Señores pasajeros…lamentamos informarles que el vuelo BG-940 con destino a Bogotá no podrá salir de la pista. Les suplicamos mantener la calma.
Mi maleta…mi maleta… segura que venía en el avión.
Puagh! que comida tan asquerosa…eso es un omelet o cocinaron los huevos pasados del vuelo anterior.
Cuando nació la aviación, seguramente ni los hermanos Wright se armaron el negocio con toda la parafernalia de hoy en día. No obstante, el cúmulo de quejas que hoy afrontan las aerolíneas opacan lo que debería ser un servicio dedicado a satisfacer a sus beneficiarios sin mayores problemas.
Solo por dar un ejemplo, los retrasos en los vuelos que tanto disgusto han ocasionado a los usuarios de Aerolíneas Argentinas en estos días ha puesto en entredicho el nombre de esta empresa, ofrecida continuamente en atractivos paquetes turísticos hacia el cono sur.
El extravío de equipajes es otro dolor de cabeza para los viajeros, situación que ha tocado extremos delicados. Basta recordar el año pasado la condena a American Airlines en Estados Unidos por más de 200.000 dólares, al exigir hace diez años atrás a una pasajera con problemas respiratorios que despachara sola una de sus valijas con elementos médicos necesarios para su tratamiento, que luego fue perdida y cuya ausencia incidió en la muerte de la mujer.
Ahora con la crisis de los combustibles, el consecuente incremento de los pasajes afectará sensiblemente la economía de los pasajeros, quienes al menos esperan un buen trato y cumplimiento en los itinerarios.
Para los que me leen, y que viajan constantemente por avión ¿cómo les afecta esta situación? ¿Qué aerolínea les ha quedado mal y ante quién han interpuesto una queja o demanda por alguna situación de pérdida de equipaje, maltrato o retrasos injustificados?
BOCADILLO: La libertad tiene un precio. En el caso del rescate de Ingrid Betancourt y sus 14 compañeros de cautiverio, ¿cuál fue este? ¿Será para bien? Mientras tanto, seguiremos insistiendo por el pronto regreso de los demá secuestrados.
En mi caso fui victima del desorden de AVIANCA, en el vuelo Bogotá – Sao Paulo. Tuve que cambiar la fecha del vuelo, por lo cual cobran una penalidad de U$100, que realice en la oficina de la calle 73. En el momento del viaje en el aeropuerto, que con mi familia, me llevo la sorpresa que mi reserva no fue hecha y que debía pagar la multa de U$100. Siendo así, debí dirigirme a otra ventanilla, para verificar dicho pago. Como no lo encontraron, después de hora y media, y ante la inminencia de tomar el vuelo, tuve que hacer el pago de nuevo. Posteriormete puse la queja en ¿servicio al cliente? y me dieron la razón. Ahora, para recuperar mi dinero, tendría que pasar a una oficina de AVIANCA en cualquier parte del Mundo, lo único malo es que desplazarme a la oficina mas cercana me cuesta cerca de U$300 diarios. En conclusión, decidi perder mis U$100 y no usar mas los servicios de AVIANCA, pues realmente esperaba un mejor trato y ni siquiera dieron otra posible salida.
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