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Los alimentos enlatados están tan presentes en nuestra vida cotidiana que quizás no nos preguntemos quién los inventó, cuándo y por qué.

Probablemente pensemos también que estos surgieron en los Estados Unidos, el mayor productor mundial de alimentos enlatados para 1950. Ya en esa época se producían 10 millones de latas en el país.

Pues bien, fue la guerra y la vida en los barcos la impulsora de esta solución de conservación alimenticia. Francia como otros países europeos estaba sumida en guerras a finales del siglo XVIII y los hombres morían víctimas del escorbuto, enfermedad producida por la ausencia de vitamina C, es decir, inducida por una alimentación desequilibrada donde hacían falta frutas y verduras, sumada a los daños que provocaba el  consumir productos dañados. La necesidad impelente de salvar a sus soldados, llevó a la convocatoria por parte del gobierno de un concurso por el que se pagarían 12.000 francos a quien pudiera dar solución al problema de la descomposición de los alimentos. (Véase una entrada relacionada con este tema sobre la comida en los barcos antiguos: https://blogs.eltiempo.com/love-cooking-love-history/2015/05/21/la-dificil-tarea-de-comer-en-los-barcos-antiguos/).

Así, Nicolas-François Appert ofreció al gobierno del Directorio en 1795, un método empírico que derivaría posteriormente en el conocido enlatado de hoy día. Appert

Sin conocimientos aun de la microbiología, él propuso calentar a altas temperaturas la carne colocada en frascos de vidrio, tapada con corchos y sumergida en agua hirviente (100º C o más). Y este es el origen de los famosos enlatados, que para el momento eran más bien embotellados. En su libro publicado en 1810, El arte de conservar las sustancias animales y vegetales por mucho tiempo, Appert explicaba detalladamente el procedimiento.

Como sucede con todos los descubrimientos, Appert aprovechó el paso ya dado antes por el italiano Lazaro Spallanzani, un religioso y fisiólogo que por 1768 había ya descubierto que los microrganismos no aparecían tras la ebullición de la materia a altas temperaturas y su sellado hermético. Como curiosidad, este hombre fue el primero en proponer la fertilización in vitro de animales.

La historia de Appert es muy interesante. Además de inventor, fue chef, confitero y destilador. Creció en una familia de granjeros en Chalons-sur Marne. En el pueblo de Massy cerca de París él abrió la primera fábrica de comida embotellada del mundo. Desde el año 1942, la sección Chicago del Instituto de Tecnología de los Alimentos (IFT) creó un premio en su honor que lleva por supuesto su nombre. Habría sido también el inventor del que llamamos “cubo maggi”, creado para abastecer a las tropas napoleónicas.

La esencia del enlatado es destruir por calor todos los microrganismos y después sellar herméticamente el recipiente para evitar contaminaciones. Desde los tiempos de Appert, este procedimiento ha tenido innumerables mejoras, tanto en la creación y perfeccionamiento de las latas como en el desarrollo de la tecnología de alimentos. Correspondería a varios ingleses la tarea de hacer la conversión del vidrio por latas. corned beef

En el mismo 1810 en que Appert publicó su libro, el inglés Peter Durand solicitó patente al rey Jorge para comercializar productos enlatados. Posteriormente él vendió su patente a los dueños de la fundidora Dartforl quienes enviaron las primeras latas al ejército y a la marina ingleses. En 1852 un sobrino de Appert, el físico Raymond-Chevalier inventó el autoclave, aparato indispensable para acelerar la esterilización de los alimentos. Tres años después, Robert Yeates inventó el abrelatas. Hasta entonces las latas se abrían con cincel y con martillo. Finalmente, la estética de los envases metálicos mejoró con la fabricación en 1860 de la primera etiqueta en color por la empresa neoyorquina Reckhow & Lame.

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Del sitio electrónico del “Club de amigos de las conservas de pescado” tomamos prestada esta curiosa e interesante cita que nos muestra el éxito del proceso de conservación:

“La apertura del bote de conservas más antiguo del mundo tuvo lugar el 11 de diciembre de 1958 en el laboratorio de la Asociación de Investigaciones de las Industrias Alimenticias Británicas. La conserva más antigua databa de 1824, hecha con hierro forjado fuertemente estañado, indudablemente por un hojalatero altamente cualificado que había pertenecido al capitán del barco W. E. Parry para su viaje en busca del paso Noroeste (en el polo Norte), y que fue donada a los laboratorios por Miss Joan McNeel-Cairid de Edimburgo. Al abrirla tanto tiempo después no encontraron signos de putrefacción. Otro bote era de 1849 y formaba parte de las provisiones del barco “Felix” que había participado en la búsqueda del Capitán Sir John Franklin, este se abrió en condiciones de asepsia perfectas y extrajeron una masa sólida de grasa. Finalmente abrieron la tercera lata que contenía pudding de Nöel envasado para las tropas de la guerra de los Boers, y después de su apertura aséptica constataron que el pudding se hallaba en buen estado, y el olor y gusto eran perfectos.”

