tránsito hasta Buenos Aires. Me metí en un taxi, libre de los problemas clásicos de insufrible trafico capitalino de mediodía. Era bueno que no hubiera conductores hostiles en las calles oscuras y frías y que el viaje resultara inusualmente expedito. Arribé con facilidad al aeropuerto, que hoy pese a su insuficiencia parece lucir los efectos de un remozamiento a medias, y de una modernidad forzada. Sólo había una fila de chequeo.
De entre todos los que esperábamos, entre los primeros estaban los miembros de una pandilla de músicos británicos, con su arsenal de instrumentos sin desenfundar, aguardando como cualquiera en medio de la única aunque abundante hilera del lugar.
Comencé a discutir intrascendencias de viaje con quien me seguía en la lista de espera, Pilar, una amable mujer de las que hablan con familiaridad sin aquellos prejuicios odiosos que hacia el desconocido suelen profesar quienes viven prevenidos.
Ella y yo nos preguntábamos si acaso los británicos anónimos serían los miembros de alguna de las bandas invitadas al festival de jazz, quienes tal vez seducidos por las bondades de nuestra nación, habían decidido quedarse por unos días más.
Seguí mi trámite de counter. Subí. Pensé que me haría bien la sobresaturación calórica y cafeínica de uno de aquellos granizados de Juan Valdez en el segundo piso, con leche condensada y algunos otros elementos de alta toxicidad sacarosa. Pero de nuevo la afluencia excesiva de comensales me desanimó. Las muchedumbres espantan.
Sentada en una de las mesas Pilar me vio llegar arriba, mientras el aroma del ambiente dibujaba en su rostro cierta mueca de asco. «Este aeropuerto huele como a pecueca», dijo. Extraña manera de reanudar una conversación. -Huela a lo que huela, eso es algo que pronto dejará de importar, porque lo van a demoler-, le respondí. Ella continuó diciendo: «El problema con las remodelaciones y las obras como la que pretenden hacer con El Dorado aquí es que son doblemente traumáticas, por el desorden del país». Estuve de acuerdo.
Ella no me lo pidió, ni yo se lo solicité, pero en vista de su sensatez terminé ubicándome a su lado. Seguimos relevándonos en el juego dialéctico de preguntas y respuestas sin sentido, cuando un hombre de los que había en el café comenzó a aproximarse afanado hasta los ingleses, ahora ubicados al fondo de la sala de espera.
Sin disimularlo demasiado señalaba a alguno de ellos, mientras enfatizaba con su índice un hecho que tanto a mi nueva amiga como a mí nos resultaba indescifrable… «¡Es él! ¡Es él!», decía. Llegó hasta donde el británico estaba y ante la imposibilidad de expresarse con la debida fluidez, le pidió con un ademán que se tomara una fotografía con él.
-Debe ser un personaje público-, sentenció mi amiga.
-Por público que sea, es un tanto ridículo ir a donde alguien a pedirle que pose contigo en una foto, precisamente por el simple hecho de ser público. ¿No?- le dije yo, en procura de lucir escéptico y razonable.
-Si fuera Peter Gabriel sería entendible. Aunque se corre el riesgo de que el admirado resulte ser un petardo. Una vez vi a Andrea Echeverri insultar a una niña en el Park Way porque le pidió un autógrafo.
Sin verbalizarlo pensé en lo poco que podría llegar a interesarme una firma de la señora Echeverri con todo y Grammy Latino. «Colombia ha demostrado que para la generalidad de sus habitantes es más significativo encontrarse con Juanes o con Naty Botero que con Roger Daltrey o Pete Townshend», agregué.
Y luego concluí: «La única oportunidad en que pedí a algún personaje de la farándula que me permitiera hacerme una foto con él fue cuando me encontré al Hombre Caimán, en el Plaza Café de Unicentro, pero aparte de eso nada más. Si me tropezara con NN o con Bebé, el payaso, también lo haría. Pero con nadie más».
Lo estaba pensando, no como aquel que por su oficio suele encontrarse cada determinado tiempo con quien fue o es su ídolo, sino como el ciudadano desconocido que va por cualquier lugar en busca de algo o alguien con qué sorprenderse o de algún pretexto para vivir la vida vicariamente, a través de las estrellas.
Extasiado, el mismo hombre de hace un rato, aquel que había ido en pos del británico regresó con cámara en mano, como quien lleva un trofeo a casa.
-¿Quién es él?- le pregunté inquieto.
-Pues el Cama Camaleón. ¿Se acuerda de la canción?
Y empezó a dar muestras audibles de su mal inglés y su peor afinación mientras cantaba su versión criolla del Karma Chameleon: «Cama, cama, cama, cama, cama, camaleón».
Entonces lo supe. Aquel británico robusto e irreconocible cuya identidad hasta el momento no habíamos podido determinar era el cerebro detrás de Culture Club y uno de mis músicos predilectos de infancia. Me aterré. No por haber tenido cerca de mí a semejante personaje, sino porque aquel Boy George al que conocí no es el mismo al que recuerdo, anquilosado en mi visión de quien él debió ser hace 24 años. Al tiempo, aunque impuntual, a veces se le antoja ser severo y bromista.
En las mentes de la mayoría de quienes lo tenemos presente, incluido yo, Boy George sigue siendo aquel genio jovenzuelo de figura delgada y andrógina que nos escandalizaba en los 80. Uno más entre quienes dejó de ser estrella de manera muy prematura. Mi memoria congelada se quedó con la imagen del eterno intérprete de Do You Really Want to Hurt Me o de Miss Me Blind, cuyo reencuentro con su banda fue prensado en DVD, hace no mucho, pero nada más que eso.
