El crimen organizado lanza una estrategia oscura, altamente peligrosa y llena de crueldad: secuestrar, captar a la fuerza o con promesas engañosas a jóvenes desde los 13 años en adelante en la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá.
A través de seguimientos de dónde viven, hacer listados, averiguar cómo se llaman, la dirección y el barrio buscan e identifican además a los padres, hermanos y familiares para amenazarlos y reclutar de esta manera a los jóvenes.
Las noches son más largas en Ciudad Bolívar, localidad 19 de Bogotá. Los barrios de este sector popular de la capital son visitados cada noche por camionetas que patrullan e irrumpen cada noche, realizando recorridos del pánico, capturando, extorsionando y obligando a una juventud que no tiene ninguna posibilidad de poderse defender ni quien los defienda y los comprometen a que los tienen que acompañar. Y son llevados con destino desconocido.
En barrios como Altos de la Estancia, Arborizadora Alta y Sierra Morena son ya corrientes que en las noches la gente no salga a la calle, tranquen sus puertas y todo el mundo guarda silencio. Es la ley.
Los escalofriantes testimonios de los habitantes en medio del terror y el miedo dan cuenta de que no hay presencia del Estado ni de las autoridades ni de la policía. Denuncian que ningún cuadrante de la Policía se atreve a patrullar por estas lomas, son cordilleras que son vetadas para la Policía.
Son obligados a acostarse temprano en sus humildes sitios de habitación, muchas de ellas construidas en tierra, con cartón y latas. Cada noche oyen los disparos, los gritos, las carreras y el rodaje de camionetas y personas desconocidas en sus territorios. Pasan marcando las paredes y las puertas con consignas del Clan del Golfo, de las AUC o de bandas disidentes de las Farc.
Los pocos que se atreven a hablar bajo la presión del miedo dicen que hay disputas territoriales todos los días para reclutar o desaparecer personas. Los jóvenes son usados y obligados a la distribución de estupefacientes, de drogas, para el robo, el sicariato y ajuste de cuentas.
Se los llevan para armar milicias, enseñarles el manejo de armas, para preparar ataques terroristas, incluso, hay una estrategia para asesinar políticos o militantes de izquierda o exmilitantes de la Unión Patriótica o exmiembros del Partido Comunista que viven en la localidad.
La Policía insiste en no reconocer la existencia de esta realidad, pero la Fiscalía ha denunciado que en esta localidad existen más de 15 bandas que operan en el sector de Ciudad Bolívar haciendo lo que se denomina el reclutamiento forzado de jóvenes.
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