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Adam Sandler es uno de los mejores actores de la historia del cine. Y no exagero. El hecho de que no hayamos visto toda su filmografía —un poco más de setenta películas— no da licencia para decir que “siempre actúa de él mismo” o que “todas sus películas son lugares comunes”. Eso es una lamentable generalización. Acá les cuento por qué.

  1. Hollywood cree que Sandler es el patito feo: Un miembro anónimo de la Academia le dijo a ‘The New York Post’ que “(…) desafortunadamente los actores se convierten en marcas. La marca de Sandler no se asocia con los Premios Óscar”. Esto demuestra el talante hipócrita de ciertos sectores de la industria que hacen de los premios un lugar exclusivo para el cine “culto” o el cine de autor. Sostener esa premisa del miembro anónimo de la Academia es imposible, porque el buen cine es universal, subjetivo como todo arte. Y cada actuación, guion o película son diferentes. Acá el discurso que Sandler da tras recibir el Spirit Award a Mejor actor, donde envía sus dardos a la Academia y valora el trabajo de las películas independientes, con humor:

2. Criticamos lo que nos conviene criticar: Aún si los premios fueran un lugar reservado para el cine de autor, Adam Sandler ha demostrado no pocas veces que le apuesta a proyectos complejos y papeles difíciles. Si usted piensa que Sandler es malo por haber actuado en ‘Jack and Jill’ (2011), lo invito a que vea el reciente papel que hace en ‘Uncut Gems’ (2019), un filme brutal de los hermanos Josh y Bennie Safdie, directores menospreciados por la industria. Por esta película, Sandler debió haber estado nominado al Óscar como Mejor actor protagónico.

3. No todas sus actuaciones son de humor (¿y si lo fueran qué tiene de malo?): Sandler consigue en estas películas hacer reír en medio de una tragedia o viceversa. Digno de genios. Es el caso de ‘Punch-Drunk Love’ (2002) del aclamado director Paul Thomas Anderson, que se convirtió en una referencia del cine de autor. O de su papel en la película ‘Funny People’ (2008) de Judd Apatow, donde Sandler interpreta a un famoso comediante que tiene una enfermedad terminal. Y qué crítico de cine no reconoce su participación en ‘The Meyerovitz Stories’ (2017) de Noam Baumbach. También está ‘Reing Over Me’ (2007), un testimonio conmovedor de lo que es un trastorno por estrés postraumático. Hasta en cortometrajes como ‘Goldman v Silverman’ (2020), de los mismos hermanos Safdie, Sandler actúa magistralmente.

4. Los “placeres culposos” que marcaron nuestra vida: ¿Quién no recuerda con cariño películas de Adam Sandler como ‘Un papá genial’ (1999), ‘Locos de ira’ (2003, junto a Jack Nicholson), ‘Como si fuera la primera vez’ (2004), ‘Click’ (2006) o ‘Los declaro marido y Larry’ (2007)? Estas y otras películas fueron un éxito en ventas y aún ocupan un lugar muy importante en el cine de comedia. El mérito no es poca cosa.

5. Su faceta como productor: Gústenos o no, su productora Happy Madison ha realizado junto a Netflix algunas de las películas que más reproducciones tienen en esta plataforma. Decir, entonces, que esas películas no merecen ser “buen cine” es subestimar y menospreciar el criterio de millones.

Sandler merece ser reconocido como un gran actor. Ha conseguido hacer reír y conmover a millones de personas, algunos de sus papeles serán recordados para siempre, unos por flojos, seguro, pero otra gran mayoría por hacer lo que a algunos críticos les molesta: representar a una persona común y corriente, que no goza del prototipo de estrella de Hollywood, que cuenta la historia de los de abajo y que nos hace sentir que perder es cuestión de método.

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