Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

«Bueno, hijo, explícame eso del ‘túter’. Eso sí, lo primero que quiero saber es si estoy obligada a tutear, porque yo prefiero hablarle a la gente de ‘usted’ «. Me pareció un gran desafío. De hecho, tan sólo explicarle la pronunciación fue toda una aventura.

El siguiente paso fue hacerle entender en qué consiste la filosofía de Twitter. «Mamita, básicamente, cada usuario envía mensajes cortos sobre el tema que le venga en gana. Unos pueden ser chistosos, otros filosóficos y otros informativos». «Ahhhh… ya», me dijo boquiabierta, con la mirada perdida en el horizonte.

«Pero no te preocupes mamita, vamos por partes, esto es muy fácil», le dije alentándola para no quitarle el impulso. Ella se armó de lápiz y papel para entender algunas funciones básicas que empecé a explicarle. Mientras se las decía, ella anotaba repitiendo pausadamente en voz alta: «Taim-lan (timeline), ri-tuís (retweets), fó-lo-vin (following), fó-lo-vers (followers) y men-chons (mentions)». «No mamita -le dije-, mejor vamos a decir esas palabras en español, porque estás sonando como la ‘presenteichon’ del tipo de ‘Open English’ «.

Enviamos la invitación a los contactos de su correo electrónico. Su primer seguidor, por supuesto, fui yo. Le propuse que esperáramos un día para darles un compás de espera a sus potenciales followers. Pero no hizo caso. Cuando revisé su perfil en Twitter, sólo por curiosidad, vi los siguientes tres mensajes:

1. Gracias

2. Sí, rico Julito

3. Hijo, no he entendido muy bien cómo es eso que sólo puedo escribir mensajes de 140 caracteres. ¿Hay posibilidad de enviar un mensaje más lar

Esperé hasta la noche para verla y preguntarle sobre esos primeros y misteriosos tweets. «Ay hijo, el primero era para agradecerte por enseñarme y el segundo lo escribí porque Julito estaba diciendo en ‘La W’ que hoy era viernes de whisky, o de ‘lamparazo’ como ellos lo llaman, y le hice un comentario al respecto: Sí, rico Julito«.

 

Hola, estoy aquí con @Agomoso, o sea Andrés

Por supuesto, la siguiente clase obligada consistió en cómo enviar tweets mencionando a otros usuarios. «Mamita, si le estás hablando a Julio Sánchez Cristo, tienes que escribir primero @jsanchezcristo, que es el nombre de su cuenta. Así, él sabrá que estás hablando de él o con él».

«Ahhh… -otra vez, mi mamá quedó boquiabuierta y con la mirada en el horizonte-, ¿y él cuándo lee esos mensajes?». En este punto, quien se enredó fui yo: «Ehhh… Pues, la verdad no creo que los lea. Mmmm… Él abrió la cuenta, pero dijo que no iba a ‘tuitear’ hasta que llegara al millón de seguidores y… la verdad es que… está bien lejos de alcanzar esa meta… en realidad no creo que él use Twitter». Mi mamá me miró con decepción: «¿Entonces pa’ qué le escribo si no va a leer?… esto no sirve para nada… qué bobada», dijo frustrada y cruzándose de brazos.

En ese momento ya contaba con un capital inicial de tres followers, (mi hermano, un primo y yo). La convencí de enviar un nuevo mensaje para que ellos lo vieran: Hola. Estoy aquí con Andrés. Tuve que interrumpirla: «No mamita, diles que estás con @Agomoso«. «¿Y ese quién es, hijo?». «¡Pues yo!». «Ahh, verdad…». Hola, estoy aquí con @Agomoso, o sea Andrés, mi hijo, el ‘Rey’, que me está enseñando a manejar esto. Les mando un abrazo. Que Dios los bendi.

Discutimos por algunos minutos porque ella se negaba a aceptar que los mensajes fueran de máximo 140 caracteres. «¿Pa’ qué sirve esto si uno no puede enviar todo un mensaje completo?… qué bobada…», me dijo nuevamente decepcionada.

Suspiré profundamente -me armé de paciencia- y le dije que no tenía qué aprenderlo todo de una sola vez. Le propuse que hiciera el ejercicio de seguir en Twitter a algunas personas, simplemente para que leyera los tweets de otros y se familiarizara con el lenguaje».