Después, cuando llegué a Buenos Aires me comentaron que la ciudad había sido empapelada con carteles de promoción acerca del próximo recital de George en suelo porteño. La imagen escogida para la campaña era una fotografía de él en 1984, como intentando decirnos que su pasado fue prolijo pero su presente insuficiente.
Al saberlo medité sobre la maraña de sentimientos que puede habitar el alma de quien es amado por el mundo, no debido a lo que hoy es, sino a lo que algún día fue.
Es usual suponer que los actores, músicos o y demás profesionales del entretenimiento desaparecen cuando se hacen invisibles y dejan de figurar con la frecuencia de otros tiempos.
Tras sus días de estrella del pop mundial, supe de Boy George por algún mediano éxito de 1992 llamado The Crying Game, versión del clásico de Dave Berry, grabado con motivo de la película del mismo nombre. Me enteré de sus incursiones como diseñador al frente de su propia línea de ropa, B-Rude. También oí que vino hace algunos años en calidad de DJ, faceta de su multifuncionalidad en la que, lo confieso, no me sentí en modo alguno interesado. Ahora que estuvo cerca quise ir a verlo, pero me sobrevino un arranque súbito de tacañería. Y ahí, un viernes, cuando eran las cuatro en la mañana, lo tenía a dos metros.
La veteranía, por precoz y tranquilizadora que parezca, puede ser algo molesto. Debe resultar un tanto desconsolador tener 50 años y estar recibiendo eternos espaldarazos por aquello que algunas vez fuimos cuando tuvimos 25, y que ahora no somos, aunque todos nos condenen en su imaginación anclada, a seguirlo siendo.
Cuando oía a mis vecinos de El Dorado comentar lo mucho que «el de ‘Cama Camaleón’ había subido de peso» o lo varonil que lucía al ser comparado con su yo de los 80 me invadía el morbo de suponer lo que debe vivir quien está atrapado en su cuerpo de leyenda antañona.
Fui caminando hasta Boy George. Lo saludé. Nos tratamos con cordialidad. Le insinué mi intención imprudente de entrevistarlo, en una franca contravención a los principios del profesionalismo y el respeto a la intimidad.
Amable, aunque firme, me dijo que en otras circunstancias habría estado dispuesto, pero que en ese momento su única disposición era la de dormir bajo el amparo autista de sus audífonos y de su computador personal.
Viajamos hasta Lima en el mismo avión. Lo vi rodar su maleta de viajero hacia inmigración, como cualquier ciudadano de la tierra habría de hacerlo, con la carga de su nomadismo obligado a cuestas. De consuelo me quedó una foto, no del Boy George de 1984, sino del George Alan O’Dowd de 2008, cuyo verdadero nombre o carácter no interesan a nadie, pero que al final son su única gran verdad. La pondré por aquí, junto a la del Hombre Caimán (quien tampoco es Hombre Caimán; es Álvaro Lemon).
Andrés Ospina nace en 1976. Durante 1980 cursa preescolar en las guarderías La Frasadita y Juan Salvador Gaviota. Recibe su grado de kínder en el Jardín Infantil Piloto Federico Froebel. Desde 1982 hace parte del Gimnasio del Norte, entidad de la que cancelan su matricula en 1991. En 1992 ingresa al Gimnasio Los Robles, de donde se titula en 1994, tras repetir Décimo Grado. Trata de aprender Música y Literatura en la Universidad de Los Andes. Durante 1998 y 2000 co-redacta y funda el desaparecido sitio El Utensilio. Desde 2002 ha sido colaborador con revistas como Cambio, Rolling Stone o CARAS; realizador 99.1, hoy Radiónica (emisora en la que trabaja para los espacios 'La Silla Eléctrica' y 'Rockuerdos'), y libretista e investigador para el magazín de televisión Culturama. Entre los proyectos en los que comparte las culpas están www.museovintage.com y www.elblogotazo.com. De momento prepara una novela sobre un psiquiatra forense demente, y la exposición Bogotá Retroactiva.
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Creo que no deberiamos ser tan despectivos con artistas que han dejado huella en disciplinas artisticas, mucho mas cuando han dejado huella a nivel mundial, como lo fue Culture Club y su lider vocal y compositor Boy George, le recuerdo al señor que hizo esta nota que este grupo fue pionero del pop en los años 80, que gano ademas el premio Grammy en el año 84 como mejor nuevo artista, fue un grupo innovador y representa y es icono de los que vivimos esa maravillosa epoca, no solo tuvo un exito, tuvo muchos mas, en los 80s, su LP Colors by numbers fue numero 1, en gran bretaña y USA, no soy amigo de andar viendo estos personajes como seres de otro planeta siempre he creido que son simples mortales, como yo, pero no niego que daria una gran emocion ver fisicamente a Boy George, no para tomarme fotos o pedir autografos, hay una razon y es que la musica de los 80s es insuperable pasaran años y su esencia perdurara, tanto el pop como el rock y eso que tengo solo 35 años.
Creo que no deberiamos ser tan despectivos con artistas que han dejado huella en disciplinas artisticas, mucho mas cuando han dejado huella a nivel mundial, como lo fue Culture Club y su lider vocal y compositor Boy George, le recuerdo al señor que hizo esta nota que este grupo fue pionero del pop en los años 80, que gano ademas el premio Grammy en el año 84 como mejor nuevo artista, fue un grupo innovador y representa y es icono de los que vivimos esa maravillosa epoca, no solo tuvo un exito, tuvo muchos mas, en los 80s, su LP Colors by numbers fue numero 1, en gran bretaña y USA, no soy amigo de andar viendo estos personajes como seres de otro planeta siempre he creido que son simples mortales, como yo, pero no niego que daria una gran emocion ver fisicamente a Boy George, no para tomarme fotos o pedir autografos, hay una razon y es que la musica de los 80s es insuperable pasaran años y su esencia perdurara, tanto el pop como el rock y eso que tengo solo 35 años.
