Imagenes de cocinas en The Queen-Like Closet

Si bien la imagen de la mujer ha estado por siglos asociada al espacio doméstico y a la cocina, los cocineros más famosos, al menos hasta el siglo XX, fueron hombres.
Más raro es aun pensar que una mujer pudiera publicar algo propio en los siglos XVI al XVIII, a pesar de que muchas de ellas recopilaron recetarios y los transmitieron de madres a hijas y nietas.

No obstante este panorama, la señora Hannah Woolley se hizo muy conocida en el siglo XVII inglés por sus obras dedicadas a la economía doméstica y tuvo el honor de ser la primera mujer en ver publicada su obra. Llegó a publicar cuatro libros de cocina. Se dice que ella anticipa a escritoras posteriores como la señora Beeton en el siglo XIX o a Martha Stewart en el siglo XX y XXI, mujeres capaces de proyectar su conocimiento de materias domésticas en letras impresas y de difundirlo en forma masiva.

El arte culinario era además parte complementario de los saberes médicos que poseían tanto ella como su madre y sus hermanas. Se dice que Hanna usó sus libros como una forma de promocionar estos saberes médicos, como una forma de invitar a sus lectores a consultarla en persona.

Hanna nació alrededor de 1622-1623 y murió cerca de 1675. Trabajó en el hogar de Lady Ann Wroth, a quien dedicó su libro The Cook’s Guide, or Rare Receipts (Guía de cocina o recetas raras) publicado en 1664 y que precede al que se ha considerado el primero sobre culinaria publicado por una mujer, The Queen-like closet or Rich Cabinet (Como el closet de la Reina o Rico gabinete alude en su título principal al libro contemporáneo de recetas The Queen’s Closet Opened. Con esto la autora sugería la similitud de su obra con la de un tal W.M) publicado por primera vez en 1670. Algunos de estos libros incluían imágenes de cocinas. Este libro tuvo varias ediciones y fue traducido al alemán. El primer libro sobre cocina que ella publicó lo hizo con fondos personales y se titulaba The Ladie’s Directory (La guía de la mujer). Su primera aparición es de 1661.

Su primer esposo, con quien se casó en 1646, fue un maestro de escuela con quien tuvo al menos cuatro hijos y dos hijas y con quien gestionó dos escuelas en Essex. Después de quedar viuda en 1661, comenzó a trabajar para sus publicaciones relativas al manejo doméstico, las recetas, la etiqueta de la escritura de cartas, los consejos medicinales y la fabricación de perfumes. En 1666 contrajo segundas nupcias pero volvió a enviudar tan solo tres años después.

Algunas autores consideran que los libros de Woolley pueden ser interpretados no solo como simples libros de actividades domésticas sino como acciones que hacen parte de las dificultades de su tiempo y personales. Sus libros pueden ser entonces leídos también como ejemplos de “escritura refugio”. Para mujeres como Woolley la literatura como la cocina eran habilidades usadas para la sobrevivencia. Esas habilidades respondían a problemas personales, crisis históricas y cambios de vida ya fuera en convivencia con el esposo o como viudas. Los libros de Hanna fueron escritos con la idea de compartir secretos para el bien común y con el ánimo de inculcar hábitos de frugalidad, embellecimiento, remedio y servicio.

La metáfora del closet en el segundo libro de Woolley muestra que ella tenía propensión hacia el conocimiento. Esa metáfora ya era común en libros de cocina y manuales farmacéuticos del periodo. El closet implicaba un estudio privado desde el cual los secretos podían ser subrepticiamente publicados para el bien común, una despensa para el almacenamiento de las provisiones domésticas.

El libro más exitoso de Hanna puede consultarse por vía digital en la Digital Library de Inglaterra: http://digital.library.lse.ac.uk/objects/lse:mir865luj/read/single#page/66/mode/2up
De allí hemos tomado y traducido una receta de
“Conserva de rosas rojas”:
“Tome los brotes de las rosas y recorte las partes blancas, luego tome tres veces su peso en azúcar doblemente refinada; macere bien las rosas en un mortero, luego agregue el azúcar poco a poco, y cuando usted considere que está bien incorporado, ponga la mezcla en recipientes y cúbrala con azúcar, y esto durará por siete años”. (p.53).
Una gran parte de este libro está dedicado a las recetas de aguas aromáticas, bebidas espirituosas, pasteles, cremas, encurtidos, mermeladas, vinos, wafers, caldos, panes, perfumes y confites en donde se percibe una gran preocupación por la salud.

Volveremos con mujeres y sus libros de cocina. No olviden volver a leer un post relacionado con este que publicamos hace tiempo: “La vanidad también tiene sus recetas”: http://blogs.eltiempo.com/love-cooking-love-history/2014/03/28/la-vanidad-tambien-tiene-sus-recetas/

Bibliografía de apoyo:
“Las mujeres y la organización de la vida doméstica: de cocineras a escritoras y de lectoras a cocineras” en Tomás Antonio Mantecón Movellán (ed.), Bajtin y la historia de la cultura popular: cuarenta años de debate. Santander, Universidad de Cantabria, 2008, pp.33-56.

Julia Lupton. “Thinking with Things: Hanna Woolley to Hanna Arendt” en Postmedieval-Crow Review.

Hanna Woolley en Wikipedia.

Learning Text in Context http://www.bl.uk/learning/langlit/texts/cook/1600s2/queenh/closet.html

Cathy Hartley. A Historical Dictionary of British Women.