Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Es simple: tienen una lista de gastos adicionales que limitan su presupuesto. Ser mujer es caro, muy caro. La sociedad demanda mucho de ellas… y de su bolsillo. No es una conclusión sacada a la ligera; es resultado de una exhaustiva encuesta que hice. Lo invito, querido lector, a que saque lápiz y papel y me acompañe en este ejercicio de hacer una suma elemental de las finanzas femeninas.

Empecemos con lo básico: el cuidado del pelo. Si bien es cierto que hombres y mujeres compramos champú, nosotros lo usamos en cantidades pequeñas y nos dura más (a menos que usted se llame Leonel Álvarez, en cuyo caso aprovecho para felicitarlo por sus espectaculares rulos y, obviamente, por su nombramiento como técnico de la Selección Colombia).

De otra parte, ellas necesitan de un producto complementario cuya utilidad aún es desconocida por la mayoría de los hombres: el acondicionador. Ese líquido misterioso ni siquiera hace espuma, pero las mujeres lo necesitan tanto como a su mano derecha. Así que, estimado lector, empiece anotando este ítem en su lista de presupuesto femenino mensual (10 mil pesos sería un precio moderado de tan enigmático producto). Añada, por favor, el tratamiento para la resequedad de las puntas (20 mil pesos si tenemos en cuenta el frasco más chichipato).

No todo es capricho femenino. Hay una serie de artículos de uso obligado para ellas. Es el caso del jabón íntimo, las toallas higiénicas, los tampones y los protectores diarios, con alas o sin ellas, canales absorbentes, diseño ergonómico, salida de emergencia y hasta botón de pánico (25 mil pesos). Sin duda, es un gasto necesario e incuestionable.

Que nadie olvide, además, el imprescindible uso de las pastillas anticonceptivas (50 mil pesos). Esa es una inversión que ellas hacen en beneficio de la humanidad. Estas píldoras no sólo evitan embarazos no deseados, sino que también cumplen la silenciosa tarea de regularlas hormonalmente, en procura de la armonía laboral, la estabilidad regional y la paz mundial.

Hasta aquí hemos repasado, por encima, sus gastos básicos en artículos de aseo, control de natalidad y regularización hormonal, para un subtotal de 105 mil pesos al mes. Pero es apenas la punta del iceberg porque se viene un rubro gordo: los productos y servicios de belleza.

 

Peluquería y dotación básica de productos cosméticos

Por un lado, están los gastos básicos mensuales de peluquería. Manicure y pedicure cuestan, mínimo, 10 mil pesos cada uno. En todo caso, mi hermana les manda a decir a las mujeres que tengan especial cuidado con el pedicure a ese precio. A pesar de ser la tarifa más económica, se atienen a las consecuencias de tener que pedir cita con el podólogo por cuenta de inesperadas infecciones en los dedos.

El despunte y el peinado (o blower) son los servicios más esenciales. Puede costar 30 mil pesos el ‘combo’ (si van a la peluquería ‘Nury’), además del champú (5 mil pesos adicionales). El valor de la tintura es espeluznante: ¡100 mil pesos la tarifa más económica! (y a ese precio corren el riesgo de quedar con peluca de payaso). Debo aclarar que este último no es un gasto mensual sino bimestral (y si lo aplazan por más tiempo tendrán tantas raíces como un arroz chino). Promediando, añada 50 mil pesos al mes por concepto de tintura.

Como deben saber, no son los únicos pelos de los que deben preocuparse. Una depilación total (bozo, axilas, piernas, biquini y ‘nies’) cuesta otros 50 mil pesos, además de cuatro gritos de dolor por sesión (las bondades de la cera duran apenas 15 días).

De otra parte tenemos a los productos cosméticos. Después de consultar a varias mujeres llegué al costo mínimo de su dotación básica que tiene una duración de hasta tres meses: ¡380 mil pesos! Es decir, un promedio mensual de 126 mil pesos. ¿¿¿En qué??? A saber:

− Polvos, 50 mil pesos.

− Base, otros 50 mil pesos.

− Pestañina, 20 mil pesos.

− Rubor, 20 mil pesos.

− Jabón/limpiador de cara, 30 mil pesos.

− Bloqueador, 45 mil pesos.

− Crema hidratante para la cara, 100 mil pesos.

− Crema antiarrugas para los ojos, 35 mil pesos.

