No hay ejercicio mayor de imaginación que el de la Biblia: sus páginas encierran el origen, curso y devenir del mundo. Genealogías, reyes, plagas, ciudades arruinadas, profetas y el Cristo crucificado, descienden de las alturas del tiempo hasta el momento del Juicio Final. Esta ambición de condensar la totalidad del mundo en el relato de un pueblo pequeño ha sido la ambición de muchos hombres, pero, bien llevada a cabo, solo corresponde al sello de unos pocos: los Apóstoles, Faulkner o García Márquez. A esta lista debemos sumar ahora -desde el cine- los ambiciosos productores de la serie alemana ‘Dark’ (2017-2020).
Más allá del juego con teorías físicas, ‘Dark’ es un elaborado tributo literario. Además de la Biblia, Borges es uno de los homenajeados. El viejo Tannhaus, heredero de Sic Mundus, fue iniciado en los misterios del tiempo por su padre, al igual que Borges; y como el argentino, también desarrolla una lenta ceguera. Otros tributos saltan a la vista: la obsesión por el mito del eterno retorno, la irrealidad de la vida, el destino, los dobles y los laberintos. Borges dedicó uno de sus cuentos del Aleph, ‘La Casa de Asterión’, al mito del Minotauro. En la serie, Jonás se adentra por la cueva de Winden a la caza del tiempo, como Teseo lo hiciera con el Minotauro. Jonás, como el héroe griego, sigue un hilo rojo para no perderse. Este hilo simboliza el mito, pero también la pasión que une a Jonás con Martha a través de todos los tiempos. Ella, por su parte, suele cargar con un libro: Ariadna, y encarna este papel en la obra de teatro escolar.
Otro de los grandes homenajeados es el Macondo de García Márquez. Winden también es un pueblo solitario y casi condenado, donde ocurren sucesos mágicos en medio de la cotidianidad, plagada de héroes fútiles y relaciones incestuosas, cuya historia es relatada a través de varias generaciones. Este es un pueblo pequeño, habitado también por profetas. El libro que cargan Noah y Claudia, que contiene el pasado, presente y futuro de las generaciones de Winden, se asemeja a los manuscritos de Melquíades, el profeta bíblico de Macondo.
Las genealogías de Winden
La serie tampoco fue indiferente a uno de los padres de la literatura fantástica, H. G. Wells, escritor de La Maquina del Tiempo (1895). Uno de los personajes principales de la serie es H. G. Tannhaus, el relojero, escritor y creador de una maquina del tiempo. Hay algo incluso más conmovedor. El héroe del libro de Wells trae de regreso del futuro dos flores blancas, como prueba de su viaje en el tiempo. Los productores de ‘Dark’, por su parte, circulan entre sus protagonistas que visitan distintas épocas un medallón de San Cristóbal, el patrono de los viajeros.
‘Dark’ retoma viejas fantasías de la filosofía y la literatura fantástica y las funde con profundas reflexiones filosóficas sobre la realidad, el sufrimiento, el deseo, la libertad y el destino. Nada está hecho al azar. La serie es un ensueño que habría gustado a Borges, García Márquez y Wells, todos amantes del cine. De tal modo, los productores han honrado de modo excepcional un dictamen provocador del argentino: ‘la metafísica y las religiones son dos ramas de la literatura fantástica.’
Se dirá que ‘Dark’ es una simple serie y sus especulaciones son pura fantasía. Quizás, ¿pero cuánta imaginación literaria no ha resultado cierta? En un universo tan extraño como el nuestro resulta difícil tener la última palabra. A veces todo está conectado de forma curiosa. Veamos un ejemplo:
Al día siguiente de terminar de ver la serie, mi trabajo me obligaba a empezar la lectura de unas memorias de algún aristócrata británico del siglo diecinueve. Abrí, al azar y con algo de pereza, la biografía de Lord Randolph Churchill escrita por su hijo Winston en 1906. Antes de discurrir sobre la magnificencia del palacio de Blenheim y sus genealogías, el inglés citó unas palabras inquietantes en la página inicial de su obra. La ironía de saber que el homenaje patriótico de Churchill a su familia incluía versos de Goethe, uno de los poetas predilectos de sus enemigos futuros, los Nazis, terminó por erizarme la piel. ¿Azar o coincidencia? Mucho antes que Borges o los productores de ‘Dark’, Goethe no creía en ninguno, como tampoco en la banalidad de cualquier acto:
‘Escuchadas son las voces,
escuchados son los sabios,
los mundos y las épocas:
“Escoge bien: tu elección es
breve y sin embargo interminable.”
Twitter: @LGGalanGuerrero
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