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@Climateate

Existen suficientes evidencias globales que aciertan la realidad de una inestabilidad ecológica de altas dimensiones, provocada principalmente por nuestra falta de conciencia hacia el entorno y egoísta conducta hacia lo que nos rodea, pretendiendo que todos los recursos del planeta se auto-regeneran por si solos y que no existe una mínima posibilidad de que esto deje de ser así.

Es responsabilidad de esta generación, hacer frente a los gravísimos e insostenibles problemas socio-ambientales, los cuales desencadenarán terribles consecuencias para la humanidad. Nuestra responsabilidad moral y social para actuar de una forma equilibrada y equitativa en contra de los drásticos cambios que se avecinan en el planeta, debe estar coordinada por políticas (internacionales, nacionales y locales) capaces de generar cambios positivos en el actual modelo de desarrollo.

Las piezas que necesitamos para enfrentar estos desafíos, están frente a nuestros ojos: tecnologías, ética y ciencia. Es inimaginable la cantidad de recursos naturales que podemos garantizar para el futuro, si fuéramos hoy conscientes del “saqueo ecológico” que hacemos a diario en nuestro afán de saciar nuestras propias necesidades.

La moral y la justicia, deben ser los puntos de apoyo para poder frenar las barbaries que se cometen en la actualidad. ¿Qué hacemos con querer cambiar, si no tenemos el permiso?. Necesitamos cambios radicales, positivos y eficaces en los sistemas de transporte, alimentos y energía, tanto de las naciones desarrolladas, como las que se encuentran en vías de desarrollo.

Y es que resulta tan importante comprender que nuestras acciones degenerativas hacia el entorno, perjudican todos los sistemas de desarrollo de las sociedades y es por esta razón que la naturaleza puede vivir sin nosotros, pero la humanidad no puede vivir sin ella.

No podemos dejar a un lado, la existencia palpable de una relación intrínseca y exponencial entre el desajuste económico y la degradación ambiental. Por esta razón, me viene a la mente las palabras de Thomas Friedman en su libro “Caliente, Plana y Abarrotada”, cuando indica lo siguiente: “No habrá innovación en energías renovables a gran escala, mientras que un barril de petróleo sea más barato que un barril de agua o leche”.

Contamos con las disciplinas técnicas, científicas y humanas, capaces de abastecer al mundo de “energía verde” (y no solo me refiero a la generación eléctrica), sino al contagio de esa motivación política y social que tanto necesita nuestro planeta, admitiendo que precisamos un cambio en el modelo de desarrollo mundial.

Pienso (y sinceramente, sigo siendo optimista) en el hecho de que actualmente nos encontramos dando pasos iniciales para dar con las claves necesarias y así, poder extender la mano hacia una mejor comprensión del entorno. Nos encontramos en la famosa transición verde, esa que tanto requiere nuestro planeta porque ya no lo vemos como una alternativa, sino como una propia necesidad.

Debemos ser consecuentes con ese sentimiento verde que nos mueve e inspira.  Encontramos cada día con más frecuencia, noticias e informaciones de interés ecológico, que no pueden ser censuradas, bien sea sobre “cómo salvar al planeta con tan solo 100 pasos” o “como practicar el eco-sex con tu pareja”, ya que estas son claves para la reinserción de los valores ecológicos dentro de la ética ciudadana que tanto se ha perdido a través de los años, dejando de ser un mito social o una simple moda.

Cambiar nuestro estilo de vida no es imposible, es solo cuestión de actitud y responsabilidad ciudadana, evitando el egoísmo de una humanidad que “sin darse cuenta” pretende más de un mundo, que le brinda absolutamente TODO. Seamos entonces, verdemente inteligentes.

“Tenemos el tiempo justo si empezamos ahora mismo”

Dana Meadows

Escrito por: Lcda. Maria Eugenia Rinaudo

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