Creo que no deberiamos ser tan despectivos con artistas que han dejado huella en disciplinas artisticas, mucho mas cuando han dejado huella a nivel mundial, como lo fue Culture Club y su lider vocal y compositor Boy George, le recuerdo al señor que hizo esta nota que este grupo fue pionero del pop en los años 80, que gano ademas el premio Grammy en el año 84 como mejor nuevo artista, fue un grupo innovador y representa y es icono de los que vivimos esa maravillosa epoca, no solo tuvo un exito, tuvo muchos mas, en los 80s, su LP Colors by numbers fue numero 1, en gran bretaña y USA, no soy amigo de andar viendo estos personajes como seres de otro planeta siempre he creido que son simples mortales, como yo, pero no niego que daria una gran emocion ver fisicamente a Boy George, no para tomarme fotos o pedir autografos, hay una razon y es que la musica de los 80s es insuperable pasaran años y su esencia perdurara, tanto el pop como el rock y eso que tengo solo 35 años.
Mal o bien los personajes públicos despiertan sentimientos que afloran cuando los vemos en persona. La foto no es con el cantante, actor o director, sino con lo que sentimos con una de sus obras, para sentirlo de nuevo cada vez que veamos esa foto. El hombre que cantaba mal el Karma Chameleon es una prueba de ello.
Mal o bien los personajes públicos despiertan sentimientos que afloran cuando los vemos en persona. La foto no es con el cantante, actor o director, sino con lo que sentimos con una de sus obras, para sentirlo de nuevo cada vez que veamos esa foto. El hombre que cantaba mal el Karma Chameleon es una prueba de ello.
Mal o bien los personajes públicos despiertan sentimientos que afloran cuando los vemos en persona. La foto no es con el cantante, actor o director, sino con lo que sentimos con una de sus obras, para sentirlo de nuevo cada vez que veamos esa foto. El hombre que cantaba mal el Karma Chameleon es una prueba de ello.
No sé porque trata de menospreciar y ridiculizar al hombre que consiguió una foto con boy george en el aeropuerto; si una foto con este personaje para usted no vale nada, no entiendo porque viene a exhibir la suya. a lo mejor fue que boy george le rogo a ud. para que se tomara una foto con él. (claro es lógico él ya no tiene fama ni prestigio, además esta gordo y viejo encambio ud. rebozante de juventud, intelectual, culto y haciendo parte del grupo planeta – boy george lo debe envidiar- )
No sé porque trata de menospreciar y ridiculizar al hombre que consiguió una foto con boy george en el aeropuerto; si una foto con este personaje para usted no vale nada, no entiendo porque viene a exhibir la suya. a lo mejor fue que boy george le rogo a ud. para que se tomara una foto con él. (claro es lógico él ya no tiene fama ni prestigio, además esta gordo y viejo encambio ud. rebozante de juventud, intelectual, culto y haciendo parte del grupo planeta – boy george lo debe envidiar- )
No sé porque trata de menospreciar y ridiculizar al hombre que consiguió una foto con boy george en el aeropuerto; si una foto con este personaje para usted no vale nada, no entiendo porque viene a exhibir la suya. a lo mejor fue que boy george le rogo a ud. para que se tomara una foto con él. (claro es lógico él ya no tiene fama ni prestigio, además esta gordo y viejo encambio ud. rebozante de juventud, intelectual, culto y haciendo parte del grupo planeta – boy george lo debe envidiar- )
Excelente post!! Un día por las calles de Bs As me «topé» con Francis Ford Coppola en pleno rodaje de «Tetro», su última película. Y aunque hay demasiadas cosas vergonzosas en la vida, entre ellas parecer una fan enloquecida pidiendo fotos y recuerdos, pues debo confesar que no pude evitar salir corriendo por mi cámara y plantarme a su lado hasta que en un momento pude obtener mi ansiada foto al lado del maestro. Fue y es un lindo recuerdo, por lo que es tener al lado a un icono del cine, por lo que fue él en sus mejores momentos artísticos, que no se repitieron a menudo, pero sobre todo porque dejó una huella imborrable en mi memoria personal con su obra. Fue instante, pero fue súper emocionante y mi rostro grabado en aquella fotografía no deja duda alguna de lo que significó…quedé horrorosamente feliz.
Excelente post!! Un día por las calles de Bs As me «topé» con Francis Ford Coppola en pleno rodaje de «Tetro», su última película. Y aunque hay demasiadas cosas vergonzosas en la vida, entre ellas parecer una fan enloquecida pidiendo fotos y recuerdos, pues debo confesar que no pude evitar salir corriendo por mi cámara y plantarme a su lado hasta que en un momento pude obtener mi ansiada foto al lado del maestro. Fue y es un lindo recuerdo, por lo que es tener al lado a un icono del cine, por lo que fue él en sus mejores momentos artísticos, que no se repitieron a menudo, pero sobre todo porque dejó una huella imborrable en mi memoria personal con su obra. Fue instante, pero fue súper emocionante y mi rostro grabado en aquella fotografía no deja duda alguna de lo que significó…quedé horrorosamente feliz.
