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Estimado señor Trump,

 

Lo saludo desde una de las tierras más hermosas del mundo, Colombia. Un lugar de origen latino, con personas echadas pa’lante y sobretodo, personas con un amor profundo a nuestro himno, nuestra bandera y nuestro fútbol. Para serle sincero, hace apenas unas semanas me vine a enterar quién era usted por los medios de comunicación; según cuentan, una persona egoísta, engreída y con ínfulas de ser superior.

Dicen que los medios de comunicación pueden dañarle la imagen a las personas en un abrir y cerrar de ojos; sin embargo, pude constatar en múltiples videos en la redes sociales, que no estaban equivocados. Realmente usted es un ser grotesco, que no le importa pasar por encima de nadie, ni siquiera de un pueblo, como el mexicano, con la intención única de poder acumular cada vez más riqueza y poder; con el fin, imagino, de satisfacer sus intereses individuales.

Como amante del fútbol colombiano, le quiero decir que aquí usted no es bienvenido. Nuestro país, que enfrenta actualmente una división de poderes que lo ha polarizado, no necesita por ningún motivo otro ser de su calaña, mucho menos uno que hace unas semanas denigraba de nuestros hermanos mexicanos, un pueblo que desafortunadamente padece de muchos de los problemas que aquí en Colombia también son pan de cada día.

Déjeme decirle que lo poco que nos queda a los colombianos como propio, de todos, y que nos une, es nuestro fútbol. No queremos que venga a contaminarlo con su imperio, su soberbia y mucho menos su filosofía de negocio: aquel conglomerado de empresas que se han fundado por el deseo necesario de generar utilidades extraordinarias. Ese imperio al que usted etiqueta como Trump, típico ejemplo de su egocentrismo, que no se ha cimentado de solo éxitos, sino como en todos los negocios, su gestión ha originado varias bancarrotas.

Ya nos hemos enterado de cómo personajes como usted han invertido en clubes en Europa. Los han plagado de estrellas, les han cambiado el color del uniforme, el nombre y en muchos casos los han quebrado, simplemente por quererlos tratar como cualquier negocio más. Una corporación con una junta directiva de capitalistas caníbales tomando decisiones obsesionados por la rentabilidad; un departamento de mercadeo que trata a los hinchas como clientes y no como el actor más importante en el fútbol; y unos aliados o patrocinadores llenando las arcas de directivos, de los jugadores convertidos en celebridades y canales privados de televisión.

Los colombianos no queremos que su inversión en nuestro fútbol se convierta en uno más de sus juguetes de rentabilidad, y menos queremos que usted al comprar uno o varios clubes les ponga esa etiqueta Trump. Nosotros no queremos que los lleve a la bancarrota, los olvide y salga con sus millones a buscar nuevos horizontes. Señor Trump, el fútbol, para el hincha colombiano, hace parte de su identidad; no es una corporación más, no es susceptible de quiebra, y por ningun motivo será parte de su diversión.

Puede que los dirigentes del Atletico Nacional le parezcan estúpidos por rechazar su oferta, para muchos otros hinchas y empresarios es factible que también. Pero lo que queda de la reacción de éstos, es un precedente para demostrarle que usted, para cualquier colombiano, no es un ser superior como se lo cree. Salir con su billetera a comprar «negocitos», como puede pensar que son nuestros clubes de futbol, no es tan fácil como imaginaba y en Colombia, a diferencia quizás de otros mercados más evolucionados, el fútbol todavía esta por encima de una valoración financiera. Y ¿sabe por qué?, señor Trump?

Porque contiene el peso de una pasión de mas de 44 millones de latinos, de los hinchas colombianos.

 

Cordialmente,

 

Uno de muchos hinchas colombianos que no quieren su dinero cerca de nuestro fútbol.

 

Comparte esta carta si te sientes como este hincha. Porque en Colombia #LaVozdelHincha es escuchada.

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