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Hace unos días, una amiga de esas que hay que atesorar, de las que tienen un alma tan pura y desprendida que sorprende, me compartió el enlace de un post de Pablo Arribas (@Pablo__Arribas) que me pareció muy acertado. Voy a copiarlo más abajo, aunque acá encuentran el post original.

Es frecuente ver en el cine aquellos héroes que tienen que luchar batallas de vida o muerte, que deben enfrentarse a peligros increíbles, como caerse de un abismo, morir por el fuego de un dragón, quizás rescatando a su hija secuestrada en Europa. O por ejemplo el protagonista de Insurgente, que llega justo en el momento preciso a desviar la bala que matará a su amada, o que atraviesa media ciudad en ruinas para rescatarla y no dejarla morir. Ahí todas en el cinema dicen «aaaaaayyyyytanlindoooooooo» con ojo lloroso y todo. Y se mueren por tener a alguien así a su lado.

Pues bien, ese tipo de héroes no existen, son ficción. Digo, a menos que uno sea apartamentero (o escalador) pocas probabilidades tendrá de estar a punto de caer de una altura de esas. Los héroes de hoy no manejan un carro, muy rápido y muy furioso, para robar un banco en Brasil y que gracias a eso ponen en riesgo la vida de su amada, así que tienen que ir a rescatarla, con estrelladas, explosiones, y voladas cual superman. El desgraciado la puso en peligro, pero como luego la salvó, queda como el héroe y todas dicen «aaaaytanlindoooo».

Fuente: Larepublica.pe

Fuente: Larepublica.pe

Los héroes románticos de hoy en día, como dice Pablo Arribas, son los valientes, los que lo arriesgan todo, los que están dispuestos a dejar su estilo de vida por la persona que aman. Son los que dan hasta lo que no tienen por tener contenta a la otra persona, los que sacrifican su estabilidad por verlas sonreír. Los que, teniendo los temores más grandes se enfrentan todo. Los valientes de hoy están pendientes de ti, apuestan el todo por el todo, te apoyan en las necesidades. Bajan la guardia y se abren ante ti vulnerables. Los valientes de hoy son los que trabajan a diario y sin descanso (digamos que el jefe es el dragón contemporáneo), los que queriendo estar contigo y compartir la vida, saben que deben arriesgar ese tiempo y salir a la oficina para poder darse esa estabilidad que te quieren dar.

En las películas es muy fácil ver quién es el héroe valiente, pero en la vida real es un poquito más difícil, hay que ver más allá. En las películas no muestran lo cotidiano, la madrugada para despertarla a ella para que vaya al trabajo, la trasnochada para que el trabajo quede hecho, la llevada a su casa, la cuidada de la gripa. Quizás estoy saliéndome de lo romántico y me desvío del mensaje principal, así que voy a copiar el texto de Pablo, porque definitivamente él lo dice mejor que yo.


 

Sal con un Valiente. Por Pablo Arribas.

No existe hombre tan cobarde como para que
el amor no pueda hacerlo valiente y transformarlo en héroe.
Platón

El mensaje es claro: sal con un valiente. Esto no quiere decir que intentes, a ser posible, salir con un valiente, no. Quiere decir que salgas con un valiente. Con un valiente o nada.
Nadie debería enamorarse de alguien que, tras el tiempo suficiente, no sea capaz de decirte: “mi apuesta eres tú”. All in. Todo el mundo merece escuchar, al menos, un “¿sabes qué?, me la juego contigo”.

Al igual que tú, he visto a personas reaprender un deporte tras perder algunas partes de su cuerpo; he visto a gente trabajar meses o incluso años sin cobrar y a otros trabajar en un restaurante de comida rápida para terminar y ponerse a escribir, pintar o bailar porque eso no les da aún de comer; y he visto a un hombre que no puede vocalizar ni coger un lápiz revolucionar la ciencia… Y aún así, siempre hay alguien que dice: “no, es que no es mi momento”, “es que estoy centrado en mi trabajo”, “es que salgo de una relación” y demás excusas para llevarse el polvo pero dejar el mueble. Si hay amor se encuentra la manera.