Excelente post!! Un día por las calles de Bs As me «topé» con Francis Ford Coppola en pleno rodaje de «Tetro», su última película. Y aunque hay demasiadas cosas vergonzosas en la vida, entre ellas parecer una fan enloquecida pidiendo fotos y recuerdos, pues debo confesar que no pude evitar salir corriendo por mi cámara y plantarme a su lado hasta que en un momento pude obtener mi ansiada foto al lado del maestro. Fue y es un lindo recuerdo, por lo que es tener al lado a un icono del cine, por lo que fue él en sus mejores momentos artísticos, que no se repitieron a menudo, pero sobre todo porque dejó una huella imborrable en mi memoria personal con su obra. Fue instante, pero fue súper emocionante y mi rostro grabado en aquella fotografía no deja duda alguna de lo que significó…quedé horrorosamente feliz.
Esa vez pasó algo que sigue pasando ahora: sacaron de taquito al metal. Tenia que haber tocado Kraken, que estaba tal vez en su mejor momento. O Darkness. Las de Timbiriche estaban rebuenas (¿eran Thalia y Paulina?). El concierto ayudo a despertar algo de orgullo bogotano (Bogotaaaa del p.u.t.a.s. Bogotaaaaa). Y que falta hace la gran 88.9 con muchos de sus grandes djs hoy presentando vallenatos y norteña y El Capi relgado en RCN. Que injusticia!!!
La verdad, sigo entre risueño y perplejo ante las anotaciones de Colmenita1969: es la primera vez que encuentro que los milicianos de las FARC se dotan con puñales para esperar al público que asiste a los conciertos (al menos me los imaginaría con fusiles y con objetivos más ambiciosos que ejecutar sus acciones en medio de quienes venden mazorcas asadas y perros calientes). La paz que anhela la susodicha era esa en medio de la cual los narcotraficantes (léase: los paramilitares de hoy) asolaban de terror al país para evitar sus extradiciones, tanto así que terminó secuestrado el mentado Andrés Pastrana (de quien la nota dice: primer alcalde elegido por voto popular, bajo el mentiroso lema de campaña aquel de *Diciendo y haciendo*) vea pues la suerte que aguardaba a *los ciudadanos de bien* de los que se ufana pertenecer doña Colmenita1969 (con falacias, como en el ejemplo citado por Ospina, así proceden *los ciudadanos de bien*).
¿En qué país habrá vivido Colmenita1989 que añora *la paz* de aquellos días? Si tanto se duele del caos actual, me cuestiono entonces para ella en dónde están los *resonantes éxitos de la seguridad democrática* y qué responsabilidad le asiste al ciudadano Uribe al permitir que la marginalidad que se materializa en violencia, viniendo de afuera, afecte a Bogotá; para esos días lo verdaderamente hermoso es que no había un paramilitarismo tan arraigado, ni tan afirmado en el poder como está hoy, para entonces la mafia aún no se alzaba con la Casa de Nariño y en Bogotá aún peatones y vehículos podían avanzar por la carrera séptima, ¿si es verdad que el Gobierno Nacional provee a sus ciudadanos de mayores condiciones de seguridad, ¿por qué esconden tanto a la Casa de Nari?, ¿acaso para proteger a los emisarios de Don Berna cuando van de visita?
Hola.
Otro gran artículo, Andrés. Emocionantes momentos y un gran resumen del evento. También me emocioné hace un mes viendo a Mateos abriendo el concierto con «Mi sombra en la pared» como aquella noche, así como también me gustó que en ese mismo concierto volviera a cantar la canción que yo creo fue la más importante de esa noche de 1988. Aquí comparto con ustedes lo único que tengo de ese concierto, pero sin duda es un momento que todos recordamos con mucho agrado. http://rapidshare.com/files/97640211/Miguel_Mateos_-_No_me_dejes_caer_-_Bogot__88.mp3
Un saludo!
Que bello es recordar…. Pero lo más cierto, es que Daniel Casas, es un teso en la materia del Rock en Colombia. Muy pocos conocen como él…. Los demás que nombran, sabran, pero la Biblia del tema, es Daniel Casas. Lastima que ya no este con la Frecuencia Joven, la emisora que era de Inravisión. Buena por esa, de sacar a este man en esta nota…..
Por accidente me encuentro con este srtículo, y aprecio inmensamente este bello recuerdo que ha traído; Hace 20 años con la energía y deseo propio y avasallador de los jovenes de conquistar el mundo. los bogotanos y colombianos que asistmos al Concierto de Conciertos tuvimos uno de los momentos mas bellos e inolvidables que la ciudad nos brindó y la dicha de que todo estaría mejor, pese a l paso del tiempo aún conservamos esta esperanza.
Saludos a toda la generacion de los 70s
Que época tan bacana. Infortunadamente estaba muy pelado para ir… pero fuí luego al gran concierto. recuerdo un evento muy bueno en corferias, donde habían stands por estilo musical, si mal no estoy, estaban: Joe arroyo, las chicas del can, kronos…; y de ahí en adelante pasando por: black box, gloria stefan, aterciopelados, soda stereo, molotov, cafe tacuba, g n r, metallica, maiden, fat boy slim… se han dado bueno toques… pero los de esa época, muy buenosssss. nada de violencia, gente con ideales y sueños, nada de pepas ni maric@das de esas.
De nuevo sorprendido con lo fotográfica de su memoria Andrés. También estuve allí presente cuando Miguel Mateos dijo «Está amaneciendo Bogotá». Tal vez eso le dio el aire hippie que menciona el exagerado wikipedista. Carbonell era mi Patton de entonces, fui a verlos y era de los pocos que se sabía todas las canciones de principio a fin. Fue un concierto inolvidable.
No comparto su emoción de ver a Miguel Mateos de nuevo. No me gustan esos artistas que viven de sus glorias pasadas y de la nostalgia de tiempos pasados de sus fans. Aparte de que Miguel Mateos siempre me cayó mal, siempre me pareció un farsante. OK, tal vez no siempre sino desde que dejó de gustarme su música.
