Que no me guste la película no quiere decir que sea mala
Aunque parezca contradictorio lo que digo, es importante reconocer que el gusto y la calidad no necesariamente van de la mano. Es muy común, hablando de cine, que los espectadores equiparen ambas cosas. Al ceñirse sólo a la trama de la película, un final feliz hará que el espectador disfrute, valore y quiera la película, mientras que un final insatisfactorio es suficiente para descalificarla. Como profesor he escuchado muchas veces comentarios de mis alumnos que dicen: «Esa película es malísima, no entendí nada» o «se muere el protagonista, que película tan mala». El gusto es algo personal, tiene que ver con nuestro sistema de valores, nuestras aficiones y muchas razones subjetivas que pueden llevar a que lo que otros admiran y disfrutan, para nosotros sea insoportable.
El análisis, por otra parte, tiene unas reglas de juego claras. No me gusta hablar de objetividad pues ésta es una propiedad de los objetos, pero el análisis sí tiene en cuenta criterios que permiten a quien juzga, hacerlo más allá de su afinidad con el tema o el tratamiento que se hace. El análisis de una película puede hacerse desde muchas perspectivas: Desde su estructura, técnica, ideología, símbolos y muchos otros elementos. Más allá del análisis está también la interpretación que, como dice Aumont, es el intelecto añadido al objeto. Interpretar una película es mirarla desde un punto de vista específico y esto es lo apasionante. Si usted es abogado, artista, psicólogo o músico; por ejemplo, podrá ver una película desde su disciplina y encontrará apasionante (o indignante según sea el caso) el tratamiento que se haga de determinado tema.
El gran misterio surge cuando se habla de la crítica. ¿Que es la crítica?, tal vez el sector más criticado. En algunos casos, la crítica hace análisis, pero en otros ofrece visiones subjetivas de las películas de acuerdo al gusto y preferencias personales de quien escribe. La misión de la crítica debe ser aportar elementos de juicio para que el espectador común entienda mejor los productos audiovisuales.
En mi caso, basta con decir que soy un cinéfilo que disfruta las películas y que, en ocasiones, las analiza con algún objetivo particular. Tengo que admitir también, por supuesto, que hay películas malísimas que me encantan, pero que me guste la película no quiere decir que sea buena.
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Próxima semana: El cine bajo las estrellas- sobre festivales de cine en Colombia
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