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La vida de los ciudadanos es asunto de los políticos. Son ellos quienes protegen los derechos de cada individuo, corrigen la conducta, instruyen a personas como animales domésticos a personas dispuestas a obedecer. El Estado, con “E” mayúscula, trabaja por un mejor planeta, pone por delante el bienestar del pueblo e incansablemente se esfuerza en traer la paz total. También se oponen al robo de los evasores de tributos que atentan contra el bienestar y la pacificación de los innumerables programas sociales, que con generosidad, brindan garantías para salir de la pobreza a tantos colombianos.

Así mismo, los padres de la patria se empeñan en organizar sermones porque es relevante guiar el camino de la religión, invitan a pastores y sacerdotes a promover los propósitos superiores que implican hacer de Colombia una potencia mundial de la vida.  Estos estadistas justos reparten la riqueza de los privilegiados, a los cuales, desde la política del amor se les incauta de manera arbitraria el exceso de dinero en sus empresas, muchas de estás aún no tienen cinco años de constituidas. ¡Un sacrificio solidario al servicio de los necesitados!

 Dice el ministro Ocampo, como si estuviera leyendo un soneto de León de Greiff: 

“Que los ricos paguen más a los pobres, es una inversión que están haciendo” (A Fondo, 2022). 

Es poético escuchar el país idílico que pretenden crear los burócratas y congresistas afines al gobierno de Gustavo Petro. No en vano el ciudadano corriente incrementa las expectativas sobre las decisiones tomadas y por tomar. Un presidente con un 69% de favorabilidad no puede fallar a la luz de está sólida democracia. La creciente afinidad por los planteamientos estatistas de una de las reformas trascendentales, la tributaria, tiene por fundamento la idea que se vocifera por algunos sectores populares “merezco, y necesito obtener mi parte justa”, y en otros clientelistas “merezco, y necesito mantener mis privilegios”.  Lo anterior contrasta con aquellos interesados en avanzar camellando, como se dice coloquialmente, pues son los que trabajan, emprenden e innovan, los que en últimas generan empleo, oportunidades y riqueza.

Ocampo reconoce que la reforma tributaria pretende recuperar el grado de inversión, pues en su enfoque estructuralista, influenciado por la Comisión Económica Para América Latina y el caribe (CEPAL) entre más recaudo se genere, el gobierno provisionará proyectos que viabilicen significativas contribuciones a los problemas económicos, entendidos desde la pobreza monetaria.  Si bien, el argumento de la pobreza monetaria es captador de votos incautos, es inapropiado tomar dicho indicador para aumentar tributos. En ese sentido, la reforma tributaria es inútil pues la pobreza monetaria depende del empleo existente, el cuál aumenta con crecimiento de la economía, no con subvenciones ni limosnas.

Cuando se grava el ingreso se grava la generación de riqueza; cuando se grava el patrimonio o las transacciones de los activos que lo conforman, se grava la riqueza creada, ahorrada e invertida para crear más riqueza (Vélez, L. 2022). Algunos crédulos han manifestado que la reforma tributaria solo golpea a los más ricos, a los que reciben 10 millones o más de salarios, son charlatanes. El impuesto incide hacia adelante o hacia atrás, en cada caso, el robustecimiento del gasto público vía incautación tributaria recae sobre quien tiene un poder de mercado limitado, o sea los más pobres. Como ya lo manifesté, los ingenieros sociales llamados políticos, estadistas, o gobernantes, para consolidar su visión de país no viven de la creatividad pues en su mayoría están fuera de la competencia del mercado, por lo que no generan valor,  razón por la cuál viven de los impuestos que usted paga. Las clientelas que se desprenden de este considerable grupo, revise por favor indistintamente de las ideologías de los partidos políticos ¿qué partido se adhirieron como de gobierno, cuales son cercanos al pacto histórico? Estos políticos de los partidos pertenecientes al establecimiento mantienen sus privilegios a costa del robo legalizado, ellos tienen el botín. Dado que usted muy probablemente hace parte del otro grupo, el de los ciudadanos naturales, evite creer la falsedad de que no paga impuestos, en promedio cada persona está pagando el 26% de sus ingresos (sin reforma tributaria).  

Dado que este grupo clientelar no solo es de ahora, pues puede variar según la capacidad de ofertarse políticamente, en este cuatrienio lo que cambió fue la cabeza, de ahí para abajo es la misma gente, que seguirá aferrándose al botín, sangrando internamente por el afán de poder. En muchas de estas redes clientelares, se usará el botín estatal para financiar campañas locales el próximo año, o ¿qué harán con las transferencias monetarias? 

La justicia social, igualdad y redistribución son el empaque de la reforma tributaria, confundirse con esta trampa del lenguaje es común pues son términos culturalmente aceptados. Por esta razón es relevante aclarar que solo hay dos formas de obtener riqueza: la económica, a partir de intercambios voluntarios basados en la productividad; y la política, es decir, la confiscación coercitiva, esto es el saqueo con los impuestos. Si bien el robo legalizado es refinado, hay que dejar la domesticación y oponerse conscientemente, esta reforma tributaria en particular beneficia a los improductivos castigando a los productivos. 

La generación de riqueza en el mercado estará en detrimento, pues se premiará el derroche en el gobierno. El enfoque progresivo que tanto se rescata, es un instrumento ideológico que hace pensar que el gobierno tiene “gastos fiscales” que en cada caso es obtenido de los descuentos y deducciones a personas naturales, con lo que intimidan a los ciudadanos.

Para finalizar, vale retomar lo dicho por James Madison, cuarto presidente de los Estados Unidos, respecto a lo destructivo de la redistribución de la riqueza: 

Ese no es un gobierno justo, ni la propiedad está asegurada por él, donde la propiedad que un hombre tiene en su seguridad y la libertad personal es violada por incautaciones arbitrarias de una clase de ciudadanos para el servicio del resto (Our Ageless Constitution, 1987). 

Además del cinismo, injusto y soberbio, del demagogo Alfonso Prada quién pide desde el Ministerio del Interior salir a marchar para que se apruebe la reforma tributaria. ¡Eso es como si un esclavo saliera a marchar por más cadenas! Colombia necesita despertar, pues estamos tan acostumbrados a la libertad que será triste darnos cuenta de su importancia cuando se pierda. 

 

Michael Leonardo Serrano Rincon

 

 

 

Bibliografía 

Stedman, W. D., & Lewis, L. G. (Eds.). (1987). Our Ageless Constitution. WD Stedman Associates.

Ocampo, J. (2022). La reforma tributaria debe verse como una contribución a la paz social. En: https://open.spotify.com/episode/7u4kYw0NqbEPB9WmC39O4v A Fondo, podcast Maria Jiména Duzán. 

Vélez, L. (2022) Colombia: El gran saqueo. En: jeffersonamericas.org/2022/08/26/colombia-el-gran-saqueo-por-luis-guillermo-velez/ Thomas Jefferson Institute for Americas. 

 

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