¿Qué significa la salida de Argentina del Grupo de Lima?
Tarde o temprano algún Estado latinoamericano tenía que poner de manifiesto la inviabilidad de mantener el esquema de sanciones contra Venezuela en el marco del Grupo de Lima. La salida de Argentina del improvisado foro, por decisión de Alberto Fernández, solo confirma la incompatibilidad entre ese tipo de medidas, ajenas al ideal latinoamericano de los últimos tiempos, y solo justificable en las épocas de la Guerra Fría. Medio siglo de embargo o bloqueo a Cuba comprueba con creces la infertilidad de estimular las transiciones a la democracia, desde afuera y con imposiciones a la fuerza. La postura de Fernández no debe entenderse como condescendiente con Nicolás Maduro, lo cual se evidencia en el apoyo argentino al informe sobre violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Venezuela por parte de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, y que fueron objeto de tajante rechazo por parte del establecimiento venezolano. Buenos Aires se ha desmarcado de los tiempos del progresismo en que se promovía la revolución bolivariana pasando por alto las graves lesiones al Estado de derecho, la pluralidad y la independencia de poderes.
La propuesta regional de estos progresismos moderados entre los que se podría ubicar a Bolivia y México ha entendido los riesgos de la simpatía sin condicionamientos hacia la deriva autoritaria que sacude a Venezuela, pero, a su vez, es consciente de la ausencia total de perspectiva integracionista de los gobiernos conservadores de Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú, que han optado por apoyar las sanciones, alinearse con Estados Unidos y herir de muerte cualquier plataforma de concertación política regional. La Organización de Estados Americanos, que en otras épocas sirvió de escenario de discusión política, tiene limitadas capacidades pues, como se ha insistido desde este blog, la agenda política es rehén de las creencias ideológicas, cada vez más dogmáticas de su Secretario General, Luis Almagro. El liderazgo regional argentino al que se le pretende adjudicar de manera absurda la etiqueta vacía de castro-chavista es la única alternativa para el desmonte definitivo del improvisado Grupo de Lima, que completa cuatro años sin ningún activo representativo frente a los objetivos para los que fue creado. El improvisado foro ha profundizado la polarización regional, manifestado la idea de que solamente un golpe de Estado puede destrabar la crisis venezolana, y congelado las actividades en el seno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), gracias a la cual se dieron las últimas elecciones legítimas en Venezuela en diciembre de 2015.
Alberto Fernández, de quien se pensaba gobernaría en función de los intereses del kirchnerismo, ha mostrado moderación en materia económica y ha cumplido con sus obligaciones financieras internacionales al tiempo que mantiene un esquema solidario para mantener a flote la economía en medio de la crisis global. Los vaticinios de una Argentina a la deriva jamás se concretaron. Su independencia respecto de Cristina Fernandez es irrefutable, lo cual demuestra, entre otros, que el progresismo en América Latina al que se condenaba a la extinción por la tragedia venezolana está lejos de desaparecer y, más bien, ha aprendido las lecciones de los errores. El conservatismo que ha gobernado en Brasil, Chile, Perú, Paraguay y Colombia deberá apostar por un ejercicio similar para, de una vez por todas, abandonar un proyecto regional basado en las fragmentaciones ideológicas y el alineamiento.
@mauricio181212
«La postura de Fernández no debe entenderse como condescendiente con Nicolás Maduro»… no?? y entonces como debe «entenderse» oh genial blogista provenecubano?
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Justa y coincidencialmente hoy aparece en la prensa Argentina que Maduro ha bloqueado las investigaciones sobre corrupcion en sus relaciones con ARGENTINA o sea cuidandole la espalda a las hijas de Hugo Chavez entre muchos otros y los corruptos «progres» kitchneristas. Ud le hace daño a la izquierda democratica respaldando a los corrupto bolivarianos
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en sus notas se evidencia el sesgo sobre el dudoso progresismo de Mexico y Argentina.. Fernandez fue impuesto por la Kichner para tapar sus escandalos y condenas precisamente con uno de sus grande socios:Maduro :maletines con Dolare, Prestamos a Argentina con mayores interes, compras de insumos sobrevalorados. No nos venga consus cuentos. Alli hay pura corrupcion y esoiritu de cuerpo
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Serio análisis, bien por ello.
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