− Crema para el cuerpo, 30 mil pesos.

En conclusión, señoras y señores, tenemos un subtotal de 407 mil pesos que nuestras queridas mujeres gastan al mes, por poquito, en materia de servicios y productos de belleza. La cifra no sólo explica el porqué de su eterno hueco fiscal, sino que también ilustra la frase tan usada por ellas mismas: no hay mujer fea sino mal arreglada. En consecuencia, no hay mujer fea sino con la quincena atrasada.

 

«No tengo qué ponerme»

Hasta aquí los dos subtotales suman más de 510 mil pesos. Pero me temo que no es el final de este análisis financiero. Aún no hemos contemplado la posibilidad de separarles un espacio en el presupuesto para que se compren, al menos, un ‘chirito’.

No voy a entrar en más detalles de costos. Sólo les digo que mis encuestadas se gastan al menos 40 mil pesos al mes en medias veladas, porque se rompen con cualquier uña mal parqueada (otra razón invertir con responsabilidad en el pedicure).

Además, es difícil promediar el rubro de ropa y calzado, porque varía tanto como Wall Street. De hecho, depende de la época del año. Por ejemplo, el gasto se incrementa significativamente en temporada de matrimonios, donde cada mujer sufre para verse única -en medio de otras 50 mujeres con el mismo propósito-. Es una especie de competencia en la que se premian las categorías de ‘vestido más apretado, escotado y destellante’, ‘zapatos más vistosos e incómodos’ y ‘maquillaje más exagerado’.

Deben saber que las mujeres no tienen límites en materia de ropa. Mi novia se queja de que ‘sólo’ tiene cuatro pares de botas de colores tierra. Ustedes deben conocer muy bien los armarios de sus hermanas y novias, llenos de sacos, camisas, faldas y pantalones. «No tengo qué ponerme», dicen, como si no vieran las cantidades industriales de prendas que tienen para combinar.

Al final, el resultado de todo esto es que, ante los ojos despistados de los hombres, parece que siempre estuvieran estrenando. Llevan un saco que no recordamos o unos aretes que apenas vemos por primera vez (porque cuando los usaron lo que nos llamó la atención fueron las botas).

Por alguna razón, ellas aceptan salir con nosotros. Se suben en el carro, vanidosas, esperando a que les digamos algo sobre su perfume, o sobre el imperceptible corte de pelo, o sobre el abrigo que llevan puesto. Luego se sientan en la mesa y dejan que todo el restaurante vea que nosotros tenemos el privilegio de comer con ellas.

En medio de la comida, si jugamos bien nuestras cartas, tal vez consideren la posibilidad de dejarnos entrar hasta sus cuartos. Ellas van preparadas después de cuatro gritos de dolor en la sesión de cera. Tal vez tuvieron cólicos en la tarde y gastaron además en Calmidol («para que la llegada no ‘nos’ dañe la salida»). ¿Y usted todavía espera que ellas le ‘ayuden’ a pagar la cuenta? Hay razones de peso ($) para que no lo hagan. Más bien ofrézcase a pagar la mitad de las pastillas anticonceptivas.

******

*Próximo miércoles, desde las 8 a.m.:
‘Si quiere conquistarla… pertúrbela’


facebook.com/Agomoso

*No sea líchigo. Compre mi libro «A usted también le ha pasado, ¡admítalo!» -de Intermedio Editores- incluye 18 artículos EXCLUSIVOS (vea aquí los títulos). ¡El prólogo es de mi mamita! Lo encuentra en Panamericana, Librería Nacional (aquí, compra on-line), Prodiscos, Entertainment Store y La 14, entre otras.

*Si se lo perdió…

‘Mi novia es una bruja’

‘La primera vez de un turista colombiano en Estados Unidos’

‘Viajando en avión por primera vez’

‘Cuando los gordos hacen ejercicio’

‘Mis ‘archienemigos’: los zancudos’

‘¿Por qué los hombres feos despreciamos a las mujeres feas?’

‘¡Alerta! ¡Mi mamá tiene cuenta en Twitter!’

‘¡Déjenme fumar en paz!’