 

¡Que tengan un lindo #FF!

Luego de unos días de absoluta observación, acudió a mí para que le explicara el concepto del símbolo numeral (#). Hice mi mejor esfuerzo: «Es una palabra o conjunto de palabras clave que uno pone después del símbolo. A ver… ehhh… en principio, la idea es que esas palabras sirvan para que la gente se ‘reúna’ a hablar de un mismo tema. Por ejemplo, para el debate de candidatos a la Alcaldía de Bogotá, la gente escribía #grandebate, y así se podía leer lo que otros comentaban alrededor de la transmisión por televisión. A eso le llaman hashtag«. (Inserte aquí, otra vez, la boca abierta de mi mamá).

Al siguiente día, mi mamá se dedicó a mandar hashtags a diestra y siniestra. #Amor, escribió en la mañana; #Almuerzo, ‘tuiteó’ al mediodía; #Dormir, dijo en la noche, justo antes de que yo llegara a la casa. «¿Viste los ‘jasta’ que puse hoy?», me preguntó emocionada. «Sí mamita -le respondí conmovido-, pero tampoco es la idea….». La gota que rebosó la copa fue cuando escribió: ¡Que tengan un lindo #FF! Ella creyó que estaba enviando un masivo ‘Feliz Fin de Semana’. «Ay no, Andrés. Nada de lo que hago está bien… qué bobada…».

Empezó a rendirse y se dedicó solamente a la contemplación de su timeline. Especialmente, le hacía riguroso seguimiento a mis tweets: @Agomoso ¿Cómo así que te vas de rumba para Bembé? ¿Dónde queda eso? Acuérdate que esta noche tenemos una comida donde los abuelos, me escribió alguna vez. Tuve que llamarla: «Mamita, Bembé es el bar donde el ‘Bolillo’ le pegó a una vieja. Era sólo un tweet burlón». También me cuestionaba si usaba malas palabras y de vez en cuando me regañaba por asuntos hogareños: @Agomoso Hoy no tendiste la cama #Fail.

Terminó por aburrirse. Nadie le escribía y, además, seguía sin comprender muchas cosas. «No hijo, el único ‘fólover’ que me queda eres tú y pa’ eso mejor te llamo al celular… qué bobada».

Simplemente, no le encontró la gracia. Además, le parecía una pérdida de tiempo estar metida en Twitter viendo mensajes que no entendía y escribiendo cosas que nadie leía. Fue una ruptura difícil porque alcancé a ilusionarme. Al final, su decisión fue irrevocable: «Andrés, quiero el ‘desfolou’ «. «Se dice unfollow, mamita». «¿Sí ves, hijo?… qué bobada…».

******

*Próximo miércoles, desde las 8 a.m.:
‘¿Por qué los hombres feos despreciamos a las mujeres feas?’

*facebook.com/Agomoso *Twitter: @Agomoso

*¡Pilas! El jueves 8 de septiembre estaré en Cali (ver video) y hablaré en las universidades Autónoma y San Buenaventura, como invitado de la ‘Revista El Clavo’ en sus 15 años. También irán los caricaturistas ‘Bacteria’ (@bacteriaopina), de El Espectador, y @VLADDO, de la revista ‘Semana’. Se firman libros. ¡Nos vemos en Cali!

*Está a la venta el libro «A usted también le ha pasado, ¡admítalo!» -de Intermedio Editores- incluye 18 artículos EXCLUSIVOS (vea aquí los títulos). ¡El prólogo es de mi mamita! Disponible en Panamericana, Librería Nacional (aquí, compra on-line), Prodiscos, Tower Records y La 14, entre otras.

*Si se lo perdió…

‘¡Déjenme fumar en paz!’

‘Esta es la columna (que me imagino) de Daniel Samper Ospina si hubieran ‘hackeado’ la cuenta de otro Daniel Samper Ospina’

‘Esta es la historia (que me imagino) de la entrevista ‘in english’ a Carolina Cruz… ‘and the music’ ‘

‘¿Es ud. adicto a la impuntualidad? Yo sí’

‘Cuando una mujer se aprovecha de un hombre’

‘Si yo fuera empleada del servicio… sería igual de confianzuda’

‘Yo era un patito feo, inmundo; ahora soy un pato, a secas’ (del libro ‘A usted también le ha pasado, ¡admítalo!’)