Vivimos en una época donde no hay dragones que matar ni tierras que conquistar, y donde el acceso a recursos y las oportunidades son tan abundantes que saber lo que se quiere e ir tras ello constituyen el único espacio para el heroísmo. Hoy, el (principal) problema no es que no se pueda, sino que no se quiera lo suficiente. La mayoría de cosas que no hacemos no es por dificultad, es por falta de amor.

Creo que la valentía es el valor más grande que puede tener un ser humano. Un valiente arriesga, elige, toma partido, se hace responsable y crea su destino. Es el capitán de los optimistas, pues no solo ve lo bueno sino que lo persigue sin negociar. Una persona así solo puede hacer tu vida más rica.

Como le gusta decir a Álex Rovira, “el coraje, más que la ausencia de miedo es la consciencia de que hay algo por lo que merece la pena que arriesguemos. El coraje es la fuerza del amor al servicio de la consciencia”. Y es que coraje y amor son atributos que se ven en el espejo: el que ama, arriesga y el que arriesga, ama.

“Detrás de alguien que arriesga, hay alguien que ama.”

Fuente: desmotivaciones.es

Fuente: desmotivaciones.es

Cuando no sepas dónde están esos valientes, fíjate en los que dicen sí diciendo no, pues detrás de alguien que renuncia hay una persona que elige, detrás de alguien que elige hay una persona que arriesga y detrás de alguien que arriesga hay una persona enamorada. Donde hay un valiente, hay un amante.
Lo que diferencia a alguien valiente de un “cobarde” es que no se queda parado ante la bifurcación pensando en lo que pierde o en lo que renuncia, sino que ve en ti una victoria y ganancia suficiente como para no tener que mirar atrás. No se echa a un lado pensando que siempre puede venir algo mejor, porque acepta que el mundo es imperfecto, que tú lo eres… que los dos lo sois. Sabe que lo importante no es ni la realidad, ni lo que hay, sino lo que podéis llegar a crear, y para eso no hace falta ser perfectos, hace falta ponerse manos a la obra.

Un persona valiente no está pensando en las chicas o en los chicos que deja escapar, está pensando en ti. Eres su apuesta y su elección, y cualquier otro lugar le parece segunda división.
Nunca verás a un valiente haciendo una lista de pros y contras, porque para ellos el amor no es un mercado ni tú un producto más. Las decisiones racionales las deja para los yogures o las hipotecas, nunca para sus sueños. Nadie se hizo rico apostando en pequeñas cantidades.

“Los valientes se la juegan porque “esa aventura no se la pierden”.

Si lo piensas bien, muchos de los dolores de cabeza amorosos que has tenido podrían haberse evitado saliendo con un valiente. Así que, la próxima vez que vayas al mercado de parejas de viaje, solo tienes que abrir los ojos y mirar de una forma que quizás no hayas hecho antes: en lugar de buscar por la categoría belleza, profesión, estudios, o dinero, busca por la categoría sé quién soy/sé que quiero. Desconfía de lo pulcro, los cánones y lo resplandeciente, y fíate de la sangre y lo sucio, pues los valientes están llenos de arañazos y cicatrices, aunque a veces no se vean. Los valientes se baten el cobre, son los que bajan a la arena y se la juegan porque esa aventura “no se la pierden”. Es muy difícil encontrar a un valiente con el traje impoluto.

Un valiente no entiende la estúpida forma que tiene la cultura de valorar el éxito o el fracaso y la pérdida o la ganancia, pues cree que a nadie que lo ha dado todo se le puede exigir nada y que lo único que verdaderamente se puede perder en la vida no es una pareja, un partido, un sueldo, etc., ellos saben que lo único que verdaderamente se pierde en la vida son oportunidades.


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