Manifestación del 10 DE MAYO 2023 – ¡COLOMBIA PATRIA MIA!
TE LLEVO CON AMOR EN MI CORAZON…DESEO VERTE SIEMPRE GRANDE, RESPETADA Y LIBRE
Con la oración patria tronando en la plaza de Bolívar y retumbando entre las sedes de los tres poderes independientes de la nación, después del minuto de silencio por quienes dieron su vida por nuestra sociedad, el 10 de mayo de 2023, la reserva de la fuerza pública manifestó su preocupación por el futuro de la patria que juró ante la bandera defender un día, cada uno de sus integrantes, hace 20, 30, 40 o más años, al recibir las armas de la república, estableciendo un compromiso indeleble con la nación y el estado, no con un gobierno en particular, para garantizar su misma existencia y grandeza en el concierto de las naciones, de este bello planeta.
Como se les enseñó desde las escuelas de formación, antes de empezar cualquier actividad hay que tener todo en orden, a diferencia de unas sesiones del congreso hace un tiempo que iniciaron con la bandera al revés, el 10 de mayo antes de iniciar la manifestación patriótica, lo primero que se hizo fue quitar cualquier muestra de irrespeto a nuestros símbolos patrios, proceres e instituciones; se limpió la Estatua de Bolívar y se le colocó la bandera a la que se juró lealtad. La única bandera que está por encima de las ideologías y de los partidos, el símbolo de nuestra nacionalidad, que representa a cada colombiano sin excepción y que se coloca cruzada como símbolo de su investidura al posesionar a quien elegimos para gobernarnos y respetarla.
Una vez restaurado el orden, se inició la más grande manifestación de que se tenga noticia en la plaza de Bolívar, una manifestación planeada y ejecutada en pocos días, sin presupuesto y sin más publicidad que el voz a voz por los canales internos de comunicación de la reserva del país. Esto, permitió una manifestación espontánea, que no fue permeada por ningún partido ni individuo político, ni intenciones malévolas externas, para la cual cada uno llevó una pinta que ya tuviera, un pantalón de mezclilla, una camiseta verde y una gorra de un color neutro, pero eso sí, el corazón henchido de patria.
De acuerdo con los cálculos de una conocida universidad, la Plaza de Bolívar tiene una capacidad de 55.612 personas en su extensión de 13.903 metros cuadrados. Observando la plaza y posteriores fotos y videos, desde los ángulos adecuados y en el momento en que llegó a estar prácticamente llena, se puede pensar en la asistencia de alrededor de 50.000 miembros de la reserva de la fuerza pública de todo el territorio nacional, que cumplieron voluntariamente la cita con el país y con la sociedad.
Una sociedad que se sintió protegida y respaldada por esta manifestación, que como se vio por todas las redes la llenó de esperanza, de que queda gente buena, personas que solo quieren el bien de un país que puede ser mucho más grande que lo que sus dirigentes en muchos momentos lo dejan ser. Una manifestación sin ningún tipo de capuchas, escudos, cascos, ni nada que cubriera la cara que la presentaron con orgullo a esa sociedad a la que han servido por décadas.
Personas que prestaron su servicio a la patria, en las condiciones que cada situación ameritaba, de día y de noche, sin restricción de hora o lugar y que ahora, en su retiro hacen lo posible por ser útiles a la sociedad, porque esa fue su vocación, que los llevó un día a ingresar a su respectiva fuerza y esa necesidad de servir no se cura, ni se acaba con el retiro del servicio. Mucho menos cuando ven que todo por lo que trabajaron y por lo cual sacrificaron algunos compañeros su vida, otros su integridad física, otros su familia, su juventud y tantas cosas, se encuentra bajo amenaza, poniendo en peligro la existencia de la democracia y la subsistencia misma del país que ayudaron a construir con tanto esfuerzo.
Puede que ninguno haya participado en la creación de la constitución del 91, pero todos la respetan y defienden. En ella se crearon o consolidaron instituciones, se confirmaron los tres poderes de la nación y se impartieron normas máximas para la existencia de la Fuerza Pública, sus deberes y sus responsabilidades, así como su obligación de ser los garantes del orden y ejercer el monopolio de las armas. En ella no se contemplan primeras líneas, ni mingas, ni grupos al margen de la ley, para proteger procesos, ni acciones oficiales que se desarrollen en el país. Solo la Fuerza Pública lo debe hacer, siendo la contravención a este principio una de las gotas que llenó la tasa, en especial al conocer casos no muy remotos y consecuencias en esos países.
La presencia de la reserva en la Plaza de Bolívar, fue el mensaje que esa plaza es sagrada, por estar rodeada por los poderes constitucionales del estado y su control no puede ser cedido por la fuerza pública a ningún grupo que no esté claramente autorizado en esa carta magna; como en su momento se lo enseñaron los veteranos a quienes hoy ocupan los más altos mandos de las fuerzas y se lo recordaron el 10 de mayo con lujo de detalles, con un mensaje entonado con la fuerza del alma, que desde la Plaza de Bolívar seguramente se oyó al otro lado de la ciudad, donde se encontraban sus otrora alumnos y subalternos.
