Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Alias-Maria-507x318Twitter: @jeronimorivera
Después del «boom» de la semana pasada con la nominación de la película colombiana El abrazo de la serpiente como mejor película en lengua no inglesa en los premios Oscar, muchos colombianos descubrieron que el cine colombiano existe y va más allá de las películas de narcos o las comedias de televisión.  El abrazo de la serpiente es una gran película y no necesitábamos que un premio nos lo dijera, pero no es ni mucho menos la única película interesante que se mostró en Colombia en 2015. A continuación recomiendo otras cinco películas colombianas que se presentaron en el país el año pasado para que, si no las vieron, les sigan la pista en festivales, canales de tv o en un próximo lanzamiento en DVD.

Siempreviva (Klych López)
Basada en la obra de teatro del mismo nombre escrita por Miguel Torres, Siempreviva está ambientada en los trágicos sucesos de la toma del palacio de justicia por parte del grupo guerrillero M-19 y la retoma por parte de las fuerzas armadas. La obra reconstruye y pone sobre la mesa el tema de los desaparecidos en el hecho, muchos de ellos civiles, a partir de los testimonios de sus familiares. La película procura mantener la lógica de la puesta en escena teatral con un recurso cinematográfico complejo: el plano secuencia, que no fragmenta la acción y nos permite recorrer el espacio sin cortes (aparentes) a pesar del paso del tiempo. El inquilinato en donde los personajes se encuentran y del que nunca salen se convierte en un espacio privilegiado para vivir la tragedia nacional en carne propia y las tensiones propias del “rebusque” de sus personajes, agobiados por el hacinamiento y las dificultades de la convivencia entre vecinos, las diferencias políticas y las injusticias económicas.

Gente de bien (Franco Lolli)
Como ya nos había mostrado en cortometrajes como Rodri, Franco Lolli hace una apuesta por una puesta en escena sobria y naturalista en extremo por medio de una dirección de actores que procura hacer invisible el acto de la interpretación.  Se trata de una mirada intimista a la vida cotidiana de sus personajes con una naturalidad tal, que muchas veces sentimos que no se trata de una película sino de la vida misma. Muchas veces se ha abordado en el cine el tema de las diferencias entre las clases sociales, pero en esta película se omite la tentación de señalar buenos y malos para solo subrayar que esas fronteras invisibles existen y son muy incómodas para todos. Gente de bien es una de esas películas que permanece mucho tiempo después de salir de la sala y que nos confronta con nuestros propios principios y prejuicios.

La tierra y la sombra (César Acevedo)
Lo más impresionante de esta película, ganadora de la Cámara de Oro en el pasado Festival de Cine de Cannes, es la propuesta visual que elimina el movimiento de la cámara como protagonista y pone el énfasis en la composición de cada uno de los planos. Por esta razón, recordaremos La tierra y la sombra por algunos encuadres impecables. La historia de fondo, además, trae consigo una fuerte crítica social sin ser panfletaria. La película es sobria en sus detalles pero impactante en el fondo de su trama y logra conmover sin utilizar recursos efectistas.

Carta a una sombra (Daniela Abad y Miguel Salazar)
En una cartelera inundada por la ficción y en un medio en el que muchos aun no consideran los largometrajes documentales como películas, sobresale esta buena historia alrededor de la figura de Héctor Abad Gómez, defensor de los derechos humanos asesinado en 1987. La película, dirigida por su nieta y basada en el libro de su hijo, no solo es el retrato del dolor de una familia, es el dolor de un país que no ha podido hacer el duelo por sus víctimas y que espera que algún día realmente pueda, como lo dice nuestro himno, cesar la horrible noche. Carta a una sombra es el álbum familiar que se comparte en público, con sus dolores y alegrías. Los Abad nos invitan a su casa para develar la historia del patriarca de la familia y así entender también lo que ha pasado en Colombia con quienes se atreven a pensar y a decir lo que piensan. En este país que olvida, la cinematografía tiene un papel fundamental en el rescate de nuestra memoria. Las imágenes que nos devuelve ese espejo no siempre serán gratificantes pero son necesarias para entendernos y reconocernos, como hace Daniela Abad al abrir este viejo baúl de recuerdos familiares.

Alias María (José Luis Rugeles)
En un país radicalizado por tendencias extremistas de izquierda y derecha y en medio de un proceso de paz, una película como Alias María cobra gran importancia. La historia de una niña guerrillera sirve como hilo conductor para hablar de la guerra, pero también de la falta de oportunidades para los campesinos, el maltrato contra las mujeres y la falta de un claro porvenir para los niños. Rugeles cuenta la historia con sobriedad, sin caer en la espectacularidad ni la glorificación de uno u otro bando. El personaje de María, impecablemente interpretado por la debutante Karen Torres, logra atrapar por su naturalidad y carisma. La campaña que acompaña a la película, y que va en contrar de los niños en la guerra, es un buen complemento para la idea que se quiere transmitir: la guerra no es un juego y los niños no tienen porque cambiar los lápices por los fusiles.

https://www.youtube.com/watch?v=det4gG3U5_0

Próximo post: Guía para ver los nominados al Oscar, primera parte.
Para ver más textos sobre cine y cultura, visita Jerónimo Rivera Presenta
Sígueme en Twitter 
Suscríbete a mi Canal de Youtube
Para ver el historial de publicaciones de este blog entra aquí

Compartir post