La crisis del PSOE: el verdadero plan oculto. Pedro Sánchez dimite para poder ser candidato.

 

Al PSOE lo han convertido en una presa a despedazar. Felipe González ha tardado dos meses en sentirse engañado, algo menos si tomamos como fecha de la consumación la fallida investidura de Rajoy. La forma de hacer pública esa declaración de González no deja dudas de que es parte de un plan perfectamente organizado y medido para descabalgar a Sánchez de la jefatura del partido. Todo un éxito, pero a los partidarios de Pedro Sánchez les conviene recordar otro hecho histórico. En el funeral del almirante Carrero Blanco, Franco al dar el pésame a la viuda dijo: «No hay mal que por bien no venga».

Felipe González ha apostado por dejar que Rajoy saque adelante su gobierno en minoría parlamentaria. Una apuesta de riesgo como es obvio porque aquí no hay nada seguro pues con Rajoy nada es lo que parece y para el PSOE, el riesgo oscila entre su ruptura y el descrédito electoral, aunque bien pudieran darse las dos cosas.

¿Porqué González toma ese riesgo? ¿Más allá del PSOE, tiene relevancia su figura política entre los electores? ¿Esperará Rajoy a las terceras elecciones? No parecería conveniente con el otoñal calendario judicial del PP, pero se verá.

El asunto, ahora, es qué credibilidad tiene Felipe González ¿Con quién está? ¿Qué intereses defiende? La clave está en su pasado ¿alguna vez se ha expresado en parecidos términos? No, nunca, jamás, pero motivos no le han faltado.

Felipe González fue el primer Presidente socialista de España y duró 14 años en el cargo, lo agotó todo, hasta los votantes propios descansaron cuando perdió las elecciones. Tres años antes, ante su último triunfo electoral por los pelos, salió a la palestra y dijo “he entendido el mensaje” pero ¿qué entendió? Era otra mentira más del auténtico tahur del Mississippi, un encantador de serpientes, decían. De su primer viaje a China volvió con el mantra “gato negro, gato blanco, que más da; lo importante es que cace ratones”.

De Nueva York se trajo un “prefiero la posibilidad de morir asesinado en el metro de Nueva York a tener una larga vida en Moscú”. No le hubiese hecho falta para posicionarse a favor de los Estados Unidos utilizar el sarcasmo, pero él pensaría que era gracioso, le gusta parecer simpático y dicharachero, el caso es que González no viaja en metro, lo suyo es más el helicóptero de los amigos o avión privado, carro si no queda más remedio.

Lo cierto es que las anécdotas con las que se adorna González dan más pena que otra cosa, pero se ve que nadie se lo ha hecho notar. Yo le mencionaría una que siempre usa cuando trata de García Márquez y que lejos de honrar a alguien, abochorna por lo que deja ver del relajo de sus costumbres y compadreos; la de la borrachera con el general Torrijos y aquella conversación con Pinochet “de dictador a dictador”.

La transcendencia de que González se sienta engañado

En España, en la propia casa de Felipe González que fue quien invitó, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, engañó a su anfitrión: descortés este hombre o no, pues.

Trato de imaginarme ese escenario donde el novicio Sánchez engaña al prior González y es que no puedo comprender cómo pudo ser eso.

Desde luego, Felipe González, tiene razón en sentirse burlado, avergonzado, ofendido, pues si pensamos que a la salida del socialista de esa casa, Felipe, coge el teléfono para comunicar con sus amigotes, esos que engrasan a conciencia los goznes de la famosa puerta giratoria de los políticos españoles, la misma que el expresidente afirma desconocer que exista ni como objeto real y tangible en algunos edificios.

¿Cómo no va a estar enfadado este hombre? Sánchez se piensa que por haber sido elegido democráticamente por los militantes del PSOE como candidato, puede actuar sin pedir permiso a los pata negra del partido. Ya saben los lectores que pata negra en España es la pierna del cerdo más excelso del mundo. Sánchez, además, es un prepotente que destituye y arrincona a cualquiera aunque no esté demostrado que es corrupto, solamente por tener relación o haber avalado a quien sí lo es. Sánchez es un cirujano riguroso que sanea la herida infectada cortando tejido hasta tener a la vista otro sano, sin sombras de contaminación.

A mí, la verdad, me parece increíble que alguien pueda engañar a Felipe González, una personalidad con su experiencia parece difícil que a estas alturas de la vida, se deje tomar el pelo.

 

Si repasamos la historia del Sr. González desde que irrumpió como un huracán en la vida política española, a finales de los años setenta, encontraremos diversos episodios que avalan en mi opinión su familiaridad con el embuste, la manipulación y la mentira, pero nunca hasta ahora acusó o declaró sentirse engañado.

Los del PSOE cuando llegaron al gobierno acapararon los conceptos pueblo y democracia: eran consustanciales al partido. Una tarea que decidieron llevar a cabo en esos momentos fue la de dotarse de solvencia económica y lo hicieron por dos vías, favorecer al partido y a los empresarios simpatizantes o militantes. Para llevar a cabo este propósito decidieron que no podían desaprovechar la estructura de corrupción que dejaba el franquismo y la suplantaron extendiendo sus propias redes de corrupción que llegan hasta nuestros días.

Recordemos en primer lugar, que antes de alcanzar la jefatura del Gobierno de la nación, consiguieron la alcaldía de Madrid con Enrique Tierno Galván como alcalde, su segundo, verdadero gobernante pues don Enrique era un intelectual no tan dispuesto a seguir el día a día de su administración sino a redactar macarrónicos bandos municipales muy celebrados por la babosería del momento. Su segundo, decía, Alonso Puerta, teniente alcalde de Madrid, el primer secretario general que tuvo la Federación Socialista Madrileña en la democracia, duró en el cargo no más de dos años porque ser ingeniero no vacuna contra la ingenuidad.

