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Creo que todos hemos sentido la tristeza de ver los ojos de la angustia que nos dicen en silencio estar atrapados en el temible laberinto de las drogas.  Solemos mirar para otro lado. También sé que muchos ofrecen ayuda y hacen de esto su misión de vida, otros dejarán unas monedas, y así, la vida sigue.

Todas esas hipótesis para decir que la verdad no es un espejo limpio, es un caleidoscopio en movimiento.

 Jóvenes en los semáforos que un día estaban limpios, sí, tanto de la droga, como de la calle y tienen esa mirada perdida que da cuenta precisamente de “no estar.”

No solo la droga los puso un día a limpiar los vidrios de tu carro, muchas veces el desplazamiento forzado, la violencia intrafamiliar y otro tipo de demonios son las razones por las cuales habitan esos no lugares. Tampoco todos los que limpian vidrios están en las drogas, la pobreza u otras miles de razones los tiene ahí.

Esa mirada no es exclusiva de ellos.  Creo que son la misma del inmigrante atrapado en el Tapón del Darién y que pudimos descubrir en tantas imágenes que el periodismo nos trajo de ellos. Los inmigrantes que, en algunas partes, son echados, perseguidos, cuando solo han estado desesperados en sus lugares de origen: suben, bajan y cruzan países, continentes, son de todas partes, están en nuestras casas o hemos sido nosotros mismos.

Los ojos de la angustia también los tienen los palestinos refugiados por la guerra «detenida» en la Franja de Gaza, niños perdidos, separados de sus padres y hermanos. ¿Has visto sus fotos? Adultos desconsolados que ya no saben a dónde más esconderse.

También es la mirada de los miles de colombianos que están combatiendo en las peores condiciones en una guerra que no es suya, la de Rusia y Ucrania. La vemos gracias al periodismo. Según el servicio ucraniano de la BBC, el único comunicado público sobre el número de extranjeros en las fuerzas armadas de Ucrania data de marzo de 2022. Contaba 2.000 soldados de 52 nacionalidades». «Los números reales están clasificados. Basándome en fuentes del ejército, filtraciones y mi conocimiento, puedo decir con confianza que la mayoría de soldados extranjeros vienen de Estados Unidos, Bielorrusia, Rusia, Georgia y Colombia«, le dice a BBC Mundo la periodista del servicio ucraniano de la BBC Zhanna Bezpiatchuk.

Esos ojos de la angustia, los tuve yo la semana pasada, en un momento en el que no supe qué hacer al tropezar a un motociclista. Él no se cayó, a la moto no le pasó nada, pero insistía en que lo reparara, él también tenía los ojos de la angustia, parecía que era su primera vez en un reclamo así. Un habitante de la calle, atrapado ya completo por esa mirada de muerte, me defendió con vehemencia, mientras el trancón crecía, la tensión subía, todos queriendo pasar y el motociclista impidiéndolo. Él impartió “justicia”. Aterrorizados, con los ojos de la angustia, el motociclista y yo seguimos.  No paré de llorar ese día, le hemos temido a quienes un día deciden “salvarnos” de un mal momento.  

El 9 de febrero fue el día del periodista en Colombia. La verdad no es un espejo limpio, es un caleidoscopio en movimiento.

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