‘Las costeñas me intimidan’ (del libro ‘A usted también le ha pasado, ¡admítalo!’)

‘Si yo fuera taxista… sería igual de atravesado’

‘Celos de madre’

‘Trabajo como ‘independiente’ y… ¡me estoy volviendo loco!’

‘La necesidad tiene cara de olla – Yo hice fila con sobres de Ricostilla’

‘Malos entendidos entre hombres y mujeres – Segunda parte’

‘Malos entendidos entre hombres y mujeres – Primera parte’

‘Chistes tontos de la infancia’

‘Las ‘supervacaciones’ de mi mamá me aburren’

‘Todo nos gusta regalado’

‘Nos fascinan las ‘lobas’, ¿por qué a ellas no les gustamos los ‘lobos’?’

‘La bendita maña de decir mentiras’

‘El amor al carrito nuevo’

‘Cosas que nos pasan a los hombres en baños ajenos’

‘Sudando en el peor puesto del TransMilenio: la puerta’

‘Sobreviviendo a los lectores criticones de mi blog’

‘Almuerzos de mujeres: ideales para entenderlas mejor’

‘Cuando los hijos regañan a sus papás como niños chiquitos’

‘Mujeres que le tienen fobia al motel’

‘El arte de ‘levantar’ en la oficina’

‘Sobreviviendo como asalariado a la reestructuración de una empresa’

Shows de mujeres que hacemos los hombres’

‘Esta es la historia (que me imagino) de unos taxistas que golpearon a un par de pasajeros’

‘¿Cuándo será mi última ‘faena’ entre sábanas?’

‘Si yo fuera celador, sería igual de insoportable’

‘Salí del país, me unté de mundo y ahora soy mejor que ustedes’

‘Querido Niño Dios: te pido que mi familia no me avergüence en la fiesta de Año Nuevo’

‘Que alguien me explique los gozos de la novena de aguinaldos’

‘Manejo como una dulce anciana’

‘Mi tía, la invencible, tiene el superpoder de la intensidad’

‘Muéstrame tu foto de perfil en Facebook y te diré cómo eres’

‘¿Por qué los colombianos nos creemos «la verga»?’

‘¡Deje el resentimiento contra los ricos!’

‘Soy muy cobarde; le tengo pavor a las peleas’

‘Yo no entendía por dónde orinaban las niñas; dudas que muchos teníamos, pero nos daba pena preguntar’

‘Mi abuela es más progresista y liberal que sus hijas’

‘Es cierto y es un karma: los hombres pensamos siempre en sexo’

‘Respuesta masculina a cosas que ellas nos critican en la cama’

‘Carta de un hombre que no ve fútbol, ni le gusta, ni le importa’

‘A mí me tocó aprender a bailar con mis primos’

‘¿Por qué las mamás pelean cuando hacen oficio?’

‘Así es, aún vivo con mi mamá’

‘Si su nombre es ‘guiso’, usted tiene pasado de pobre: att. Jáiver’

‘Salir con… colombiana vs. extranjera’

‘Volví con mi ex… suegra, pero no con mi ex novia’

‘Qué miedo empezar una nueva relación’

‘Me salió barriga; ahora sí salgo a trotar’

‘Así se sufre una temporada sin trabajo, ni novia, ni plata pa’ viajar’

‘Qué difícil ganar una beca cuando no se tiene pasado de ñoño’

‘Mi mamá habla un mal español; mi papá, un pésimo inglés’

‘Sí, soy metrosexual… y usted también, ¡admítalo!’

‘Conquistar a las mujeres de hoy requiere más que sólo actitud; aliste una hoja de vida impresionante’

‘¿Cómo se atreve mi ex novia a casarse?’

 

*ESTE BLOG APARECE EN LA SECCIÓN ‘DEBES LEER’, EN LA PESTAÑA VERDE DE ELTIEMPO.COM. TAMBIÉN PUEDE USAR EL LINK CORTO: bit.ly/agomoso

 

Compartir post