El 16 de enero de 2019 Colombia conmemoró el primer aniversario de la Jurisdicción Especial para la Paz, conocida como la Jep. La Jep fue creada como resultado del Acuerdo de Paz de Colombia con las Farc que estableció la creación de un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, conformado por la Jep, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, la Unidad para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y medidas de reparación integral.
Creo que el ritmo incesante de noticias y sucesos no siempre nos permite dimensionar los avances que atestiguamos en Colombia. A pesar de las controversias y las críticas siempre válidas, creo que es una institución única, creada bajo el principio de que las víctimas tienen derecho a la verdad, justicia, reparación y no repetición. En el primer aniversario de sus labores, la Presidenta de la Jep, Patricia Linares, presentó a la comunidad internacional y a las principales autoridades colombianas los resultados de su primer año de operación y los desafíos identificados a futuro.
Quisiera compartir con ustedes algunos datos sobre la Jep, que considero importante conocer y destacar:
- La Jep está conformada por 38 jueces, de los cuales el 53% son mujeres y el 47% hombres. Además, el 20% son afrocolombianos e indígenas.
- La Jep tiene el mandato de investigar a los ex combatientes de las Farc y a los miembros de las Fuerzas Armadas que han cometido crímenes en el contexto del conflicto armado de Colombia. Hasta el momento, esta Jusrisdicción Especial ha comenzado a escuchar a un total de 11,650 personas (9,676 ex Farc y 1,927 militares y oficiales de policía que voluntariamente se sometieron al sistema).
- Bajo un criterio realista, la Jep ha priorizado los casos más representativos bajo cinco casos judiciales “macro»: (1) retención ilegal de personas por parte de la Farc; (2) violaciones a los Derechos Humanos cometidas en los municipios de Tumaco, Ricaurte y Barbacoas, en el departamento de Nariño; (3) los casos de ejecuciones extrajudiciales conocidos como ‘falsos positivos’ cometidos en todo el país; (4) violencia en la región del Urabá, dentro del que se destacan casos como el exterminio de la Unión Patriótica y masacres como la del barrio La Chinita en Apartadó; y, (5) violencia cometida en el departamento del Cauca, en los municipios de Santander de Quilichao, Suárez, Buenos Aires, Morales, Caloto, Corinto, Toribío y Caldono.
El evento fue realizado en el espacio de Fragmentos, el contra-monumento concebido por la artista Doris Salcedo y construido por 20 mujeres víctimas de violencia sexual en el que se utilizaron casi 37 toneladas de armas entregadas por la antigua guerrilla, como parte del Acuerdo de Paz. Ejercicios similares se realizarán con el hierro de las armas fundidas en La Habana y Nueva York. Fragmentos es un lugar que todo colombiano debe visitar, para evidenciar cómo las armas se pueden transformar y dar paso a un espacio para la creación y la reflexión. Una enseñanza tangible de cómo nosotros también nos podemos transformar.
En el acto me conmovieron profundamente las palabras de Marino Córdoba, sobreviviente de la Operación Génesis en Riosucio, Chocó: «Antes de morir, quiero saber qué sucedió en Riosucio y quién fue el responsable de todo esto. Como víctimas, queremos saber la verdad y queremos que otros colombianos también la conozcan. La Jep tiene la gran responsabilidad de documentar lo que sucedió y haremos todo lo posible para apoyar a la institución».
Una vez terminó el acto, partí de Fragmentos con la convicción de que la Jep no tiene nada que ver con la impunidad, que no tiene nada que ver con la venganza. La Jurisdicción Especial se trata de la paz.
* Marcel Lebleu, Embajador de Canadá en Colombia.
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