Para que una gota colme una tasa, otras gotas han debido irla llenando una a una, o en estos últimos tiempos la verdad por más de una gota a la vez. Cada uno de los poderes de la nación, mencionados y defendidos en su autonomía por esta manifestación, tiene sus deberes y responsabilidades con consecuencias buenas o malas según su actuar. En el legislativo elegimos personas del mismo pueblo para que se reúnan y tomen decisiones para el bienestar de todos, por un mejor vivir, que ayuden a tener un país cada vez más grande, pero han estado llenando esa taza, olvidando ese deber y cambiándolo por componendas y arreglos partidistas, en contra de la misma estabilidad económica y social, del país y de sus ciudadanos. Teniendo en sus manos la estabilidad nacional con reformas que muestran un gran peligro, como son la de la salud, que con lo que se ha visto podrían afectar esa estabilidad completamente; el judicial enfrente al anterior, con paquidérmicas decisiones llegan fuera de oportunidad a corregir los errores de sus vecinos de enfrente, cuando ya los efectos han dañado a los ciudadanos, o cuando ya se han ejercido funciones de manera irreversible.
Algunos pensaran que en el parrafo anterior me salí del tema, pero no, es necesario que tanto el gobierno como sus seguidores entiendan que la reserva, además de ser militares o policías en uso de buen retiro, son ciudadanos; reconociendo eso sí, son un poco diferentes, porque son una parte de la población que le duele la patria, pero también indudablemente los afectan las injusticias sociales, como el exceso de impuestos, las excesivas alzas de los combustibles, la amenaza de no hacer más contratos de explotación, cuando muchos de ellos dieron su vida por cuidar nuestras estratégicas instalaciones petroleras, decisión que ha llevado a la devaluación del peso, el altísimo costo de vida, etc, que también los afecta como a todos los colombianos.
La manifestación evidentemente no fue solo por factores intrínsecos de la reserva y sus intereses grupales, fue por la intranquilidad que se tiene por el futuro de la patria. Fue por la Defensa de la democracia, de sus instituciones, de la libertad, de la separación de poderes, el respeto a las Fuerzas Militares y de Policía y a sus reservas, que no los suplanten, que los dejen actuar dentro de sus obligaciones constitucionales, que no se permita que secuestren a sus soldados o policías, que sean eficientes y oportunos en el mantenimiento de la seguridad y el orden público; por el enfoque de la paz total, fue por los derechos adquiridos, la propiedad privada, el respeto a la libertad de expresión y la libertad de prensa; la garantía de mantener el derecho a la salud que ya existe en la ley actual y está siendo amenazado por una reforma innecesaria y muy peligrosa; el respeto del congreso por la democracia con debates con pensamiento nacional, en los delicados asuntos de las reformas presentadas, más que por componendas políticas; fue por la aplicación oportuna de la ley y la salvaguarda de la constitución y el estado de derecho.
A pesar que anteriores marchas contra las reformas y alzas e impuestos desmesurados no han sido oídas, y el mensaje que solo valen las manifestaciones increíblemente llamadas por el mismo gobierno, la apoteósica manifestación de la reserva del 10 de mayo si ha sido oida. Pero en lugar de demostrar que se entendió su importancia, legitimidad ciudadana e interés patrio, se ha tratado de desvirtuar, primero dándole una orientación de un solo tema que no vale la pena mencionar y después armando un escándalo sobre un solo individuo que alguien hizo pasar como el dirigente de una organización, pudiendo haber entrevistado a quien si preside esa asociación. La buena fe y la gallardía patriótica de la manifestación del 10 de mayo, no puede ser disminuida por tergiversaciones por las que ya son conocidos quienes hacen esguince a la verdad como argumentos de cambios innecesarios que lejos de mejorar, amenazan con desestabilizar.
Quienes analizan lo que pasó el importante e inolvidable 10 de mayo de 2023 en la plaza de Bolívar deben entender, difícil para quien no ha prestado su servicio en las Fuerzas Armadas, que a la reserva la mueve la integridad de la patria, el bienestar de la sociedad de la cual hacen parte intrínseca, la seguridad de todos y nuestro futuro. A diferencia de lo que muchos piensan, engañados por el fiel obedecimiento a la no deliberancia política, los militares y, posteriormente, retirados, si tienen la capacidad de pensar, de analizar y de proyectar las acciones con sus posibles efectos, es más, esa es la base de su planeamiento, es ese análisis el que le permite prever que lo que se haga hoy puede causar un problema en el futuro y se deben tomar las medidas de precaución para evitar cualquier peligro que se desprenda de sus conclusiones.
Fuera de cualquier cálculo político o partidista, la detección de un peligro inminente para la democracia, la sociedad, nuestro bienestar y nuestro futuro, fue lo que llevó a la más grande manifestación hecha por la reserva en Colombia, nuestra patria, que queremos tener siempre grande, respetada y libre.
Gracias, te expresas como un Colombiano integro, queriendo lo que quiere este país, democracia y respeto absoluto de las instituciones. Estoy feliz con la manifestación de la reserva, retirados, familia de las FFMM. GRACIAS!!!
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