Que hermoso recordar esa época, en la que uno se podía ir con su combo a disfrutar de un gran espectáculo sin el temor de que un desechable o un miliciano de las FARC lo puñaleara a la salida del concierto. Que berraquera cuando podíamos gozar de un concierto sin atarbanes ni desadaptados, cuando en Bogotá estabamos la gente de bien, con sueños y aspiraciones de ser profesionales, casarnos, tener hijo y ser ciudadanos de bien. Cuando en la capital no había mantenidos del Polo, ni Garzones ni Samueles. Cuando de Normadía podía uno irese tranquilo hasta el concierto a pie con su grupo de amigos sin el peligro de perder la vida por culpa de un salvaje. Esos tiempos merecen volver…
Me es difícil creer que haya tan pocos comentarios acerca de ese día tan especial para tantas personas, yo estuve de principio a fin, estaba en oriental numerada, lo más importante de todo fue que los jóvenes se sintieron parte de algo y no hubo violencia ni problemas. Cuando Los Prisioneros tocaron se fue la mayoría de la gente y nos dejaron bajar a todos a la gramilla, al final Miguel Mateos le pidió a todos los que aún permanecían en las graderías que bajaran para que se viera un grupo unido por el rock, creo que éramos unos 10000 afortunados… yo vivía en Modelia y regresamos caminando a la casa, mis tios estaban con el corazón en la mano (acuérdense que en esa época no habían celulares) y no podían creer que hubiera duranto tanto el concierto.
Miguel mateos, El Jefe… Como cambia el público… hace 20 años eramos unos adolescentes de generación, y ahora hacen conciertos gratis llenos de marihuaneros… El tiempo pasa…
Andrés… usted acaba de hacer mágia… Los que vivimos esa época recordamos lo impactante que fue para nuestra cultura, nuestra identidad aún en busqueda. La noción de ser parte de algo importante e ilusoriamente eterno. Gracias, por qué eso fue y aún es parte de lo que somos ahora; parte de lo que amamos. Yo tenía 17 años y sabe algo? acabo de recordar que aún los tengo.
muy bueno tu comentario me casi muero de risa….que bueno saber que hay personas que en su momento hacen lo que sea por pasarla bien..y obvio despues recordar con alegria y nostalgia!!!
Hombre Andrés…. excelente su mirada al pasado. En aquellas lejanas épocas tenía yo 22 años (bastante más añejo que tú y Juanita), pero lo que me sobraba en edad me faltaba en dinero: Estudiante de provincia en Universidad Bogotana.
Afortunadamente (y lo digo ahora con la vergüenza en pleno), gracias a un compañero de clases que era miembro de la Cruz Roja logramos colarnos con el disfraz completo, incluido botiquín… obviamente bien provisto de varias bolsas de suero en las que previamente se había reemplazado el contenido por Aguardiente.
El caso fué que fuí testigo de primera mano de ese acontecimiento y con la posibilidad de pasearnos por donde se nos diera la gana, ya que estábamos en «humanitaria labor»…
Gracias por alborotarme los recuerdos y la memoria, aunque ahora no sería capaz de hacer lo mismo. Creo que fuí uno de los pioneros en usar el logo de la Cruz Roja para actividades non sanctas.
Andrés: Vacanos esos recuerdos. Yo estuve allí con mi hermano. Tremenda la cosa y sobre todo miguel MAteos. Después del concierto repitieron ese concierto y lo grabe. Andaba por aquel entonces con ese casette para arriba y para abajo. Ese mismo año, se lo preste aun amigo y el lo perdió. Nunca más volvia escucharlo. Hasta ahora vuelvo a escuchar ese fragmento de cuandos seas grande. Es decir casi 20 años después. Tremendo. Si tienes la grabación, deberías hacerla llegar a quienes estemos interesados en tenerla nuevamente pues es, más que una joya, una cosa de memoria, sentimiento y rock.
Andres, superbueno y muy nostalgico lo que escribes….yo tambien soy de esa epoca!!! para el momento del concierto solo tenia 12 años pero me sentia de 17…lastima que nos pase el tiempo ,,,,, cuando recuerdo esos momentos se me pone la piel de gallina… una brazo y gracias por recordanos momentos tan felices.
juanitabonita.
Andres: es curioso, triste, y al mismo tiempo ineteresante que seamos los únicos interesados por el tema en toda la pagina de El Tiempo. Tal vez no le importe a nadie, pero a los pocos que recordamos el aniversario sabemos exactamente que nos corrió por las venas cuando miguel Mateos salió a tocar a las 5 AM.
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Creo que no deberiamos ser tan despectivos con artistas que han dejado huella en disciplinas artisticas, mucho mas cuando han dejado huella a nivel mundial, como lo fue Culture Club y su lider vocal y compositor Boy George, le recuerdo al señor que hizo esta nota que este grupo fue pionero del pop en los años 80, que gano ademas el premio Grammy en el año 84 como mejor nuevo artista, fue un grupo innovador y representa y es icono de los que vivimos esa maravillosa epoca, no solo tuvo un exito, tuvo muchos mas, en los 80s, su LP Colors by numbers fue numero 1, en gran bretaña y USA, no soy amigo de andar viendo estos personajes como seres de otro planeta siempre he creido que son simples mortales, como yo, pero no niego que daria una gran emocion ver fisicamente a Boy George, no para tomarme fotos o pedir autografos, hay una razon y es que la musica de los 80s es insuperable pasaran años y su esencia perdurara, tanto el pop como el rock y eso que tengo solo 35 años.
