Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

La administración del alcalde Enrique Peñalosa a través de su secretario de Gobierno disminuye en dos horas de rumba en Bogotá. ¿Para qué?

¿Para evitar la embriaguez de menores de 18 años, espectáculos que atenten contra la moral o la salud física o mental?

¿Serán sancionados los borrachos?, ¿serán sancionados los trasgresores del horario, los dueños o administradores de bares y discotecas?

¿Quién tendrá la autoridad en Bogotá para hacer cumplir la medida? ¿La Policía? ¿Quién conducirá a los infractores a las estaciones de Policía y bajo qué cargos para que puedan rendir descargos en medio de su laguna mental o después de ella?

¿Quién tomará las medidas administrativas en cada caso? ¿La Policía?

Si es la Policía, que es la que tiene el poder coercitivo, debo advertir que no tiene las facultades, según el código de Policía, de sellar, pues esa facultad es del alcalde de cada localidad.

Esta misma Policía no tiene la capacidad de sancionar a una persona en estado de embriaguez. ¿Qué Policía va a conducir a las mujeres alicoradas, que no son pocas?

¿Existe una Policía especializada de mujeres que patrulle de noche y se ocupe solo de los casos de las mujeres para no incurrir en demandas por manoseos, abusos o malos tratos, o abusos de autoridad que será, con toda seguridad, un elemento que esgrimirán las infractoras para librarse o para desviar la acción de la autoridad y quedar bien con su familia, justificar su noche de copas y sostener según su palabra que eso fue lo que ocurrió?

¿Será que esta medida evitará la proliferación de amanecederos disfrazados de clubes, casas con apariencia de vivienda que se sirven para la rumba clandestina, corporaciones artísticas y asociaciones, todas hasta con carné que acredita que el cliente es socio?

Como estos, según el Centro de Estudios y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana (Ceacsc) hay más de 2.193 sitios autorregulados, donde las autoridades no pueden ingresar, salvo que sean amigos del administrador o dueño.

Muchos ciudadanos con los que he consultado y que tienen la desgracia de vivir cerca a los sitios de rumba preguntan: ¿la medida nos quitará la bulla? ¿Podremos a partir de ahora dormir?¿Dejaremos de ver borrachos en las madrugadas cuando salen de los sitios? ¿Dejaremos de escuchar a cualquier hora las riñas, el estruendoso sonido de botellas y piedras y gritos? ¿Dejaremos de ver los bogotanos la circulación de jóvenes embriagándose en los parques, en las plazoletas, en los andenes, en las calles del barrio, en todo lugar de uso público?

Estas preguntas y muchas más, en conclusión, no tienen respuesta. Preguntándole a la secretaría de Gobierno si hay estudios que sustenten esta medida de reducir el horario de la rumba de 5 a 3 de la madrugada, la respuesta también es negativa.

Y entre tanto el uso de los suelo continúa siendo invadido por los negocios de rumba, sin que les asuste el cambio de horario, pues la rumba continuará a pesar de esta medida.

Twitter: JoseLRamirezM

Compartir post