
Recuerdo estar en la sala de mi casa, pegada a un casete prestado (porque en esa época comprar música no era tan fácil y yo apenas tenía 7 años), aprendiéndome cada canción como letras sagradas. Pies Descalzos me alertaba de no llegar a los 30 soltera y vestir santos. Dónde están los ladrones me advertía que los que más roban visten de cuello blanco o dan sermones en las iglesias. Dónde estás corazón me ponía a imaginar a Shakira buscando el amor en el armario, en el abecedario, debajo del carro, en el negro, en el blanco, en los libros de historia, en las revistas y en la radio.
Y así fui creciendo teniendo como referente a esta mujer. Siempre quise bailar como ella, pero bueno, hay talentos de talentos, así que cuando me gradué de la universidad, decidí mejor crear una fundación para intentar hacer algo similar a lo lindo que ella gestiona por la niñez en su región y en el país. Eso sí, su música ha estado en los momentos importantes de mi vida. Shakira es mi banda sonora.
Ahora, hablar de Shakira es hablar de transformación. Su historia no es solo la de una artista que conquistó el mundo con su voz y su ritmo inconfundible, sino también la de una mujer que ha desafiado las normas, reinventándose una y otra vez sin perder su esencia y autenticidad. Su influencia no solo se mide en récords de ventas y premios, sino en la manera en como ha dejado huella en la cultura, en la identidad de Colombia y en el futuro de miles de niñas y niños a través de su música y su fundación.
La Fundación Pies Descalzos (1997), surgió de su deseo de cambiar realidades en este país donde la pobreza y el conflicto han dejado a muchos niñas y niños sin oportunidades. Lo que comenzó como un esfuerzo para mejorar la educación en Colombia, se ha convertido en un modelo de transformación social. La fundación ha construido e intervenido 19 colegios y 4 escuelas están en proceso de construcción en Barranquilla, Cartagena, Quibdó y Tibú; ofreciendo educación de calidad, alimentación y apoyo a más de 5 mil niñas, niños y sus familias. El impacto también se mide en el apoyo a más de 300 escuelas públicas del país, beneficiando a 12 mil docentes, 224.000 estudiantes y 32.600 familias.
Shakira no es solo un ícono musical, es una prueba de que la pasión y la determinación pueden cambiar vidas, ya sea a través de una canción o de una escuela en un barrio olvidado. Y en un mundo donde los artistas muchas veces parecen desconectados de la realidad, su historia nos recuerda que el arte y el compromiso social pueden ir de la mano.
Y en lo musical, Colombia y el mundo deben tener muy presente que ella ha sido quien ha abierto puertas para nuevas generaciones de músicos latinos y que es una mujer que ha demostrado que el éxito no es incompatible con la autenticidad.
Gracias, Shakira, por ser el ícono latino vigente por más de 25 años con más de 22 billones de reproducciones de sus canciones. Gracias por ser la verdadera imagen del país donde las caderas no mienten y donde la las mujeres somos las de la intuición.
Que las niñas y los niños que están creciendo te admiren tanto como yo.
@Lore_Castaneda
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