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Creo que no deberiamos ser tan despectivos con artistas que han dejado huella en disciplinas artisticas, mucho mas cuando han dejado huella a nivel mundial, como lo fue Culture Club y su lider vocal y compositor Boy George, le recuerdo al señor que hizo esta nota que este grupo fue pionero del pop en los años 80, que gano ademas el premio Grammy en el año 84 como mejor nuevo artista, fue un grupo innovador y representa y es icono de los que vivimos esa maravillosa epoca, no solo tuvo un exito, tuvo muchos mas, en los 80s, su LP Colors by numbers fue numero 1, en gran bretaña y USA, no soy amigo de andar viendo estos personajes como seres de otro planeta siempre he creido que son simples mortales, como yo, pero no niego que daria una gran emocion ver fisicamente a Boy George, no para tomarme fotos o pedir autografos, hay una razon y es que la musica de los 80s es insuperable pasaran años y su esencia perdurara, tanto el pop como el rock y eso que tengo solo 35 años.
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Creo que no deberiamos ser tan despectivos con artistas que han dejado huella en disciplinas artisticas, mucho mas cuando han dejado huella a nivel mundial, como lo fue Culture Club y su lider vocal y compositor Boy George, le recuerdo al señor que hizo esta nota que este grupo fue pionero del pop en los años 80, que gano ademas el premio Grammy en el año 84 como mejor nuevo artista, fue un grupo innovador y representa y es icono de los que vivimos esa maravillosa epoca, no solo tuvo un exito, tuvo muchos mas, en los 80s, su LP Colors by numbers fue numero 1, en gran bretaña y USA, no soy amigo de andar viendo estos personajes como seres de otro planeta siempre he creido que son simples mortales, como yo, pero no niego que daria una gran emocion ver fisicamente a Boy George, no para tomarme fotos o pedir autografos, hay una razon y es que la musica de los 80s es insuperable pasaran años y su esencia perdurara, tanto el pop como el rock y eso que tengo solo 35 años.
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Mal o bien los personajes públicos despiertan sentimientos que afloran cuando los vemos en persona. La foto no es con el cantante, actor o director, sino con lo que sentimos con una de sus obras, para sentirlo de nuevo cada vez que veamos esa foto. El hombre que cantaba mal el Karma Chameleon es una prueba de ello.
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Mal o bien los personajes públicos despiertan sentimientos que afloran cuando los vemos en persona. La foto no es con el cantante, actor o director, sino con lo que sentimos con una de sus obras, para sentirlo de nuevo cada vez que veamos esa foto. El hombre que cantaba mal el Karma Chameleon es una prueba de ello.
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Mal o bien los personajes públicos despiertan sentimientos que afloran cuando los vemos en persona. La foto no es con el cantante, actor o director, sino con lo que sentimos con una de sus obras, para sentirlo de nuevo cada vez que veamos esa foto. El hombre que cantaba mal el Karma Chameleon es una prueba de ello.
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No sé porque trata de menospreciar y ridiculizar al hombre que consiguió una foto con boy george en el aeropuerto; si una foto con este personaje para usted no vale nada, no entiendo porque viene a exhibir la suya. a lo mejor fue que boy george le rogo a ud. para que se tomara una foto con él. (claro es lógico él ya no tiene fama ni prestigio, además esta gordo y viejo encambio ud. rebozante de juventud, intelectual, culto y haciendo parte del grupo planeta – boy george lo debe envidiar- )
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No sé porque trata de menospreciar y ridiculizar al hombre que consiguió una foto con boy george en el aeropuerto; si una foto con este personaje para usted no vale nada, no entiendo porque viene a exhibir la suya. a lo mejor fue que boy george le rogo a ud. para que se tomara una foto con él. (claro es lógico él ya no tiene fama ni prestigio, además esta gordo y viejo encambio ud. rebozante de juventud, intelectual, culto y haciendo parte del grupo planeta – boy george lo debe envidiar- )
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No sé porque trata de menospreciar y ridiculizar al hombre que consiguió una foto con boy george en el aeropuerto; si una foto con este personaje para usted no vale nada, no entiendo porque viene a exhibir la suya. a lo mejor fue que boy george le rogo a ud. para que se tomara una foto con él. (claro es lógico él ya no tiene fama ni prestigio, además esta gordo y viejo encambio ud. rebozante de juventud, intelectual, culto y haciendo parte del grupo planeta – boy george lo debe envidiar- )
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Excelente post!! Un día por las calles de Bs As me «topé» con Francis Ford Coppola en pleno rodaje de «Tetro», su última película. Y aunque hay demasiadas cosas vergonzosas en la vida, entre ellas parecer una fan enloquecida pidiendo fotos y recuerdos, pues debo confesar que no pude evitar salir corriendo por mi cámara y plantarme a su lado hasta que en un momento pude obtener mi ansiada foto al lado del maestro. Fue y es un lindo recuerdo, por lo que es tener al lado a un icono del cine, por lo que fue él en sus mejores momentos artísticos, que no se repitieron a menudo, pero sobre todo porque dejó una huella imborrable en mi memoria personal con su obra. Fue instante, pero fue súper emocionante y mi rostro grabado en aquella fotografía no deja duda alguna de lo que significó…quedé horrorosamente feliz.
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Excelente post!! Un día por las calles de Bs As me «topé» con Francis Ford Coppola en pleno rodaje de «Tetro», su última película. Y aunque hay demasiadas cosas vergonzosas en la vida, entre ellas parecer una fan enloquecida pidiendo fotos y recuerdos, pues debo confesar que no pude evitar salir corriendo por mi cámara y plantarme a su lado hasta que en un momento pude obtener mi ansiada foto al lado del maestro. Fue y es un lindo recuerdo, por lo que es tener al lado a un icono del cine, por lo que fue él en sus mejores momentos artísticos, que no se repitieron a menudo, pero sobre todo porque dejó una huella imborrable en mi memoria personal con su obra. Fue instante, pero fue súper emocionante y mi rostro grabado en aquella fotografía no deja duda alguna de lo que significó…quedé horrorosamente feliz.
