“Por sus frutos los conoceréis”- Mateo 7: 16
El ser humano podrá engañar, jurar mintiendo y poniendo a Dios y/o a su familia por delante, para tratar de convencer a la gente que no se ha dicho, hecho o prometido algo que en el momento no le conviene que se sepa que lo dijo o hizo.
Esa es la situación de los hombres, porque no ha habido mujeres en la presidencia de la república de este sufrido país llamado Colombia.
Sin embargo, hay una juez que nunca falla y que no permite que sea cambiada la palabra que salió de una boca o el hecho realizado por alguien. Esa juez es la historia. Nunca podrá ser modificada.
Si vemos las ejecuciones en los últimos diez periodos presidenciales y los comparamos con los discursos de posesión de cada mandatario, nos daremos cuenta, en esos discursos, de las similitudes en sus propósitos, incumplidos en su mayoría: el verbo eufórico, encendido por el triunfo, por la solemnidad del momento y por el desconocimiento de una realidad social, política, económica, ambiental, de salud… No sólo de Colombia, sino del mundo. Un momento en donde se han expresado frases como: “BIENVENIDOS AL FUTURO”. “SÍ SE PUEDE”. “ES EL TIEMPO DE LA GENTE”, entre tantos.
Los aspirantes a la presidencia llegan con la idea de que van a cambiar a Colombia y la realidad los pone en su lugar. Ya sea porque no hay los suficientes recursos para ejecutar un plan de gobierno o porque tienen que atender las solicitudes de burocracia que muchas veces degeneran en corrupción por parte de los grupos políticos que los llevaron al poder. En algunos casos, la naturaleza, a través de pandemias o desastres naturales que arrastran con todo, conspiran contra los propósitos iniciales de los gobernantes.
A todo esto hay que sumarle el dichoso Estatuto de la Oposición; el cual conspira contra todo mandato, porque quienes no son aliados del gobierno de turno, hoy tienen las redes sociales a su servicio, escriben trinos, crean Tik Toks, participan en las sesiones del congreso, comentan en los programas radiales o escriben artículos de opinión en periódicos o revistas. Aunque lo que se diga o haga no tenga fundamento. Aunque no se reconozca lo positivo. Aunque se asuman posturas infantiles. Aunque lo que hace el presidente de turno, lo haya hecho o tratado de hacer en el pasado el jefe de su partido. Muchas de esas expresiones de la mal llamada “Oposición”, parecen tener un trasfondo de sabotaje. Ese partido acostumbrado a hacer “jugaditas”, parece hacerle creer al presidente actual, que reconocen su coherencia y varios logros; sin embargo, por detrás, hacen otras cosas.
Creí, hasta hace poco, que Fedegán estaba colaborando con echar para adelante el cumplimiento del acuerdo de paz. Hoy creo que esa federación no está siendo justa y sincera con el gobierno, ni con el pueblo colombiano; porque nos ha subido los precios de la carne y de la leche, cuando no hay razón para ello. Parece que quisieran poner a Gustavo Petro como el responsable de todas las alzas y de todos los males que dejaron los gobiernos anteriores, especialmente el de Duque.
Da vergüenza ver los trinos y Tik Toks de Enrique Gómez, quien parece un solterón de la política, censurando todo, cuando él no ha hecho nada. Nadie lo conoce. Se quiere aprovechar del nombre de Álvaro Gómez Hurtado. Enrique Gómez es un hombre gris, sin carisma, sin chispa. Asimismo, María Cabal, quien de Cabal no tiene nada, escribe tonterías y hace videos como el que hizo para alabar al senador Alirio Villamizar porque: “Estaba haciendo patria” al levantarle una placa al caballo que llevó al capitolio, que “fue el primer caballo en llegar a ese lugar”. No le veo sentido a eso y pienso que lo que transitó por esos lugares donde está el capitolio fue una cantidad de caballos llevando a los próceres de la independencia, haciendo verdadera patria. Además, la señora Cabal habla mal de todo el que no está con ella: habló de Naranjo, de Zapateiro, de Duque… A este último hasta lo maltrató de palabra. ¡Qué se puede esperar de quien no pertenece a su santo reino!
Finalmente, me gustaría que Caracol y otros medios de amplia difusión, hicieran programas como el que hicieron alabando a Virgilio Barco por una sola realización (la entrega del predio Putumayo a los indígenas), para destacar aciertos y hacer conocer errores de los demás presidentes. Porque, si Barco sólo hizo eso y lo destacan…
Sería bueno que hicieran pedagogía.
En cuanto al momento actual: ¡Dejen trabajar a Petro, su gabinete y al congreso!
Apenas van 100 días. Uribe tuvo 2920 y Duque, 1460, al igual que los otros presidentes. Hay un odio a Petro, no porque sea de izquierda, sino por la oposición con fundamentos que hizo en compañía de Robledo, Cepeda y otros más y porque es defensor del pueblo y quiere hacerlo despertar del letargo opiáceo en que lo han tenido. Si Petro cambia las condiciones del país, los de derecha no volverán a ver el poder.
He aquí algunos apartes de los discursos de posesión de los últimos presidentes:
BARCO
La Nación logrará las metas del cambio y de la transformación que no dan espera. A mí me corresponde darle el gran impulso. Otros tendrán que seguirlo. Si así lo hacemos, la nuestra y las nuevas generaciones, la juventud que debe reemplazarnos, disfrutarán de unas formas de vida justas y equitativas, aceptadas por todos, no en forma apática y resignada, sino con optimismo y entusiasmo
GAVIRIA
Exportar más, importar más, producir más, hacer más rica nuestra economía, y así generar más empleo. Ese es el camino que recorrieron las naciones devastadas por la guerra y que son hoy potencias industriales. Es un proceso que vamos a realizar de manera gradual
SAMPER
Formar un nuevo ciudadano colombiano, más productivo en lo económico, más solidario en lo social, más participativo y tolerante en lo político, más respetuoso de los derechos humanos y por tanto más pacíficos en sus relaciones con los semejantes.
ANDRÉS PASTRANA
«El Presidente de la República asume el liderazgo irrenunciable de construir la paz. No esperen de mí que construya una burocracia de la paz. Desde ahora convoco a todos los colombianos a seguir y trabajar dentro de la Agenda de paz que voy a dirigir. Para todos debe ser claro que recuperaré para el Estado el monopolio de la fuerza para la paz, la justicia social y la felicidad de los colombianos. Cada minuto que ahorremos en la guerra es una inversión en la vida».
URIBE PRIMER MANDATO
El mundo debe entender que este conflicto necesita soluciones no convencionales, transparentes, imaginativas. La violencia se financia con un negocio criminal internacional: la droga; se lleva a cabo con armas fabricadas fuera de Colombia; y, democracia alguna puede permanecer indiferente a los sufrimientos de nuestro pueblo. Continuaremos con el Plan Colombia con la adición de la interdicción aérea y programas prácticos de sustitución como el pago a campesinos para erradicar cultivos ilícitos y cuidar la recuperación del bosque. Mantendremos la senda recorrida con los Estados Unidos, tocaremos las puertas de Europa y Asia y afianzaremos la unidad de propósitos con los vecinos. Si no derrotamos la droga, la droga destruye nuestra libertad, nuestra ecología y anula la ilusión de vivir en paz.
URIBE SEGUNDO MANDATO
Nuestras metas sociales son incluso más exigentes que las del Milenio. Tenemos toda la vocación de cumplir lo pactado con el pueblo: plena cobertura en educación básica; avances en preescolar; plena cobertura en régimen subsidiado de salud con esfuerzos para que la formalización laboral ayude a crecer el sistema contributivo; familias en acción, guardabosques, estrategias del Sena, Bienestar Familiar, cobertura en atención de niños y ancianos; vivienda; saneamiento básico; infraestructura; acceso popular al crédito.
No puede ser que reclamemos reformas para que la base popular participe en las corrientes dinámicas de la economía y a la hora de la verdad frenemos las reformas.
Es preferible devolver el valor del IVA a los más vulnerables, franquear dificultades, corregir el SISBEN, procurar el acceso bancario a 6 millones de familias pobres, vincularlas con ese inicial recurso a la banca de oportunidades, gestionarles crédito, que estancarnos en el remolino del discurso que lo critica todo y nada permite hacer.
El Congreso está regido por nuevas normas políticas. El pueblo observa con positiva inquietud. No podemos fracasar. Ejecutivo y Congreso comprenderán la necesidad de mutua cooperación con interlocución independiente, imaginativa, constructiva. La coalición de Gobierno tiene la misión de responder a la generosa confianza de los electores, construir el diálogo patriótico con los grupos diferentes y ejercer el control político que recuerde al Ejecutivo la dimensión del mandato popular. El respeto gubernamental a la oposición y a la crítica contribuirá a bosquejar acuerdos fundamentales.
SANTOS PRIMER MANDATO
Tierra, agua, naturaleza y buen gobierno –esos símbolos preciados– harán parte integral de la administración que hoy comenzamos.
El mensaje de nuestros “hermanos mayores”, de los guardianes del equilibrio universal, hoy lo transmito, emocionado, a los más de 45 millones de compatriotas que venimos de esa herencia indígena, del legado de España, del rico aporte africano, y de tantas otras vertientes que han construido lo que somos.
Es el mensaje de la vida, de la armonía, y de la unidad dentro de la diversidad.
Es el mensaje de la Colombia pacífica y sabia que queremos dejar a nuestros hijos.
Haciendo honor a ese mensaje, HOY REITERO SOLEMNEMENTE, EN ESTA HISTÓRICA PLAZA DE BOLÍVAR, QUE PRESIDIRÉ UN GOBIERNO QUE SERÁ DE UNIDAD NACIONAL Y QUE BUSCARÁ LA PROSPERIDAD SOCIAL PARA TODOS.
ME COMPROMETO CON LOS QUE NADA TIENEN Y CON LOS QUE SE HAN CANSADO DE ESPERAR.
TODOS NUESTROS ESFUERZOS, TODOS NUESTROS DESVELOS, HASTA EL ÚLTIMO MINUTO DE CADA DÍA, IRÁN DESTINADOS A COMBATIR LA POBREZA Y EL DESEMPLEO, ¡QUE NO TIENEN POR QUÉ SER CONDICIONES ETERNAS PARA LOS COLOMBIANOS!
SANTOS SEGUNDO MANDATO
Eso es lo que les propongo: Que caminemos JUNTOS, que trabajemos JUNTOS, por lo que NUNCA nos habíamos imaginado como país.
Creo firmemente que Colombia debe trazarse HOY una meta con la que todos nos podamos comprometer.
¿Y cuál es esa meta?
Ser, en el año 2025 – ¡en una década!–…
- Un país en Paz TOTAL…
- Un país con EQUIDAD…
- Y el más EDUCADO de América Latina.
Imagínenselo por un minuto… Un país en paz TOTAL… Un país con equidad… Y el más educado de toda la región.
Esta visión –COLOMBIA EN PAZ, CON EQUIDAD Y EDUCADA– es sencilla de recordar, ardua de lograr y profunda en su significado.
DUQUE
Hoy llega a la Presidencia de Colombia una nueva generación, motivada por el servicio y no por el ejercicio vanidoso del poder, comprometida con el futuro y sin anclas y prejuicios en el pasado, inspirada en la justicia social y en la seguridad como el cimiento de nuestras libertades, y dedicada a promover el entendimiento, el trabajo en equipo y la construcción de consensos. Es una generación llamada a gobernar libre de odios, de revanchas, de mezquindades y con el mandato de millones de compatriotas de hacer de nuestro país una tierra grande donde los símbolos de nuestro tricolor retomen su significado
PETRO
Los colombianos y las colombianas hemos sido muchas veces en nuestra historia enviados a la condena de lo imposible, a la falta de oportunidades, a los NO rotundos. Quiero decirles a todos los colombianos y todas las colombianas que me están escuchando en esta Plaza de Bolívar, en los alrededores, en toda Colombia y en el exterior, que hoy empieza nuestra segunda oportunidad.
Nos la hemos ganado. Se la han ganado. Su esfuerzo valió y valdrá la pena. Es la hora del cambio. Nuestro futuro no está escrito. Somos dueños del esfero y del papel, y podemos escribirlo juntos, en paz y en unión.
Hoy empieza la Colombia de lo posible. Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder. Pero lo logramos. Hicimos posible lo imposible. Con trabajo, recorriendo y escuchando, con ideas, con amor, con el corazón y con el cerebro, con esfuerzo. Desde hoy empezamos a trabajar para que más imposibles sean posibles en Colombia. Si pudimos, podremos.
Que la paz sea posible. Tenemos que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado. Yo diría con dos siglos de guerra permanente, la guerra eterna, la guerra perpetua de Colombia. Se puede.
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