Una nueva imputación se ha dado a conocer contra el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por retener en su casa de Mar-a-Lago, La Florida, una serie de documentos que según las autoridades podrían comprometer la seguridad nacional y de acuerdo con la ley, no pueden ser extraídos de las instalaciones de la Casa Blanca. A Trump se le acusa de haber trasladado decenas de cajas con miles de documentos sensibles -incluso sobre el tema de las armas nucleares-. El ex mandatario deberá enfrentar más de 30 cargos que, en caso de ser declarado culpable, podría enfrentar una pena que oscila entre diez y veinte años de prisión. Esta es la primera vez que es imputado por una autoridad federal, pues ya había sido señalado por un gran jurado de Nueva York. ¿Cómo afecta esto su aspiración de cara a las próximas elecciones presidenciales en 2024? ¿Podría interrumpir su carrera para un eventual retorno?
Primero, se debe aclarar que este no es el único caso que Trump tiene ante la justicia. Se suma la reciente acusación formal por la entrega de dinero a la actriz Stephanie Clifford para «comprar su silencio» a raíz de una relación extramarital. Esta habría recibido 130 mil dólares lo cual no constituye ningún delito, como sí el hecho de haber recurrido a maniobras financieras para ocultar la transacción. Segundo, tiene pendiente una acusación muy grave por el intento de impedir la formalización de resultado de la elección de 2020. Tras 18 meses de investigación, una comisión de la Cámara de Representantes llegó a la conclusión de que había pruebas contundentes de que Trump tuvo responsabilidad directa en los eventos violentos que terminaron en el intento de toma del Capitolio de enero de 2021 que buscaba alterar el resultado por medio del cual fue elegido Joe Biden. Dicha comisión sugirió además, que se activará un proceso penal por conspiración, incitación a la insurrección y obstrucción a la elección. Incluso, se le acusa de haber hecho presión directa sobre el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, para ganar allí, donde finalmente se impuso el candidato demócrata.
¿En caso de ser hallado culpable de cualquiera de estos tres procesos, Trump podría ser inhabilitado? En teoría, nada le impediría ser candidato ni gobernar, inclusive podría hacerlo desde la cárcel. El artículo 2 de la Constitución solo especifica que para ser presidente se necesita ser mayor de 35 años, haber residido en Estados Unidos los últimos 14 años y nacido en dicho territorio. Es decir, se supone que no solo podría hacer campaña tras las rejas, sino incluso gobernar, una situación inédita que pondría en jaque la gobernabilidad y legitimidad del cargo. La única excepción es que sea hallado culpable por insurrección en el caso de la violenta toma del Capitolio a inicios de 2021. Solo con esa condena estaría impedido legalmente para ejercer el poder.
Más allá del panorama legal y constitucional, resta por saber algo más complejo aún: qué dirá el electorado sobre las acusaciones y si tendrán algún efecto en la intención de voto. A Trump le cae como anillo al dedo este tipo de escándalos que lo catapultan e instalan en la agenda nacional. Pocos políticos se sienten tan cómodos en la adversidad judicial y ostentan la capacidad de convertir lo que parece un impedimento en su principal ventaja. Etiquetar los procesos judiciales de persecución política resulta bastante capitalizable en un país donde abundan las teorías de la conspiración y el hastío frente a la corrección política parece desbordado. En las encuestas Trump se consolida como el gran favorito del lado republicano sin ningún rival que pueda siquiera competirle. Basta recordar la elección de 2020, pues a pesar de haberla perdido, obtuvo 74 millones de votos, 12 millones más respecto de la elección de 2016. Nada parece capaz de impedir el retorno de Trump a la política y en las condiciones que más le gustan, en medio del escándalo y la controversia, ingredientes indispensables para repetir la hazaña de 2016. ¿Lo logrará?
Twitter: @mauricio181212
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