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Festival de cine de Biarritz. Edición 26

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Foto: Victoria Puerta. El abrazo en manos de su ganador Gustavo Rondón, por La familia.

El premio en el festival de Biarritz consiste en una escultura que representa un abrazo y se le daba a todos los premiados. Sin embargo en el 2017 sólo se entregó una escultura a la mejor película, que recayó en La familia.

Dirigida con solvencia por Gustavo Rondón Córdova, La familia es la primera película venezolana elegida para la Semana de la Crítica, en Cannes. Su puesta en escena, cámara en mano, planos muy cercanos y una historia que esquiva la denuncia social, consigue trasmitir verdad a esas vidas rotas que deja la violencia en el mundo actual. Se ganó el favor del jurado, aunque dejó la sensación de ser más un premio de solidaridad con la angustiosa situación social y política que se vive en Venezuela. Las había mejores, como Los perros, de la realizadora chilena Marcela Said, quien sí fue reconocida en el festival de San Sebastián, con el Premio Horizontes Latinos y en menor medida en Biarritz donde consiguió El Premio del Jurado. 

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Foto: Victoria Puerta. Natalia Santa, agradecida con la entrega del público.

Natalia Santa, directora colombiana de La Defensa del dragón, también presentada con mucho éxito en la Quincena de los realizadores de Cannes. De ella se dijo: «La Defensa del dragón  es una de las propuestas más estimulantes de una Quincena marcada por una sucesión de cintas rutinarias”. Se fue de vacío, pero aún así se le veía feliz al final del festival. «Presentar una película en este festival es un verdadero lujo. Te acompaña un público que comprende como pocos las  tragedias, estéticas y razones de los trabajos que se presentan en su festival», cuenta mientras posa delante del cartel que se hizo para Cannes.

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Foto: Victoria Puerta. El cineasta colombiano Andrés Ramirez, mención de honor para su corto Damiana.

Andrés Ramirez se hizo acreedor de una mención especial para su corto Damiana, sugestiva historia cuya argumento de abandono y hostilidad estuvo a punto de quitarle El Abrazo a Centauro, del argentino Nicolás Suárez, ganador de una competición que tiene mucho arraigo en los creadores latinoamericanos.

Fue una semana muy bonita. Y  Colombia, que era el país invitado, tuvo su momento estelar en la Mesa Redonda de los cuatro cineastas elegidos, que representan el antes y el después del cine colombiano y que espero transcribir en otra entrada, todo su contenido,  porque fue una charla que no tuvo desperdicio.

En medio de tantas imágenes, charlas y encuentros, me pareció un regalo la presentación de la película La Barra (El vuelco del cangrejo). Años enteros buscándola, pero no en plataformas o en la televisión…La quería en pantalla grande y ojalá con palomitas. La encuentro para felicidad de los sentidos en Biarritz y con ñapa: al finalizar el director Oscar Ruiz Navia conversó largo y entretenido con los asistentes. El vuelco del cangrejo es sobre todo un trabajo fresco y comprometido que relata las complejidades de una región que Colombia entera desconoce. Altamente recomendable para presentarla siempre. Con ella el cine colombiano avanzó hacia historias que abordan  su esencia con otra mirada.

Grandes colas  para ver las películas que acompañaban a Victor Gaviria, Luis Ospina, Oscar Ruiz Navia y Ciro Guerra, entre las que despertó gran inquietud Rodrigo D, cuya restauración la ha rescatado de las pantanosas tierras del olvido.

Biarritz es un festival que año tras año crece en calidad y cantidad y al que los creadores deberían acudir en masa, porque en sus salas y en su gestión están las respuestas que buscan los que hablan y tratan el tema de la “formación de públicos”. Aún siendo una ciudad pequeña todos y cada uno de sus habitantes se involucran mediante la adquisición de abonos para que el evento salga adelante. En los cines participan en los foros; demuestran con sus preguntas el interés por las manifestaciones culturales de un continente que a su manera todos visitan.

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Foto: Victoria Puerta. La agrupación Puerto Candelaria cierre con broche de oro para una preciosa semana de Cine.

El premio a tanta entrega se terminó de vivir la última noche con la presentación de Puerto Candelaria. Sus ritmos frescos y picantes fueron el mejor cierre para un festival que recomiendo a todos los que aman el cine y sobre todo las experiencias literarias y artísticas producidas en América Latina.

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