Que ese Frente Amplio por la Paz no se convierta en una Fábrica de Mermelada
Con esa frase de campaña, que se ha vuelto frase de cajón, ´´Me lancé a la reelección por la paz´´, el presidente candidato ha diseñado estratégicamente un ´Frente Amplio por la Paz´ que puede convertirse fácilmente en una ´Fábrica y Distribuidora de Mermelada Política´.
Después de lo que pasó con la famosa Unidad Nacional, donde se pagaron favores sin límite y sin importar cómo, ahora se pretende cautivar los votos de los candidatos que no pasaron a segunda vuelta, con el caballito de batalla ´La Paz´, y lograr así vencer, a quien según Santos, y sus estrategas publicitarios, representa la guerra.
La izquierda ha llegado a ese ´Frente Amplio por la Paz´ por convicción, porque además ha sido víctima durante muchos años de los excesos la ultraderecha, pero otros, como muchos conservadores golosos de mermelada, liberales clientelistas y aferrados al poder, y calculadores escuderos de la U, llegan a dicho Frente solo por sacar provecho de lo que el presidente candidato, de ganar, les pueda ofrecer en los próximos cuatro años.
Personalmente no estamos de acuerdo con que algunos progresistas se hayan unido a Santos, aunque sabemos que lo hacen con buenas intenciones, creyendo que él, (nos referimos a Santos), puede lograr esa paz tan anhelada, olvidando ellos, (nos referimos a los progresistas), como un gesto de perdón y buena voluntad, todo el mal que el presidente candidato le ha hecho a Petro, a la Bogotá Humana y a quienes votaron por ese programa de gobierno. Creemos que esa decisión se debió consultar con los electores del alcalde, y que el progresismo, así sea por ayudar en el logro de la paz, debe estar a años luz de ese modelo neoliberal y de capitalismo salvaje que encarna y representa Santos.
Aunque quienes están al frente de esa alianza, progresistas y Santos, aclaran que no participarán en el gobierno si el presidente candidato es elegido, no se ve bien que la Bogotá Humana, (en unos años Colombia Humana), le gire un cheque en blanco a Santos, que seguro rebotará y saldrá sin fondos.
Dicho lo anterior, y volviendo al tema de los que se unen al ´Frente Amplio por la Paz´, solo por glotones adictos a la mermelada, nos parece muy grave que utilizando un tema tan importante como la Paz, este gobierno quiera reelegirse tomando como propia esa palabra, adueñándose de ella y acuñándola para lograr que los votos indecisos lleguen a su campaña. Hay gamonales que le van a seguir el juego, por simple y llana conveniencia, y a punta de prebendas, harán campaña contra el reloj, para que esos votos giren hacia la reelección, y de seguro lo lograrán, porque esos varones electoreros tienen mucho poder en las regiones.
La izquierda convocará a sus electores, de manera honesta y comprometida por el proceso de Paz, para que voten por el presidente candidato, sin pedir ni esperar nada a cambio, mientras que los glotones de la mermelada buscarán endosar los votos de sus movimientos a la campaña reeleccionista, solo por favores que cobrarán en un futuro muy cercano. En esas colectividades tradicionales, como decía mi abuelita, ´nadie da puntada sin dedal´, y en los próximos años veremos como esos ´cupos indicativos´, (antes auxilios parlamentarios), van a ser pieza fundamental para mantener ese dizque ´Frente Amplio para la Paz´. No se olvide amigo lector que el presidente candidato dice, palabras más, palabras menos, que ´´la mermelada es inversión social´´, o sea que con ese argumento tan electorero, va a entregar a los varones y gamonales todo lo que esté a su alcance para reelegirse y mantenerse en el poder. La Paz, repetimos, es un ´caballito de batalla´ para la campaña reeleccionista, y con esa ´bandera´ convoca el ´Frente Amplio para la Paz´, donde algunos, como la izquierda llegan de buena fe, pero otros, se unen para lucrarse y sacar provecho.
En resumidas cuentas, ese ´Todos contra Zuluaga´ se puede volver un búmeran para la campaña reeleccionista, ya sea que gane la presidencia, donde le cobrarán todos los favores sin clemencia, o ya sea que pierda, porque los mismos varones y gamonales electoreros que lo apoyan hoy, de seguro harán alianzas con su adversario después del siete de agosto.
Para terminar, y aclarando que todo lo dicho anteriormente no compromete en ningún momento la opinión de EL TIEMPO, hacemos un llamado para que quienes van a votar, lo hagan a conciencia, sin miedo, por propuestas sociales y no por la quemada frase ´Paz o Guerra´. Si no les convence ningún candidato, entonces voten en blanco, pero no caigan en el juego que si sube Santos todo será paz y que si sube Zuluaga todo será guerra. La paz se logra con una verdadera política social y la guerra se logra por falta de oportunidades y cuando las locomotoras neoliberales atropellan a los pobres. Aunque el voto en blanco para esta segunda vuelta ya no incida, puede ser una forma de deslegitimar a quien gane, por no representar ni la mitad del censo electoral.
giovanniagudelomancera
periodista
síganos en twitter @giovanniagudelo
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