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“La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino. Unámonos y seremos invencibles”

SIMÓN BOLÍVAR

En estos días de efervescencia y calor es común ver sabios y especialistas de todas las pelambres, aparecer en medios haciendo urgentes llamados a «normalizar o recomponer»  las relaciones entre Colombia y Venezuela, todos advierten sobre los devastadores efectos para ambos pueblos si no se reencuentra la armonía entre las naciones.

No sé a cuál estado o momento histórico de las relaciones pretenden regresar, ¿será al momento en el que los guerreristas Chavez y Uribe nos pusieron al borde de un conflicto armado? o tal vez unos años mas atrás  cuando Pérez y Barco se mostraron los dientes por las islas de los Monjes, o mas atrás cuando Caldera buscó implementar las  «Persecuciones en Caliente» para perseguir la guerrilla, y que años después Uribe de manera absurda intentó revivir con el mismo objetivo. Podemos seguir mirando atrás en la historia y pasar por Holguín (el presidente no la canciller), Marroquín, y demás mandatarios que enfrentaron conflictos con Venezuela hasta llegar a Páez (uno de los padres de la separación) y terminar nuestro recorrido, en la vieja disputa Bolívar y Santander. ¿No comprenden que la relación de Colombia y Venezuela es hija del conflicto, del interés político? es el as bajo la manga de gobernantes para echar mano del nacionalismo y obtener un rédito electoral, o para tapar un escándalo o una actuación non sancta, cómo privar a nuestros mandatarios y a los Venezolanos del derecho fundamental a la cortina de humo.

Son mas de 200 años de conflicto permanente, así que si quieren «normalizar « la relación lo único que hay que hacer es  generar una provocación seguida de actos de bravuconería con los respectivos ejércitos. Tranquilos que la guerra es un escenario de pocas posibilidades; en el fondo sabemos que un conflicto armado acabaría lo poco que han construido estas republiquetas en 200 años de vida constitucional, además si no hubo guerra con los peligrosos Chavez y Uribe, no la tendremos con sus bobalicones predecesores.

Los que tenemos memoria sabemos que las crisis duran un par de meses y que conservan más o menos los mismos elementos: movilización de tropas, copiosas notas de protesta, incursiones esporádicas de los ejércitos por tierra y recientemente por aire, cierres de frontera, llamado de diplomáticos a consultas y se termina firmando un documento insulso en la quinta de Bolívar o la Quinta de San Pedro Alejandrino, para que finalmente los mandatarios se fundan en un abrazo y regresar a la calma chicha de la frontera en donde los habitantes de Cúcuta, Maicao, Arauca, Puerto Carreño, Tachira, San Antonio, Puerto Ayacucho, etc,  regresan a lo que mejor saben, buscar las mejores posibilidades de cada país para tratar de sobrevivir mientras se avecina la nueva crisis.

¡¡¡Terminemos esta enfermiza relación!!!!! es urgente, no mas manipulación de nuestros irresponsables gobernantes, dejemos de manosear el pensamiento de Bolívar y volvámoslo práctico, minimicemos la frontera y establezcamos el libre tránsito, y si queremos recomponer o volver atrás en el tiempo tal vez debamos mirar un poco antes de la desastrosa llegada de los españoles, cuando Wayuus, Salivas, Betoyes y demás recorrían la inmensidad de las sabanas del Orinoco, de la selva amazónica o del desierto guajiro sin distingo de frontera, recordemos que el río Orinoco que escogimos para que nos separara, desborda anualmente sus aguas integrando toda su cuenca y unificando el paisaje en una composición infinita que con torpe diplomacia pretendemos separar.

Terminemos las relaciones con Venezuela y de una maldita vez hagamos caso a Bolívar, dejémonos llevar por el destino y convivamos como hermanos, ¿o es que alguien duda del potencial que le daría a los dos países una relación mas estrecha?

Sigueme en Twitter: @gilronguz

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