No me convence que Obama o que Putin o que todos los políticos de Colombia crean en Dios. Si creyeran un poquito, sabrían que lo que les pasa a los violadores cuando son puestos en prisión es una bobada comparado a lo que, según cuenta la leyenda, les pasaría a ellos. Entonces no serían tan torcidos.
Yo quisiera que existiera, no para que me dé plata, sino para que haga justicia. Como no existe, le toca hacer justicia a uno mismo, lo que pasa es que uno cree que existe.
A mí me da pena con la gente, amigos y familiares, porque yo sé que Dios no existe, y ellos tratan de ser buenos. No me cabe en la cabeza lo de ser bueno porque de lo contrario un señor se molesta y nos manda al carajo después de morir. Hacerle mal a otra persona, sin escuchar en absoluto los reproches de otro “yo” que todos tenemos en la cabeza, clínicamente, se llama psicopatía.
¿Nos gobierna una peste de psicópatas?
Yo creo que si nos liberáramos de Dios comenzamos también a aprovechar el tiempo, porque se nos quitaría de la cabeza la absurda idea de que hay vida después de la muerte. A pesar de las adversidades, hay que aprovecharlo. Y son adversidades, no son “pruebas”. La vida es todo lo que pasa, es esto, el presente y los problemas. Después, no hay nada. Es todo. Se acabó.
Y si por algún caso el tipo llega a existir, y es como lo pintan, tomando un fragmento del libro de Mark Twain, yo me pongo de acuerdo con Huck:
«Miss Watson decía:
—No pongas el pie aquí, Huckleberry —y luego—: No te derrengues así, Huckleberry… yérguete… —y poco después añadía—: No te despereces y bosteces así, Huckleberry… ¿es que no puedes comportarte con buenos modales?
Y me hablaba con amenazas de un sitio muy malo, y yo decía que deseaba ir allí. Eso la enfadaba, pero yo no lo decía con mala intención. Todo lo que yo deseaba era ir a alguna parte; quería cambiar y el sitio me era indiferente.
Decía que era de mala persona decir lo que yo decía. Y añadía que ella no lo haría por nada en el mundo. Ella viviría de manera que después fuera a un buen sitio. Yo no sabía ver la ventaja que pudiera haber en ir al mismo sitio a donde ella fuese, así que decidí no intentarlo. Pero jamás, lo dije, porque solamente hubiese conseguido armar un lío, sin sacar nada bueno.
Me habló de ese sitio tan hermoso. Dijo que todos los que van allí se pasarán el día dando vueltas cogidos a un arpa y cantando. Por esto no opino nada bueno de este sitio. Pero no lo digo nunca. Le he preguntado si cree que Tom Sawyer irá a ese sitio y me ha dicho, con un suspiro, que no. Me he alegrado, porque me gusta pensar que él y yo iremos siempre juntos.»
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