De actores naturales y profesionales- sobre la ley del actor
Hay dos clases de actores: Los que son y los que no lo son. Desde hace mucho tiempo se acuñó un término ofensivo y prejuicioso en detrimento de los que seriamente han tomado la decisión de ser actores: Actor natural. Llamar «actor natural» a alguien que actúa por accidente y que no se ha preparado para hacerlo es miope e irresponsable; para ser más preciso podríamos hablar de que alguien pueda llegar a ser un «actor espontáneo» y hay que reconocer que en la historia del cine mundial no son mayoría quienes logran grandes interpretaciones sin preparación y casi siempre acompañados de una excelente dirección. En el cine colombiano grandes producciones tienen justamente ahí su talón de Aquiles.
Esta semana ha surgido una gran polémica en redes sociales sobre el texto de la ley del actor surgida a partir de un par de publicaciones de la revista Arcadia, en donde se hablaba de un supuesto «mico» en la ley del actor y luego la respuesta por parte de ACA, el sindicato de actores de Colombia (pueden leer aquí y aquí). Como suelen ser las polémicas en redes sociales, los argumentos se reemplazan con insultos y descalificaciones personales. Aprovecho este espacio para plantear con mucho respeto algunas reflexiones (no pedidas) sobre lo que está en juego, desde la serena posición de quien no tiene ningún interés personal en esta querella, pero ha estudiado el cine colombiano y latinoamericano desde hace casi dos décadas.
Mis amigos actores saben que siempre, desde espacios como éste y desde mi cátedras y cursos de dirección de actores, he defendido a los actores profesionales, pues reconozco que es justo reconocer su experiencia y preparación. Sin embargo, el título no hace al profesional (y esto vale para todas las carreras). Así como no creo que exista un actor natural en estado bruto, tampoco creo que se requiera de un título universitario (que sería la definición en Colombia para un profesional) para ser actor. En ese sentido, muchos actores fueron inicialmente no actores y luego se convirtieron en profesionales gracias a la experiencia y la formación continua. En el caso del arte, sin embargo, es mucho más complejo por el factor talento y, seamos realistas, muchos actores se la pasan la vida estudiando pero aun no logran hacer un solo personaje verosímil.
Es muy necesario reconocer los derechos de los actores y actrices y la ley del actor es fundamental también como un estatuto de validación de la condición de los actores profesionales, pero debería abrir más oportunidades de las que cierra. No es lógico que los aspirantes a actores sientan que la ley les limita sus posibilidades o que sea una entidad ajena a la película la que termine decidiendo el casting de la misma (revisar la experiencia mexicana). Repito: yo defiendo a los actores frente a los no-actores, pero me parece que esto no se debe imponer autoritariamente y que el sindicato debe velar por los derechos de sus asociados sin restringir los de otros sectores de la industria. En Colombia no se necesita solamente una ley para los actores, es necesario impulsar la ley de los técnicos, la de los directores, la de los productores; pero que no se anulen mutuamente (aquí argumento por qué también debe revisarse la ley de cine). Lo que está en juego es la industria y oportunidades laborales para todos.
Siempre digo a mis alumnos aspirantes a directores que si ellos no tienen experiencia y contratan actores sin experiencia, ¿quien la va a aportar?… la mayoría me hace caso y tiene la buena fortuna de contratar actores profesionales que le aportan talento y conocimiento a la producción; pero también es cierto que algunos actores (la minoría, afortunadamente) rechazan este tipo de proyectos (e incluso de largometrajes) o asumen postura de divos frente a produccciones que no cuentan con recursos suficientes.
Digo sí a una ley del actor que dé garantías laborales y prestacionales para los actores y reconozca su aporte a las producciones, digo sí a una ley del actor que profesionalice a los actores que no estudiaron en una universidad (la inmensa mayoría) por su trayectoria y conocimiento; pero también siento que hace falta que se le dé la oportunidad a nuevos talentos que quieren entrar con seriedad en el sistema y que el buen espíritu de la ley no debería ser un obstáculo para el desarrollo de una industria que, como la nuestra, está creciendo con buenas perspectivas.
Antes que nada, invito a la mesura y al diálogo.
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Exacto, es que es algo que no lo deciden los actores, lo decide todo el gremio cinematográfico. No pueden tomarse el derecho de sobrepasarnos a todos… ¨el sindicato debe velar por los derechos de sus asociados sin restringir los de otros sectores de la industria.¨
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