La forma equivocada de aprender sobre el lenguaje corporal es dejándonos llevar por nuestras emociones políticas. La forma correcta de aprender sobre la comunicación no verbal es con la mente abierta y siempre buscando la forma de aplicar lo que aprendemos, es decir, preguntándonos sobre qué gesto o postura podemos incorporar a nuestra expresión para ser más persuasivos, ser más abiertos, ser más expresivos, mostrar más disponibilidad o el objetivo que tengamos en mente.
Como experto en lenguaje corporal usualmente me encuentro un enorme desafío y es que el análisis de los gestos, las posturas y los movimientos es muy parecido al análisis de un partido de fútbol: como todos tenemos ciertas nociones del sentido común todos creemos tener la razón. Y por ello es fácil quedarnos con posturas aisladas, con gestos aquí o allá que dan respaldo a nuestras creencias preconcebidas sobre alguien.
Por eso enseñar lenguaje no verbal es todo en desafío, porque implica generar una importante disonancia cognitiva en las personas para que una vez abiertas sus mentes puedan atreverse a cambiar su percepción y, sobre todo, se arriesguen a experimentar nuevos comportamientos para lograr resultados.
Me encanta empezar por analizar el juego político y lo que comunica, porque en este juego es posible ver lo que las personas proyectan de sí mismas en los políticos. Y nos permite tener un espejo interesante en el cual mirarnos. El reto es: no politizar nuestro análisis.
Santos es un político bastante entrenado en lenguaje corporal y en encuentros de muy alto nivel. Por esta razón usualmente esperamos de él que su comunicación sea persuasiva y que cometa pocos errores. Por su parte Donald Trump es un hombre que se siente cómodo en su cargo de primer mandatario y que constantemente lo comunica con un lenguaje arrogante y despreciativo con el cual suele afirmar su poder frente a los demás. Ya lo hemos visto incluso con desplantes como el saludo de mano excesivamente largo con el primer ministro japonés Shinzo Abe o la negativa al apretón de manos con Merkel.
Con Santos nos quedamos con algunas postales que vamos a analizar con el objetivo de aprender para mejorar nuestra particular comunicación no verbal.
La zona de los pies es la zona más sincera de nuestro cuerpo, la razón de esto es que es un área a la cual le prestamos muy poca atención consciente. Usualmente nos concentramos más en nuestro rostro, nuestra postura y nuestras manos, abandonando nuestros pies. En el caso de Juan Manuel Santos su postura nos delata la tensión que su rostro, usualmente inexpresivo, evade. Los pies se encuentran uno delante del otro, mostrándonos una posición de huida. Si te fijas es la posición que adoptaría alguien que está a punto de pararse. La posición recomendada en este caso sería la de mantener los pies en una posición paralela.
La dominancia, en la comunicación no verbal masculina, se aprecia en la posición de piernas abiertas. Analizando los diversos encuentros, desde el primero con Obama hasta el más reciente con el presidente turco Erdogan, Trump siempre mantiene la postura de piernas abiertas, mostrando la entrepierna. Por lo cual su posición es considerada como más dominante.
La posición de las manos nos puede mostrar seguridad o nerviosismo. En Trump su norma de comportamiento no verbal es hacer un gesto de pirámide invertida, tocando sus dedos entre sí y dibujando en el espacio un triángulo. En este caso Juan Manuel Santos mostró una tendencia a tocar con su mano su pantalón, gesto que en lenguaje corporal llamamos “gesto apaciguador” y que nos indica un esfuerzo inconsciente por permanecer tranquilo ante una situación impredecible.
Valga decir que Donald Trump es un presidente que en su comunicación no verbal (y también verbal) se ha caracterizado por intimidar a sus homólogos, de hecho, nunca se sabe con qué va a salir, así como puede negarte el apretón, también puede querer quedarse con tu mano o darte un jalón que te mueva del piso. Así que es claro que los presidentes tienden a aliviar esta tensión con los gestos. Justin Trudeau cruzó sus tobillos, Juan Manuel Santos posicionó sus pies en huida y mantuvo una mano siempre tocando su pierna.
Hubo una postal bastante interesante que ha sido interpretada en redes sociales como “el aburrimiento de Trump” y es una expresión de desprecio, caracterizada por el levantamiento de una de las comisuras de los labios. Este ha sido un tema bastante llamativo en el comportamiento con Trump, y que no debe asociarse al encuentro con Santos sino a la experiencia de Trump con la prensa. Ha sido también una norma del lenguaje corporal de Trump dirigir miradas arrogantes y de desprecio hacia las personas que cubren esta serie de eventos.
Hablemos ahora sobre la rueda de prensa conjunta: En general, se puede concluir que hubo una comunicación fluida y cordial. Juan Manuel Santos con un uso adecuado de ilustradores (gestos que enfatizan lo que se dice con las palabras), Trump más bien con pocos ilustradores y aferrado al atril en gesto posesivo. Con un par de puntos de desacuerdo. En un momento Trump precisa su posición frente al muro de México remarcando que la respuesta de Santos ha sido muy larga y muy diplomática y enfatizando el pragmatismo puro de la posición de Trump frente al muro: los muros sirven. Frente a esta respuesta el análisis nos deja ver un gesto apaciguador muy sutil de Santos frotándose los dedos, descargando en ella la tensión por la discrepancia.
Santos tiene una postura que merece aprenderse para quienes estén expuestos a ruedas de prensa o líderes que reciben preguntas. Mientras Trump escucha las preguntas con gesto arrogante (mentón elevado), Santos lo hace inclinando sutilmente su cabeza y dejando ver que escucha atentamente la pregunta. La inclinación de la cabeza es un gesto clave para mostrar empatía y que no se tiene nada que ocultar.
Es preciso recordar que Juan Manuel Santos es un periodista entrenado en esta clase de lídes y que además es un reconocido jugador de Poker, esta seguramente sea la razón por la cual sea tan inexpresivo en su rostro y que camufle tanto sus emociones, un elemento que sin duda le quita cercanía y autenticidad en su expresión.
Para más detalles de este análisis te invito a ver y compartir este video.
Recuerda que el cuerpo habla.
¡Es el momento de vivir una vida extraordinaria!
Las posturas de Santos muestran sin lugar a dudas que el que la debe la teme jajajajaja, Trump lo ve chiquitico.
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Qué significa que un comentario está pendiente de moderación ?
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Hay que dejar fluir la mente,el espiritu,las normales emociones y eso es lo que el cuerpo expresará.Lo demás es hipocrecía o diplomacia que llaman.Cómo nos engañamos y cómo nos engañan y a éso llaman ciencia o arte ?
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Mi comentario pendiente de moderación ajajaj bueno lo resumo nuevamente santos es un traidor mentiroso y sigo esperando su renuncia, claro que este sujeto no tiene los huevos para cumplir su palabra un hombre que contradice lo que dice no merece ser llamado hombre
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No hay nada peor que una persona de la que jamás se sabrá como va actuar, santos es un miserable camaleón, no tiene palabra ni pelotas para cumplir lo que dice, me quede esperando su renuncia por perder el plebiscito, una persona que no honra lo que dice es un ser sin principios y lo único que sabe hacer esta rata es imponer su voluntad perdida contradiciéndose, en conclusión es un hp en el que uno no puede confiar.
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Bueno
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Leyendo este artículo se da cuenta uno que este campeón de la mentira,y la farsa la tiene bien clara.En uno de los apuntes de este admirador de Santos,comenta que la leve inclinación del rostro de este funesto personaje,denota que no tiene nada que ocultar.Imagínese un Santos sin nada que ocultar.
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