(Fuente: “Revista Industria Conservera” –  año 1959)

 

 

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PERFIL
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Especialista en historia cultural del periodo colonial americano. Sus últimos libros se titulan Pasquines, cartas y enemigos. Bogotá, Universidad del Rosario, 2021 y Los 'Reinos de las Indias' y el lenguaje de denuncia política en el mundo Atlántico (s.XVI-XVIII), Amazon and CreateSpace, 2014. Otros libros de su autoría y sus artículos de investigación científica pueden consultarse en https;//loc.academia.edu/Natalia Silva Prada Además de este blog es autora del blog histórico “Los Reinos de las Indias en el Nuevo Mundo”: http://losreinosdelasindias.hypotheses.org y "Paleografías americanas": http://paleografi.hypotheses.org

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Me encantan, estos avances. Me encantan.

The interpreter (para nosotros, La intérprete, y como cosa rara, el título en español significa lo mismo que en el idioma original) es un filme dirigido por el estadounidense Sydney Pollack, estrenado en cines en dos mil cinco. El guión condujo a Pollack a grabar en las propias instalaciones de la ONU (localizadas en territorio internacional dentro de Nueva York), una historia con tintes políticos que recuerdan la situación más o menos reciente del actual presidente de Zimbabwe.

Estaba viendo hace unas horas cierta película francesa realizada exclusivamente para televisión hace unos años, no muy conocida por cierto, y me asaltó una duda que tenía desde hace un tiempo y que se avivó luego de ver La intérprete. La duda es la siguiente:

Lo más seguro es que todos conozcamos el aviso que aparece, usualmente escondido al final de los créditos de algunas películas, que dice lo siguiente, palabras más, palabras menos: "Los hechos relatados en esta película son puramente ficticios y no deben relacionarse con eventos pasados, actuales o futuros. (...) Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia."
Yo me pregunto: luego de ver una película que parece un documental acerca de una situación actual, ya sea ésta una realidad o no, ¿qué sentido tiene recurrir a este mensaje, si de cualquier manera los espectadores van a hacer la relación?

Es claro, hay que decir, que no todo el mundo tiene por qué captar estos parecidos. Pero los que sí los captan, lo comunican a los demás, y al final la película pasa a verse como lo que realmente es: una crítica por parte del realizador hacia una situación en particular. Punto. No importa qué tan imparcial se pretenda ser, haciendo uso del mencionado avisito.

En fin, no entiendo esta actitud, si de verdad algunos pretenden protegerse bajo dicho mensaje. Quisiera creer que lo colocan no porque no pretendan dar la cara luego de dar la opinión, sino porque es una especie de requisito, un asunto legal de obligatoria aparición al final de todos los créditos de todas las películas de todos los géneros. Aunque al final, sólo quien tuvo la idea de escribir la historia como quedó escrita es quien sabe qué opinión tiene.

Él y sólo él.

-

Sobre la película, hay un dato lingüístico interesante; se creó un lenguaje nuevo (lo llamaron "Ku"), con sus propias palabras, conjugaciones, reglas... es decir, un lenguaje aparte, sostenible por sí solo, basado en lenguajes existentes en el sur de África, pero que "aunque sería reconocido por habitantes de la zona (...), los confundiría", debido a su estructura gramatical, leo por aquí. En todas partes encuentro que el creador de este lenguaje es Said el-Gheithy, director del Centre for African Language Learning en Londres. En general, no encuentro muchas críticas positivas para la película, pero a mí me gustó.

Me encanta leer la columna Contravía, escrita por Eduardo Escobar. Y la de hoy termina con una reflexión que encuentro parecida a cierto diálogo de La intérprete. Aquí va el diálogo, para terminar y dejar de ocupar su tiempo, estimado lector. Lo traduzco burdamente, pero espero que se mantenga la idea.

Silvia Broome: (...) Siempre que alguien pierde a un ser querido, quiere vengarse de alguien más, o de Dios, a falta de alguien. Pero en África, en Matobo, los Ku creen que la única manera de poner fin al dolor es salvando una vida. Si alguien es asesinado, luego de un año de duelo se realiza un ritual llamado "la fiesta del ahogado". Se hace una fiesta durante toda la noche, junto al río. Al amanecer, el asesino es montado en un bote. Se lleva al agua y se le tira allí, amarrado, para que no pueda nadar. Entonces la familia doliente debe tomar una decisión; pueden dejar que se ahogue, o pueden lanzarse a salvarlo. Los Ku creen que si la familia deja que el asesino se ahogue, se hará justicia, pero pasarán el resto de sus vidas de duelo. Pero si lo salvan, entonces admitirán que la vida no siempre es es justa, y a cambio ese acto los liberará del dolor.


dancastell89@gmail.com

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3 Comentarios
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  1. El anillo para abrir la lata: de la serie de objetos perdidos | di-conexiones

    […] uso de un contenedor para la preservación de los alimentos fue un invento del francés Nicolas-François Appert en el siglo XVIII, “… el origen de los famosos enlatados, que para el momento eran […]

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