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Excelente post!! Un día por las calles de Bs As me «topé» con Francis Ford Coppola en pleno rodaje de «Tetro», su última película. Y aunque hay demasiadas cosas vergonzosas en la vida, entre ellas parecer una fan enloquecida pidiendo fotos y recuerdos, pues debo confesar que no pude evitar salir corriendo por mi cámara y plantarme a su lado hasta que en un momento pude obtener mi ansiada foto al lado del maestro. Fue y es un lindo recuerdo, por lo que es tener al lado a un icono del cine, por lo que fue él en sus mejores momentos artísticos, que no se repitieron a menudo, pero sobre todo porque dejó una huella imborrable en mi memoria personal con su obra. Fue instante, pero fue súper emocionante y mi rostro grabado en aquella fotografía no deja duda alguna de lo que significó…quedé horrorosamente feliz.
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Super ese concierto!!!… aún no me despego de Mateus ni los Prisioneros… buen recuerdo… muy bogotano!
——–
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Esa vez pasó algo que sigue pasando ahora: sacaron de taquito al metal. Tenia que haber tocado Kraken, que estaba tal vez en su mejor momento. O Darkness. Las de Timbiriche estaban rebuenas (¿eran Thalia y Paulina?). El concierto ayudo a despertar algo de orgullo bogotano (Bogotaaaa del p.u.t.a.s. Bogotaaaaa). Y que falta hace la gran 88.9 con muchos de sus grandes djs hoy presentando vallenatos y norteña y El Capi relgado en RCN. Que injusticia!!!
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La verdad, sigo entre risueño y perplejo ante las anotaciones de Colmenita1969: es la primera vez que encuentro que los milicianos de las FARC se dotan con puñales para esperar al público que asiste a los conciertos (al menos me los imaginaría con fusiles y con objetivos más ambiciosos que ejecutar sus acciones en medio de quienes venden mazorcas asadas y perros calientes). La paz que anhela la susodicha era esa en medio de la cual los narcotraficantes (léase: los paramilitares de hoy) asolaban de terror al país para evitar sus extradiciones, tanto así que terminó secuestrado el mentado Andrés Pastrana (de quien la nota dice: primer alcalde elegido por voto popular, bajo el mentiroso lema de campaña aquel de *Diciendo y haciendo*) vea pues la suerte que aguardaba a *los ciudadanos de bien* de los que se ufana pertenecer doña Colmenita1969 (con falacias, como en el ejemplo citado por Ospina, así proceden *los ciudadanos de bien*).
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¿En qué país habrá vivido Colmenita1989 que añora *la paz* de aquellos días? Si tanto se duele del caos actual, me cuestiono entonces para ella en dónde están los *resonantes éxitos de la seguridad democrática* y qué responsabilidad le asiste al ciudadano Uribe al permitir que la marginalidad que se materializa en violencia, viniendo de afuera, afecte a Bogotá; para esos días lo verdaderamente hermoso es que no había un paramilitarismo tan arraigado, ni tan afirmado en el poder como está hoy, para entonces la mafia aún no se alzaba con la Casa de Nariño y en Bogotá aún peatones y vehículos podían avanzar por la carrera séptima, ¿si es verdad que el Gobierno Nacional provee a sus ciudadanos de mayores condiciones de seguridad, ¿por qué esconden tanto a la Casa de Nari?, ¿acaso para proteger a los emisarios de Don Berna cuando van de visita?
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Hola.
Otro gran artículo, Andrés. Emocionantes momentos y un gran resumen del evento. También me emocioné hace un mes viendo a Mateos abriendo el concierto con «Mi sombra en la pared» como aquella noche, así como también me gustó que en ese mismo concierto volviera a cantar la canción que yo creo fue la más importante de esa noche de 1988. Aquí comparto con ustedes lo único que tengo de ese concierto, pero sin duda es un momento que todos recordamos con mucho agrado.
http://rapidshare.com/files/97640211/Miguel_Mateos_-_No_me_dejes_caer_-_Bogot__88.mp3
Un saludo!
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Que bello es recordar…. Pero lo más cierto, es que Daniel Casas, es un teso en la materia del Rock en Colombia. Muy pocos conocen como él…. Los demás que nombran, sabran, pero la Biblia del tema, es Daniel Casas. Lastima que ya no este con la Frecuencia Joven, la emisora que era de Inravisión. Buena por esa, de sacar a este man en esta nota…..
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Por accidente me encuentro con este srtículo, y aprecio inmensamente este bello recuerdo que ha traído; Hace 20 años con la energía y deseo propio y avasallador de los jovenes de conquistar el mundo. los bogotanos y colombianos que asistmos al Concierto de Conciertos tuvimos uno de los momentos mas bellos e inolvidables que la ciudad nos brindó y la dicha de que todo estaría mejor, pese a l paso del tiempo aún conservamos esta esperanza.
Saludos a toda la generacion de los 70s
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Que época tan bacana. Infortunadamente estaba muy pelado para ir… pero fuí luego al gran concierto. recuerdo un evento muy bueno en corferias, donde habían stands por estilo musical, si mal no estoy, estaban: Joe arroyo, las chicas del can, kronos…; y de ahí en adelante pasando por: black box, gloria stefan, aterciopelados, soda stereo, molotov, cafe tacuba, g n r, metallica, maiden, fat boy slim… se han dado bueno toques… pero los de esa época, muy buenosssss. nada de violencia, gente con ideales y sueños, nada de pepas ni maric@das de esas.
