Por una Bogotá sin reguetón

Así pensaba en 2008 y sigo pensando igual:

El primero de los males de este milenio ha aparecido y se encuentra entre nosotros, al principio como muchos otros creí que se trataba de algo pasajero y que seria cosa de un par de meses máximo seis como ocurrió con el meneito, el carrapicho, la quebradita y otros tantos males menores que nos atacaron a finales del siglo pasado,

Es innegable el impacto del reguetón el los Bogotanos, al parecer sobrevivió a los 2600 metros de altura cosa que no sucede con todas las plagas y es que día a día su preocupante auge crece al punto de alcanzar rápidamente a tener emisoras dedicadas exclusivamente a este ritmo cosa que le costo mucho trabajo a otros estilos como la salsa y algunos otros que no han alcanzado este logro como el jazz o la mismísima y aceptadísima ranchera.

Hace pocos días Willie Colon dijo en nuestra ciudad que el reguetón estaba tomando el lugar de la salsa , lo cual me parece desastroso no solo por lo que implica sino por las diferencias abismales que existen entre uno y otro. La coexistencia de culturas en Bogota nos permite escuchar y tolerar ritmos venidos de muchas parte sin embargo hago esta pataleta basado en los siguientes puntos, que son a su vez lo que defienden los seguidores de este seudo ritmo

• Calidad musical: es malísima, mejor dicho no existe, no espero a que un gran músico aparezca de este ritmo  como si ha sucedido con otros estilos musicales como la salsa, el rock y otros que han aportado grandes solistas. De las letras ni hablar.
• El nombre: no se porque se llama así  ya que ni siquiera es una degradación del reggae que inmortalizara Bob Marley y otros, ademas  tampoco entiendo como proclaman su  parentesco con el Rap basta escuchar a Orishas y a la Etnia para ver otras abismales diferencias.
• No es latino: tal vez es lo que más me molesta, incluye muchos elementos de las pandillas norteamericanas ademas los ritmos latinos se han caracterizado por su riqueza musical, melódica y lírica como el son, los boleros,  la cumbia etc.
• Escasez de valores: promueve y exalta muchos valores negativos de los cuales llevamos años tratando de librarnos
• Antifeminista: Nunca había existido tal degradación hacia la mujer como lo hace este ritmo, lo aterrador es la cantidad de mujeres que lo siguen a pesar de que su papel en este ritmo se limita a gemir y a balbucear: “hágale papito”
• Mal uso del idioma: no hace falta ser purista para darse cuenta el constante maltrato y abuso que hace este genero del idioma, además resulta chocante ver a sus seguidores hablando con acento puertorriqueño el cual no se caracteriza por ser un cultor de nuestra lengua.
• Tiene la facultad de producir fuertes jaquecas a las personas de bien luego de escuchar dos canciones.

Para finalizar mi sentida y preocupada pataleta invito a toda los capitalinos a extirpar este mal que junto a la progresiva traquetizacion de Bogota están consolidando el imperio del mal gusto el cual debemos acabar.

¡JUNTOS LOS DERROTAREMOS ¡

DON BETO

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