Algunos datos a lo largo de la historia y el juego de ayer frente a Paranaense reflejan la carencia de experiencia y jerarquía del conjunto “Pijao” en el marco internacional.

 

Foto: AFP (2019) – Atlético Paranaense venció 1-0 al Deportes Tolima.

El día de ayer el Deportes Tolima complicó su panorama en Copa Libertadores al haber caído por la mínima diferencia frente a Atlético Paranaense. Más allá de que el equipo haya mostrado algunas cosas interesantes que enredaron a los brasileños, si dejó claro que le queda un camino por recorrer para ser más protagonista de un certamen internacional. En cuanto a materia del duelo, Tolima logró neutralizar el ataque de Paranaense en el primer tiempo, nunca se vio un dominador claro e influyó enormemente la marca en el mediocampo de Gordillo, Carrascal y Vásquez para controlar la elaboración del local. Sin embargo, esta labor se vio opacada por el pálido primer tiempo que se vivió. Ya en la etapa complementaria si bien es cierto que hubo un dominio más claro de los cariocas, las aproximaciones claras de gol fueron escasas, hasta que llegó el gol de Bruno Guimarães, que privó la opción del empate de un Tolima que nunca presentó algún argumento ofensivo.

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Ahora bien, la acción de la anotación es determinante. Está claro que hay una virtud en la pegada de Guimarães, pero la primera línea de volantes de la divisa foránea tiene cierta responsabilidad al haberle dejado tanto espacio, por lo cual tuvo el tiempo suficiente para planear y ejecutar el impacto, ahí falto la presión y agresividad de la marca. Ese error le costó el partido al Tolima. Ese es un punto vital para cualquier conjunto que participe en Copa Libertadores, y es que en este torneo el margen de error es mínimo, por lo que la concentración se debe centrar durante los 90 minutos del juego. Lo siguiente es la jerarquía, que se ve demostrada también en esa jugada, pues un equipo de esas características aprovecha cualquier equivocación del rival y gana los partidos. Paranaense no fue superior al Tolima, pero su efectividad le permitió ganar el cotejo. Esa jerarquía es la que tienen equipos como River, Boca, Palmeiras o Gremio, por eso trascienden mucho tanto a nivel nacional como internacional.

Saliéndonos de lo que dejó el partido, si hay otro punto que le puede influenciar al Tolima. Esta es la quinta Copa Libertadores que juega Tolima en los últimos 15 años (2004, 2007, 2011, 2013 y 2019), y si se fijan en los últimos dos años de participación, el periodo de diferencia que tienen es de 6, por lo cual está faltando también la frecuencia de participación en este torneo. Sin esto, es difícil moldear la experiencia para construir la jerarquía a nivel internacional. Algunos, dirán que el Tolima también ha participado en Copa Sudamericana constantemente y que eso ayuda, en parte tienen razón, también significa roce internacional, pero no al nivel de una Libertadores. Si siguen creyendo que esa experiencia aún así funciona, pregúntenle al Junior, que no se ha consolidado en esta edición, siendo el subcampeón de la Sudamericana.

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Con esto no estamos queriendo decir que el Tolima juegue mal y que no vaya a ser protagonista de esta Copa Libertadores, por el contrario, si por algo se han caracterizado los equipos de Alberto Gamero es por el buen juego, el orden y la lucha hasta el final, pero al elenco “Pijao” si le falta un buen camino por recorrer para llegar hasta ese nivel. Irá aprendiendo de estas derrotas, tratarán de minimizar ese margen de error y aprovechar las falencias del rival para liquidarlo. El próximo rival es Boca Juniors, y sí o sí el Tolima deberá ganar para mantener ese sueño continental.

Alejandro Matiz

@amatiz12