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De nuevo sorprendido con lo fotográfica de su memoria Andrés. También estuve allí presente cuando Miguel Mateos dijo «Está amaneciendo Bogotá». Tal vez eso le dio el aire hippie que menciona el exagerado wikipedista. Carbonell era mi Patton de entonces, fui a verlos y era de los pocos que se sabía todas las canciones de principio a fin. Fue un concierto inolvidable.
No comparto su emoción de ver a Miguel Mateos de nuevo. No me gustan esos artistas que viven de sus glorias pasadas y de la nostalgia de tiempos pasados de sus fans. Aparte de que Miguel Mateos siempre me cayó mal, siempre me pareció un farsante. OK, tal vez no siempre sino desde que dejó de gustarme su música.
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Que hermoso recordar esa época, en la que uno se podía ir con su combo a disfrutar de un gran espectáculo sin el temor de que un desechable o un miliciano de las FARC lo puñaleara a la salida del concierto. Que berraquera cuando podíamos gozar de un concierto sin atarbanes ni desadaptados, cuando en Bogotá estabamos la gente de bien, con sueños y aspiraciones de ser profesionales, casarnos, tener hijo y ser ciudadanos de bien. Cuando en la capital no había mantenidos del Polo, ni Garzones ni Samueles. Cuando de Normadía podía uno irese tranquilo hasta el concierto a pie con su grupo de amigos sin el peligro de perder la vida por culpa de un salvaje. Esos tiempos merecen volver…
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Me es difícil creer que haya tan pocos comentarios acerca de ese día tan especial para tantas personas, yo estuve de principio a fin, estaba en oriental numerada, lo más importante de todo fue que los jóvenes se sintieron parte de algo y no hubo violencia ni problemas. Cuando Los Prisioneros tocaron se fue la mayoría de la gente y nos dejaron bajar a todos a la gramilla, al final Miguel Mateos le pidió a todos los que aún permanecían en las graderías que bajaran para que se viera un grupo unido por el rock, creo que éramos unos 10000 afortunados… yo vivía en Modelia y regresamos caminando a la casa, mis tios estaban con el corazón en la mano (acuérdense que en esa época no habían celulares) y no podían creer que hubiera duranto tanto el concierto.
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Miguel mateos, El Jefe… Como cambia el público… hace 20 años eramos unos adolescentes de generación, y ahora hacen conciertos gratis llenos de marihuaneros… El tiempo pasa…
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Andrés… usted acaba de hacer mágia… Los que vivimos esa época recordamos lo impactante que fue para nuestra cultura, nuestra identidad aún en busqueda. La noción de ser parte de algo importante e ilusoriamente eterno. Gracias, por qué eso fue y aún es parte de lo que somos ahora; parte de lo que amamos. Yo tenía 17 años y sabe algo? acabo de recordar que aún los tengo.
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no sabia de ese concierto, pero se ve que estovo buenisssimo!
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muy bueno tu comentario me casi muero de risa….que bueno saber que hay personas que en su momento hacen lo que sea por pasarla bien..y obvio despues recordar con alegria y nostalgia!!!
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Yo tuve la boleta para entrar pero no fui y me arrepiento.
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Hombre Andrés…. excelente su mirada al pasado. En aquellas lejanas épocas tenía yo 22 años (bastante más añejo que tú y Juanita), pero lo que me sobraba en edad me faltaba en dinero: Estudiante de provincia en Universidad Bogotana.
Afortunadamente (y lo digo ahora con la vergüenza en pleno), gracias a un compañero de clases que era miembro de la Cruz Roja logramos colarnos con el disfraz completo, incluido botiquín… obviamente bien provisto de varias bolsas de suero en las que previamente se había reemplazado el contenido por Aguardiente.
El caso fué que fuí testigo de primera mano de ese acontecimiento y con la posibilidad de pasearnos por donde se nos diera la gana, ya que estábamos en «humanitaria labor»…
Gracias por alborotarme los recuerdos y la memoria, aunque ahora no sería capaz de hacer lo mismo. Creo que fuí uno de los pioneros en usar el logo de la Cruz Roja para actividades non sanctas.
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Andrés: Vacanos esos recuerdos. Yo estuve allí con mi hermano. Tremenda la cosa y sobre todo miguel MAteos. Después del concierto repitieron ese concierto y lo grabe. Andaba por aquel entonces con ese casette para arriba y para abajo. Ese mismo año, se lo preste aun amigo y el lo perdió. Nunca más volvia escucharlo. Hasta ahora vuelvo a escuchar ese fragmento de cuandos seas grande. Es decir casi 20 años después. Tremendo. Si tienes la grabación, deberías hacerla llegar a quienes estemos interesados en tenerla nuevamente pues es, más que una joya, una cosa de memoria, sentimiento y rock.
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Andres, superbueno y muy nostalgico lo que escribes….yo tambien soy de esa epoca!!! para el momento del concierto solo tenia 12 años pero me sentia de 17…lastima que nos pase el tiempo ,,,,, cuando recuerdo esos momentos se me pone la piel de gallina… una brazo y gracias por recordanos momentos tan felices.
juanitabonita.
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Andres: es curioso, triste, y al mismo tiempo ineteresante que seamos los únicos interesados por el tema en toda la pagina de El Tiempo. Tal vez no le importe a nadie, pero a los pocos que recordamos el aniversario sabemos exactamente que nos corrió por las venas cuando miguel Mateos salió a tocar a las 5 AM.
Larga vida al recuerdo de ese dia!!!
Saludos
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