‘Esta es la columna (que me imagino) de Daniel Samper Ospina si hubieran ‘hackeado’ la cuenta de otro Daniel Samper Ospina’

‘Esta es la historia (que me imagino) de la entrevista ‘in english’ a Carolina Cruz… ‘and the music’ ‘

‘¿Es ud. adicto a la impuntualidad? Yo sí’

‘Cuando una mujer se aprovecha de un hombre’

‘Si yo fuera empleada del servicio… sería igual de confianzuda’

‘Yo era un patito feo, inmundo; ahora soy un pato, a secas’ (del libro ‘A usted también le ha pasado, ¡admítalo!’)

‘Las costeñas me intimidan’ (del libro ‘A usted también le ha pasado, ¡admítalo!’)

‘Si yo fuera taxista… sería igual de atravesado’

‘Celos de madre’

‘Trabajo como ‘independiente’ y… ¡me estoy volviendo loco!’

‘La necesidad tiene cara de olla – Yo hice fila con sobres de Ricostilla’

‘Malos entendidos entre hombres y mujeres – Segunda parte’

‘Malos entendidos entre hombres y mujeres – Primera parte’

‘Chistes tontos de la infancia’

‘Las ‘supervacaciones’ de mi mamá me aburren’

‘Todo nos gusta regalado’

‘Nos fascinan las ‘lobas’, ¿por qué a ellas no les gustamos los ‘lobos’?’

‘La bendita maña de decir mentiras’

‘El amor al carrito nuevo’

‘Cosas que nos pasan a los hombres en baños ajenos’

‘Sudando en el peor puesto del TransMilenio: la puerta’

‘Sobreviviendo a los lectores criticones de mi blog’

‘Almuerzos de mujeres: ideales para entenderlas mejor’

‘Cuando los hijos regañan a sus papás como niños chiquitos’

‘Mujeres que le tienen fobia al motel’

‘El arte de ‘levantar’ en la oficina’

‘Sobreviviendo como asalariado a la reestructuración de una empresa’

Shows de mujeres que hacemos los hombres’

‘Esta es la historia (que me imagino) de unos taxistas que golpearon a un par de pasajeros’

‘¿Cuándo será mi última ‘faena’ entre sábanas?’

‘Si yo fuera celador, sería igual de insoportable’

‘Salí del país, me unté de mundo y ahora soy mejor que ustedes’

‘Querido Niño Dios: te pido que mi familia no me avergüence en la fiesta de Año Nuevo’

‘Que alguien me explique los gozos de la novena de aguinaldos’

‘Manejo como una dulce anciana’

‘Mi tía, la invencible, tiene el superpoder de la intensidad’

‘Muéstrame tu foto de perfil en Facebook y te diré cómo eres’

‘¿Por qué los colombianos nos creemos «la verga»?’

‘¡Deje el resentimiento contra los ricos!’

‘Soy muy cobarde; le tengo pavor a las peleas’

‘Yo no entendía por dónde orinaban las niñas; dudas que muchos teníamos, pero nos daba pena preguntar’

‘Mi abuela es más progresista y liberal que sus hijas’

‘Es cierto y es un karma: los hombres pensamos siempre en sexo’

‘Respuesta masculina a cosas que ellas nos critican en la cama’

‘Carta de un hombre que no ve fútbol, ni le gusta, ni le importa’

‘A mí me tocó aprender a bailar con mis primos’

‘¿Por qué las mamás pelean cuando hacen oficio?’

‘Así es, aún vivo con mi mamá’

‘Si su nombre es ‘guiso’, usted tiene pasado de pobre: att. Jáiver’

‘Salir con… colombiana vs. extranjera’

‘Volví con mi ex… suegra, pero no con mi ex novia’

‘Qué miedo empezar una nueva relación’

‘Me salió barriga; ahora sí salgo a trotar’

‘Así se sufre una temporada sin trabajo, ni novia, ni plata pa’ viajar’

‘Qué difícil ganar una beca cuando no se tiene pasado de ñoño’

‘Mi mamá habla un mal español; mi papá, un pésimo inglés’

‘Sí, soy metrosexual… y usted también, ¡admítalo!’

‘Conquistar a las mujeres de hoy requiere más que sólo actitud; aliste una hoja de vida impresionante’

‘¿Cómo se atreve mi ex novia a casarse?’

 

*ESTE BLOG APARECE EN LA SECCIÓN ‘DEBES LEER’, EN LA PESTAÑA VERDE DE ELTIEMPO.COM. TAMBIÉN PUEDE USAR EL LINK CORTO: bit.ly/agomoso

Compartir post