Casi un siglo tuvo que esperar Barranquilla para que pudiera reivindicarse con su posición estratégica en la geografía nacional y, por supuesto, con las riquezas que la naturaleza le había regalado. La ciudad era casi como el cuento de “la pobre viejecita” que, muriendo de hambre, tenía una fortuna escondida bajo el colchón: el Río Magdalena, el Mar Caribe y la Ciénaga de Mallorquín, es la riqueza –durante décadas abandonada– que le genera la rica diversidad de fauna y flora.
Y es que el desarrollo de esa ciudad en los últimos 20 años es un hecho sin precedentes: de tener sus calles destruidas como trincheras; con escasos puestos de salud; con colegios públicos en ruinas, con las basuras aglomeradas en las derruidas aceras, sin parques ni espacio público para la recreación en familia y sin ninguna estrategia que tratara de poner en armonía la naturaleza con la ciudad, hoy se erige como una urbe cosmopolita, atractiva, eje del desarrollo regional y, lo más importante, con una apuesta por la biodiversidad que la han encumbrado como la primera “biodiverCiudad” del país.
Hoy la historia de esta ciudad, a orillas del río Magdalena y en el regazo del mar caribe, es un ejemplo de resiliencia: la profunda intervención a la tortuosa problemática que por años cargaban los barranquilleros logró que la urbe despuntara y, poco a poco, se convirtiera en “la ciudad milagro”. Una que, en los últimos gobiernos distritales, fue capaz de construir más de 140 parques e intervenir otros tantos; recuperar los espacios públicos, reconciliarse para siempre con el río desde su Gran Malecón, canalizar sus bravíos arroyos, sanear sus caños y vincularlos a su biodiversidad y trabajar por la educación pública y la salud.
No cabe duda de que la recuperación de la Ciénaga de Mallorquín es ya un referente nacional del que, incluso, se habla más allá de nuestras fronteras. Es la iniciativa que abandera Barranquilla como biodiverCiudad.
Pero el sueño de ciudad no quedó ahí. Su actual alcalde, Jaime Pumarejo, respondió al reto de la selección que en el 2019 se le hiciera a Barranquilla para encabezar el Programa Nacional de Biodiverciudades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Barranquilla adoptó desde entonces un modelo de crecimiento que conjugan diversos ejes de su ecosistema, trabajando en la recuperación de entornos –hasta entonces olvidados—mirando hacía sus ciénagas, sus caños, su río y, por supuesto, el mar. En declaraciones a El Tiempo, el viceministro de ordenamiento ambiental del territorio, Nicolás Galarza afirmó sobre la apuesta de Barranquilla a la diversidad que “…hay que resaltar que es una ciudad caracterizada por poseer un ecosistema de manglar en su perímetro urbano, una cualidad que otras ciudades no han logrado integrar, situación que en Barranquilla forma parte de los elementos diferenciadores”.
Lea aquí: Barranquilla, en camino de ser la primera biodiverCiudad
Y es que su iniciativa de BiodiverCiudad no se quedó en solo palabras. El proyecto, desde su concepción, fue respaldado con ejecuciones que están a la vista de todos, como, por ejemplo, el megaproyecto que ya va por su segunda fase, para recuperar la Ciénaga de Mallorquín. Se ha trabajado en la recuperación de sus cuerpos de agua, sus caños y sembrado más de 21.000 mangles.
No cabe duda de que la recuperación de la Ciénaga de Mallorquín es ya un referente nacional del que, incluso, se habla más allá de nuestras fronteras. Es la iniciativa que abandera Barranquilla como biodiverCiudad. Se trata de un megaproyecto que va de la mano de obras como el Ecoparque, la recuperación de la playa Puerto Mocho –que es la única playa dentro de los límites de Barranquilla– y la intervención para la recuperación de espacios y bosques naturales que será una riqueza turística invaluable y destino obligado para los que gustan de observar aves, distintas especies y, por supuesto, vivir la naturaleza pura en medio de la ciudad,
Recientemente Barranquilla fue escogida como una de las cinco ciudades finalistas del Prize for Cities, que otorga el World Resources Institute como un reconocimiento a los líderes que crean ciudades más sostenibles e inclusivas.
El anuncio se realizó en el Foro Urbano Mundial, en Katowice (Polonia), en el que Barranquilla participó con el programa distrital ‘Todos al Parque’ por medio del cual se ha logrado transformar e impactar la calidad de vida de sus habitantes con la intervención de 252 parques y la recuperación de cerca de 1.500.000 metros cuadrados.
Sobre el galardón, su alcalde Jaime Pumarejo, afirmó que “…es un reconocimiento no solo para el Distrito, sino para los miles de barranquilleros que co-crearon estos parques. Estamos emocionados y tenemos mucho por aprender de este viaje, ahora que somos finalistas y hacemos parte de una red que quiere crear un mundo mejor a través de acciones públicas”
Los premios, distinciones y reconocimientos a esta “nueva” Barranquilla se han multiplicado en los últimos tiempos. Recientemente el Gran Malecón de Barranquilla fue premiado por International Architecture & Design Awards 2022, en la categoría Recreation Landscape Design Built, entregado por Architecture & Design Community.
Este proyecto de desarrollo urbano liderado por el entonces alcalde Alejandro Char, se convirtió en el espacio público más visitado de Colombia con más de 20 millones de visitantes desde 2017, y se consolida como una apuesta de transformación en la ciudad.
Barranquilla, con su descollante desarrollo en estas dos últimas décadas, ha dado una lección que no se debe olvidar: siempre es posible ser superior a las dificultades. Siempre hay que soñar en grande para lograr los objetivos. Y es lo que la otrora Arenosa no se cansa de demostrar: que los sueños de ciudad, en Barranquilla, sí son posibles.
Comentarios