Alonso Puerta fue informado por Florentino Pérez, también ingeniero de caminos además de empresario y concejal suarista, de las irregularidades en un contrato que tramitaba el ayuntamiento. El teniente alcalde intervino, informó a la dirección nacional del partido y no solo lo expulsaron, también fue inscrito en la lista negra que lo condenaba a la invisibilidad pues todo medio de comunicación que se hiciese eco de sus declaraciones sería considerado enemigo. Alonso Puerta consiguió que el tribunal supremo le restituyese todos sus cargos pero esa batalla judicial no tuvo trascendencia política.

Tuvo ese ayuntamiento un concejal de seguridad ciudadana, auténtico Barón, que se hizo famoso con el sobrenombre del Novicio Barrionuevo.

Barrionuevo tuvo proyección y cuando Felipe González llegó a Presidente del Gobierno lo nombró ministro del interior: recordman en demandas por difamación que puso y perdió contra los periodistas. Con Barrionuevo en el Ministerio del Interior empezó un tiempo de continuo escándalo. Raro era el día en que las portadas de los diarios no tenían como primicia, los ametrallamientos de bares en Francia, los asesinatos de presuntos etarras, los secuestros de simpatizantes etarras, las torturas, los enterramientos en cal viva y las entradas por la frontera francesa de carros veloces que sin detenerse pasaban a España perseguidos por la policía francesa, claro; a los franceses sí los detenían en la frontera.

Años después, Barrionuevo y toda la cúpula de su Ministerio tuvieron que afrontar la cárcel por sus crímenes y el embargo de sus bienes y los de sus allegados, porque además de matar robaban a manos llenas. González no sabía nada, eso dicen, y no dijo sentirse engañado.

En economía, España es un país injustamente ignorado por las cátedras de economía mundiales pues hay ejemplos de vigorosos capitalistas, casi mágicos por sus habilidades, que han asombrado al mundo con sus logros. Me viene a la memoria, sin ir más lejos, el nombre de un gran amigo de Felipe González: Gustavo Cisneros.

Gustavo Cisneros era o es, no lo se, un prohombre del capitalismo que en España, en los años ochenta consumó un logro difícil de igualar. El Estado expropió una empresa a un delincuente, una entre muchas, se la expropió a él y a muchos honrados ahorradores pues la empresa cotizaba en la Bolsa española. El Estado la declaró en quiebra y buscó, es un decir, a un comprador que la reflotase y ahí apareció el Sr. Cisneros que la compró por una peseta y un año después la vendió por cincuenta mil millones de pesetas ¿Es o no, un grandioso logro empresarial?

Conviene recordar que en este asunto intervinieron, en primer lugar, Miguel Boyer, primer ministro de economía de González, y también Manuel de la Concha, socio mayoritario de Ibercorp y en ese momento miembro de la comisión que privatizó Galerías Preciados: el negocio de Cisneros.

Y del Sr. Barón y sus andanzas; queda por recordar a un tal Roldán, en cuyo curriculum de presentación el hombre se auto titulaba como ingeniero, abogado y economista.

Roldán, como mucho, sabía sumar, por lo mucho que robó, también fue muy felicitado por los logros criminales que alcanzó en el desempeño de su labor al frente de la Guardia Civil de la que era Director General.

Felipe González, Presidente del Gobierno, no supo nada de esas andanzas criminales hasta el momento de nombrarle Ministro de Comercio, cosa que no pudo ser porque Roldán no cogía el teléfono, no pudo ser porque Roldán había huido del país: Jodío Roldán, estuvo huido hasta que en una rocambolesca operación de inteligencia, el espía más famoso de España (increíble, espía y famoso) le citó para un negocio en un país con convenio de extradición y lo delató.

El Sr. González también será recordado por decir en el Congreso: “Pongo la mano en el fuego, pongo la mano en el fuego por la honradez de ese hombre”

El hombre era el Gobernador del Banco de España, el gran funcionario del Estado, el más íntegro, el de la gran soberbia intelectual, el hombre que se enfrentó a una gravísima crisis del sistema financiero español al que ordenó, saneó y liberalizó. Mariano Rubio pasó nueve días en la cárcel y murió sin ver concluida la investigación judicial de su proceso: el caso Ibercorp. Un montón de gente socialista o amiga de ellos resultó salpicada, entre ellos, el primer ministro de economía de González y el penúltimo que en su dimisión era portavoz en el Congreso.

Qué me dicen del dos por uno del Presidente González en el Parlamento: una patraña más de este gran hombre ofendido ahora por su Secretario General.

El vicepresidente del Gobierno era la cara o la cruz de la misma moneda hasta que salió lo de los negocios irregulares de su hermano que desenmascararon el desorden que padecía el Estado español. Tras año y medio de primeras portadas en diarios españoles con la cara de Juan Guerra, tras la dimisión de la vicepresidencia de su hermano Alfonso, tras años de investigación. Todas las irregularidades de la actividad de ese señor con las que logró ser muy rico se quedaron en nada, un asunto menor entonces: fraude fiscal.

Al Sr. González, ni Flick ni flock, ni Corcuera Patada en la Puerta, a diario, en todas las televisiones marginales de la extrema derecha como invitado estrella insultando a Pedro Sánchez, le parecen relevantes del plan oculto. El plan oculto es el eñgaño de Pedro Sánchez porque pretendía gobernar con Podemos.

 

¿Será cierto? ¿Pretendía hacer, Pedro Sánchez, lo mismo que los que le han tumbado? Gobernar con Podemos lo mismo que hace el PSOE a lo largo de la geografía española.

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