Hace unas semanas el diario La Tercera de Chile publicó una corta nota sobre la intención que se tiene en este país de tipificar el acoso sexual callejero como delito, con el fin de sancionarlo.
La nota, corta y descriptiva, contenía las declaraciones de Claudia Pascual, ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) en las que explicaban que el tema no consigue la atención que debiera y tampoco se sanciona.
No faltaron los comentarios obscenos y furiosos. Los resentidos. Muy pocos salieron a defender la medida o a solidarizarse con quienes se han visto afectadas por el acoso sexual callejero. Los que lo hicieron ponían a consideración la idea de enseñarles a las mujeres a defenderse y a pedir respeto en las calles para evitar la necesidad de sanciones o castigos legales.
Pero no es raro ver este tipo de reacciones frente a temas que tocan fibras profundas y enquistadas en culturas machistas, donde por años se ha visto como normal que el hombre ejerza control a través de estos comportamientos.
En especial cuando se está dejando por fuera a una de las partes más importantes de la problemática: los victimarios.
Hace un rato ronda la idea de incluir a los hombres en todas las discusiones sobre violencia contra las mujeres.
Hoy existen organizaciones, grupos de estudio y expertos que saben que los hombres deben ser parte del equipo cuando se toman estas decisiones. De lo contrario, la implementación de leyes como esta no tendrá el efecto deseado. Quienes están en contra de la medida o no entienden lo que es Acoso Sexual Callejero, seguirán en el extremo contrario resistiendo con todas sus fuerzas el cambio necesario para el éxito de la medida.
La inclusión de los hombres es finalmente lo que se requiere para conseguir un cambio cultural frente a este tema y lograr que medidas como la que ya tiene Perú y esta ad portas de ser implementada en Chile tengan los efectos deseados.
Sigan asi y lograran lo que hace tiempo pasa en Norteamerica y gran parte de Europa … la legion de solitarias y solitarios amargados por no tener manera de relacionarse con nadie es deprimente. Dicen que son felices pero se les nota la tristeza cuando con lo unico que comparten es un perro o una gata … y eso se nota en el nivel de medicacion que viven, haciendo sonreir de felicidad a los CEOs de las farmaceuticas que no dudan en llenarles la panza de veneno. De cuendo en cuando no se pueden disimular los ojos inchados del llanto. no hay que negar que hay unas «bellezas» que hacen del piropo una porqueria, pero se desconoce las bondades sociales que cuando es practicado de manera decente y delicada conyeba …
Califica:
Gracias por su comentario
Califica:
Es urgente que los hombres comprendan el daño que hace a las mujeres ese comportamiento, o seguirán naciendo generaciones y generaciones de mujeres que vivan su vida entera calculado día tras día, a lo largo de unos 70 años, cada paso que dan en la calle. Ojalá los hombres pudieran vivir un solo día de sus vidas de esa manera, calculando la hora de salir a la calle, calculando los lugares por donde podrá o no podrá caminar para evitar una violación, calculando si se pasa a la otra acera porque en la esquina hay 5 mujeres apostadas que con total seguridad lo intimidarán, lo acosarán y le harán sentir que no debió haber salido de la casa, calculando los gestos del taxista para saber si corre o no peligro, sintiendo siempre, sin excepción, incomodidad y fastidio cuando una mujer hacia ellos por la misma acera porque con total seguridad su mirada escrutadora y procaz lo hará sentir, de nuevo, que no debió salir de la casa, aguantando pitos de carros, llamados con «psst, psst» de mujeres que no ven en ellos una persona sino un animal al que molestar porque sí, porque son mujeres y son las dueñas del espacio público…. ¿Podrá un hombre resistir todo eso junto un solo día de su vida sin sentirse una persona infeliz al habitar el espacio público, sin evitar salir más o calculando cada paso que da la próxima vez que salga a la calle? ¡Cómo me gustaría que fuera posible que un solo hombre pudiera saber qué es eso! Como dijo Catalina Ruiz Navarro en una de sus resientes columnas: «las mujeres habitamos el espacio público en actitud de combate». Qué cosa más triste, y qué cosa para hacerse aún más triste cuando la contraparte, los victimarios, no están dispuestos a reconocer el daño que hacen.
Califica:
Gracias por tus observaciones
Califica:
Gracias por sus observaciones
Califica:
La mujer fue creada por Dios con el atributo de la belleza, para ser amada y admirada. Debe entonces diferenciarse un piropo galante y decente que nada malo tiene y ningún castigo merece de las vulgaridades que algunos expresan y ofenden que merecen todo el castigo de la Ley. Sin embargo ahí radica el problema, en establecer el límite, pues para unas será ofensivo un comentario que en el fondo no lo es. Elevar a Ley una conducta como ofrecer un piropo genera un relativismo legal en el que según la mujer que lo reciba llevará a todos los hombres a ser abusadores delincuentes. La sanción debe ser social, no legal, pues no faltara aquella que quiera abusar de la Ley. Y los hombres debemos ser los primeros en defender la dignidad de la mujer, poniendo en su sitio a los atrevidos.
Califica:
Gracias por comentar
Califica: