Si hay algo que he aprendido trabajando en gestión de cambio, a nivel organizacional, es que las mismas herramientas que usamos para transformar empresas pueden ser igual de útiles cuando queremos hacer un movimiento personal. Después de todo, una transformación es una transformación, ya sea que estés implementando un nuevo sistema o dándole un giro a tu vida a los 30, 40, 50 o más años.

¡Así que, por qué no aplicar lo que sabemos de cambio en organizaciones a nuestra propia historia!

La gestión del cambio nos enseña que nada ocurre de la noche a la mañana. Lo mismo sucede en lo personal. El primer paso, al igual que en una empresa, es preguntarte: “¿por qué quiero este cambio? ”. Sin un propósito claro, es fácil perder el rumbo. En mi caso, los por qué de los cambios que he hecho en mi vida generalmente llegan en forma de una sensación constante de desalineación, como si estuviera viviendo un guion que ya no encajaba conmigo, escrito por otros. ¿Te ha pasado? Puede ser frustrante. Pero cuando le pones un nombre a esa sensación y encuentras el «por qué», ya tienes una base sólida.

Ahora, una vez identificado el propósito, viene la parte estratégica. En gestión de cambio, lo llamamos «crear una visión clara del futuro». En lo personal, esto significa preguntarte cómo sería tu vida si sigues ese impulso. ¿Qué pasa si no lo hago ahora? Aquí no se trata de imaginar una vida perfecta, sino una que esté alineada con tus valores y deseos. Yo me hice esa pregunta y comencé a visualizar algo más sencillo, más conectado con lo que me llenaba totalmente, no a medias. Es como darle dirección a ese barco.

Otro principio clave en gestión de cambio es la comunicación. Sí, es vital en el mundo corporativo, pero también en tu vida. La diferencia es que aquí la comunicación más importante es contigo mismo. ¿Qué te estás diciendo? Muchas veces, nos hablamos con dudas y miedos, dejándonos llevar por pensamientos como «ya es muy tarde» o «esto no es para mí». Debemos cambiar ese diálogo interno, darle voz a la curiosidad y a la posibilidad. No es fácil, pero créeme, ¡es liberador!

Luego, viene la famosa gestión de resistencias. Ah, esa parte que todos conocemos. Así como en las empresas hay personas que se resisten al cambio, en la vida personal tú eres tu propio opositor. Es natural sentir miedo, dudar o, incluso, querer quedarte en tu zona de confort. Pero, así como gestionamos resistencias en las organizaciones, es útil hacerlo en la vida personal. La clave está en reconocer esos miedos, escucharlos, y encontrar formas de seguir adelante a pesar de ellos. Yo empecé pequeño, con cambios que no requerían un salto al vacío, sino ajustes que me acercaban a lo que de verdad quería. Y poco a poco, esas pequeñas victorias comenzaron a crear un gran resultado. Ten cuidado de no rodearte de opositores naturales, aquellas personas que siempre tienen un ‘no’ en su cabeza, un miedo a todo y les encanta contagiar a los demás. Huye de ese lugar. 

¿Y qué hacemos en gestión del cambio cuando el camino se pone difícil? Celebramos los logros, por pequeños que sean. En tu vida, haz lo mismo. Aplaude cada paso que das en la dirección correcta. Yo me regalé un par de felicitaciones cuando logré cambiar ciertos hábitos que parecían imposibles, o cuando finalmente me atreví a explorar esos proyectos que siempre me emocionaron, pero que nunca había tomado en serio. ¡Esos momentos merecen ser celebrados!

Finalmente, algo que no puede faltar: en las empresas, se asegura la sostenibilidad del cambio. En tu vida personal, esto significa ser constante, mantenerte alineado con tu propósito, y no perder de vista por qué empezaste en primer lugar. No es raro que surjan obstáculos, pero cuando tienes clara tu visión y estás comprometido, te das cuenta de que esos tropiezos no te detienen, solo te invitan a ajustar el rumbo.

Al final, la gestión del cambio no es solo para empresas. También es una herramienta poderosa para redirigir tu vida, para alinearte con lo que realmente importa y para recordarte que nunca es tarde para empezar de nuevo. Después de todo, el cambio personal no es empezar de cero; es utilizar todo lo que ya has aprendido, todas tus experiencias y transformarlas en una nueva etapa más alineada contigo.

Y ahora que lo sabes, ¿qué cambio vas a gestionar en tu propia vida?

 

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