Parece que en este país de locos uno está condenado a no alarmarse por nada. Yo no sabía, por ejemplo, que en las pruebas que año tras año lleva a cabo el ICFES siempre hay fraude.
Cuando presenté por primera vez un examen dirigido por el ICFES era un adolescente y me importaban más otras cosas. Hace unos años presenté el ECAES, porque era requisito para graduarme en la universidad. El mes pasado, con casi trecientos mil profesores desempleados, presenté el Concurso Docente.
Yo soy de los que no pagó el millón de pesos por las respuestas que fueron entregadas a cientos de profesores desesperados un día antes de la prueba. De los que se preparó con anticipación porque creyó, ingenuamente, que podía coronar una de las veinticuatro mil vacantes en el Magisterio.
Raro ya no es que haya fraude. En este país de tramposos eso no es raro. Raro es el comportamiento que asumimos ante una situación como esta. No hacemos nada. Nada porque «ya se sabía», «eso estaba comprado». Los que de antemano sabían que siempre hay fraude en todo lo que desarrolla esta empresa de dudosa reputación, ¡porqué participan entonces!
Lo triste es que son más de doscientas mil personas con deudas que concursan por jodidas veinticuatro mil vacantes. Y no es que se esté peleando el qué puesto, todos sabemos cuánto «ganan» los profesores en este país. Es triste y es peligroso, porque debe haber mucha gente que merece de verdad el cargo y otros que en vez de educar van es a aburrir a una generación.
A mí me molesta bastante ser otra víctima del ICFES y no poder hacer nada al respecto. Me dan ganas de poner la queja, pero sería tonto, todo el mundo sabe que en el ICFES siempre hay fraude. Siempre hay rumores de que repetirán el examen como consecuencia del timo; pero nunca lo repiten. Yo no puedo ni siquiera reclamar mis veintiocho mil pesos, eso sería ridículo. Lo único que puedo hacer es buscar la manera de irme del país en el que no hay que ser buen profesor sino tener un millón de pesos para ganar un cargo.
Es triste que haya tantas personas con mañas horribles como la de filtrar las respuestas de una prueba nacional y lucrarse con ellas y que la Comisión Nacional del Servicio Civil, que son los encargados de organizar esta convocatoria, no hagan nada ante el evidente y masivo fraude. Siendo así las cosas de verdad que le dan a uno ganas de alejarse de esta sociedad enferma y peligrosa que es capaz de pasar por encima del futuro de una nación con tal de ganar sin esfuerzo unos millones de más. Que la suerte me libre de cruzarme con gente del tipo de los que filtraron las respuestas y de los que las compraron.
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